lunes, 8 de julio de 2013

La Meditación y el Vacío Iluminador

La Meditación

"Mientras estemos en la cárcel del intelecto, no seremos capaces de experimentar la verdadera Libertad. La mente, en sí misma, es una cárcel muy dolorosa, nadie ha sido feliz con la mente. Hasta la fecha no se ha conocido el primer hombre que sea feliz con la mente. La mente hace desdichadas a todas las criaturas, las hace infelices. Los momentos más dichosos que hemos tenido todos en la vida, han sido siempre en ausencia de la mente, han sido un instante, sí, pero que ya no se nos podrá olvidar en la vida; en tal segundo hemos sabido lo que es la felicidad, pero esto sólo ha durado un segundo. La mente no sabe qué cosa es felicidad, ¡ella es una cárcel! Hay que aprender a dominar la mente, no la ajena, sino la propia, si es que queremos independizarnos de ella.

Hay escuelas que se dedican a fortalecer la mente. Dan cursos por correspondencia, enseñan a desarrollar la fuerza mental, etc., mas todo eso es absurdo. No es fortificar los barrotes de la prisión donde estamos metidos, lo indicado, lo que necesitamos es destruir esos barrotes para conocer la verdadera Libertad, que, como he dicho, no es del tiempo.

La sabiduría se elabora sobre la base de la experimentación directa, sobre la experimentación propia, sobre la base de la meditación profunda. Siempre que entramos en meditación, nuestra mente está dividida en dos partes: la parte que atiende y la parte que no atiende. No es en la parte atenta que tenemos que poner atención sino precisamente en lo que hay de inatento en nosotros. Cuando logramos comprender a fondo lo que hay de inatento en nosotros y estudiar los procedimientos para que lo inatento se convierta en atento, habremos logrado la quietud y el silencio de la mente. Pero tenemos que ser juiciosos en la meditación, enjuiciarnos a sí mismos, saber qué es lo que hay de inatento en nosotros. Necesitamos hacernos conscientes de aquello que exista de inatento en nosotros.

Cuando digo que debemos dominar la mente, quien la debe dominar es la Esencia, la Conciencia. Despertando Conciencia tenemos más poder sobre la mente y por ende, nos hacemos conscientes de lo que hay de inconsciente en nosotros. Independizarnos de la mente es importante para conocer lo Real, no para conocerlo intelectualmente sino para experimentarlo real y verdaderamente. Mientras estemos embotellados entre la mente, ¿qué podemos saber de la Verdad?, lo que otros dicen. Pero, ¿qué sabemos nosotros? Lo importante no es lo que otros dicen, sino lo que nosotros experimentamos por sí mismos. Nuestro problema está en cómo salimos de la mente. Para ello, nosotros necesitamos ciencia, sabiduría para emanciparnos y ésta se halla en la Gnosis".

El Vacío Iluminador

Todo estudiante que anhele sinceramente el Despertar de Conciencia, debe trabajar intensivamente en la práctica de la meditación.

"...Hay algo que debo añadir antes de cerrar esta plática: necesitamos que ustedes aprendan a meditar...profundamente. Cuando uno ha conseguido una verdadera concentración, llega a una verdadera Dicha.

Vean ustedes, si yo no hubiera tenido en vida la experiencia del Vacío Iluminador allá en mi mocedad, no estaría hablándoles ahora en la forma que les estoy hablando. Esa experiencia vivida jamás se borró de mi conciencia, ni de mi mente, ni de mi corazón...

Existe un tipo de meditación que está dedicado a la auto-exploración del ego con el propósito de desintegrarlo, de volverlo ceniza. Pero hay también otro tipo de meditación que tiene por objeto llegar algún dia a la experiencia de lo Real..."

Estos dos tipos de meditacion son la base de la disciplina diaria que todo aspirante debería practicar, pero en esta ocasión no vamos a detenernos en el tipo de meditación orientado a la auto-exploración y eliminación del yo; vamos a centrarnos en el que tiene por objeto alcanzar la experiencia de la Gran Realidad, y vamos a dar prioridad a este tipo de meditación porque el trabajo interior en la "muerte" del yo, se torna muy dificil precisamente por falta de la experiencia del Vacío Iluminador.

"...Conviene experimentar la Gran Realidad alguna vez en la vida, porque así se llena uno de ánimo para la lucha contra sí mismo. Ésa es la ¡ventaja! del Sinyatá (Vacío Iluminador), esa es la ventaja más ¡grande! que existe en relación con la experiencia de lo Real."

Esta experiencia interior nos transforma completamente, ya que venimos a comprender que la causa íntima que nos tiene esclavizados en la cárcel de la ignorancia y del dolor es el ego.

"...Es posibe que en un samadhi, es decir, en una práctica de meditación profunda, pueda la conciencia de un ser humano ¡escaparse! de entre el ego para experimentar la Dicha del Vacío Iluminador. Sabio que si lo consigue, trabajará con gusto sobre sí mismo, trabajara con ¡ardor!, porque habrá experimentado ciertamente, en ausencia del ego, Eso que es la Verdad, Eso que no es del tiempo, Eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente".

El amor al trabajo, la fuerza y el ardor para trabajar sobre sí mismos, lo da la experiencia transformadora de la Gran Realidad. Esta experiencia nos permite comprender la naturaleza del ego. Sin esa experiencia trabajamos desde la mente, desde el subjetivo y limitado conocimeinto intelectual. Es por falta de una verdadera comprensión de la necesidad de la "muerte" del yo, que somos tan inconstantes, volubles y débiles.

"... Es ¡importante! ciertamente experimentar la Verdad, y la Verdad está en el Vacío Iluminador. Cuando a Jesús (el gran Kabir) le dijeron: ¿Cuál es la Verdad? El Maestro...guardó profundo silencio. Y cuando a Gautama Sakyamuni le hicieron la misma pregunta, dio la espalda y se retiró. No puede ser descrita la Verdad, no puede ser explicada. Cada cual tiene que experimentarla por ¡sí mismo! a través de la técnica de la meditación. Ése es un ¡elemento! que nos transforma radicalmente. Resulta ¡prodigiosa! la experiencia de la Verdad a través de la meditación. En tanto uno no haya experimentado lo Real, no se siente reconfortado, ¡no se siente con fuerza! suficiente como para trabajar sobre el "yo". Mas cuando uno en verdad ha pasado por tal experiencia mística, nada lo puede detener en su anhelo por la Liberación. ¡Trabajará! incansablemente sobre su ego para conseguir, verdaderamente, un cambio radical, total y ¡definitivo!

Pero, ¿qué es lo que está pasando? Existe indolencia. ¿Por qué existe indolencia? Por falta de comprensión. ¿Y qué es lo que necesitamos comprender? Se hace indispenable entender que el pobre animal intelectual llamado "hombre", necesita ¡aliento!, necesita algo que lo anime en la lucha, ¡estímulo! para el trabajo interno sobre sí mismo. Sé que el pobre animal intelectual es débil por naturaleza, y se encuentra colocado en una situación completamente desventajosa. El ego es demasiado fuerte, y la personalidad terriblemente débil. Dejado así, solo, apenas sí puede caminar. Necesita de algo que lo anime. Necesita de un apoyo íntimo. Esto solamente es posible mediante la meditación. No quiero decir que todos de un solo golpe de hoz vayan a experimentar el Vacío Iluminador. Obviamente hay que llegar a esa experiencia a través de distintos grados, de modo, que irá sintiendo cada vez más el impulso íntimo del Ser. Tendrá diversas vivencias, más o menos místicas...pero un dia llegará en que tendrá la mejor de las vivencias, la experiencia directa de la Gran Realidad. Entonces, recibirá el TAO.

Que aquellos que escuchan este casette sopesen bien mis palabras. La reflexión. No basta sencillamente escuchar, ¡hay que saber escuchar!, eso es diferente. Pero -como dice el apástol Santiago en la epístola universal- el que escucha la palabra y no la hace, se parece al hombre que se mira en el espejo, y luego da la espalda...y se va. Hay que hacer la palabra dentro de uno mismo. ¡Perseverancia! se hace indispensable. ¡Diariamente! hay que trabajar a fondo, hasta conseguir el triunfo total. Hay que perseverar, hay que ser tenaz. Puede que al principio no logremos nada, pero a medida que vaya pasando el tiempo, sentiremos que nos vamos haciendo cada vez más profundos. Y un dia cualquiera ¡irrumpirá! en nuestra mente la experiencia del Vacío Iluminador.

Dichoso quien logre precipitarse entre el Vacío Iluminador, donde no vive criatura alguna. Es ahí precisamente, donde experimentará lo Real, la Verdad.

Samael Aun Weor.