martes, 10 de marzo de 2009
EL LIBRO DE LOS GUARDIANES Y VIGILANTES DE MUNDOS
Extraído del libro: El Libro de los Guardianes y Vigilantes de Mundos-
Sixto Paz Wells —¿Qué hubiese pasado si Jesús no hubiese venido?
—El desenvolvimiento de los acontecimientos en la Tierra estaba complicándose cada vez más, escapando de cualquier control u orientación posible por parte nuestra y de las civilizaciones extraterrestres encargadas de ello, alejándose vuestro proceso temporal del curso del tiempo cósmico, e impidiéndose así las posibilidades de un reencuentro. Esto podría ocasionar una paradoja espacio-temporal que llevaría a la inmediata supresión del tiempo y proceso terrestre.
—¿Nos hubieran destruido y habrían quedado las cosas como si nada hubiese pasado?
—¡Sí, esa habría sido la alternativa a manejarse!... De allí que los planos espirituales solicitaran un voluntario para encarnar como misión a la humanidad, al plan y a la conexión cósmica, señalando el camino a seguirse. ¡Y ese fue el real ser de Jesús!
—¿Quién era María, la que fue su madre?
—Era un espíritu nuevo, condensado de lo más precioso del estanque cósmico. Una síntesis del espíritu planetario; alguien que por su elevada pureza y sencillez estuviese dispuesta humildemente a aceptar ser parte de los designios de lo Alto.
Recuerden que para que llegue el Cristo Cósmico a manifestarse en la dualidad del universo material, por los principios de la polaridad y generación se requiere que intervengan complementariamente la parte femenina y la parte masculina, como canales facilitadotes de la encarnación. María simbólica y efectivamente representó la parte femenina, incorporando en ella la energía y el espíritu planetario que se expresa en la naturaleza o como llamarían ustedes en la “Madre Tierra”. Ella representó a la Tierra y Jesús al Cielo o al Cosmos, porque él se preparó durante una buena parte de su última existencia material para incorporar a lo largo de los tres años de vida pública a un ser de otra dimensión; una entidad exterior con quien coexistió durante la parte final de su vida misionera. Y luego, esta misma entidad lo dejó solo delante de la prueba en el momento de la cruz, para que sellara su misión por propio mérito.
El caso de María la Virgen es desde sus remotos antepasados y especialmente desde sus padres Joaquín y Ana, también el de una persona programada. Sus padres estériles eran personas de un alto grado de conciencia y espiritualidad, que se comprometieron a crear las condiciones como para que viniera a través de ellos un ser especial que pudiera servir para un plan mayor.
Tras la resurrección de Cristo, María fue el elemento cohesionador de toda la comunidad cristiana, y al morir fue elevada a dimensiones superiores, encarnando en otros planetas y volviendo en los últimos siglos en naves interdimensionales de la confederación para guiar el despertar colectivo. Aunque lamentablemente muchos de estos mensajes son malentendidos o manipulados convenientemente según oscuros intereses.
—¿Y qué es el Cristo Cósmico?
—Ya lo mencionamos antes: para que la presencia de una persona evolucionada que acepta volver para guiar a otros, cumpla con el objetivo trascendente y universal de una misión planificada en las altas esferas espirituales hacia la reconexión de tiempos diferentes y universos paralelos, como son el material y el espiritual a través del mental, debe contar con el apoyo de alguien que en el camino le pueda dar una mano, en éste caso: brindarle un mayor entendimiento, consuelo y fortaleza.
El Cristo Cósmico señala a aquella entidad del universo mental que asumiendo su parte en el plan, convivió los tres años de vida pública de Jesús con él y en él. Aquel que conocen hoy como el Arcángel Miguel, un ser Ultraterrestre de la categoría de los llamados Hijos de Dios o Resplandecientes Padres Creadores de universos, que no son Dios sino una manifestación de Él, como lo pueden ser ustedes.
Y lo de la intervención tuvo que ser así, por las responsabilidades ultraterrestres que existían para con respecto al duro y complicado proceso terrestre.
—Hoy sabemos que ha habido errores en el calendario, y que Jesús habría nacido siete años antes de la fecha asignada, y no precisamente un 25 de diciembre, ¿tiene eso alguna importancia o es meramente referencial?
—Hay muchos detalles que tienen su importancia para comprender la verdad de los hechos y su significado profundo. Para empezar, José el esposo de María cuando se desposó con ella era anciano y viudo, y tenía varios hijos, algunos de ellos mayores de edad que María. El pertenecía a una tercera orden de los esenios que la constituían los matrimonios, por lo cual tenía una formación religiosa muy profunda, y aceptó —a pesar de las críticas del movimiento esenio a los sacerdotes del templo—, la solicitud y las recomendaciones de éstos como para que desposara a María bajo condiciones distintas a las usuales. Ella era desde niña, una virgen ofrecida y dedicada al templo, por lo que en su caso jamás tendría relaciones sexuales con algún hombre. Pero ya en el templo, una serie de sucesos paranormales, así como presencias angélicas llevaron a los sacerdotes a percibir que aquella niña había venido con una misión especial, por lo que su matrimonio sólo sería en apariencia, y que debía darse para protegerla hasta que se aclarara para lo que estaba designada.
Por la vía astral o de los sueños, José hombre justo y sabio, fue advertido de que el embarazo de María era algo programado de lo más Alto, por lo que su parte en el Plan era darle cobijo, orientación y ayuda. Sólo así se podría dar cumplimiento a aquello que estaba previsto. Entonces más que un matrimonio fue una suerte de adopción.
Como todos los sueños son viajes astrales pero no todos los viajes astrales son sueños, son estos últimos, una forma sencilla, útil y muy práctica de trasmitir información y conocimiento. Además, el viaje astral es la prolongación del proceso de aprendizaje diario. En el astral pasan la tercera parte de su vida material.
—¿Cómo se produjo el embarazo de María y quién fue el proveedor de la parte masculina?
—Una inseminación artificial a distancia suena muy duro y quizás ofensivo, pero es algo sencillo cuando se dispone de la tecnología como para una transmisión electromagnética. Y reiterando su naturaleza muy humana, el semen utilizado correspondía a un banco de esperma que contenía los aportes de los más importantes representantes de la historia bíblica: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, etc. De entre todos ellos se seleccionó uno adecuado, porque tenía que ser un cuerpo muy especial que resistiera esa entidad y energía que a través de él debía actuar.
Volviendo al significado del nacimiento y su ubicación en su espacio-tiempo, les diremos que como nada es dejado al azar: si ustedes se fijan y suma siete años a vuestro actual calendario verificarán que ya entraron en el tercer milenio... Y esto lo podrían interpretar como que ya llegó el momento como para que se produzca el gran cambio en vuestras vidas a nivel planetario.
—¿Tiene que ver esto con aquello que dicen las Sagradas Escrituras: “... para Dios un día son como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro:3,8)?
—Precisamente, porque si Jesús resucitó al tercer día, lo que se espera simbólicamente que ocurra ahora que han entrado en el tercer milenio o tercer día de la humanidad, es que se produzca la resurrección colectiva del amor y la conciencia humana hacia la unidad, la justicia y la paz.
Y Jesús nació un 19 de marzo, siete años antes de la actual era cristiana bajo el signo de Piscis, porque era maestro bajo el signo de Piscis, en una época en que el maestro compartía directamente con sus discípulos de la enseñanza esencial. Ahora en pleno Acuario, el conocimiento es facilitado a sinceros buscadores que están dispuestos a entrar en contacto con su propio maestro interno o real ser, para que cada uno halle dentro de sí lo esencial.
—¿Cómo fue el nacimiento de Jesús?
—En una gruta cerca de Belén, donde hubieron de refugiarse porque a María le sobrevinieron los dolores del parto antes de llegar a la aldea. Allí una nave de la Confederación hizo su aparición descendiendo envuelta en una luminosa nubosidad, de la que se desprendió un haz de luz que tocó tierra, y del interior salieron unos seres de la sexta dimensión quienes a niveles energéticos y con sumo respeto rodearon a la Virgen María, que se hallaba acostada sobre un manto de tela colocado sobre la paja en el suelo de la cueva, y extendiendo sus manos hacia delante efectuaron una cesárea cósmica, de tal manera que la madre María continuó siendo virgen después del nacimiento del Cristo. Cuando ya tuvieron entre sus manos a Jesús, después de haber cortado el cordón umbilical y haber cerrado la herida del vientre con energía sin dejar cicatriz alguna, rindieron homenaje a aquel que teniendo el mismo nivel que ellos podría llegar a superarlos.
Recién a los dos años de haber nacido, y habiéndose establecido temporaria mente la familia en Belén, llegaron los que ustedes conocen como los Reyes Magos, guiados por la misma nave de la Confederación que anunció su nacimiento a los pastores. Ellos eran algo más que astrólogos, magos y maestros de Caldea y Persia, ellos pertenecían a órdenes secretas conectadas con la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores. Por lo que vinieron trayendo no sólo regalos que servirían a la familia para establecerse durante una larga temporada en Egipto, específicamente en Alejandría, con los esenios locales llamados “terapeutas”, sino que también trajeron algunos objetos que le habrían pertenecido a Jesús en una vida anterior en la India, para ver si el niño los reconocía y así, asegurarse de que él era el que se esperaba que viniera: “El Mesías de Israel”. Y el niño no sólo coincidía con las señales y profecías, sino que pasó las pruebas ampliamente. Por lo que supieron que él era el que debía de venir y así lo informaron a la Gran Hermandad Blanca de regreso a los retiros en Asia Central.
La familia permaneció en Egipto hasta después de la muerte de Herodes, cuando Jesús tenía cuatro años de edad. De allí regresaron hacia Israel, viviendo temporalmente al lado del monasterio esenio de Qúmran y recibiendo así la familia, y especialmente el niño, una educación y orientación especial basada en la búsqueda de la verdadera pureza, la perfección y la bondad. Posteriormente se instalaron de forma definitiva en lo que hoy conocen como Nazareth, donde existía una pequeña aldea de familias esenias que tenía talleres y atendían con sus servicios profesionales a otros pueblos y aldeas cercanas; entre estos talleres estaba el de carpintería y ebanistería de José. Allí Jesús trabajaba al lado de sus hermanastros, y desde ese lugar realizó algunos de sus viajes de preparación recordando iniciaciones pasadas. Desde los 17 años Jesús alternó temporadas de trabajo en la carpintería, con esporádicas convivencias con los esenios, algunos viajes con caravanas a Mesopotamia, Persia, Afganistán, El Himalaya y la India. Durante ese tiempo tuvo repetidos contactos y encuentros cercanos físicos con los Vigilantes y Guardianes extraterrestres, la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores, maestros de diversas religiones y escuelas, pueblos exóticos y realidades crueles y duras, e innumerables experiencias a niveles astrales y espirituales.
—¿En qué momento se produjo la incorporación del Hijo de Dios en el Hijo del Hombre?
—No fue ni antes del bautizo ni en el bautizo, sino que fue gradualmente después, cuando empezó a reunir a los discípulos.
—¿Fue Jesús el Maestro de Justicia de los Esenios?
—No, porque cuando oficializa su condición de esenio en el momento del bautizo de Juan (otro de los esenios famosos), inicia su conocida vida pública entregado a todos.
—¿Qué significó en Jesús la incorporación de la entidad del universo mental?
—El hijo el hombre brindó sus siete cuerpos para que en un octavo superior, el ser ultraterrestre procedente de la octava dimensión en adelante contribuyera a marcar el camino de la humanidad. Además para Jesús, por muy espiritual y evolucionado que era, naturalmente le resultó difícil convivir con el conocimiento de la trama final de su existencia, por lo que esa entidad superior lo apoyó para que pudiera vivir con ese conocimiento y así poder enfrentarlo.
Antes, durante su etapa de preparación, Jesús tenía una idea de lo que sería su proceso, pero al iniciar su vida pública, llegó el conocimiento exacto y al detalle de cuanto le iba a acontecer. Era como una visión tenebrosa que producía una carga angustiosa excesivamente pesada. De allí la solidaridad manifestada en aquella presencia superior que también requería sentir esta dimensión y todo cuanto aquí se ha gestado. Además recuerden que lo bueno y lo malo han procedido de los mismos Padres Creadores, que por haberse acercado mucho a su creación hoy se encuentran divididos y enfrentados.
—Hay quienes piensan que Moisés es una de las vidas anteriores de Jesús, ¿es eso cierto?
—¡No!... Recuerden la transfiguración de Jesús en el monte Tabor. Allí se hizo presente una de las naves de la Confederación de Mundos de la Galaxia y en ese preciso instante, bajo un potente haz de luz apareció Moisés al lado de Jesús, y también Elías, encarnación pasada de Juan Bautista que por la ley de Causa Efecto (mencionada en la Biblia como la ley del Talión), murió degollado así como anteriormente Elías había degollado con la ayuda del pueblo de Israel a los sacerdotes de Baal (1 Reyes: 18,40)
Aún no es tiempo que conozcan al detalle las vidas anteriores de Jesús, pero sí les podemos decir que algunas de éstas se remontan a Sumeria y a imperios antiguos de la India.
—Nos podrían explicar ¿por qué tenía que sufrir y morir de esa manera Jesús?
—Primero porque la humanidad debe conmoverse frente a la injusticia, aprendiendo a ser solidario; y segundo porque se ve allí el cumplimiento de las leyes universales, que muestran que “a toda fuerza se el opone otra contraria de igual intensidad”... Y que muchas veces se puede medir el valor y la importancia de lo que se hace en función del rechazo y la contradicción que produce.
Si lo que Jesús enseñó con la palabra y el ejemplo no hubiese sido tan fuerte, no habría generado tan violenta oposición. Esto lo pueden verificar en la vida de personas como Gandhi, Kennedy, Luther King, etc. Verdaderos apóstoles de la paz y que sin embargo tuvieron muerte violenta; y es que ellos no merecían una muerte natural, sino un desenlace heroico, lo cual los hace ser en la actualidad un punto de orientación de confianza en la potencialidad humana; un faro en la oscuridad y un ejemplo digno a seguir.
—¿En qué momento se separó el Hijo de Dios del Hijo del Hombre, o permanecieron juntos hasta la resurrección?
—Jesús pudo soportar la inmisericorde flagelación así como toda la angustia, el desaliento y el miedo previos, por cuanto no estaba solo, pero no por ello dejaba de sentir o sufrir, o es menos meritorio su sacrificio. Pero el Hijo de Dios sí dejó al Hijo del Hombre, separándose de él en el momento de la cruz. Es durante la agonía en la crucifixión que Jesús expresó su inquietud porque se sintió solo y abandonado después de haberse dado semejante convivencia con la presencia superior, y es en ese momento cuando el Hijo de Dios se retira del Hijo del Hombre para que el ser material pueda morir y él mismo, procure con gran esfuerzo y supremo mérito sellar su gran triunfo espiritual alcanzando la séptima dimensión de la conciencia, que es la conciencia de la esencia en un acto de amor de inimaginable repercusión cósmica.
Pero Jesús no alcanzó aquel nivel de séptima dimensión que empezó a enlazar el universo material con el espiritual sólo por el hecho de morir en la cruz, ya que dicho suplicio y las injusticias eran cosa de todos los días en el imperio romano, sino que lo que abrió la puerta y estableció el puente, fue que siendo víctima injusta de los miedos y temores, cuando pudo haber maldecido a sus captores o a quienes lo abandonaron y traicionaron, Jesús aprovechó e intercedió el perdón por todos ellos en un trascendental y definitivo acto de amor. Este triunfo sobrehumano le dio tal fortaleza espiritual, que posteriormente a ello, vivió una resurrección física y la posterior elevación en nuestras naves hacia el centro del grupo local de galaxias. Allí fuera de vuestro tiempo, pero representándolo, conectó con el real tiempo del universo. Y al enlazar ambos tiempos, el Hijo del Hombre se encuentra en una dimensión superior a la que los demás habitantes del universo material —por muy evolucionados que sean—, no han llegado; por lo que ahora son muchos los planetas que están acercándose a la Tierra e interviniendo en vuestro tiempo para aprovechar las condiciones que se han establecido, de dar allí saltos dimensionales a través de profundas experiencias espirituales que surgen del contacto mutuo entre ustedes y los extraterrestres.
Jesús predicó la doctrina del amor durante tres años y llevó su mensaje hasta las últimas consecuencias, transformando su martirio en un triunfo espiritual de insospechadas consecuencias para la humanidad. Así, el Maestro marcó el camino y ahora es responsabilidad de todos ustedes y de todos nosotros, encontrar la vía para aplicarlo en nuestras relaciones y en lo cotidiano de nuestra propia existencia.
—Hay quienes dicen que Jesús no resucitó sino que todo ello es una invención posterior. ¿Ustedes qué dicen al respecto?
—Fue el real ser de Jesús el que resucitó y ¡sí que lo hizo!... Es más, hoy existe a disposición de los científicos una prueba contundente de su resurrección que ustedes conocen como el “Santo Sudario de Turín”. Y que fue dejado a propósito hace dos mil años a sabiendas de que algún día la gente perdería la fe, y sólo creería en aquello que se puede reproducir en un laboratorio.
Muchos científicos han reconocido que el Sudario no tiene explicación científica y que es irrepetible.
—¿Pero hay científicos que han puesto en duda la veracidad del Sudario?
—¿No hay acaso científicos que dudan de la existencia de Dios como causa primera cuando es más que obvio? Hoy por hoy hay quienes se dicen inteligentes, sensatos, pragmáticos y científicos y acaso no dudan de la existencia de vida fuera de la Tierra... Por lo que no les debe extrañar que se ponga en tela de juicio ciertas cosas por conveniencias particulares de posiciones, creencias o intereses diversos, aun cuando todas las investigaciones a vuestro alcance confirman la realidad o perplejidad de la ciencia oficial.
—¿Pero qué interés podría haber en negar su realidad?
—El Santo Sudario significa no sólo que sí es posible el triunfo el amor sobre el último enemigo que es la muerte, sino que demuestra la realidad de la existencia de Jesús, así como el poder que alcanzó y que todo ser humano puede llegar a desarrollar a través de la fe y de la verdadera espiritualidad. Además esta imagen poderosa de un ser que proclamaba la paz y la justicia con su ejemplo de sencillez y desapego, no es conveniente para muchos que en la actualidad se dicen su representante y son la contradicción total de su enseñanza.
—Se ha llegado a decir que Jesús no murió en la cruz sino que huyó hacia Cachemira y allí murió de anciano. ¿Qué nos pueden decir al respecto?
—Inmediatamente los miembros del sanedrín se enteraron de lo que vieron los soldados romanos en la tumba, se apuraron en buscar un “sosias”, un impostor; alguien que se pareciera lo más posible a Jesús entre los cientos de miles de peregrinos llegados a Jerusalén por la Pascua; y después de convencerlo con una importante suma de dinero, fue enviado en una caravana fuera de Israel, lo más lejos posible, diciendo en el camino que era Jesús y que lo habían querido matar pero él se había logrado escabullir. Este impostor terminó en un lugar que era un enclave caravanero y sede de una comunidad judía, Srinagar, Cachemira. Allí vivió y murió, cometiendo un pequeñísimo pero importante error de imagen del personaje que estaba suplantando, como fue: casarse... Jesús había hecho los votos del nasireato que significaban el celibato. Y es que conociendo el proceso que seguiría su misión en la Tierra, hubiese sido una irresponsabilidad haberse hecho de esos vínculos.
—¿Qué pasó después de que Jesús resucitó?
—Ya les hemos dicho que cuando una persona muere, fallece su cuerpo físico y al cabo de tres días, que es lo normal, también se muere el astral y el mental superior. De tal manera que el cuerpo de las emociones y la personalidad y el carácter mueren con uno, por lo que no es de extrañar que al haber resucitado Jesús, ya no fuese aquel que conocieron como tal, sino fuese su real ser, el acopio de todas sus vidas pasadas el que se manifestó. Por ello les habría costado reconocerlo a María de Magdala, así como a los discípulos camino a Emaús.
El Maestro convivió con sus apóstoles cuarenta días más, como una purificación y cuarentena frente a lo que sería su misión hacia el mundo, distribuyendo roles y responsabilidades. A Juan, el llamado discípulo amado, por ser el más joven y en cierta manera el hijo espiritual de Jesús, lo dejó encargado de la Hermandad Blanca de la Tierra, y fue el único que no tuvo muerte violenta, reencarnándose una y otra vez en el planeta. Los demás han venido reencarnando, en otros planetas, por lo que no les debe extrañar que alguno de los que fueron apóstoles en el pasado de Jesús puedan estar llegando con los grupos de contacto extraterrestres.
—¿Y Jesús va a volver? ¿Cuándo ocurrirá ello?
—El que va a volver es el Hijo del Hombre que llegó a su cristificación y por mérito propio, se consagró como un Hijo de Dios.
Su retorno está muy próximo y dependerá de ustedes las condiciones en que se producirá dicha vuelta. Ciertamente está en vuestras manos. Dependerá de lo que la humanidad haga para bien o para mal el que este retorno pueda sellar la cristificación colectiva, con el salto cuantitativo y cualitativo hacia la cuarta dimensión; o quizá pueda significar la evaluación del fracaso colectivo. Pero eso sí, nadie va a castigar a nadie. No es cierto que se acerca un castigo para la humanidad, por cuanto cada uno recogerá lo que ha sembrado en sus existencias. Y el retorno significará el fin de un ciclo planetario y el inicio de otro.
—¿En las Sagradas Escrituras se puede hallar historias que simbolizan el proceso al que está sujeto la humanidad de este planeta?
—Claro que sí, tienen ustedes el caso de la historia de Job y por otro lado la historia de José hijo de Jacob. En la historia de Job, este personaje representa simbólicamente a la humanidad de la Tierra en la que el Creador se place, precisamente por su fe y espiritualidad; mientras que por el otro lado, aparece el ángel acechador que representa a los ángeles caídos, hermanos mayores de otros planetas. Este ángel se presenta celoso y envidioso de la condición alcanzada por el hombre, y hasta temeroso de su potencialidad así como del nivel de aprecio que disfruta, por lo que procura por todos los medios como son la insidia e intriga, desestabilizarlo, sometiéndolo a una presión tal que lo lleve a fracasar obligándolo a renegar de su amor y confianza en el Todopoderoso.
Dios sabe lo que hay en el corazón de los hombres por lo cual El no tenía por qué poner a prueba a Job, más bien, si permite la prueba no es para probarlo a Job sino al ángel acechador, que al final termina siendo humillado y aprendiendo del hombre que recupera lo perdido.
En la historia de José, hijo de Jacob, éste representa a la humanidad de la Tierra que ha sido seleccionado para recuperar un orden moral y ético perdido. La Tierra es un planeta nuevo en comparación al proceso seguido por el resto del universo, y la humanidad de este planeta tiene la potencialidad de encumbrarse espiritualmente por encima de las demás civilizaciones más adelantadas. De allí la analogía con José, que si bien es el último de los hijos (todavía no había nacido Benjamín), era el vástago en la mujer amada, que hasta hacía poco había sido estéril. Goza por tanto de un amor especial del padre y de la envidia de sus hermanos mayores, más aún cuando sus capacidades y percepciones, así como la imagen de sus sueños lo situaban por encima del resto. Esto hace que planearan acabar con él, llevándoles la conspiración hasta el punto de venderlo a unos mercaderes que a su vez lo negociaron como esclavo en Egipto, importante lugar dentro del programa terrestre.
La enseñanza que nos trae la historia de José es que cuanto más trataron de evitar que se cumpliera su destino libremente asumido, tanto más lo acercaron a su cumplimiento. Y lo que le dio un contenido trascendente y espiritual a su vida fue aquel majestuoso acto de amor, como fue el perdón a sus hermanos, y la comprensión del plan divino, mediante el cual su sufrimiento había servido para que pudiese salvar a Egipto y a su familia del hambre.
—En el Apocalipsis se habla que al final de los tiempos habrá una batalla final contra la oscuridad. ¿Está próxima esta guerra? ¿Cómo será el fin del mundo? Mucha gente en al actualidad está soñando con guerras cósmicas y hasta con grandes cataclismos. ¿Todo esto supone que ocurrirá tal cual?
—Ya lo dijimos y lo habremos de repetir una y otra vez: el mundo no se va a acabar sino que va a transformarse, pero a partir del esfuerzo individual de cada uno de ustedes. El sistema tal como lo conocen, eso sí va a terminar, al igual que las grandes organizaciones religiosas, porque es bueno que todo cuanto divide y separa desaparezca, y más bien se llegue a la convivencia fraterna en lo esencial, a la unidad en la diversidad.
Las profecías no han sido dadas para que se cumplan sino para que no se cumplan. El futuro es anunciado para ser modificado, actuando dichas profecías como una advertencia de cuánto podría ocurrir si no ponen énfasis al cambio personal y colectivo.
Si el destino fuese algo prefijado e inamovible, ¿dónde estaría el amor de Dios y lo más sagrado que nos ha dad como es la libertad, el libre albedrío? Todo sería una terrible manipulación de una entidad sádica, deseosa de ver sufrir sin sentido a sus criaturas.
Y en cuanto a la guerra o batalla final, debe de ser librada primero dentro de cada uno, así cuando lleguen a vencerse a ustedes mismos, lo más probable será que las sombras de la guerra en el mundo se habrán desvanecido, y por qué no también en el universo.
Vuestros sueños y visiones son ciertos pero obedecen a simbolismos que representan la verdadera batalla que ya se está librando en vuestra mente y en vuestro interior a niveles espirituales por ello fortalézcanse internamente sintiendo y dando amor.
LOS GUERREROS DE LA LUZ
A manera de conclusión y como nuestro aporte reflexivo al tema, podemos afirmar que sobre la base de todo lo expuesto, extraído de las comunicaciones y los encuentros y al ejemplo del Cristo, lo que se espera de la humanidad es que llegue a ser capaz de aceptar la iniciación más secreta y elevada en el camino espiritual, como es la muerte mística, muriendo voluntaria y conscientemente a los deseos y apegos, procurando el bien común, dispuestos a amar intensamente y hasta las últimas consecuencias. Y que también se produzca la resurrección colectiva de la conciencia, que hasta ahora ha venido durmiendo en un sueño de muerte.
Ha llegado el día en que gracias a la labor de muchos guerreros de la luz se está accediendo a un conocimiento profundo, que estuvo guardado para ser entregado en su momento oportuno a quienes estuviesen dispuestos a ver más allá de sus ojos a riesgo de la confrontación que supondría con sus creencias. Es éste el momento de madurez y decisión como para que seamos capaces todos de amar intensamente y perdonar a aquellos seres cósmicos que han boicoteado nuestra evolución sobre la Tierra; aquellos hermanos mayores que tuvieron temor de nosotros y nos hicieron la vida imposible, así como a todos sus débiles y equivocados colaboradores. Pero no será viable un perdón cósmico, si antes no estamos dispuestos a perdonarnos a nosotros mismos y aceptarnos tal como somos, porque sólo así podremos aceptar y perdonar a los demás que nos rodean. Y es que el resentimiento y el rencor, como el sentimiento de culpa y la frustración, están envenenando la vida de las personas, fabricándonos enfermedades de origen vibratorio que están acabando con nuestras existencias.
Y debemos entender que amar a los demás aceptándolos tal como son no significa alcahuetería a sus errores, simplemente supone empezar por no tratar de cambiar a nadie y más bien, cambiar uno en las pequeñas cosas, fortaleciéndonos para más adelante enfrentar los retos mayores.
Tenemos entonces claro por dónde debemos empezar para dar cumplimento al Plan Cósmico, y esto a través de nuestra personal y diaria actitud mental, y a nuestra disposición a perdonarnos y perdonar para corregir. Porque perdonar no significa dar carta blanca para que se nos siga ofendiendo o perjudicando, es simplemente no dejar que el daño o las malas intenciones envenenen nuestras vidas, o impidan que sigamos viendo la vida con esperanza y alegría. Recordemos siempre que es el desaliento y pesimismo lo que se busca sembrar en nosotros, para que perdamos la fuerza que da la voluntad y el optimismo para alcanzar nuestra realización.
Es cierto que en la actualidad el panorama mundial se nos presenta oscuro y desalentador, pero también nunca antes como ahora se puede avizorar un horizonte de esperanza con los grandes cambios mundiales que se han venido produciendo a una velocidad vertiginosa, gracias a la gran cantidad de personas que en el mundo están trabajando para que las cosas cambien; además, día a día son más las personas que van recuperando la fe en el amor y en las prácticas espirituales de la oración y la meditación, que están sintonizando a muchos para lograr un solo gran objetivo: el gran cambio positivo que revierta el futuro negativo ampliamente profetizado.
Las profecías de los indios Hopi y Pueblo habla de la importancia de reunir a ciento cuarenta y cuatro mil danzantes del sol, guerreros de la luz, para que se mantengan danzando en torno al fuego sagrado durante la terrible noche oscura que está padeciendo la humanidad, para asegurar así la continuidad de la luz y un nuevo amanecer. Esta profecía habla de todos nosotros; de todos aquellos que conscientemente nos sentimos identificados con la misión de mantenernos despiertos de este largo sueño que aún mantiene inconsciente a la mayoría, para que haya un próximo despertar colectivo y que en la batalla final contra las tinieblas nos encuentre fortalecidos en la fe, el amor y el entendimiento. El nuevo día sólo será posible si nos mantenemos velando en nuestro interior con constancia y perseverancia, por cuanto son muchas las personas en el mundo que están buscando afanosamente y laboran en la espiritualidad, pero la falta de consecuencia y continuidad con la enseñanza merman la voluntad restándole fuerza a todo cuanto se está haciendo.
Es cierto que no se necesitan muchos para que el mundo cambie, pero lo que sí es necesario es que los que sean, lo sean todo el tiempo: ¡Guerreros de la luz!...
Extraído del libro: El Libro de los Guardianes y Vigilantes de Mundos-
Sixto Paz Wells.