jueves, 20 de junio de 2013
Teosofía
Esta palabra deriva del griego (theosophia): theos = Dios, Divino; y sophia = Sabiduría; lo que puede traducirse como Sabiduría Divina. El término fue acuñado en la ciudad de Alejandría donde floreció la Escuela Teosófica Ecléctica (también conocida como “Escuela Neoplatónica”) fundada en el 193 d. C. por Ammonio Saccas, quien retomó muchos de los principios expuestos por Platón y Pitágoras. Entre sus discípulos se encontraron Plotino, Jámblico, Porfirio, Proclo y otros importantes teósofos. Más tarde, a lo largo de la historia, diversas personas y movimientos adoptaron para sí el adjetivo de “teosófico”, como fue el caso de Meister Eckhart en el s. XIV o un grupo de filósofos del renacimiento tales como Cornelio Agrippa, Giordano Bruno y Paracelso en el s. XVI, y Robert Fludd, Tomas Vaughan y Jacob Böhme en el s. XVII. Por último, a fines del siglo XIX, H.P. Blavatsky y H.S. Olcott comenzarían lo que se denomina ‘el movimiento teosófico moderno’, con la Fundación de la Sociedad Teosófica en 1875. El término de ‘teósofo’ se utilizó en occidente de un modo general para denominar a quienes producían en sí mismos una ‘fusión’ (temporal o permanente) de su personalidad con lo Divino. Por lo tanto podemos decir que mientras el filósofo trabaja con su mente para comprender la naturaleza fundamental de la existencia y el teólogo trata de expresar de un modo sistemático los elementos que están contenidos en su fe, el teósofo intenta realizar en sí mismo la Divinidad. Por esta razón la palabra teosofía confluye muchas veces con la de misticismo.
Sociedad Teosófica
La ST es una fraternidad mundial, no sectaria, de personas que están buscando seriamente el camino para que toda la humanidad alcance un verdadero estado de felicidad. El adjetivo de “teosófica” señala la naturaleza de esta Sociedad. En ella sus miembros se reúnen para aprender cómo despertar la Sabiduría que está inherente en cada ser humano. H.P. Blavatsky, Co-Fundadora de la ST, la definió en cierta ocasión como: “una Sociedad para la búsqueda de la Sabiduría Divina, Sabiduría Oculta o espiritual”. Y este elemento de ‘búsqueda’ es esencial, porque en ella no existen dogmas ni autoridades que digan qué se tiene que estudiar, creer o hacer; cada miembro debe aprender a ser una luz para sí mismo y para los demás. Porque la ST fue fundada esencialmente para ser un órgano de servicio en el mundo; no para la mera satisfacción de sus miembros sino para fomentar el espíritu de altruismo y fraternidad en uno mismo y en los demás. La Sociedad Teosófica es, en definitiva, un lugar donde las personas se pueden reunir a investigar libremente y aprender juntas cómo hollar el sendero de desarrollo espiritual.
Sede Buenos Aires
NUESTRA CASA EN BUENOS AIRES
¿La conocés? Cuando lo hagas te vas a enamorar, como lo hicimos todos. ¡Es realmente hermosa! Si alguien abre la puerta por primera vez, se escuchan las exclamaciones. Es que no se pueden contener. Cuando la Página Web esté remozada, te la vamos a mostrar en un video extenso, sin olvidar detalle.
Mientras tanto, te voy a hacer un poco de historia. Durante mucho tiempo, la Sociedad Teosófica en Buenos Aires se reunió en el local que alquilaba la Biblioteca Teosófica Argentina. En algún momento hubo que abandonar esa Sede y surgió el interrogante:
"¿Por qué no trabajamos para tener nuestra propia Casa?”. Y manos a la obra. Integrantes de las distintas Ramas fueron reuniéndose en los domicilios de diferentes miembros para encarar la empresa. Se cuentan sabrosas anécdotas de la parte culinaria con la que se matizaban cálculos y proyectos. Y se presentó la idea a Nazareno Rímini, entonces Secretario General. El la aprobó, pero la Sección no podía comprometerse a un apoyo financiero.
Entonces comenzó la campaña para recaudar fondos y todo el país participó, cada uno en la medida de sus posibilidades. (Nacida y criada en el Imperio de Río Cuarto, recuerdo reuniones nacionales en las que recurríamos a las alcancías para poder dar nuestro empujoncito). Pero el esfuerzo mayor fue, naturalmente, de los porteños. Costó mucho, pero finalmente se compró una casa, sin pretensiones, pero propia. Eso sí, no muy bien ubicada. Pero todos viajaban con gusto para saborear el nuevo ciclo que se inauguraba.
Y si no supiéramos que los milagros no existen, diríamos que se produjo uno. El señor que tenía una pequeña empresa, justo al lado, necesitaba expandirse e hizo una buena oferta. Que se aceptó. Se inició otra vez la búsqueda, ahora por algo más adecuado y en un sitio más accesible. Y surgió esta cosa única, en Florencio Balcarce 71. ¡Claro que mucho más cara que la buena venta realizada! Por eso hubo que remontar de nuevo la cuesta de los fondos. Pero valió la pena. Esta era la casa, el hogar, el refugio del buscador, el descanso del caminante.
Se tomó posesión un jueves 8 de mayo de 1963, al mediodía. Qué fecha tan auspiciosa, ¿verdad? A la nochecita, todo aquel que se pudo acercar vino a conocer el nuevo hogar. Entre el asombro y la alegría surgió la necesidad de dedicar el lugar a los propósitos por los que se intentaba trabajar. De pié y a la luz de algunas velas, José María Sanz, entonces presidente de la Rama Dharma, dedicó la casa a la Teosofía y a los Maestros de Sabiduría. Se leyó un pasaje de Annie Besant, hubo algunos pocos comentarios y cada uno se retiró con un nudo en la garganta y liviano el corazón.
Desde entonces muchos fueron y vinieron, algunos provincianos, otros lugareños. Los ambientes se fueron adaptando a las necesidades del trabajo teosófico y, poco a poco, la casa se vistió con muebles y cariño. Se dice que el dueño anterior era un director de cine y que hay películas en las que se ve a las actrices bajando por la magnífica escalera que da al salón principal. Y de veras que nos sentimos como estrellas cuando bajamos esos escalones.
Podría hacerte una lista de las actividades que tuvieron lugar en Florencio Balcarce: Congresos Internacionales y Nacionales, asunción de varios Secretarios Generales, Jornadas, recepción de visitantes extranjeros que compartieron con todos el resultado de sus reflexiones, reuniones de carácter místico, intelectual, de intercambio y perfeccionamiento, etc. Pero esto no es lo más importante. Lo que realmente cuenta es la dedicación, el esfuerzo, la entrega de quienes hicieron de los ideales teosóficos una realidad en sus vidas. Se percibe en la atmósfera, se palpa en cada libro que se vende, fulgura en los anaqueles de la Biblioteca. Y te está esperando para envolverte en su acción bienhechora. Con el recuerdo de los que ya no están, el servicio de los que nos movemos a diario, el anhelo de los que recién se acercan. Para que lo incorpores a tu ser, en nuestra casa… tu casa… la casa del Maestro…
Nora Spairani
Emblema
El emblema de la Sociedad Teosófica se compone de varios símbolos, que se han utilizado desde la antigüedad para expresar conceptos espirituales y filosóficos profundos sobre el hombre y el universo. Se encuentran en distintas formas en las grandes religiones del mundo.
Cada símbolo estudiado separadamente nos ayuda para su comprensión. Estudiados juntos, como en este emblema, nos sugieren un vasto esquema evolutivo que abarca toda la naturaleza, física y espiritual.
En parte debido a su antigüedad y en parte por la dificultad de establecer su origen, los símbolos no pueden interpretarse con una precisión exacta. La interpretación que aquí ofrecemos debe tomarse únicamente como indicativa de las verdades que intentan transmitir y no como una afirmación exacta de su significado.
EL ANKH
En el centro de los dos Triángulos entrelazados está lo que se conoce como el Ankh (o la Cruz Ansata). Este comprende un círculo sobrepuesto a la Cruz Tau (el tipo de cruz que tiene forma de la letra T). El Ankh es un símbolo egipcio de gran antigüedad y representa la resurrección del espíritu que escapa de su prisión de la materia, expresada de otra forma como el triunfo de la vida sobre la muerte, del espíritu sobre la materia, del bien sobre el mal. Este concepto de la Resurrección se encuentra en todas las grandes religiones.
LOS TRIÁNGULOS ENTRELAZADOS (a menudo llamados el Doble Triángulo, y conocidos en la religión hebrea como el Sello de Salomón o la Estrella de David): Están rodeados por una serpiente. Esta combinación del triángulo con la serpiente a su alrededor simboliza el universo creado donde la creación está limitada en el tiempo y el espacio. Los Triángulos, contemplados por separado, simbolizan las tres facetas de la manifestación, conocidas como la Trinidad, en distintas religiones y personificada en el Cristianismo como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y en el hinduismo como Shiva, Vishnu y Brahma. El triángulo más oscuro, el que tiene el vértice hacia abajo y el triángulo más claro, que mira hacia arriba, simbolizan respectivamente el descenso de la Vida en la Materia y el ascenso de esa Vida al salir de la Materia y entrar en el Espíritu, la oposición perpetua entre las fuerzas de luz y de oscuridad en la naturaleza y en el hombre.
LA SERPIENTE
Aparte del significado que tiene por rodear los triángulos como hemos mencionado antes, la serpiente misma siempre ha sido un símbolo de la Sabiduría. Los hindúes llaman a sus sabios “Nagas” (una palabra que significa serpiente). Cristo aconsejaba a sus discípulos que fueran “sabios como la serpiente”. Lo que conocemos como el Uraeus (o Cobra sagrada), que se ve en la cabeza de los Faraones de Egipto, denotaba su iniciación en los ritos sagrados donde se alcanzaba el conocimiento de la sabiduría oculta. La serpiente que se traga la cola representa el “círculo del universo”, la interminabilidad del proceso cíclico de la manifestación.
LA ESVÁSTIKA
Es otra de las numerosas formas en las que se encuentra la cruz. Es la Cruz de Fuego con brazos de llamas que dan vueltas (en el sentido del reloj) para representar las poderosas energías de la naturaleza que crean y disuelven las formas a través de las cuales tiene lugar el proceso evolutivo. En las religiones que reconocen los tres aspectos de la Deidad, la Esvástika se asocia con el tercer aspecto, la Tercera Persona de la Trinidad, que es el creador: Brahma en el hinduismo y el Espíritu Santo en el Cristianismo.
EL AUM
Encima del emblema se encuentra la palabra sagrada del hinduismo en caracteres sánscritos y las tres letras representan la Trinidad. También está la idea de la Palabra creadora de Logos que suena en todo el universo y lo sostiene. “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. El emblema como un todo simboliza lo Absoluto, Dios, trascendente e inmanente. Dios trascendente, es decir, en la creación y más allá de ella (la palabra sagrada AUM) sobrepasa el ciclo de la manifestación (la serpiente) y recibe la energía de la actividad divina (Esvastika) y dentro de este campo de manifestación los triángulos enlazados del espíritu y la materia representan el símbolo de la inmortalidad (el Ankh), Dios inmanente, es decir que mora en toda forma creada.
Hemos esbozado aquí solamente de forma somera el gran alcance y profundidad de significado que contiene el emblema de la Sociedad. El estudio de su simbolismo es casi inagotable. Quienes deseen proseguir este estudio en mayor detalle pueden leer The Theosophical Seal, de Arthur M. Coon o La Doctrina Secreta, de H.P. Blavatsky. El Hastings Dictionary of Religion and Ethics y otras enciclopedias generales también contienen artículos sobre el simbolismo en general y sobre los símbolos en particular.
Teósofos Ilustres
La ST es una fraternidad mundial, no sectaria, de personas que están buscando seriamente el camino para que toda la humanidad alcance un verdadero estado de felicidad. El adjetivo de “teosófica” señala la naturaleza de esta Sociedad. En ella sus miembros se reúnen para aprender cómo despertar la Sabiduría que está inherente en cada ser humano. H.P. Blavatsky, Co-Fundadora de la ST, la definió en cierta ocasión como: “una Sociedad para la búsqueda de la Sabiduría Divina óSabiduría Oculta”