lunes, 12 de octubre de 2009
SIXTO PAZ - LOS NIÑOS INDIGOS Y DE CRISTAL
MISION RAHMA
SIXTO PAZ WELLS.
LOS NIÑOS INDIGOS Y DE CRISTAL
¿Quiénes son aquellos niños y niñas que cual sabios maestros y
guías retan, aconsejan y enfrentan con sabiduría y argumentos
a sus padres, tutores y maestros, y que con incomprensible
precocidad y madurez. Se comportan como ancianos en cuerpos
de niños? ¿Por qué aquellas almas sabias y maduras velan por
las noches mirando al cielo derramando más de una lágrima,
recordando una familia sideral que dejaron en su hogar en las
estrellas? Qué difícil se les hace a ellos tener que aprender lo ya
aprendido, cuando sienten en su interior la premura
del tiempo del cambio que es llegado.
Nuestro mundo se está acercando a pasos acelerados hacia el final de un ciclo cósmico, a un verdadero y trascendental “Parto Planetario”, de tal manera que no solo las personas que fallecen vuelven a encarnar casi de inmediato en nuestro mundo, sino que también muchos otros espíritus de otros planetas están viniendo a la Tierra, para aprovechar ese trampolín en la evolución que nuestro mundo ofrece. Algunos de estos espíritus vienen a aprender, otros a enseñar, y algunos a ambas cosas, resintiendo de inmediato la violenta diferencia de vibración al ir tomando conciencia y al ir recuperando el recuerdo de sus fuentes de origen.
Los niños son por naturaleza hiperactivos. Es tal la cantidad de energía que maneja que tienen que moverse y estar cambiando de entorno y de estimulación para incrementar su capacidad de aprendizaje. Bien sugiere el dicho popular: “En la variedad está el gusto”. El niño que está quieto todo el tiempo, que no curiosea, ni diversifica su atención y concentración en varias cosas a la vez, realmente tiene problemas, y a veces el problema son los adultos que lo rodean, quienes equivocadamente imponen una educación parametrada, represora y castradora.
El niño debe ser libre pero a la vez guiado; debe ser amado pero no mimado; debe ser enseñado y orientado pero incentivándole a la experimentación y la exploración. Al niño se le deben explicar las cosas, no imponérselas. Al ser un alma parcialmente adormecida que ha olvidado sus procesos anteriores, hay que ayudarle a recordar facilitándole el afloramiento de toda preparación anterior.
En la actualidad las ciudades modernas no están preparadas para ofrecer a la niñez la posibilidad de explayarse, de mantener contacto con la naturaleza, de expandirse y explorar no sólo con los ojos, oídos y la mente. La buena lectura es una compensación que sirve de guía al espíritu, así como de inspiración, al igual la práctica de algún deporte como disciplina y mecanismo de relax y desfogue frente al estrés del hacinamiento y la masificación. Pero no es suficiente. Se necesita espacio y la posibilidad de volver a la naturaleza con cierta frecuencia para poder mantener o recobrar la salud del cuerpo, la mente y el espíritu.
Los Niños Índigo.
Algunos de estos espíritus de origen estelar encarnados son aquellos que llamamos los “Niños Índigo”. Seres en cuya aura total o cuerpo bioplasmático destaca como color envolvente o predominante el azul marino intenso y brillante, o con una ligera tonalidad violácea. Esto se explica porque son seres de un mayor nivel de espiritualidad que el común de los humanos.
Algunos niños Índigo también son seres humanos originarios del alma colectiva de nuestro planeta que han evolucionado y que vuelven a encarnar rápidamente con la misión de positivisar el planeta y aportar luz e iluminación.
La característica de un niño o niña Índigo es su precocidad, su madurez, su responsabilidad e inteligencia superior que les hace entender y comprender las cosas, muchas veces antes de que se las expliquen, de tal manera que se produce en ellos aburrimiento y frustración frente a un sistema educativo lento y anacrónico, lo cual es mal interpretado por los adultos como déficit de atención exponiéndolos a perjudiciales y agresivos tratamientos farmacológicos. Por ello el consejo es aprender con ellos y de ellos procurando sistemas nuevos y dinámicos de enseñanza.
Los Niños Cristal.
Sabemos que la perfección en el reino mineral se expresa en los cristales, debido a que estos se forman por las grandes presiones del subsuelo, algo muy similar a lo que ocurre en un ser altamente evolucionado y espiritual, que se ha perfeccionado enfrentando grandes pruebas de crecimiento arriesgándose a saber y a comprometerse con el conocimiento, actuando con sabiduría. Los Niños Cristal son estos seres superiores y avanzados en la perfección que vienen a traer una elevación de todo y de todos, a riesgo de su propia entrega.
El color del aura de estas personas suele ser un blanco o dorado brillante.
Estos niños y niñas como en el caso de los Índigo, pueden ser de origen terrestre o estelar. Y se les reconoce por su actitud casi permanente de espíritu viejo, a la vez, de maestro de sabiduría, con un sentido común y claridad inexplicable. Esto no quiere decir que estas personas no pasen por procesos propios de la infancia, adolescencia y juventud, los cuales pueden llegar a ser traumáticos por su mayor avance, y a la vez por su permanente sentimiento de impotencia y premura, que raya en la urgencia por actuar y hacer cosas importantes.
El nacimiento a partir de 1947 de estos niños y niñas va en aumento, y está en relación con la cercanía de los grandes cambios planetarios y tránsito dimensional de la Tierra y de la humanidad. Ellos vienen no sólo a asistir al proceso apoyándolo, sino también a participar y aprovecharlo en beneficio de sus propias civilizaciones de origen.
“RAHMA ES AMAR, DIOS ES AMOR, CRISTO ES EL SEÑOR
Y LA MISIÓN ES POR LA HUMANIDAD”