miércoles, 3 de julio de 2013
Propiedades de las semillas de sésamo
Propiedades de las semillas de sésamo
Si nos queremos asegurar buenos niveles de calcio, uno de los secretos clásicos que una y otra vez repetimos quienes promovemos una dieta sana y equilibrada es incorporar todos los días semillas de sésamo. Estas semillas son de gran interés por su aporte especial de ácidos grasos esenciales, calcio, hierro, zinc, cobre y fibra.
Su consumo regular ayuda a reducir los niveles de colesterol sanguíneo, previenen la impotencia masculina y la hipertensión. El aceite de sésamo prensado en frío tiene el máximo contenido de antioxidantes y dos tipos de fibra: la sesamina (potente antioxidante y protectora del hígado) y la sesamolina, que pertenece al grupo de los lignanos; lo podemos utilizar en crudo en las comidas dándoles un toque asiático de distinción o como aceite de masaje, especialmente en invierno que nos ayudará a mantener el cuerpo caliente y la piel y el cabello saludables.
El consumo diario de estas semillas son perfectas para fortalecer la nutrición durante el embarazo, la lactancia y la menopausia; también alivian la rigidez de las articulaciones, aportan micronutrientes para salir adelante en períodos de debilidad o anemia, previenen la infertilidad masculina, ayudan a controlar los niveles de colesterol.
Pablito Martín afirma: "Si somos constantes en la ingesta diaria de las semillas de sésamo, comprobaremos que la creencia de que el ser humano necesita consumir alimentos de origen animal, como por ejemplo carne vacuna o pollo, para sobrevivir es totalmente errónea. De esta forma evitaremos “ensuciar” nuestro organismo con grasas saturadas, toxinas varias, diferentes alergias y acidosis, entre tantos males."
Lo bueno es que las semillas (blancas, negras o integrales) se pueden usar tanto en postres como en comidas saladas, también se puede hacer una leche de sésamo con una metodología similar a las que hacemos con otras semillas. Tan solo tengamos en cuenta comprar las semillas enteras, ya que las molidas tienen menos nutrientes; guardarlas en lugares secos, oscuros, frescos y en un recipiente hermético. Y si queremos tostarlas, no es necesario agregarle aceite. Simplemente las ponemos en una sartén y las movemos para que no se quemen. Tardarás aproximadamente treinta segundos y luego podemos molerlas rápidamente en un mortero al momento de consumir.