MISION RAHMA - INFORME DE PAITITI 2010 . PARTE PRIMERA
MACHU PICCHU
“LA MONTAÑA ANTIGUA”
Por: Francisco Sosa Mandujano
Una montaña es un símbolo cósmico en las diversas culturas. Los montes son lugares sagrados. Sus cimas están en contacto con el cielo, con el mundo de los dioses. Allí se encuentran el cielo y la tierra en comunicación, el de los hombres y el de los dioses.
Como es conocido, en Agosto 2009 en el Encuentro Mundial en Punta Colorada-Uruguay, la experiencia Xendra llevó a la sede de los 24 Ancianos de la Galaxia y al Paititi a todos los que abrieron su mente y su corazón, y todos o la mayoría no dejó de pensar y hablar sobre este mágico lugar, así mismo las comunicaciones de los Hermanos Mayores recibidos por diferentes antenas iban confirmando para este nuevo desafío. Ahora concluido el viaje del mágico agosto 2010 se seguirá pensando y hablando pero con un añadido más, haciendo o actuando a favor de nuestra Madre Tierra; porque todos, absolutamente todos hicimos el viaje y todos deberemos llegar al Paititi interior, pues cada quien sabe lo que ha vivido realmente o le ha tocado vivir en comunicación con los Hermanos Mayores, con los Maestros de la H.B. y con su Maestro Interno.
El Paititi fue abierto por la constancia, humildad, valor y desapego. Ahora el Giro del Tiempo se concretará de la misma manera, y esta salida sentará las bases de todo ello. (Oxalc, 04-08-2010)
…Este encuentro les confirmará nuestro apoyo para que puedan programar el viaje al Paititi. Sólo tú Tell-Elam sabrás si tus pasos te llevan de regreso a las tierras del corazón… (Sampiac, 01-02-2010)
El 6 de marzo 2010 cuando después de la conferencia de “El Parto Planetario” que dio en Lima, al despedirme, Tell-Elam me hizo subir a su vehículo y me llevó a la agencia para mi regreso a Huancayo, en el corto trayecto, cuando menos lo pensaba me preguntó: ¿Qué sientes sobre el viaje al Paititi? Sorprendido respondí lo que sentía ese momento: Pienso que ya he cumplido con lo que tenía que hacer en Paititi y considero que hay muchos hermanos esperando su oportunidad, pero siempre me encuentro al servicio del Plan y si el Plan me llama no soy quien para negarme. Eso fue mi respuesta y él no me comentó nada más. Eso sería también mi inscripción.
Así, llegaría la comunicación que lo dice todo, y ahora con los resultados podemos decir, ya estaba escrito, teníamos que hacer el viaje para entenderlo:
Sí somos vuestros hermanos guías en misión desde la Base Azul del Alto Paititi, aguardándoles para orientarles a ustedes en un nuevo encuentro con la Hermandad Blanca, su mensaje y sus conocimientos. Este viaje será más que especial por cuanto permitirá un alineamiento de todos los retiros así como de los discos solares, terminando de activar todo cuanto debía ser activado. Pero no sólo se logrará con quienes crucen la puerta (el cañón), ni con los seis que apoyen en el muro, sino con todos los que estén en sintonía viviendo la experiencia en simultáneo desde donde se encuentren.
¿Por qué es importante realizar éste nuevo viaje? Porque es un acto de amor, de entrega y sacrificio con fe y esperanza en el Plan, y porque al realizar éste esfuerzo colectivo, ustedes movilizan energías y fuerzas ahora incomprensibles, pero que son verdaderos detonadores de realidades.
Este nuevo viaje les llevará dentro y cerca. Les permitirá hacer conexiones interdimensionales movilizando energías a través de hilos de luz que van construyendo desde ya vuestra realidad de cuarta dimensión, y que van distribuyendo la información entre todas las mentes y corazones. Sin que necesariamente tengan que informar de cuanto hayan vivido en el momento en que lo hayan vivido, porque todos lo sentirán, y no solo los que estén en sintonía con ustedes, sino muchísima otra gente a nivel mundial. Porque ahora todo afecta a todos simultáneamente, y es el tiempo de culminar lo iniciado hace miles de años.
Durante el viaje al Paititi estén atentos a las aves que les marcarán el camino y el ritmo de vuestro caminar. No teman lo que les salga al paso, las formas mentales adquirirán apariencias que buscarán movilizarlos por dentro, y probarlos para que lleguen fortalecidos y crecidos internamente.
Los guiará el Sol y la Luna. Estén pendientes de los cuatro elementos, si están en armonía ellos os protegerán y conducirán. La lluvia será escasa porque no estarán solos en esta aventura, la acechanza los acompañará porque las fuerzas oscuras saben las consecuencias de sus logros, y buscarán no sólo dificultarles el camino, sino impedirles el lograr los objetivos de conexión definitiva.
Todo les hablará y por ello deberán estar permanentemente atentos a escuchar, conduciéndose con silencio interior. Esta vez entrarán hacia adentro pero a la vez verán que lo que están logrando con ello es salir hacia fuera, hacia el Real Tiempo del Universo por su propio mérito y con la ayuda de todos.
Sabemos de la importancia de estrechar mayores lazos de unión y de conexiones en éste tiempo por lo que estaremos con ustedes en la Playa Grande de Chilca (Perú), en la Laguna de Chapala en Guadalajara (México), en el Encuentro Mundial del Paraguay, en Paititi (Perú) y en el Encuentro Nacional de Chile, por ello apoyen con su presencia y a la distancia como nosotros habremos de apoyar a todas esas reuniones y salidas. Sean uno para que el triunfo y el logro sean de todos.
Esta es una aventura de todos, aunque no todos puedan estar físicamente en tal o cual lugar. Si se han preparado sabrán que no hay límites para participar y para estar donde se debe de estar. Os lo hemos dicho muchas veces: sean protagonistas de los cambios y no meros observadores o víctimas de los acontecimientos. (Sampiac, 24-03-2010)
Desde Uruguay a través del chat el hermano Alejandro Frontini me decía, que me había visto en sueños hasta dos veces estar en el Paititi junto con el hermano Eritel; a esto también me llegaban confirmación de otros hermanos y hermanas, pues me decían que veían y sentían que debía ir. ¿Será verdad que tengo que ir nuevamente? Me pregunté:
¡Dios mío! fue mi exclamación el 8 de abril de 2010, al ver y leer mi nombre en la fila tres de la lista de las doce personas que acompañaríamos al hermano Tell-Elam para un nuevo viaje al Paititi en el mes de agosto.
Luego, más calmado me pregunté ¿Qué hice para merecer tanto? Se lo trasladé por mail, respondiéndome él -Tu entrega lo dice todo-
Sin embargo las preguntas continuaron: ¿Por qué? ¿Qué tengo que hacer? ¿Estoy preparado? ¿No se estará complicando mi participación en Colombia?
Empecé a planificar el tiempo para mi preparación integral más rigurosa, antes del viaje finiquitaría mi preparación en Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo, en grupo sería lo ideal, si no se pudiera, iría solo, mi interior me decía eso ¿Lo lograría?
Mientras una hermana desistía participar por ser portadora simbólica del Gran Parto Planetario al estar embarazada de un ser que le puso el nombre de Joaquín, los mayores ya lo tenían previsto.
…Con relación a la persona faltante para completar el número de 13 de los que habrán de viajar al Paititi, la persona seleccionada es igualmente una mujer guerrera, madre y guía de grupos. Ella será la que aporte decisión y constancia. (Sampiac, 14-04-2010)
Como lo habían hecho siempre nuestros Guías extraterrestres, nos daban pautas y orientación en el momento preciso para no desentonar nuestra preparación integral.
…En el Paititi déjense guiar por el viento, porque todo viene acompañado de cambios, y todo se está dando para que profundicen y alcancen todos los objetivos, y es que el viaje simbolizará y significará una conexión con los elementos. Desde un inicio ustedes verán como la conexión con la Hermandad Blanca es fuerte e intensa por ello estén atentos porque por todos lados se sumarán claves que los guíen y los pongan en el lugar cuando todo habrá de ser abierto.
En el Paititi no sólo seguirán los pasos de la Dama de Luz que les volverá a marcar el camino, sino que se verán a ustedes mismos en sus viajes anteriores al lugar, aprendiendo de lo que hicieron y dejaron de hacer, pero corrigiendo con conciencia despierta y voluntad de cambio… (Oxalc, 17-04-2010)
El 24 de abril concluía después de seis meses el programa semanal “Lo Insólito” que conducía en la TV local, me sentía apenado, pues ya me había enganchado con el público televidente, me consumía mucho tiempo y estaba descuidando en parte mi preparación, esta decisión fue respaldado por los guías extraterrestres cuando el 26 de abril mi hijo Walki Enoc avisto junto con sus amigos de la universidad un Vehículo Extraterrestre Dirigido en pleno día a las 11:00 a.m. Ese mismo día y a la misma hora conseguía reservar mi pasaje para Colombia (Ver Informe).
Abril por tanto había sido un mes de mucho trabajo, decisiones y proyectos
El 14 de mayo 2010 en mi acostumbrada meditación matinal, en mi mente claramente desfilaban por el cañón Mecanto o Meganto, más de siete hermanos, conté hasta nueve y esto me sorprendió, desde algún lugar veía a los hermanos con mochila cruzar (esto en la realidad se cumplió tal cual) miraba y contaba y la sorpresa me impidió seguir viendo más.
Estaba especificado en la comunicación que seis hermanos se quedarían apoyando en el muro de Pusharo y siete cruzarían la puerta (cañón); en vez de angustiarme al recordar amargos episodios de los viajes anteriores le escribí a Tell-Elam en la seguridad de que ya lo tenía previsto o que los Hermanos Mayores le habían ya manifestado.
¿Quiénes cruzarían? ¿Estaríamos lo suficientemente maduros para acatar lo que está dispuesto en el Plan? ¿No sería prudente que se supiera antes del viaje?”.
En esa situación, llegaba otra comunicación esclarecedora para realizar el viaje a los Reinos del Paititi.
…Sobre el Paititi les decimos que el apoyo de todos será gravitante en los resultados. Sepan que desde que inicien su viaje serán guiados y protegidos, y con mayor razón en la región de la selva. En ningún momento estarán solos, muchos estarán con ustedes de muchas maneras diferentes. Porque no solo representarán a muchos, su presencia en el lugar y en ese momento integrará a todos los que han caminado por la misión en todos estos años; serán entonces muchos los que caminarán con ustedes a cada paso.
Durante todo el viaje serán supervisados a manera de un examen colectivo, porque a través vuestro será examinada la misión y a los misioneros, a quienes fueron en representación de todos y quienes son representados y apoyan esta parte del proceso.
Como nunca en la misión la evidencia del apoyo externo e interno será notorio, y llegarán a la puerta que separa realidades y la cruzarán recorriendo caminos entre las dimensiones. Toda la ruta los sensibilizará para que vean aquello que simultáneamente se estará dando a múltiples niveles. El que sólo va a tocar dejará de ver, el que sólo viajó para ver no palpará la otra realidad. Nuestro consejo es que vayan a sentir y así verán y palparán, escucharán y se conmoverán porque todo les hablará, todo tendrá algo que decir y que comunicarles.
En Paititi oirán y verán, y se dejarán ver, así como nos verán a nosotros acompañándoles con nuestra presencia y siempre por delante, abriéndoles el camino para que lleguen y vuelvan con bien. Lo que lleven con ustedes les será multiplicado, por eso mediten bien con lo que van entre manos y en su corazón.
Les necesitamos como un cuerpo único, para que fortalecidos vean las señales que aparecerán a cada paso, que les demostrará que este no es un viaje más, sino aquel que debía hacerse en éste especial momento de la historia planetaria… (Sampiac, 17-05-2010)
El 17 de mayo 2010, el hermano Eltiarem de Uruguay nos hizo llegar su informe, cuyo extracto dice:
“…Recuerdo cuando en el 2007 estando en la Base Azul del Alto Paititi, el Maestro Joaquín me trasmitía:
Muchos han llegado a estas tierras en busca de experiencias y conocimientos, cuanto son capaces de dar sin pedir nada a cambio, dando todo por Amor, estando en el lugar donde se tiene el poder de Creer y Crear.
En el encuentro de Punta Colorada, cuando tuve la oportunidad de pasar el Xendra, de repente me encontré en una ciudad en ruinas, cubierta por la selva, nadie me lo dijo pero mi corazón sabía que era Paititi. Camine entre calles angostas tocando los muros de piedras trabajadas de casas y templos, era como volver a casa pero estaba solo, así recorrí el lugar hasta que alguien salió a mi encuentro, todo mi cuerpo se estremeció ante las palabras de ese Maestro de Maestros que me dijo:
Yo me manifiesto a través de Tell-Elam, dile que todos los que viajen a Paititi, deben ser Puros de Corazón...”
El último párrafo del informe fue valorado y resaltado por Tell-Elam, para decirnos, que era necesario escuchar de cada uno de los trece la voluntad inquebrantable de aceptar llegar hasta donde nos corresponda, que no era bueno ir con falsas expectativas ni ambiciones personales. Que si hemos de quedarnos en el Muro de Pusharo apoyando a los demás, iremos con la misma alegría, entusiasmo y dedicación dispuestos a la entrega desinteresada, por lo que se esperaba la contestación de todos los compañeros y compañeras, para que quede claro y sepamos que contamos realmente con los que vamos.
Todos sin excepción respondimos estar dispuestos a aceptar lo que nos correspondiera para el logro del objetivo.
Había dos opciones claramente definidas, y me proyecté para ambos con mucho entusiasmo, pues ambos eran importantes o mejor todo lo que hacemos y podemos hacer son importantes, daría todo de mi para que así sea.
Si el Plan disponía que me quedara en Pusharo no debería desaprovechar la oportunidad, arrancaría con decisión y insistencia sus secretos al Muro de petroglifos, además me daría maña para tratar de desmalezar a la otra roca que se encuentra al frente y que en 2007 habíamos intentado, esta roca es mucho más grande aún que la roca de los petroglifos, esto lo haría en los ratos libres y si el grupo me acompaña, mejor.
Si el Plan disponía que cruzara al cañón, me dejaría guiar, más con la experiencia del 2005 y 2007 lo haríamos más llevadero el camino, lo que no tenía claridad era en cuanto si se iría solo los siete o acompañados por los nativos.
Nuestros Hermanos Mayores nos anticipaban lo que ocurría, ahora tocaba poner nuestra parte, no deberíamos descuidar nada.
…En el viaje al Paititi serán acechados pero sabrán salir adelante con todo lo que han aprendido y con todos los que os protegen, porque llegaran a ver y a sentir complementando todo lo que se hizo y se logró antes. Desde el primer día hasta el último estarán protegidos y acompañados, y su caminar será como la cuenta regresiva, avanzarán llegando al principio pero como un nuevo comienzo. (Oxalc, 20-06-2010)
Teniendo claro lo que haría, habíamos iniciado con la debida anticipación a gestionar los permisos con el apoyo directo del hermano Pablo Torres Guzmán que radica ahora en Puerto Maldonado (Capital de la Región Madre de Dios), era cuestión de anticiparse a los acontecimientos, en buscar la unidad del grupo y prepararse en lo material (logística) y espiritual que no fueron nada fácil; tener definido las fechas y esperar, y cuando llegó el 15 de junio 2010, me arriesgue viajar a Lima con rumbo a Bogotá, en medio de un bloqueo de la carretera central, de lo contrario no llegaría a tiempo. Estuve en Colombia del 16 al 26 de junio, y sus resultados están plasmados en mi informe Junio 2010–Tiempo de Colombia. (Ver informe).
Para nuestra sorpresa nuestros hermanos del espacio (los Chasca Runas) daban punto final a las dos opciones que se tenía.
…Al Paititi irán los que representen a todos y se hayan preparado física, mental y espiritualmente para ello. Son ellos los servidores, aquellos que siendo pocos van en nombre de muchos.
Sepan que las fronteras se han corrido porque en su momento la puerta fue abierta de tal manera que ahora el portal va con la madre, y esta se ha movido hasta el pie de la montaña del rostro. Allí será la partición. Hasta allí llegarán todos y luego seguirán solos los siete. Déjense guiar y no teman ni a las pruebas ni a la ruta. (Sampiac, 28-06-2010)
El tiempo corría presuroso y establecimos intentar chatear los trece los martes y viernes, no se logró estar los trece pero, a fin de cuentas nos sirvió de mucho hacerlo y todo fue fluyendo. Pudimos aclarar muchas cosas y nos sentíamos más hermanos y orientados por nuestros mayores.
…En Paititi vuestros pasos serán bendecidos por las jerarquías de luz. Por ello no teman a las pruebas y a la acechanza que a vuestro paso llegará. No será fácil esta vez, pero la ayuda se multiplicará así como el apoyo de todos a la distancia. Alcanzarán en su momento aquello que estaba dispuesto en el Plan, llegando al lugar señalado en el momento preciso y con la debida actitud de cambio para ayudar a cambiarlo todo. (Sampiac, 11-07-2010)
Viajé al milenario Cuzco el 2 de agosto, pues el día martes 3 junto con el hermano Mernec obtendríamos la autorización o permiso del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado peruano. Parque Nacional del Manu, ya tramitado por el hermano Pablo Torres Guzmán. La gestión nos llevó todo el día previo los pagos correspondientes, solo faltaba obtener la copia de la autorización de la comunidad nativa de Palotoa-Teparo, (Hermanos Machiguengas) que nos comunicaron que estaba en camino.
En la tarde abordé un vehículo con rumbo a Ollantaytambo y ya en la estación del tren me encontré en otro mundo, gente de todas partes del planeta, algunos cansados pero todos alegres, hablando en su idioma y sonriendo y cada cual con su afán, llegaban y bajando del tren que les trajo de regreso, buscaban servicio higiénico, buscaban algo que comer o beber, tomando fotos a discreción, los que llegábamos del Cuzco, presurosos, en tropel, preguntando en voz alta dónde vendían los boletos, al encontrarlo vimos que había mucha gente haciendo cola para obtener el bendito boleto para viajar esa misma noche, alguien anunció que ya no había boletos y todos al mismo tiempo querían llegar a la ventanilla sin respetar a nadie y esto era generado por el Policía que debía guardar el orden, que por favorecer a algún “familiar” desató el caos, pero esta vez alguien tenía que hacerle ver su error, avergonzado no tuvo otra opción que retirarse, ante el cual organizamos nuevamente la cola y alcancé adquirir mi boleto de ida y vuelta poco tiempo antes de que el tren se pusiera en movimiento. Era temporada alta de turismo en Machu Picchu.
En el tren empezaba otra historia, mi meta era subir esta vez al Wayna Picchu o Montaña Joven, desde allí conectarme con los guardianes invisibles del santuario, y si pudiera con los guías extraterrestres y los Maestros de la Hermandad Blanca, pedirles su bendición para la expedición al Paititi. Hablando con los demás turistas, cada uno tenía su información de qué hacer y cómo hacer para llegar al Wayna Picchu, pero todos coincidían en que el cupo era solamente para 400 personas por día, solo no podría lograrlo, entonces armé mi equipo con otro muchacho que también tenía por meta llegar a esa Montaña Joven.
Cotejé toda la información que iba encontrando y tracé mi mapa de ruta: Cuando el tren se detenga en Aguas Calientes a las 21:30 p.m., rápidamente bajaríamos y correríamos a la oficina cerca a la Plaza a adquirir el boleto de ingreso al santuario de Machu Picchu y si alcanzamos también el boleto del bus, luego buscaríamos un hotel, nos levantaríamos a las tres de la mañana para ser los primeros.
Cuando agitados llegamos a la oficina para adquirir nuestros boletos, encontramos que ya estaban haciendo cola gente de las agencias de turismo con muchos DNIs y pasaportes para cubrir sus paquetes turísticos, detrás de nosotros se cerró la puerta y no dejaron entrar a la gente que llegaba en tropel, gracias a nuestros buenos informantes nosotros habíamos corrido bien y logramos. ¿Y cómo harán los que no lograron y son la mayoría? Me pregunté.
Teníamos información de que si no habíamos logrado el boleto del bus, podríamos subir a la ciudadela a pié saliendo lo más temprano. Estábamos decididos a hacerlo y al consultar al propietario del hotel, este nos dijo que no era lo más conveniente, dado que mucha gente se iba a pie sin utilizar al bus y llegaban antes que el bus para estar entre los 400, desde hacía unos días los operadores turísticos optaron por construir una puerta de reja cerca al puente que cruza al río Urubamba y recién lo abren a las cinco de la mañana, así lograban que los primeros sean los que utilizaran al bus. Decepcionados, no nos quedó más remedio que levantarnos a las tres de la mañana y distribuirnos para adquirir el boleto del bus y hacer cola para abordar al primer bus que salía a las cinco de la mañana. Ah, no fuimos los primeros, ya habían unas decenas de personas antes que nosotros. El equipo funcionó y pudimos abordar el tercer bus que de inmediato partió, llegamos al puente y en el ascenso vi que mucha gente presurosa subía a pie y más arriba habían bloqueado la carretera con piedras en varios tramos para hacer retrasar al bus, cuando nuestro bus se detuvo cerca al hotel de turistas que hay allí, los otros buses nos dieron alcance, más con las personas que llegaban en gran número linterna en mano y empapados de sudor y que habían subido caminando rápido, campeó el desorden y nadie puso orden, sin embargo mi objetivo se vería cumplido pues era el número 351, aún estaba oscuro y el firmamento mostraba hermosos colores y el Wayna Picchu y los cerros aledaños estaban cubiertos de espesas nubes.
Moraleja: Alguien que desea subir al Wayna Picchu y se descuida, no llegará a cumplir su deseo.
Son 3500 turistas diarios que ingresan a la ciudadela de Machu Picchu, que pagan, alguien que no es el estado peruano se está llenando los bolsillos dando un pésimo servicio al visitante, un peruano es tratado como si fuera un extranjero (monetariamente hablando) en su propio país.
Como nuestro tema es, Machu Picchu o La Montaña Antigua, llegué a ella el 4 de agosto: había estado ya en anterior oportunidad y como todos he visto cientos de fotos, pero así hayamos estado muchas veces, se siente de inmediato la magia y vibración del lugar cada vez más clara, pues cada vez iremos más conscientes y ninguna imagen impresa podía darnos la satisfacción de estar allí.
Para poder ubicarnos y entender les digo que el lugar tiene dos secciones: una al sur, un macizo giboso llamado Machu ("mayor" o "vieja") según la tradición, y otra al norte, delgada y erguida, llamada Wayna ("menor" o "joven"). En realidad es en el centro de ambas Montañas o Picchus o cerros que se encuentra el santuario o ciudadela, pero no debemos olvidarnos de la tercera montaña llamada Huchuy Picchu (“pequeña”) o Montaña Pequeña.
Según todas las definiciones escritas que podemos encontrar sobre Machu Picchu; nos dicen que en quechua significa "Montaña Vieja", esta definición o interpretación a mi me parece incorrecto, por cuanto vieja es sinónimo de decrepita, tal vez caduca, cuán lejos está de lo que es Machu Picchu, otros lo consideran como "la ciudad perdida de los incas", que tampoco considero que lo es, la verdadera ciudad perdida de los Incas es el Paititi.
Cuando lo definimos como “La Montaña Antigua” cambia de significado, suena como que es de muy remoto o milenario con un rico pasado, que tiene sabiduría guardada, y ésta es la definición que le doy a Machu Picchu o La Montaña Antigua, el conjunto arqueológico ahora considerada como una de las siete maravillas del mundo.
La Montaña o Picchu está situada en la Cordillera de los Andes del Perú, en el valle de Urubamba a unos 70 km al noroeste de la ciudad de Cuzco, y a unos 2400 metros sobre el nivel del mar.
Caminé escalando un sendero de piedras que te lleva a la parte alta de lado sur, al lugar desde donde se inicia una vista espectacular, donde muchas familias peruanas y turistas extranjeros después de la primera impresión y tomarse fotos con las llamas que se encuentran allí, se juntan para contratar un guía, otros grupos llegan con sus guías desde el Cuzco,
Eran dos horarios para subir al Wayna Picchu, el primero a las siete de la mañana, pero a esa hora estaba totalmente cubierto de nubes y según el guarda parque se despejaría a partir del medio día, el segundo horario era subir a las diez de la mañana, opté por el segundo y aproveché para recorrer la ciudadela otra vez. Los guías turísticos demostraban su profesionalismo realizando el recorrido aproximadamente en dos horas y media, llenos de información que enriquece a los que los escuchan: Hablan de la trilogía espiritual de los incas, muestran los distintos templos, las formaciones de figuras, las piedras sagradas, y por supuesto la parte que es para muchos el más importante de todas las construcciones Incas; el Intihuatana, y los turistas aprovechan para tomarse fotos o filmar esos momentos inolvidables.
Así llegaba la hora, debía trepar al Wayna Picchu o Montaña Joven, La impresionante Montaña que podemos ver en las imágenes o fotos de libros, revistas o en el internet, estaba allí, frente a mis ojos invitándome pasar y subir, mi equipo funcionó hasta allí, ahora estaba solo, junto a gran cantidad de hombres y mujeres con la ilusión de subir para lo que nos habíamos desvelado.
Llegando al extremo norte del santuario, detrás de la roca sagrada se encuentra el sendero que conduce a Wayna Picchu. Me registré en el puesto de vigilancia y empecé a caminar, luego de pasar una pequeña colina al pie de Huchuy Picchu o Montaña Pequeña, el sendero se convierte en una larga y angosta escalinata que rodea el cerro por el oeste. Sus escalones, en algunos tramos, están directamente tallados en la roca. Junto al sendero, que se adapta a las curvas del cerro, hay tramos que se asciende agarrando los pasamanos seguros colocados con ese fin, se aprecia pequeñas terrazas de cultivo que suponemos eran los jardines que adornaban el santuario y su entorno.
Lo primero que me llamó la atención fue las piedras, estas eran piedras cuarzo, me recordé del Nacolimdud el “cerro cuarzo” colombiano, pero aquí eran menuditas como incrustadas en los bloques de piedra de todos los tamaños, entendí entonces cual era la utilidad de la Montaña Joven y por qué se había escogido ese lugar, cada piedra fue colocado con una utilidad para ayudar a comprender al que asciende a la montaña, la orientación, los tamaños, la ubicación te van dando un mensaje a medida que asciendes, lástima que ahora hay muchos turistas que solo ascienden para solo disfrutar de un excelente panorama y tomarse fotos en esa magnífica montaña, los más ágiles y jóvenes me iban superando el ascenso, sin darse cuenta que la altura les jugaría una mala pasada, pues muchos un poco más arriba estaban sufriendo el llamado mal de altura o soroche, entonces ero yo quién les iba pasando, pero la mayoría hace esfuerzo tremendo solo en ascender a como dé lugar, sin fijarse, sin observar y sin entender lo que el camino nos va mostrando y “hablando” a cada paso; otros están ya de regreso, otros con su mapa y sus libros van cotejando su ubicación como descansando, y la mayoría tomándose fotos, yo por mi parte vibrando cada vez más alto, y la circunstancia me llevó a seguir por las gradas del lado izquierdo, (para los que no conocen, llega un momento en que tienes que elegir una ruta de los tres que se te presenta, y cada uno tiene su significado), llegado a lo más alto se aprecia un paisaje fabuloso, la ciudadela inca en toda su grandeza y belleza, así como también todo lo extenso del valle del Urubamba.
En la parte más alta de la cima hay piedras grandes, en medio de las rocas hay una piedra labrada que la imaginamos era la silla que utilizaba del que llegaba hasta allí a meditar. Para hacerlo está vez había mucha gente y todos querían sentarse aunque sea por un solo instante o solo para tomarse foto. Tuve paciencia de esperar mientras iba desapareciendo las nubes que cubrían a la ciudadela.
También hay unos pocos recintos y terrazas. La vista es impresionante: todo el santuario se divisa como si se tratase de un dibujo preciso de un cóndor aleteando, y en el entorno de ésta Montaña Joven se aprecia el extenso horizonte que conforman los picos, el cauce profundo del Urubamba, los desniveles de las quebradas, el paisaje y los restos de edificios y terrazas que están en la cima de la Montaña son por si misma apreciables y la recompensa al esfuerzo por haber llegado, que te van develando respuestas.
Para llegar hasta la cumbre del Wayna Picchu emplee un aproximado de dos horas caminando con calma desde la ciudadela.
Allí se siente una poderosa energía que desciende del cosmos y aproveché para acrecentarlo e irradiarlo a todo y a todos. Me había hecho amigo del guarda parque, al final le pregunté si tenía tiempo de visitar al “Templo de la Luna”. Si tienes que ir debes hacerlo ya, sino te hará tarde, pues todos los que deseaban ir ya partieron hace rato, pero son pocos ¿Estás solo? me preguntó, ¡Que valiente eres! dijo finalmente.
Desde la cima, parte otro camino cuesta abajo hacia el río Urubamba, al lugar denominado Mandorpampa al noroeste, reservado para atrevidos pues la bajada es más vertical y largo que la subida clásica y la recompensa es que al fin te encuentras solo contigo mismo. No cabe duda de que el conjunto de cavernas de la ladera norte, que le da la espalda al santuario, es un monumento espectacular. Las cavernas están asentadas en los riscos de la cordillera, virtualmente sobre el río Urubamba, que corre a varios cientos de metros de profundidad en el cañón que rodea el cerro al cambiar su curso sur-norte en dirección contraria para formar una suerte de gran espiral o caracol.
Muchas de las cavernas han sido embellecidas por el hombre para fines muy espirituales, eso creo, pues están perfectamente tallados. A las más notables se les conoce como el Templo de la Luna y un poco más abajito La Gran Caverna. En realidad ambos se encuentran casi juntos.
Es un lugar arqueológico que posee una de las más bonitas construcciones Incas dentro de una cueva, las piedras unidas perfectamente entre sí, piedras finamente pulidas sin dejar ni un milímetro entre sus uniones. No me cabe la menor duda que el lugar denominado El Templo de la Luna o La Gran Caverna es una muestra más de sus extraordinarias construcciones y de los fines para los que fueron construidos, tiene cuevas abovedadas, típicos de las construcciones incas, delante de la cueva, hay una piedra esculpida en forma de un altar o adoratorio.
Desde allí para regresar se hace un camino circular que nos devuelve hasta la ciudadela, pero el ascenso es agotador y estando solo se hace interminable, cuando llegas a una especie de mirador te alegras que ya estás de vuelta. Había escogido con conocimiento de causa la ruta más difícil, pues a mitad del sendero de ascenso al Wayna Picchu, hay un desvío con un camino que conduce a este sitio arqueológico del Templo de la Luna, pero te perderías de ascender al Wayna Picchu, y eso sería imperdonable.
Todavía me quedaba un poco de tiempo para visitar Huchuy Picchu o Montaña Pequeña como se merece, que también tiene su particularidad, hay un momento que tienes que trepar colgado en una soga gruesa que está colocado con ese propósito, al llegar a la cima ves a la ciudadela más cerca, realmente impresionante, se pierden los que no se atreven, fui el último en registrarme el regreso y el guarda parque me dijo que ya estaban por salir a buscarme, eran las cinco de la tarde, a esa hora aún había mucha gente en la ciudadela, otros haciendo el segundo o tercer repaso, llenándose de recuerdos donde me encontré con muchos que habíamos hecho cola en Ollantaytambo y en la madrugada para abordar del bus.
Recién caí en la cuenta que estaba agotado, pero había superado la prueba y me sentía preparado para ir al Paititi. El guarda parque que le conocí en el Wayna Picchu estaba ahora a mi lado, conversando con él le pregunté ¿Cuál sería el lugar que me falta recorrer? El Machu Picchu –me respondió-. ¿Y dónde se encuentra? Entonces me señaló al cerro más alto. Oh ¿Se puede subir? ¿También tiene una ruta de subida y otra de bajada? Se regresa por la misma ruta. ¿Conoces tú? Sí, eso te falta recorrer.
Amigos y amigas ¿Sabían de eso ustedes? Para mí era nuevo, esta vez no me lo perdería, tenía un día más pero el derecho tendría que abonar de nuevo y llegando a Aguas Calientes aseguré mis boletos, de ingreso y del bus.
El Machu Picchu “ese cerro tan alto” ocupó mi mente antes de quedarme dormido, recordando una y otra vez, el simbolismo de la montaña. Subiré a la Montaña, subiré. “La subida a la montaña”, simboliza nuestra ascensión a planos de conciencia más elevados, procura un nivel más alto espiritualmente hablando, porque en el despertar de la conciencia es donde están las respuestas, las llaves y las soluciones y todo está en nuestro interior. Desde la más remota antigüedad, se han relacionado a la montaña con la proximidad a Dios. En el monte Olimpo residían los dioses griegos, mientras que en la Biblia la montaña es el lugar donde se puede dialogar directamente con Dios. Noé en el monte de Ararat re-inicia la vida. En el monte Sinaí Moisés recibió las tablas de la Ley. Elías se encaminó hacia el monte de Dios. El Templo de Jerusalén, verdadero centro cósmico y fuente de vida para toda la tierra, está construido sobre el Monte Sión. En el Nuevo Testamento el Maestro Jesús sube al monte para orar, al igual que Moisés lo había hecho en el monte Sinaí. Los discípulos marcharon a Galilea, al monte que el Maestro Jesús les había indicado, etc. Los montes de los Himalayas, el Monte Shasta, etc., etc. La Montaña de Sierra Nevada en Santa Marta-Colombia, específicamente el Nacolimdud o Monte Kennedy, el “cerro cuarzo” nos han entregado su sabiduría que ya hemos compartido con todos.
Los Apus conocidos desde hace tiempo, por ese esoterismo andino, (si se puede llamar así) los Andes como montañas representan la sabiduría viva. Estas montañas contienen sabiduría andina, y poca conciencia se tiene de lo que de ellas emana, lo que viene de estas montañas hacia nosotros, de estas montañas y de otras montañas, viene un conocimiento que procura llegar a nosotros, y creo que estamos comprendiendo una parte de este conocimiento. Estos concentrados de sabiduría que son energías de la Madre Tierra, que representada por las montañas, nos dicen que tenemos que a vivir en paz con nosotros mismos, en armonía con la Pachamama. La sabiduría de las montañas nos dice que debemos prepararnos para vivir en comunidad en forma armoniosa y perfecta, pero no solo entre nosotros, sino también con lo invisible. ¿Lograré entender algo más mañana? Fue mi último pensamiento de la noche.
Dormí en Aguas Calientes, tenía pensado ir a los baños termales muy temprano, cuando me desperté eran las ocho de la mañana, mis músculos de todo mi cuerpo estaban adoloridos. El pueblo se encuentra al pie de la montaña antes de Machu Picchu, toda el área central del lugar está llena de multitud de hoteles, restaurantes, servicios turísticos y muchos puestos comerciales. A esa hora estaba silencioso dado que todos los turistas hacía muchísimo tiempo que habían ascendido a la ciudadela, me dirigí a los baños termales y al llegar había unas cinco personas a lo sumo y lo disfruté, todos mis músculos se relajaron y desapareció todo dolor, estaba muy aliviado y muy feliz por eso, por ahorrarme de ir por las gradas, por una esquina de la piscina me subí para zambullirme ¡qué maravilla! En la tercera vez me resbalé y mi pié derecho chocó en el concreto en punta que había en el fondo de la piscina en la misma esquina ¡Qué dolor! Pero el calor del agua hizo que me pasara rápido y ya no le hice caso, al vestirme, sentí dolor y salía sangre, al fijarme tenía cortado del tercio anterior del arco plantar hasta el pulgar de mi pie derecho, lo seque bien, me puse los calcetines y regresé a tomar el desayuno, luego me fui directamente al punto de los microbuses. A lo largo del recorrido observé como en la parte más alta de la Montaña Joven caminaban personas que apenas se les apreciaban. ¡Allí estuve ayer! –Pensé- Ésta montaña es la que forma la emblemática figura humana mirando al cielo, la imponente presencia me estaba, de alguna manera alentando a subir ahora a la Montaña Mayor. Eran las diez y treinta de la mañana del cinco de agosto 2010 cuando el amigo guarda parque extrañado me decía que estaba retrasado y me indicaba por donde debía empezar el ascenso y que emplearía una hora o más hasta llegar a la cima caminando ligero y otra hora o más de regreso. No te preocupes, regresaré a tiempo para ir a Intipunko y al puente colgante le dije sonriendo al tiempo que me alejaba de su lado.
Iniciado el ascenso encontré un puesto de vigilancia vacio con el registro abierto en donde me anoté, cuando me iba apareció el vigilante y me comentó que yo era el último en emprender el ascenso y que me apurara, el sendero en la mayor parte empedrado desde la época incaica cada vez más pendiente se hacía pesado, entonces puse atención en lo que podían decirme la piedras cuarzo de la Montaña Antigua, me detuve un instante a observar a los escalones bien trabajadas que se perdía a la vista por las curvas y malezas con flores y pájaros del campo, esto ocurrió en varios tramos, pero dándome cuenta que debía avanzar continuaba apurando el paso; en ciertos lugares existe estaciones o pequeño mirador estratégico, desde donde se podía contemplar el panorama y tu avance como descansando y recuperando energía, tres fornidos jóvenes me dieron alcance empapados de sudor y siguieron para arriba, el ascenso cada vez más empinado me hizo preguntar ¿Por qué y para qué habían construido este sendero? ¿Cuál era la finalidad? Entonces en mi mente se desató unas tenues imágenes y la “voz sin voz” me habló, de que era un ¡camino iniciático! que tenía que ser recorrido por el que pretendía ser Soberano Inca, el que pretendía ser sacerdote Inca y todo aquel que seguía el camino místico e espiritual, pero antes, mucho antes tenía que haber ascendido al Wayna Picchu y haber pasado la prueba sin error, guiado solo por su interior, a su regreso demostraría con hechos lo aprendido y después aspiraría a subir al Machu Picchu.
Entendí ese momento el por qué y para qué había sido construido todo ese complejo en un lugar especial y estratégico y el porqué de todos los detalles de cada templo, de cada piedra, le caía bien el nombre de Santuario Inca, o también se me ocurre la “Academia o Universidad Picchu” de altos estudios místicos y espirituales al estilo tal vez de la Academia Rumi de Venus.
Conste que no estoy afirmando nada, pero si los estudiosos arqueólogos fuesen místicos, sus trabajos tal vez llegarían a la misma conclusión.
Al darme cuenta me encontraba a la misma altura de la cima del Wayna Picchu, a la ciudadela se le veía más impresionante iluminado por el sol del medio día sin ninguna nube. ¡Qué fantástico!
¿No es acaso desde que empecé mi caminar en Rahma, que estaba pasando el mismo proceso plasmado o diseñado en esas montañas? No había diferencia, solo diferencia de tiempo y momento, pero las enseñanzas eran el mismo.
Esté en lo cierto o no, no importaba, (ni importa) alce mi vista a la cima de la Montaña Antigua, parecía que me faltaba poco para coronarlo, era un espejismo, estaba en la mitad, a valerosas damas las di alcance, estaban agotadas y descansando, pensando tal vez en tirar la toalla. Ánimo que ustedes pueden –les dije- y con esa inyección de entusiasmo continuaron; de los pocos que habían subido temprano unos cuantos regresaban con el brillo en sus ojos de alegría. Yo tenía que probarme si estaba físicamente preparado y seguí mi andar.
Mi mente se trasladó al Paititi mirando al piso para encontrar una piedra especial en la Montaña Antigua y pensé en la Madre Tierra, que ella sea la que me dé ese regalo ¡Madre te pido un recuerdo de tus entrañas aquí! En ese instante, de pronto una pared de piedra verde natural apareció cual esmeralda ante mi vista a un lado del camino ¡Gracias Madre! ¿Será que la Montaña Antigua en sus entrañas alberga esmeralda? ¿Pero qué sé yo de esmeraldas? Sinceramente nada, me concentré en mis pasos y la “voz sin voz” me habló: “El aspirante cuando ascendía tenía que hacerlo solo y permanecer en la cima siete días, al término del cual regresaría habiendo contactado con el cosmos y con él mismo”.
El ascenso a las montañas es tarea de los autoconvocados, simbólicamente aquel que quiere iniciarse, que ha superado diversos escollos para llegar a la cima, dejando atrás la vida común de las llanuras. Tradicionalmente se dice que en las cimas viven los dioses y por esta razón los escaladores sobrepasan los límites humanos para alcanzar, aunque sea por chispazos o por unos instantes la divinidad.
A la montaña no se conquista desde un cómodo asiento, o bebiendo nuestra gaseosa preferida delante del televisor o de la computadora. Es tarea de valientes, para aquellos que sienten el impulso de la audacia y la nostalgia de las alturas, para el autoconvocado se convierte en un constante desafío. "Sólo en la gran montaña se alcanza la visión divina" dicen los hindús por ejemplo.
Las circunstancias permitieron estar caminado solo, pero no me quedaría siete días (ya quisiera), sino un poquitín de tiempo. Sentí el cansancio a esa altura del sendero, pero llegaré –pensé-, así me había propuesto, deteniéndome un instante a observar los escalones y dosificando la energía alcancé la cima, la cúspide como objetivo, allí no hay guarda parque, solo una cabaña con techo de icho con asientos para descansar y un poquito más allá la bandera del Tawantinsuyo (de siete colores) flameando en su asta de madera tan alto.
Me sentí profundamente feliz de estar allí, de poder observar la grandeza del Padre-Madre, el rio Urubamba y el pueblo de Aguas Calientes tan diminutos, la ciudadela en su integridad pero también diminuto, desde allí al Wayna Picchu se le ve muy bajo, me sentí tan minúsculo ante tamaña inmensidad, valorando la grandeza de la gente que planificó y lo construyó. Estaba dichoso de acariciar con la vista la herencia cultural de aquellos incas que tenían en Wiracocha, en Inti (el sol) en la Pachamama (Madre Tierra) sus dioses, su fe y sus convicciones.
Desde allí se puede ver todo, los cuatro rumbos del planeta con el color azulino de las montañas que rodean a la Montaña Antigua, de allí también se ve al Intipunko y el puente colgante inca.
Un lugar lleno de energía y de vibración positiva, un santuario ecológico e histórico. Místico e imponente, hecho para la evolución del hombre.
La recompensa al esfuerzo lo sentí observando e intentando imaginar a aquel aspirante sentado en solitario, contemplando a los agricultores cultivando la tierra en los andenes (cómo debió ser en aquella época), llamas pastando libremente o transportando carga con sus arrieros, los niños en las calles y parques educados por los Amautas, las mujeres en sus ocupaciones del hogar, los sacerdotes rindiendo culto al Taita Inti (o Padre Sol) o meditando y esperando el regreso de aspirante, el emperador Inca con su sequito planificando y dirigiendo al imperio, los pututos anunciando la llegada de los chasquis que en veloz carrera aparecían por el Intipunko, y el relevo alejándose por el puente colgante; un rayo cósmico iluminado por el sol del medio día cayendo directamente al Intihuatana; cual hilo azul brillante el río sagrado bordeando al Wayna Picchu, todo esto bajo sus pies si lo decidía así y el Taita Inti (padre sol) en el horizonte contemplándolo y diciéndole ¡ésta noche serás probado!, se iba ocultando y pronto caía la noche, en aquel silencio escuchaba que el viento silbaba una melodía y el frío aparecía amenazante, por lo que se levantaba y miraba al cielo estrellado y en ella moverse en distintas direcciones a los Chaska Runas (los hombres o hermanos de las estrellas) de quienes escuchaba mensajes, para luego escucharse a el mismo en esa abrumadora soledad nocturna. Así las seis noches hasta tomar una decisión que su interior le dictaba.
La prueba era dura y aquel ser humano recordaba que otros no habían soportado y abandonaron, él no podía darse por vencido, se daba valor en la meditación que en el riguroso y forzado ayuno visualizaba los pasos que debía dar. Al regreso explicaba lo que había encontrado, mirando sonriente e invitando a los que les escuchaban atentamente, a realizar la hazaña.
Por eso, amigo lector, cuando las condiciones se te presentan visita a Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo, debería ser tu destino obligado. Ascender a la Montaña Antigua es fascinante y quedarás atrapado al igual que yo con su historia, su misterio y su ubicación. Ante todo te sentirás más humano, tal vez sea el gran secreto que te dé la montaña, donde el aire puro llenará tus pulmones y tu corazón latirá perfectamente haciéndote sentir uno con ella.
Machu Picchu una gran obra de arquitectura e ingeniería. Muchos arqueólogos e investigadores se han interesado en los incas y su cultura, en la ciudadela y su vida, pero son muchas las interrogantes que quedan y tal vez te está esperando para revelarte si vas con humildad y con el corazón abierto.
Estaba preparado para llegar con mis doce compañeros al pie de la Montaña del rostro en Paititi a donde hemos sido invitado por la Hermandad Blanca, y fíjense, solo llegaríamos al pie de la Santa Montaña. ¡Cuánto nos falta para ascenderla!
El tiempo había transcurrido rápido por quedar extasiado con la inigualable belleza del panorama que alcanzaba ver, eran una y treinta de la tarde y ya no alcanzaría visitar a Intipunko, ni al puente colgante, esto me apenaba, ya que mi boleto de regreso en el tren estaba fijado para 3:00 p.m.
En silencio, debido quizás al cansancio o más bien a la fascinación que me quedaba después de haber visitado a los tres Picchus, llegué a la ciudadela faltando media hora para las tres, después de tomarme las últimas fotos aborde el bus de regreso, y alcancé con exactitud al tren de regreso a Ollantaytambo, con los recuerdos en mi mente de esas Montañas andinas para contarles por este medio.
De Ollantaytambo un auto me hizo regresar al Cuzco. Y como en toda buena aventura, tuvo su percance que ya conocen, pero con un final feliz. Un fuerte abrazo en Cristo a todos. Francisco
Rumbo al “Machu Picchu” o Montaña Antigua (05-09-2010)