miércoles, 26 de junio de 2013

La Ley de Consecuencia.

La Ley de Consecuencia no actúa
con carácter represivo o
como castigo sino para que cada
acontecimiento del que
somos partícipes se transforme
en el comienzo de algo que nos
resultaba necesario conocer
y experimentar.
No existe la mala suerte,
ni la buena suerte.
Lo que a veces nos parece
de futuro beneficio
suele resultarnos lo contrario
y lo que suele
parecernos una futura desgracia
nos puede permitir
vislumbrar nuevos horizontes
que nos resultaban
desconocidos.
La verdad es que la Nueva Era
viene acompañada de una
avasalladora liberación de temores,
hasta ahora vigentes en
la humanidad, que servían
como barreras de contención de
males mayores, actualmente imparables.
Sólo citemos la
violencia en todas sus manifestaciones
pero al respecto
debemos tener presente que para avanzar
en el Sendero espiritual
se requiere estar libres
de temores frustrantes para
vivir plenos de constructiva actividad
superando problemas
que siempre son portadores
de valiosas enseñanzas.