viernes, 13 de febrero de 2009

NUESTROS TEMORES



NUESTROS TEMORES(IDENTIFICANDO Y ANALIZANDO)



Hemos identificado que existen siete temores principales y los analizaremos a continuación para conocerlos y tomar conciencia de cuál de ellos nos afecta más, de este modo podremos comprenderlos y en su caso eliminarlos:
1.- El temor a la Muerte.
Es el principal de todos los temores, el hombre ha buscado incansablemente durante toda su existencia encontrar la fuente de la juventud eterna tratando de inmortalizarse, esta búsqueda se origina en el temor a la muerte.
El temor a lo desconocido, a la inseguridad que produce no saber que hay después de esta vida. Si establecemos que la vida en el planeta es una escuela y reconocemos la existencia de un ser superior de energía propia, entonces no debemos de temer a la muerte, pues seguramente luego de ella existirá el renacer a una vida superior, a la recompensa por haber mantenido una vida en positivismo y ayuda a los demás y a nosotros mismos.
Cuando comprendamos realmente lo que significa, lo que es la muerte del cuerpo físico, entonces será para nosotros muy sencillo erradicar para siempre el temor a la muerte, no siendo otra cosa que el temor a lo desconocido y cuando lo desconocido se conoce se elimina entonces la causa o sea el temor mismo.
2.- El temor a perder la Salud.
Es uno de los temores más comunes del ser humano, se origina desde el momento mismo en que abrimos la puerta de nuestra mente a la posibilidad de enfermarnos.
Cuando somos pequeños, inconscientemente nuestros padres por ignorancia nos han infundido una serie de temores con respecto a la enfermedad, siendo los más frecuentes los siguientes:
No pises descalzo, no salgas sin abrigo, no andes sin suéter, etc., porque te vas a enfermar. Con tales ordenes empezamos a programar al subconsciente del niño para que acepte que el debe enfermarse porque es lo común, con ello se abre la posibilidad en su mente para que durante toda su vida sufra de resfriado cuando no tiene la ropa apropiada.
La enfermedad es desequilibrio energético que se presenta en el ser humano cuando los estímulos del exterior entran en una forma desordenada en nuestra mente y somos incapaces de manejarlos.
Cuando estamos en equilibrio, cuando no nos percatamos de los aspectos dañinos, normalmente no nos enfermamos porque no trabaja nuestro subconsciente en contra nuestra. Más lo común es lo contrario, nos enfermamos porque se nos enseño que debemos enfermarnos. Sabemos que todo el mundo se enferma y permitimos la posibilidad de desequilibrio en nuestro cuerpo energético y por lo tanto en nuestra aura y en nuestra mente reduciéndose nuestra vibración energética debilitando nuestro sistema inmunológico.
La mayor parte de las enfermedades son psicosomáticas, mientras la mente este sana el cuerpo estará sano o viceversa.
Si ustedes quieren realmente preocupar a una persona, lo que deben decirle es que se ve muy mal y si es sugestionable sentirá que está muy mal. Si por el contrario quieren ayudar a subir el ánimo de la persona deben señalar lo contrario aunque no se vean así; decirle oye, que bien te ves, es una buena acción para que el individuo suba su vibración energética, aunque no sea perceptible a simple vista.
Para vencer este temor es cerrar la puerta a la posibilidad de enfermarnos y entender que la enfermedad está en nuestra mente y hay que sacarla de ahí. Una vez que la hemos extirpado será muy sencillo que nuestras enfermedades se reduzcan y se presenten con mucha menor frecuencia para finalmente lograr que se erradiquen por siempre.
3.- El temor a perder la Libertad.
Uno de los principales temores que han afectado al hombre ha sido el temor a perder su libertad. Esta pérdida de la libertad se ha manifestado en diferentes formas, el más común es el miedo de muchos hombres o mujeres al matrimonio, que sienten que esto los hace perder su libertad, pudieron ser muy felices con su pareja pero siempre se antepuso en ellos el temor mental de perder la libertad.
Otro de los temores más comunes es la cárcel. El temor de que nos encierren y así perder la libertad del cuerpo físico y con ello de nuestra vida entera, hay que entender en realidad que la verdadera libertad va más allá que él no casarnos o no estar en la cárcel.
La libertad de romper ataduras que tenemos con todas las personas y todos los objetos, cuando nosotros podamos desligarnos enérgicamente de todo, hasta ese momento, seremos libres, no importa dónde nos encontremos y en que circunstancia, es decir, nosotros durante toda nuestra vida nos la hemos pasado amando objetos, dinero, ropas, casas, autos, así como tratando de poseer a nuestros seres queridos más allegados, a nuestras mascotas y a otras muchas cosas. Es evidente que hemos establecido lazos energéticos muy fuertes de unión. Por ello cuando sufrimos la pérdida de alguno, una parte de nuestra vida se va con ellos, nos sentimos mal y no somos libres en verdad pues estamos muy atentos para proteger a todos nuestros seres queridos y objetos que tenemos. Descuidamos la atención en nuestro propio desarrollo interior, que debe ocupar todo nuestro esfuerzo.
Esa preocupación por lo ajeno no ayudará a mejorar en algo el estado de sufrimiento de todos, por ello, si la analizamos a fondo veremos que no existe la posibilidad de ayuda, al contrario generamos una energía mental negativa de angustia y preocupación, y en vez de ayudar, perjudicamos a nuestros seres queridos, por lo tanto debemos entender que los problemas de cada persona son el resultado de la ley de causa y efecto de cada uno de ellos. El preocuparnos, el sufrir con ellos, no mejora la situación, si por el contrario estamos tranquilo y entendemos lo que está sucediendo podremos con la calma necesaria prestar la ayuda que se requiere.
En resumen, podremos decir que la libertad, es no tener una liga energética de posesión con personas u objetos, estar libres de esa liga de tal manera que si perdemos a alguien o algo no nos afecte en lo absoluto, esto es libertad, cuando lleguemos a ello no habrá miedo a perder la libertad porque no hay ligas energéticamente posesivas que nos unan sino el conocimiento de lo que en realidad es la libertad, es decir, usualmente se piensa que el amor a nuestros seres queridos es la sobreprotección cuando algo les sucede, si en realidad amamos a nuestros seres queridos, debemos dejarlos ser libres y decirles que nos dejen ser libres a nosotros.
El amor verdadero va más allá de un amor posesivo, es libre por naturaleza, ser y dejar ser, es el postulado sabio que define la libertad, y cuando se sigue, desaparece el temor.
4.- El temor a perder el Amor.
Este nace de la desconfianza y desconocimiento que tenemos de nuestro propio ser, así también nace el egoísmo que nos hace creer que somos propietarios de las personas que queremos. Los celos son el peor enemigo y precursor del temor a perder el amor, el encelar a una persona es absurdo, sale fuera de toda lógica, y debemos entender que no somos dueños de ninguna otra persona, si lo aceptamos de esa manera pasaremos la vida en perfecta armonía y no en dolor y sufrimiento.
Para vencer el temor a perder el amor es entender que no somos dueños de nadie, que debemos respetar el libre albedrío de los demás y que si nuestra pareja decide dejarnos, entender porque sucedió y no forzar en retenerlo, ya encontraremos a nuestra verdadera pareja o tal vez ya no lo es necesario, finalmente se ha demostrado que aquellos que no son celosos, que tienen confianza en su pareja y que dan libertad de acción y la exigen para sí, nunca han perdido al amor, el amor se pierde por desconfianza, por celos, por estados de angustia y cuando esto se dominan, prevalece el amor en el ser humano.
5.- El temor a la Miseria.
El materialismo con el que se vive actualmente nos hace desarrollar un temor a la miseria que de tan solo pensar en vernos sin recursos materiales para subsistir nos domina el temor y nos hace ser egoístas y materialistas y afectan mucho a nuestros semejantes.
El nacimiento del temor a la miseria, se origina en un principio de inseguridad muy profundo en la psique del ser humano, se desarrolla desde la niñez y va tomando fuerza dependiendo de las experiencias particulares de cada uno. Cuando se abre la puerta de nuestra mente al pensar que nosotros podemos caer en la miseria no tenemos confianza en nuestras propias capacidades para evitarlo. Es en ese momento cuando existe una profunda depresión, es el ambiente fértil en donde se puede caer en un temor tremendamente poderoso de inseguridad y falta de confianza en nosotros mismos.
El creador no nos ha formado para que vivamos con miseria, esta es una invención de la mente enfermiza del hombre que no ha podido comprender todavía que su misión es ser feliz en la opulencia del Padre.
6.- El temor al Ridículo.
Este es el más ridículo de los temores, nace de la inseguridad y desconfianza que tenemos de nuestras propias potencialidades, temor al ridículo es vivir en el error, entendiendo que lo que piensen los demás no debe de ser importante para nosotros. El manifestarse tal cual somos, con verdadera espontaneidad, nos hace no temer al ridículo; la vida nos ha enseñado que somos crueles con los demás, que gozamos con la crítica destructiva y sarcástica, sin embargo bien se sabe que el que está mal es quien critica y no el criticado; cuando llegues a entender el origen del mal, verás que estas fuera de él, pues si actúas con franqueza, con limpieza de espíritu, entenderás que no es importante lo que los demás piensen de ti y empezarás entonces a ser tú mismo.
Vencer el temor al ridículo, es ser como eres, dejando a un lado las opiniones ajenas. Es un mal general que las personas se concentren en los demás, en vez de concentrarse en sí mismos para mejorar.
Si sientes que debes actuar de una manera determinada y estas satisfecho siendo así, deja de pensar en lo que otros están pensando de ti, simplemente se lo que quieres ser, lo que tu voz interna te dicte.
7.- El temor a la Soledad.
Es el temor a estar solos con nosotros mismos, lo que nos hace buscar la compañía de nuestros semejantes, lo cual es normal y deseable, sin embargo es importante que entendamos que el estar solo no implica algo malo. La soledad nos ayuda y nos da la oportunidad de estar con nosotros mismos, de buscar un dialogo interno que identifique esa fuerza superior que existe dentro de nosotros; cuando esta se encuentre, la soledad realmente se disfruta y lejos de provocarnos temor, nos llena de un gozo extraordinariamente bello.
En realidad nunca nadie se encuentra solo, todos estamos acompañados por nuestra propia esencia por la presencia de Dios, cuando esto se reconoce ya no es importante la compañía de otros cuando esta no se puede obtener, entonces el temor a la soledad desaparece para siempre, el buscar dentro de ti es encontrar la fuerza que te hará eliminar este temor.
Se han detallado los principales temores a los que debemos enfrentarnos todos los días, existen otros más derivados de los anteriores, si nos concentramos en lo que ya vimos, y empezamos a autoanalizarnos, veremos que es muy importante conocernos para vencer los temores que generan nuestros propios pensamientos, nuestra propiamente mente, el dragón de siete cabezas es el peor enemigo del hombre, hay que ir cortando poco a poco cada una de estas cabezas hasta que no quede ninguna, hasta que hayamos vencido el pensamiento negativo y las angustias y las bajas vibraciones, a través de una actitud positiva y de un trabajo interior. Cuando lo logremos, seremos un guerrero en el camino de la luz.
MISION RAHMA NEW YORK.