martes, 24 de abril de 2012



CHILCA Y MARCAHUASI

Prólogo
Debía empezar. Tocaba realizar el informe personal del viaje al Sexto Encuentro de Integración Mundial llevado a cabo en Chilca del 06 al 08 de abril 2012, con la participación de Ramas venidos de Chile, Argentina, Uruguay, Colombia, Venezuela, Bolivia, México, Centro América, España y de Lima, Cusco, Arequipa, Moquegua, Tacna, Iquitos, Trujillo, entre otros, del Perú; así como, informar del viaje realizado del 13 al 15 abr 2012, a Marcahuasi, conjuntamente con la fusión de los grupos de los lunes y viernes que atiende Miguel Morales.


Chilca
Es valiosa la participación de los asistentes al Sexto Encuentro Mundial organizado por Miguel Morales y Alonso Calderón, con el apoyo de miembros de Lima, activos y compenetrados en la Misión. Todo transcurrió en perfecto orden y es evidente que se cumplieron con creces los objetivos: Sensibilización, Integración, Servicio, Conexión y Comunicación.
Uno de los principales temas tratados ha sido la invitación de la Hermandad Blanca al retiro interior de La Abadía de los Siete Rayos, para agosto en el Cusco, así como viajes sincronizados igualmente en dicha fecha, hacia el Paititi y el Lago Titicaca, como actividades previas al evento a realizarse en setiembre 2012, en Wiñaymarca.
La reflexión en búsqueda de respuestas a preguntas concretas sobre lo que se espera del contacto con la Hermandad Blanca, para bien de la humanidad; permitió la intervención de éste su humilde servidor, luego de la feliz y gratificante participación de los expositores de otros grupos, para recordarnos conceptos de frases conocidas como: “Sed simples, hermanitos”, “Si uno llega, llegan todos”, “La Misión se cuida sola”; así como, recordar que el compromiso es ser Sol en la Tierra y que la actitud y la preparación es para todos.
Explicar que la invitación para el contacto con la Hermandad Blanca, es sólo un hito en las relaciones que deberán sucederse, toda vez que estamos llamados a ser ciudadanos del Universo con el humilde ejercicio de facultades superiores, lo que habrá de aperturar nuevos y abundantes niveles de contacto. Finalmente, en una pequeña meditación se integró el Cosmos en cada corazón, con la finalidad de despertar conciencia de la labor servicial de amor y armonía que a cada uno cósmicamente despertando el Profundo Amor en nosotros, nos corresponde.
Regalos al Cosmos, regalos a la Madre Tierra, realmente fue una ceremonia maravillosa, porque de cada uno a través del Verbo brotaba como una flor o gema el mejor deseo. Ciertamente, así es y hecho está.
La recepción de las energías solares con la oración a nuestro Divino Padre Sol, los ejercicios realizados por Toribio Rodríguez, la participación de hermanos como Charles que filmó a Anicmatel, de Roberto Vargas de la Gala sobre el ADN, de las hermosas experiencias de contacto de Alonso Calderón en Camaná y Chuschuco; también, las bellas experiencias del hermano Félix Dávila y las participaciones del hermano de Francia, de Iris y Toribio sobre los terrenos para la misión. La participación de la hermanita de Argentina sobre el Decadrón, una exposición excelente.
La recepción de nombres cósmicos y de cristales de cesio para muchos participantes, que en una visualización se me había anticipado como una lluvia de pequeñas pirámides principalmente de colores azules, rojos y verdes, los que descendían desde una nave, fue también una grata experiencia, que unidos apoyamos para gozo de todos y de quienes lo recibieron.
Amor, Humildad, Perdón y Conexión fueron los ejes de la Integración que culminaron con una magnífica labor de purificación planetaria y de la humanidad utilizando los cuatro puntos cardinales y siete planos de conciencia, efectuada por el grupo OM DAI SÓ, conjuntamente con los 163 participantes.
A medio día del 8 de abril 2012, luego de habernos comprometido de 12 en 12, con la labor de ser luz, partimos de Chilca, cada uno, con seguridad, con experiencias que reforzaban su labor individual en la Misión.
Ciertamente, yo estaba sumamente agradecido, y elevaba mis plegarias por todo y por todos; asimismo, enviaba bendiciones a mi hijo Kael Fabrizio que aquel día cumplía seis añitos. Cuando retorné a Moquegua, el 17 abr 2012, me dijo con su tierna voz: “Papi, te perdiste mi cumpleaños”.
Miguel Morales
Uno de los artífices del evento, conjuntamente con Alonso Calderón y un silencioso grupo de apoyo, es sin duda, Miguel Morales. Finalmente se llevó los aplausos en reconocimiento a la calidad de la organización.
Todos reconocemos en él al guerrero de la luz, que ama la Misión como pocos. Llegar a su domicilio es sentir de inmediato la vibración de las energías del Nuevo Tiempo o Cuarta Consciente.
Miguel Morales, nuestro hermano, cuyo nombre parece decirnos: “Miguel, la voluntad de Dios, moral es; esfuérzate y sé valiente”; va igualmente, junto con nosotros camino al encuentro de la perfección divina de nuestro amado Padre, en nosotros.
El Retorno
Regresando de la Estrella a Chilca, nuestro ómnibus se detuvo para disfrutar de los helados “Ovni”, de lúcuma, realmente exquisitos. En esos instantes el chofer del vehículo recibe una llamada indicando que la última unidad en la que venía Miguel Morales, había sufrido un desperfecto. No dudamos en retornar y hacer el traslado de todos los hermanos y de sus pertenencias para nuevamente dirigirnos a Lima.
En el camino, le decía a Miguel, “El vehículo se ha malogrado, para que tú vengas con nosotros y estemos juntos”. Al rato, pregunté: “Cuando viajas a Marcahuasi”. “El viernes”, me respondió. “Quiero ir a Marcahuasi”, agregué. “El lunes a las 8 p.m., hay reunión en mi casa, para acordar si vamos o no” me respondió.
El lunes a las 7.30 p.m. estaba en su casa. Marcahuasi era un hito a cumplir en nuestra misión personal. Reunidos los hermanos de los días lunes y viernes; algo anecdótico, porque algunos recién se conocían se conversó sobre el viaje, decretándose que el lugar estuviese en óptimas condiciones climáticas durante nuestra estadía. Cosa que efectivamente sucedió. Yo, en dicha reunión, veía como una cúpula de luz dorada y luego una pirámide de luz protegía dicho lugar entre las montañas. También vi unas capuchas oscuras de color marrón, que serían los impermeables usados para protegernos de la lluvia.
El miércoles 11 abr 2012, recibí de Miguel por internet, los requerimientos económicos del viaje, así como realizar la siguiente labor “entremos en Comunidad Mental a las 9 de la noche hoy día y mañana, sintonizándonos con el hermano José Sosa, quien se encuentra en Chiclayo y se le a presentado problemas para venir, pidamos al Profundo para que todo se soluciones y sea de la partida”. Lo hice, pedí al Padre que si realmente era necesaria su presencia, se diesen las condiciones; caso contrario, llenase de paz el corazón de nuestro hermano.
En la meditación del jueves, pude visualizar a Miguel como un zigzag (cabeza negra), que resaltaba sobre sus energéticas blancas vestiduras.


Marcahuasi
El 13 abr 2012, aproximadamente a las 07.00, de lo que fuera el cine Orrantia (¡Urrantia?), dedicado ahora a labores de luz, partimos hacia Chosica. De allí, según entendí, 22 hermanos nos embarcamos a San Pedro de Casta.
Se presentó y superó la dificultad sobre la cantidad de burritos y caballos contratados para el traslado de equipajes. Y partimos. De inmediato, se observó que algunas hermanitas mostraban cansancio por la altura, motivo por el cual, procedimos dos o tres hermanos a ayudar, avanzando al paso que ellas avanzaban.
En cierto momento, sentí la necesidad de darle energía a sus chakras xolares, colocando los tres dedos centrales de mi mano derecha a la altura de sus chakras, en sus vertebras, a mitad de espalda, mientras avanzábamos lentamente. De pronto, pude visualizar con los ojos cerrados luces de colores: azul, rojo, amarillo, naranja, verde, de una pureza e intensidad divina que a manera de dientes de una rueda de engranaje se movían como rayos casi simétricos y superpuestos, intensamente, entendiendo que eran las energías de apoyo que se les entregaba. Era tan fuerte esta energía que incluso la visualizaba con los ojos abiertos, y duró un largo tramo, mientras ascendíamos por el camino largo.
En un instante hice proyectar mi corazón con la forma que se le caracteriza, hacia el lugar donde acamparíamos, a una altura de 33 m., de color rosado transparente, irradiando el lugar e irradiando a toda la humanidad.
Llovió esporádicamente y nos protegimos con los impermeables. Llegamos al campamento, al regazo de “La Mamacona”, a pocos metros de la laguna “Cachu Cachu”, casi a las 8 p.m. Los que nos anticiparon, habían prodigado sus esfuerzos instalando las carpas personales. Un acto de amor y unidad. Descansamos.


El 14 abr 2012, estaba previsto recibir las energías solares en el Cerro Santa María, después de ello y de mantralizar el mantra “Sumar Saessca Cites Mel Hassur Salt”, que significa: “El Libro de los que despertaron conciencia por amor y amaron con el corazón”, obsequio de uno de nuestros hermanos que viajó al Paititi.
Asimismo, me correspondió indicar que: “Yo soy Rahma”, significa que “el Padre Madre Hijo, El Cristo y Sol Viviente, encarna e irradia su Luz en la Tierra por Amor a la Humanidad”.
Desde el día anterior, había percibido el número 7. Los Apus me mostraban el número. Allí, en Cerro Santa María, iniciada la meditación, volvía a ser nítida esta percepción: Tres 7, dos de ellos con estrella y uno sin estrella. Por ello, interrumpí al hermano que conducía la meditación y orientamos la luz verde y violeta a los hermanos afectados por el mal de altura, que entendía en número de 7, se habían quedado en el campamento; y a los cuales momentos después descubrimos que estaban realizando grupalmente su labor de luz.
Comunicación
Marcahuasi 14 abr 2012
Hora aprox.: 09.00 hrs.
(Visualización: 7 7* 7*. En la zona del campamento, donde se depositó la leña, una joven con vestiduras blancas (túnica) en estado de embarazo, da unos tres pasos agarrándose el abultado vientre con cierta preocupación; a los tres pasos, su vestimenta se vuelve color celeste y de verano, luego regresa sobre sus pasos).
Soy tu hermano Amiel, de los Retiros Interiores de Wiñaymarca, que he venido ayudando esta salida con el objeto que os preparéis para esta salida programada en septiembre.
Desde aquí, con todas las energías de vuestro corazón, no cesen de abrir los caminos para las salidas previas.
Han comprobado y gozado los decretos sobre este lugar que ahora os acoge, utilicen esta herramienta para que cada grupo esté integrado idóneamente en los viajes, representando a la Esencia de la Humanidad, la Unidad de la cual forman parte.
La Hermandad Blanca os saluda y reconoce sus esfuerzos, mas el tiempo del parto llegó y vosotros estáis encargados de asistirlo.
Estaremos juntos, para que canalicéis y abráis las puertas, vuestro amor sincero y las llaves dadas les permitirán hacerlo.
Paz a vosotros, os esperamos en Wiñaymarca.
Amiel, Hermano vuestro de la Hermandad Blanca.
(Visualización de una nave entre nubes e inundación del color verde. Asimismo, aparece desde una puerta en una pared de piedras labradas, un ser de porte militar de la antigua Roma; luego, le aprecio mejor, como uno de raza inka, quien elevando la mano, saluda con actitud firme).
La hermanita Melanie León también lo visualizó hablando en quechua.


Hasta entonces, entendí que debíamos hacer trabajos en grupos de siete; en ese momento también supe que no éramos 22 sino 21 y en la noche, sin haberlo sabido anticipadamente, se hizo un trabajo de acceso por la puerta de “La Mamacona” en tres grupos de siete, dos apoyando y uno accediendo por la puerta al contacto con los hermanos de los retiros interiores.
A estas alturas, no debía sorprenderme. Pero todo estaba sucediendo de una manera maravillosa. Previamente, a las 3 p.m., en atención a comunicaciones recibidas, iniciamos un proceso de integración que culminó en el clásico juego del “mata gente” y luego, un verdadero clásico de fulbito combinado, entre “Los Niñitos de Marcahuasi” y “Los Increíbles Gigantes Masmas”, ganando los primeros por un gol a cero. Los nombres de los equipos son bautizo mío.
Después, en un retiro personal por los alrededores logré visualizar energías reptiloides que volaban atraídas por una gran nave, al parecer como una actividad de purificación planetaria. Una joven mujer vestida de blanco me guió nuevamente hacia el campamento.
Al realizar una meditación silente de media hora, abrazando y sintiendo la tierra, pude observar a una pareja, un varón y una dama, frente a cuatro puertas, abriendo una de ellas. Al escuchar la experiencia de Fernando Moreno, creí entender que se trataba de una puerta hacia una sala de parto.
Asimismo, empezó a revelarse un posible conflicto armado que inicialmente ubiqué en Medio Oriente, luego parecía tratarse de un problema entre Chile y Perú. Cuando regresé a Moquegua, en astral me revelaron que la China está involucrada.
Hicimos un trabajo de integración en el cual cada uno ofreció lo mejor de sí, yo les ofrecí una rosa con mi corazón en el centro, mi vida como una ofrenda – no hay mayor amor que uno ponga su vida, por sus amigos -, de modo que mis acciones más puras sean para ellos y que en mis errores, tenga la sabiduría para superarlos y perdonar en ellos también a todo aquel ser humano que cometa la misma falta.
A las 9.00 p.m. del 14 abr 2012, empezó el trabajo por el cual se había concurrido y que yo no había entendido hasta ese momento.
Se trataba de ingresar por la puerta de “La Mamacona” y contactar con la Hermandad Blanca. Entonces se formaron tres grupos de siete hermanos cada uno, el primero se seleccionó a sí mismo y era el que abriría la puerta; los dos restantes serían de apoyo.
Cuando se terminó las mantralizaciones previas, un ser vestido como guerrero con ropas áureas y con un disco solar en el pecho, me dijo: “Los estamos esperando”, invitándonos a pasar; le solicité esperar 8 mantralizaciones “Om” de los grupos de apoyo. Luego, encontrándome en el extremo derecho, me levanté tomando de la mano a una hermana y los siete, cinco mujeres y dos hombres, nos dirigimos hacia la pared rocosa de color blanco. Ingresé instantáneamente, pero había hermanos que no lo habían conseguido inicialmente. Melanie, me dijo después, “observé como era succionada por el pecho y entramos contigo y Marco, pero faltaba el resto”.
Pude ver como los guardianes del lugar transformaban su rostro de varias maneras con la finalidad de lograr o verificar en mí algún atisbo de temor o miedo; incluso, pude apreciar en el interior hacia la izquierda una imagen similar a la forma que se le atribuye al mayor ángel caído; a lo que respondía de corazón que nuestra presencia era canalizar las energías de amor y perdón absolutamente para todo lo existente, porque en ello se sustenta su Sabiduría el Profundo Amor de la Conciencia Cósmica. Se me mostró una puerta alta y viejísima a mi derecha y de ella salió por una rendija algo semejante al brazo oscuro de un pulpo gigante. “Quieres que abra esta puerta”, se me dijo. A lo que contesté: “Todavía no”. Se me dijo, estamos cansados de soportar esta carga. Me hicieron observar maquinarias similares a las existentes en la historia humana, pero al parecer no tan perfectas; como, si las ideas para mejorar la existencia humana hubiesen tenido su formato inicial en ese plano. Se notaba la presencia de seres vestidos de blanco y también se sentía la presencia de seres intraterrenos que requerían de comprensión, amor y perdón, pues, ellos se manifiestan como creen correcto hacerlo.
En un momento, dirigiéndonos a un ambiente en donde había una maquina parecida a una fotocopiadora de la cual raudamente salieron tres ejemplares parecidos a un periódico, con información sobre lo que ellos conocen y guardan, los cuales me fueron entregados; allí mismo, sobre la máquina, aparecieron uno tras y sobre el otro, tres sellos casi transparentes con el disco solar, dos iguales de transparentes y el segundo, dorado; todos del tamaño de una estampilla. Entendí que esta información ha de fluir en los próximos días, poco a poco.
Luego, bajando por un callejón ingresamos a una rada hacia el mar, me fueron mostrando la caída de templos, ciudades y civilizaciones, entre ellas, la minoica y La Atlántida; todas ellas por movimientos telúricos. En el caso de la Atlántida, pude observar un hermoso templo sobre el mar convulso mientras un barco blanco se alejaba del aquel lugar en dirección a donde yo y mi acompañante estábamos. Quise proseguir, pero había sentido que varios de mis hermanos habían concluido, por lo que decidí hacer lo mismo, agradeciendo el encuentro y la información recibida.
Esa noche, soñé que despertaba y estando despierto observaba como se abría en el entrecejo mi tercer ojo, y una dama de unos cincuenta años, con vestiduras blancas estaba echada compartiendo mi cama en mi carpa. Tenía un dedo en los labios, solicitando entre admiración y temor, que yo no gritara. De pie e inclinado sobre ella, otro ser vestido de blanco el cual se desvaneció primero y luego, poco después, lo hizo ella. En ese momento observé que amanecía y que varios seres vestidos de blanco saliendo del campamento, se dirigían a las paredes rocosas, por la cual ingresaban.
Yo pensé que estaba despierto, pero después caí en cuenta, que estuve despierto pero en astral, porque amaneció horas después y yo nunca me levanté de la cama.
Ya bajando hacia San Pedro de Casta y estando con Melanie le dije que había dejado mi corazón a una altura de 33 m. para que irradie a toda la humanidad y que en ese momento, Marcahuasi me había enviado desde ese corazón un corazón de color verde.
Un abrazo a todos, Misión Rahma. Entre intraterrenos también existen seres como nosotros que necesitan de profundo amor y comprensión, para que juntos logremos el salto cuántico consciente y luminoso, al Real Tiempo del Universo.