Fobia social, cómo abordar una enfermedad de nuestro tiempo
Las fobias pueden ser generadas por objetos o circunstancias cuyas consecuencias pueden ser invalidantes para quien las padece
La Organización Mundial de la Salud informó que existen más de 250 tipos de fobias reconocidas y estudiadas y el 7% de la población mundial padece este fobia social en su categoría más simple mientras que el 4% la desarrollará en su variable más compleja.
Las fobias pueden ser generadas por objetos o circunstancias cuyas consecuencias pueden ser invalidantes para quien las padece. En la actualidad, la ansiedad o fobia social se presenta como el trastorno más extendido a nivel mundial y en la Argentina afecta al 20% de su población.
La definición de este tipo de fobia se explica a través del miedo exacerbado ante la mirada de los otros. Es decir, el paciente posee un excesivo temor ante la opinión, la actitud o el pensamiento que los demás podrían tener sobre ellos. El contacto social se vive como un condicionante y hasta puede tornarse invalidante para el desarrollo y el transcurso de una rutina , alcanzando la posibilidad de no salir de su hogar para evitar la interacción.
La ansiedad social se caracteriza fundamentalmente por su carácter paralizante ante ciertas situaciones de la vida cotidiana que exigen permanentemente contacto con el prójimo. Por ejemplo, quien padece la fobia evita hablar en público, rendir exámenes; reunirse con sus superiores en el ámbito laboral; contar sus problemas personales a sus amigos, familia o pareja; participar en reuniones; dar o defender opiniones propias,; hablar o escribir delante de otras personas o concurrir a una cita amorosa.
Todas estas situaciones poseen un denominador común: el miedo a la frustración. Es decir, quien padece fobia social evita situaciones o momentos en los cuales considera que su exposición podría determinar en la mirada ajena una desaprobación de su persona y por lo tanto, opta por evitarlas y paulatinamente, se aísla del contacto social cada vez más.
Origen y síntomas
El término “fobia social” fue introducido por primera vez por la escritora neozelandesa, Janet Frame en 1903, y su interés por el trastorno se basó en su propia experiencia; ya que ella padecía la enfermedad y lo dio a conocer al momento de escribió su autobiografía.
Frame estableció que este tipo de fobia comienza en la adolescencia, pero el primer hecho traumático puede tener como origen algún acontecimiento atravesado durante la infancia. El primer episodio sucede de manera inesperada o sin razón aparente en un lugar público en el cual el paciente padece un miedo exacerbado ante una situación que considera humillante hacia su persona.
Además, el temor se encuentra acompañado por un cuadro de ansiedad que desencadena síntomas físicos como: ritmo cardíaco acelerado, falta de aire, inquietud, sudoración, enrojecimiento facial, náuseas o necesidad de ir al baño, pudiendo sobrevenir en un ataque de pánico.
La fobia social en la Argentina
En la Argentina la Fundación Fobia Club atiende a 531 pacientes, y el 30% de los casos se encuentran definidos por fobia social, siendo en la actualidad la fobia más extendida y frecuente en la población nacional, superando a la agorafobia (el temor a circular o estar en lugares públicos) y el trastorno obsesivo compulsivo.
Por su parte, el CentroIMA (Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad) determinó, a partir de una investigación sobre el tema, que el promedio de edad de consulta es a los 33 años. Además, el estudio determinó que las mujeres (70%) son quienes protagonizan la mayor cantidad de casos de fobia social y también, es gran incidencia en los pacientes sin pareja (38%).
Otro dato que surge de esta investigación y que se presenta como muy revelador acerca de los síntomas de la enfermedad es que 8 de cada 10 casos, los cuadros de ansiedad social aparecieron vinculados a otros trastornos tales como, la depresión y el alcoholismo.
El consumo excesivo de alcohol o drogas es uno de los signos más frecuentes en la fobia social, ya que el paciente encuentra en estas sustancias un estimulante para disminuir sus inhibiciones y así, afrontar situaciones en las cuales el miedo no les permite afrontarse a personas o circunstancias específicas.
La fobia social es sin dudas uno de los trastornos de la salud mental que caracterizan a nuestro tiempo y en la actualidad encuentra multiplicidad de abordajes y tratamientos para su cura.