Fragmento de Síntesis 33
de Sixto Paz
Esto nos hace pensar que el Libro de Las Vestiduras Blancas, no estaría escrito en un idioma que habría que traducir, sino más bien, se daría como en Nombre Cósmico, una especie de mantram que abriría el Archivo Akáshico, o Libro de la Historia de la Humanidad.
La plancha, pues, contiene un alfabeto similar a los símbolos que los Guías han trasmitido, algunos están repetidos, y mantienen la misma similitud con los de los Cantos Gregorianos.
Por ejemplo, se encuentra en carácter de la interrogación que une dos símbolos, para añadir un valor al carácter en sí, dos símbolos que se usaban en la música.
No guardan relación con el pentagrama habitual que conocemos, no son notas tal como las sabemos, sino entonaciones, de tal forma, que una sinusoide significa que se tiene que elevar un tono, o bajarlo.
El propósito de los Cantos Gregorianos, es armonizarse con la vibración primordial que todos tenemos en la columna, como los monjes, eso no es otra cosa que la Kundalini, la elevación de la energía, el despertar los chakras, despertar los centros.
Tiene, pues, el Canto Gregoriano, un carácter vibratorio para elevar y despertar la energía o canalizar las energías hacia un despertar de conciencia.
Los monjes que cantan el gregoriano, requieren menos horas de sueño, lo cual sugiere que tiene un efecto relajante.
La forma en que se escribe la música en los Cantos Gregorianos, es muy distinta a como se escribe actualmente en el pentagrama, por ello ha habido dificultad en el traslado de los ideogramas utilizados.
La notación de siete notas que usamos hoy en día es arbitraria, la separación entre notas, es una serie de tonos y semitonos arbitrario, por esto se sospecha que antes de la separación de frecuencias, de notas, o tonos y semitonos, entre quintas notaciones, era diferente.
La plancha de la fotografía del libro de Von Dániken, nos muestra cuatro columnas de 1 símbolos cada una, algunos repetidos, dos de ellos en una especie de red. La plancha es más larga que ancha.
La clave, era la respiración en los Cantos Gregorianos, de allí que a los símbolos usados se los llama neumáticos (neuma-aire)
Loa símbolos indicaban como elevar o bajar la voz, siempre eran tonalidades menores, y había un intervalo prohibido, que era el de Fa a Si, pues se consideraba que alteraba el organismo, por ello inventaron los monjes el Si bemol, para que fuera más suave y menos estridente.
Se le llamaba a ese tono prohibido, “el diablo en la música”.
El Libro pues de Las Vestiduras Blancas, no se leería, sino que se cantaría, por cuanto son los mismos símbolos de los cantos de los Coros Gregorianos, de las planchas encontradas en cavernas en Sudamérica, los símbolos recepcionados de los Guías en algunas comunicaciones o visualizaciones y percibidos en algunos encuentros.
Los Cristales de Cesio, tantas veces hemos hablado de ellos, que nos ayudarían a interpretar, vendrían a ser una caja de resonancia, para que con el Nombre Cósmico podamos alcanzar la frecuencia vibratoria adecuada, para acceder al registro Akáshico, que estaría codificado en símbolos neumáticos traducibles a sonidos, sujetos a una interpretación tonal o musical.
¿Sabían ustedes que el Monasterio de Silos, en España, es el único que enseña el Canto Gregoriano, que se encuentra en la localidad de Burgos, en el meridiano 3º 33’?
Esto nos hace pensar que el Libro de Las Vestiduras Blancas, no estaría escrito en un idioma que habría que traducir, sino más bien, se daría como en Nombre Cósmico, una especie de mantram que abriría el Archivo Akáshico, o Libro de la Historia de la Humanidad.
La plancha, pues, contiene un alfabeto similar a los símbolos que los Guías han trasmitido, algunos están repetidos, y mantienen la misma similitud con los de los Cantos Gregorianos.
Por ejemplo, se encuentra en carácter de la interrogación que une dos símbolos, para añadir un valor al carácter en sí, dos símbolos que se usaban en la música.
No guardan relación con el pentagrama habitual que conocemos, no son notas tal como las sabemos, sino entonaciones, de tal forma, que una sinusoide significa que se tiene que elevar un tono, o bajarlo.
El propósito de los Cantos Gregorianos, es armonizarse con la vibración primordial que todos tenemos en la columna, como los monjes, eso no es otra cosa que la Kundalini, la elevación de la energía, el despertar los chakras, despertar los centros.
Tiene, pues, el Canto Gregoriano, un carácter vibratorio para elevar y despertar la energía o canalizar las energías hacia un despertar de conciencia.
Los monjes que cantan el gregoriano, requieren menos horas de sueño, lo cual sugiere que tiene un efecto relajante.
La forma en que se escribe la música en los Cantos Gregorianos, es muy distinta a como se escribe actualmente en el pentagrama, por ello ha habido dificultad en el traslado de los ideogramas utilizados.
La notación de siete notas que usamos hoy en día es arbitraria, la separación entre notas, es una serie de tonos y semitonos arbitrario, por esto se sospecha que antes de la separación de frecuencias, de notas, o tonos y semitonos, entre quintas notaciones, era diferente.
La plancha de la fotografía del libro de Von Dániken, nos muestra cuatro columnas de 1 símbolos cada una, algunos repetidos, dos de ellos en una especie de red. La plancha es más larga que ancha.
La clave, era la respiración en los Cantos Gregorianos, de allí que a los símbolos usados se los llama neumáticos (neuma-aire)
Loa símbolos indicaban como elevar o bajar la voz, siempre eran tonalidades menores, y había un intervalo prohibido, que era el de Fa a Si, pues se consideraba que alteraba el organismo, por ello inventaron los monjes el Si bemol, para que fuera más suave y menos estridente.
Se le llamaba a ese tono prohibido, “el diablo en la música”.
El Libro pues de Las Vestiduras Blancas, no se leería, sino que se cantaría, por cuanto son los mismos símbolos de los cantos de los Coros Gregorianos, de las planchas encontradas en cavernas en Sudamérica, los símbolos recepcionados de los Guías en algunas comunicaciones o visualizaciones y percibidos en algunos encuentros.
Los Cristales de Cesio, tantas veces hemos hablado de ellos, que nos ayudarían a interpretar, vendrían a ser una caja de resonancia, para que con el Nombre Cósmico podamos alcanzar la frecuencia vibratoria adecuada, para acceder al registro Akáshico, que estaría codificado en símbolos neumáticos traducibles a sonidos, sujetos a una interpretación tonal o musical.
¿Sabían ustedes que el Monasterio de Silos, en España, es el único que enseña el Canto Gregoriano, que se encuentra en la localidad de Burgos, en el meridiano 3º 33’?