La asombrosa revelación de la existencia de túneles que conectan ciudades subterráneas bajo el lago sagrado de Los Andes.
El Perú nos brinda a lo largo de su territorio una mezcla de costumbres y tradiciones que podrían decirse que provienen de distintas culturas, razas y orígenes tan diversos, que corroborarían ese calificativo de ser el país de “todas las sangres”. En ese manantial de tradiciones aparecen mitos y leyendas sobre las raíces de los pueblos, civilizaciones perdidas y ciudadelas escondidas, entre ellas aparece Wanaku.
Cuenta la leyenda que el dios Sol compadecido con los pueblos entregados a la barbarie, “envió a sus hijos salidos entre las espumas del lago Titicaca” con el fin de guiar, civilizar y enseñar a los hombres. Es aquí que el gran Lago Titicaca aparece como escenario primigenio del origen del gran imperio de los Incas.
Los Aymaras pueblo de la región relataban que antiguamente, antes de los Incas, existió la cultura Tiwanaku, o Tiahuanaco como la conocemos, cuyos restos arqueológicos se encuentran a 20 kilómetros al sur del lago Titicaca, la cual, según sus relatos tenía una ciudadela o templo legendario perdido hace mucho llamado Wanaku y que ahora se encontraba en el fondo del lago. Esta leyenda se consideraba parte de la imaginación y el folclore del pueblo, hasta que un descubrimiento interesante dio pie a nuevas dudas sobre si es ficción o parte de una misteriosa realidad.
Un equipo de arqueólogos italianos pertenecientes a Akakor Geographical Exploring, se sumergieron en las profundidades del lago Titicaca y descubrieron construcciones precolombinas con forma de un enorme templo de más de 200 metros de largo y 40 metros de ancho con caminos pavimentados y un gran muro de contención de más de 700 metros, con terrazas para cultivos y objetos de cerámica. ¿Será acaso la ciudadela de Wanaku o los ceramios y estatuas encontradas son una especie de pago a las aguas del Titicaca?
Según la arqueóloga chilena, Victoria Castro, en torno al lago se han creado diversos mitos. Para ella, el lago es una zona sagrada para todos los pueblos andinos, por lo que no es extraño encontrar objetos que fueron tirados al Titicaca a modo de ofrenda. “La historia de la ciudad sumergida que sería el origen de nuestra humanidad existe hace muchísimos años. De hecho la sitúan desde el triángulo de las Bermudas hasta el mismo Titicaca, pero es solo eso, un mito.”
Por otra parte, la historia de islas hundidas, de civilizaciones perdidas no es solo parte de la cultura popular y de buscadores de tesoros, sino que también ha logrado seducir a científicos. Incluso, muchos de ellos han relacionado algunas de estas ciudades con la Atlántida. Así lo explicó la historiadora Patricia Núñez: “Hay quienes puedan asociar este relato a otros mitos pre colombinos, en especial al que cuenta la historia de una civilización que habitaba en el Titicaca a la que se le había prohibido subir a las montañas, pero al transgredir la norma fue castigada por los dioses.”
Pero esto no queda ahí, los investigadores de Ovnis también le atribuyen un origen extraterrestre a los restos encontrados dentro del lago, señalando que la ciudadela son restos de una antigua base alienígena sumergida en las profundidades del Titicaca, para lo cual se apoyan en avistamientos de los lugareños de objetos voladores extraños. Además, se refuerzan con el significado del nombre del lago que significa Puma de Piedra, que curiosamente tiene forma de un puma, siempre y cuando se le vea desde el espacio.
Esperemos que nuevas investigaciones aclaren los misterios de estos restos arqueológicos que serían un gran atractivo turístico para Perú y Bolivia y enriquecería más la historia de nuestros pueblos. Y para alimentar el misterio, un vídeo de History Channel sobre este descubrimiento, desde la perspectiva de los investigadores de los ovnis.
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