viernes, 13 de febrero de 2009

LA RESPIRACION


LA RESPIRACION
MISION RAHMA.
Objetivos.
La respiración es el proceso por el cual oxigenamos nuestra sangre, y nos cargamos de energía. Nuestro sistema nervioso es un sistema eléctrico que funciona como un acumulador, así cuanto más profundas, completas y lentas sean nuestras respiraciones, tendremos mayor captación de iones para luego transformarlos en trabajo.
Es paradójico que necesitando el hombre de respirar para vivir, no sepa hacerlo desaprovechando en gran parte la capacidad de sus pulmones. La respiración debe hacerse por la nariz, inhalando lo más lento posible, llenando desde el bajo vientre, luego parte del tórax, hasta sentir que hemos llegado hasta su máxima capacidad, luego retener por breves segundos el aire, para luego exhalar muy lentamente, también por la nariz.
Para hacer buenas respiraciones, es recomendable tener la columna recta, puede ser sentado o de pie, con la ropa suelta, sin nada que nos incomode, tratando de evitar los objetos metálicos pegados al cuerpo. Para motivos terapéuticos, se recomienda realizar las respiraciones por la mañana en ayunas, empezando por un número no mayor de tres veces, realizándolas tal como se ha indicado. Nadie que no sepa respirar, podrá llegar a realizar una buena concentración, menos aún podrá realizar adecuadamente la relajación o la meditación.
La respiración, no es sólo para el desarrollo de nuestra existencia material, sino que también tiene una importancia gravitante en nuestro avance espiritual, al desarrollar los medios que este necesita, como por ejemplo los sentidos astrales.
La respiración juega un papel determinante para las prácticas que en RAHMA realizamos, y en general, en todo el proceso de la vida física y de los planos más sutiles, la respiración para ser efectiva y provechosa debe ser lenta, profunda y acompasada. El ritmo que logremos habremos de convertirlo en un hábito saludable, con el que podremos prolongar nuestra juventud, y aumentar el promedio de años en la vida terrenal.
Una bien lograda respiración, no debería exceder de 12 inhalaciones por minuto. Si alcanzamos dicho promedio, alejaremos la posibilidad de que la tensión del medio ambiente nos afecte, además difícilmente nos encolerizaremos. Otro efecto que podemos cotejar, es el de quienes son tímidos, que respiran débilmente, una respiración profunda, contribuirá a darnos seguridad y control corporal y mental sobre todos nuestros sentidos.
La elevación del ritmo respiratorio, por encima de las 20 inhalaciones y exhalaciones por minuto, reducen las sensaciones de dolor, pero envenena la sangre. Mientras que el descenso del ritmo respiratorio a menos de 5 veces por minuto, nos permite alcanzar delicadas percepciones psíquicas, y aumenta la capacidad de concentración, por lo que sería el nivel óptimo en nuestros trabajos.
Es perjudicial intentar un cambio brusco en el habitual ritmo respiratorio, por lo que las modificaciones deben efectuarse paulatina y gradualmente.
Técnicas de Respiración.
Nos debemos poner lo más cómodo posible, los talones juntos y la columna recta. Todos pondrán sus palmas en el bajo vientre, esto se hace para que el participante sienta como se va llenando primero la parte baja de nuestro tórax, con la distensión de los músculos del vientre.
A la indicación del instructor, todos tomarán una inhalación profunda, lo más lentamente posible, contando mentalmente hasta diez. La inhalación debe ser suave y sin ningún esfuerzo no debe hacerse ninguna clase de gestos ni ademanes.
Luego se retiene, contando mentalmente hasta diez. En este proceso el oxígeno y la energía inhalada, se dispersan por todo el organismo por medio de la sangre, es por esto que cuanto más tiempo se retenga la respiración, aprovecharemos más sus propiedades.
Finalmente se exhala también suavemente, contando mentalmente hasta diez. Al exhalar podemos imaginar o visualizar que todas nuestras tensiones, nuestros problemas, dolencias y preocupaciones, abandonan nuestro cuerpo librándonos de sus influencias negativas.
Todo este proceso se realiza por tres veces, y de esta manera formamos el triángulo imaginario perfecto de la respiración.
Recordemos que la respiración es fundamental para la vida, nos nutre de energía, oxigena nuestro cuerpo físico, y ayuda a lograr la conexión, en el plano físico, mental y espiritual.
Con una buena respiración, nos estamos alimentando a través del prana (vitalidad). La respiración es la nutrición absoluta, que alimenta a todos nuestros cuerpos.

“RAHMA ES AMAR, DIOS ES AMOR, CRISTO ES EL SEÑOR
Y LA MISIÓN ES POR LA HUMANIDAD”