domingo, 23 de mayo de 2010

SERVIDORES DEL PLAN CÓSMICO


SERVIDORES DEL PLAN CÓSMICO


Los primeros años del contacto nos enseñaron la necesidad de la humildad para dejarnos guiar; los siguientes probaron nuestra humildad para reconocer errores, y la paciencia y dedicación para corregir los desaciertos. Y ahora la prueba continúa, cuando sabiendo más que al principio sobre el propósito de la labor tesonera. Sólo somos servidores del “Plan Cósmico”, obreros en una gran empresa, donde todos somos necesarios pero ninguno es indispensable. Y como dicen los Guías, en mensajes recientes: “Esta es una nueva etapa: la de los obreros que ven terminada la obra para actuar en la misión de orientar a los caminantes que con el puente se encuentren”
Ahora debemos seguir hasta el final, sin perdernos detrás de espejismos o desperdiciando nuestra entrega compitiendo por protagonismos. No hay labores más o menos importantes, lo importante es trabajar y todos en la misma empresa, de tal manera que los éxitos nos beneficien y alienten a todos a hacer cada uno su parte. Y la empresa que debe concitar todo nuestro esfuerzo es la de la supervivencia de lo esencial de la Raza Humana y el conocimiento y cumplimiento de su misión.
Durante los años transcurridos, entendimos que había un proceso por el que todos debíamos pasar. Cada uno a su modo. Ese proceso estaba constituido por fases de preparación y maduración que nos permitirían identificarnos poco a poco con los objetivos, hallándoles cada vez más sentido y estando cada vez más capacitados para dar lo mejor de nosotros mismos.
Hoy, al conocer de parte de los Hermanos Mayores del cosmos, las expectativas que existen con respecto a nuestra humanidad planetaria, comprendemos por qué no era prudente que desde el principio supiésemos acerca del fin último de la misión de contacto, por cuanto quizás el conocimiento de tamaña responsabilidad nos hubiese hecho tropezar más de lo que tropezamos al ir a tientas.
Frente a esto, y volviendo a la parábola del puente a la que los Guías aludían en más de una mensaje, la misión de contacto ha funcionado como con una compañía que logra ganar una licitación para construir un puente en un determinado lugar, por ejemplo, un abismo profundo, un puente que se sirve para acercar grandes y aparentes insalvables distancias. Al contratar el personal, se toma a diversos trabajadores para hacer cosas diferentes, pero todos como parte de la obra. Unos necesitan de los otros porque a pesar de que son distintas labores, todas se apoyan entre sí y se complementan. Sin unos no se podría culminar el trabajo de los otros. Pero a nadie se le explica con detenimiento el tipo de puente a construir ni el porqué de la obra misma. Cada cual conoce la parte que le toca. Hay siempre unos que saben más que le resto, aunque no muchos. Hay también alguno que sabe o intuye por qué y para qué, el dónde, el cuándo y el cómo. Pero sabe que debe ser discreto. La empresa en cuestión no se va a arriesgar a que las otras compañías envidiosas por el éxito, o por las proyecciones futuras de éxito, saboteen la obra introduciendo personal que perjudique la realización de la misma. Por ello, a los obreros se les explica lo mínimo de la obra y se les mantiene permanentemente observados y evaluados. Cada cual recibe la necesaria información y nada más. Y lo que se tiene en cuenta para evaluar el personal que va a continuar en las siguientes etapas de la obra, es el grado de dedicación, cooperación y amor al trabajo, aunque no haya una idea clara de por qué se hacen las cosas.
Recordemos que “la comprensión- como dicen los Guías- no es gratuita, viene como parte del caminar”.
Así, quienes se esforzaron no sólo en hacer bien su tarea, sino que se interesaron en las diferentes tareas de los demás y cooperaron para aprender más, son.” El personal calificado”,, la gente de primera línea, que vale la pena seleccionar, capacitar y mantener hasta la última etapa, a quienes en su momento se les podrá explicar lo que a los otros no se les dijo, incluyendo los pormenores de la obra. Pero gente es la que va quedando al final para rematar la estructura.
Cuando el puente está listo, y la obra ha sido terminada del todo, ya no importa que se conozcan los detalles, por el contrario, se vuelven de conocimiento general.
Como la labor a través de todo este tiempo ha sido confiar dejándonos guiar, en los últimos años se han multiplicado los viajes de conexión con la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores, con la finalidad de ayudar a elevar el planeta hacia la cuarta dimensión, activando también muchos lugares del mundo cargados de energías poderosísimas y de historia. Con estos viajes se ha venido tejiendo una red de energía, que se está conectando con el trabajo efectuado por otros grupos, filosofías, escuelas, religiones, etc. Y cada vez hay mayores coincidencias con relación a qué hacer, dónde, con quiénes y cómo.
Ciertamente es que contamos con una gran ventaja, como es el tener una vía de comunicación directa y actualizada, pero también es importante recordar que sólo es una forma más de hacer lo mismo, creciendo espiritualmente con las tremendas posibilidades que hay de equivocarse, al canalizar lo recibido a través del filtro de nuestra propia formación y preconceptos. Por ello debemos fomentar en todos el “discernimiento”.
Este proceso que iniciamos en 1974 ha sido desde un inicio, una invitación a la preparación, pero también al riesgo de equivocar la marcha. De ahí que una formación cada vez más responsable así como una más intensa capacitación, reducirán los márgenes de error a un mínimo manejable, aunque nos hará enfrentarnos a pruebas cada vez mayores, donde como dijimos antes, medimos la intensidad y la importancia de lo que se nos ha confiado, por las dificultades que se nos presentan en la tarea de su realización. Y las pruebas suelen llegar siempre por nuestro lado débil; por donde más fácilmente se nos puede hacer tropezar.
En los momentos trascendentales del final del milenio, en un muy especial momento de nuestra historia, cuando surgieron tantas expectativas e inquietudes con respecto a nuestro futuro planetario, los ojos del mundo fijaron nuevamente su atención en esta pequeña porción del planeta, justo cuando todos esperábamos que algo extraordinario pasara, y pasó: se dio una oleada Ovni en Perú, que conmovió a la opinión pública nacional y mundial, escogiendo a los periodistas como testigos calificados del fenómeno. Esto es una señal, porque nada es casual sino que obedece a un plan preconcebido por seres que han considerado que llegó el tiempo en que es importante ayudar a que la humanidad termine de definir su situación y su futuro. Un futuro que cada día va adquiriendo mayor esperanza, pero que siempre ha estado en nuestras propias manos y corazones. ..."
Extraído del Libro "Una Insólita Invitación" de Sixto Paz Wells
Lugar: EXTRAÍDO DEL LIBRO DE SIXTO PAZ "UNA INSÓLITA INVITACIÓN"