El verdadero Secreto de los Andes
LOS ANDES
EN 1961, UN DESCONOCIDO BROTHER PHILIP EDITABA EN INGLATERRA UNA OBRA CONTROVERTIDA: “EL SECRETO DE LOS ANDES”. EL EXTRAÑO LIBRO, REPLETO DE ESOTERISMO, HABLABA DE LOS MISTERIOS DEL LAGO TITICACA Y LA EXISTENCIA DE UN SACERDOTE LLAMADO ARAMU MURU COMO LÍDER DE UNA SECRETA “HERMANDAD DE LOS SIETE RAYOS”. ¿EXISTEN ESOS MAESTROS OCULTOS?
Un santuario escondido en el altiplano
En el texto, Philip explica el pretendido origen de Aramu o el “Señor Meru”, afirmando que el presunto personaje fue un antiguo guardián del conocimiento de Lemuria ?tierras hoy sumergidas en el océano Índico, entre África y Madagascar, aunque confundidas con Mu, el otro mundo hundido en el Pacífico?. Supuestamente, luego de la caída de su civilización, aquel sabio sacerdote habría emigrado a Sudamérica, concretamente al lago más alto del planeta, para traer consigo un poderoso disco de oro, un objeto sobrenatural que recuerda al famoso “Disco Solar” de los incas, que otrora se podía contemplar en las paredes del Qoricancha, antes de la conquista española. Como fuere, el libro de Philip introdujo en los años 60 la existencia de Aramu Muru, la Hermandad de los Siete Rayos, y el Disco Solar como elemento importante de la Hermandad Blanca, además de mencionar lugares de poder como Marcahuasi o Paititi dentro de una red de “templos” que posee aquella esquiva comunidad de Maestros invisibles.
El libro de Philip cayó en mis manos cuando era un adolescente. Me intrigó sobremanera, ya que el primer punto que exploré en relación a los intraterrestres en Perú fue, precisamente, el lago Titicaca. Curiosamente, con los años, también visitaría los mismos enclaves que menciona Philip en la cordillera de los Andes y en la peligrosa selva amazónica peruana. Entonces me preguntaba: ¿cómo llegó a obtener esas informaciones? Al parecer, su libro “El Secreto de los Andes” fue una copia no autorizada de las experiencias de un grupo místico de California que ya había estado en Perú y Bolivia por “encargo” de la Hermandad Blanca. Su líder ?hoy desaparecida?, Sister Thedra, había sido la protagonista y depositaria original de esos extraños conocimientos que Brother Philip desparramaba en su controvertido libro.
Thedra, o más bien, Dorothy Martin, había fundado en Shasta, al norte de California, su “Asociación Sanat Kumara”, con el objeto de preservar los mensajes de sus Maestros que, presuntamente, conoció en Perú luego de sobrevivir a un cáncer linfático en su Chicago natal. Se cuenta que permaneció cinco años en los Andes, y que con toda la información reunida volvió a los Estados Unidos para continuar su labor bajo el encargo de la oculta Hermandad de los Siete Rayos. Producto de su insólita experiencia, en 1955 publicó el “Registro Thedra”, libro que causó tremendo impacto en diversos grupos espirituales, esotéricos y de contacto extraterrestre. Esa obra habría sido la base de la posterior publicación de Brother Philip. Cosa que no le gustó para nada a Thedra.
En una nueva edición de su polémico “Registro Thedra”, Dorothy Martin se tomó el trabajo de publicar la siguiente aclaración sobre el libro de Brother Philip. Cito textual:
“En 1955 estas transcripciones fueron dadas al público por primera vez. Muchas manos, muchos trabajadores en la luz ayudaron en su preparación. Desafortunadamente, este material fue recientemente plagiado y publicado en un libro titulado EL SECRETO DE LOS ANDES. Fue hecho sin autorización, sin permiso de la Hermandad de los Siete Rayos” (Registro Thedra).
Me resultaba imperante mencionar todo esto porque el libro de Philip influyó muchísimo en diversos grupos de contacto, místicos y toda clase de exploradores que se lanzaron en búsqueda de esa hermandad y sus conocimientos. Independientemente de que esa comunidad espiritual de Maestros andinos existe, y que muchos de los lugares que menciona Philip efectivamente son Retiros Interiores de la Hermandad Blanca, lo cierto es que su obra mezcló todo ello con Maestros Ascendidos, extraterrestres, y hasta ángeles. Aunque sabemos de la conexión que une tan variados temas, la forma como Philip los planteó fue, según nuestra humilde visión, distorsionada. Probablemente por las creencias esotéricas de su época.
Philip, en realidad, era George Hunt Williamson, un entusiasta norteamericano por estos temas que fue estrecho colaborador y hasta testigo presencial de los encuentros cercanos del contactado George Adamski. Un detalle curioso…
Otro dato: se cuenta, además, que en 1957 Hunt Williamson conoció en persona al principal difusor del enigma de Marcahuasi, el Dr. Daniel Ruzo, viajando juntos a la meseta andina donde, al lado del explorador Gene Savoy ?descubridor del centro Chachapoya “El Gran Pajatén”? observaron la evolución de varios ovnis. Ante el acontecimiento, se dice, Hunt Williamson huyó aterrado meseta abajo. No obstante a esta experiencia, publicó en 1959 “Road in the Sky”, obra que ya se adentraba en el tema de las humanidades desaparecidas y seres de otros mundos. Hay que decir que buena parte de las informaciones de este primer libro fueron retomadas y complementadas posteriormente en “El Secreto de los Andes”, que fue publicado dos años más tarde y citando, como no podía ser de otra forma, a Marcahuasi. Es importante entender estos vaivenes en la publicación del libro de Philip por su enorme influencia en la búsqueda de la Hermandad Blanca del Titicaca.
Pero al margen de todo ello, Aramu Muru, Meru, o “Azur-Mah”, es un personaje real que habría existido físicamente hace miles de años atrás. Y de hecho una leyenda local lo conecta con la Puerta de Hayumarca que se encuentra en Puno (Perú) frente al lago Titicaca. Ese fue uno de los primeros lugares de poder que exploramos tras la estela de los Maestros.
Pues bien, la historia que uno escucha en el lugar sostiene que el sacerdote de Lemuria “desapareció” en la Puerta de Hayumarca para esconder de los españoles el disco de oro que trajo consigo. Pero esta historia involucra entredichos. Por un lado, la conquista fue hace 500 años, no en tiempos post lemurianos. Y por otra parte, hay sólidas informaciones que señalan el Qoricancha del Cusco y la huida al Antisuyo en el Siglo XVI como la vía de escape del Disco Solar a su lugar final de descanso: Paititi. Al menos, esa es la historia de ese disco (en otro artículo ya vimos que no es el único).
Además, como adelanté, varios escritores esotéricos confunden Mu y Lemuria. Hay que decir que ambos son dos mundos distintos. El primero, evoca un presunto continente desaparecido en el océano Pacífico: la Kasskara de los indios Hopi, cuyos posibles restos se amparan en Pascua, Tahití, Samoa, las islas Cook, las Tongas, las Marshall, las Kiribati, las Carolinas, las Marianas, Hawai y las islas Marquesas (entre otras). De allí provendría Aramu Muru. Y, por otro lado, “Lemuria” fueron vastas tierras que, en una época muy antigua, se hallaban unidas a África y Madagascar: la cuna del ser humano, en el actual océano Índico.
Ahora bien, separando a un lado estas teorías, y estudiando detenidamente la información disponible en el lugar, es inevitable rendirse a los indicios de que en el altiplano peruano-boliviano hay un misterio de grandes proporciones que hasta el día de hoy no ha sido del todo desvelado. ¿Quiénes fueron los seres que guiaron a Thedra hacia los Andes? ¿Por qué los mismos lugares que visitó Philip en los años 50 son frecuentados en la actualidad por distintos grupos de contacto extraterrestre? ¿Existe, realmente, la Hermandad de los Siete Rayos?