domingo, 30 de junio de 2013

Sanat Kumara

Consideraciones Ocultas sobre el Señor del Mundo

Las consideraciones esotéricas sobre Sanat Kumara, el Señor del Mundo, basadas en lo que se halla escrito con caracteres de fuego en los niveles akásicos, o memoria cósmica de la Naturaleza, son realmente trascendentes, no sólo desde el ángulo de vista de su procedencia cósmica, sino también como Representante supremo en el planeta del Logos planetario del esquema terrestre.

La tradición esotérica, que basa todas sus conclusiones en la percepción inteligente de los escritos ígneos grabados en los éteres místicos del Akasa, define al Señor del Mundo bajo distintos términos, expresando cada uno alguna virtud o cualidad inheren­tes al desarrollo espiritual de tal trascendente Vida. Veamos alguno de los más interesantes de acuerdo con la línea de nuestro estudio acerca de la Magia organizada en nuestro mundo:

1. El Anciano de los Días

2. El Doncel de las Dieciséis Primaveras

3. El Avatar de los Nueve Velos

4. El Mago Supremo del Planeta

5. El Iniciador Único

1. La designación de Sanat Kumara como “El Anciano de los Días”, se fundamenta en el hecho oculto de que nadie es tan viejo como Él en experiencia y en sabiduría. Nadie como Él ha vivido y experimentado tanto en el devenir incesante de los Kalpas. Es el Ser planetario de más elevada e incuestionable jerarquía y Quien más conoce las necesidades de la humanidad y de todos los reinos de la Naturaleza. “El Consejo de Ancianos” prevaleciente, todavía en muchas comunidades sociales del mundo, se basa en la autoridad de la experiencia, en la rectitud de los juicios y en la ausencia total de pasión que suele desaparecer en el transcurso de los años. Pero, se trata de una experiencia que podríamos denominar “temporal” y que nada tiene que ver frecuentemente con la experiencia espiritual que parecen denotar ciertos jóvenes en la vida social del mundo. Se trata de aquella experiencia que va completamente desligada de la edad aparente del cuerpo físico. El gran Maestro Kut Humi suele denominar a esta experiencia como “un fruto de la jerarquía espiritual alcanzada en pasados ciclos de vida”, y cuando ‑-como en los momentos actuales‑- hay una gran profusión de jóvenes que encarnan en el mundo para exteriorizar ciertos planes específicos de la Gran Fraternidad Blanca, suele denomi­narles familiarmente “la legión de los jóvenes viejos”.

2. Aquellos benditos seres planetarios que alcanzaron ciertas elevadas iniciaciones planetarias, describen al Señor del Mundo como “un joven adolescente", lleno de gracia y majestad. Su aura magnética de un indescriptible y fulgurante color azul índigo no puede ser resistida sin peligro de desintegración de los vehículos de expresión de la conciencia, a menos que no haberse alcanzado la tercera Iniciación jerárquica denominada de la Transfiguración, la cual implica haber “purificado convenientemente” los tres vehículos de manifestación humana en los tres mundos de la evolución kármica: el físico, el astral y el mental.

En uno de los sagrados recintos de Shamballa, sede del Señor del Mundo, se guarda un libro conocido como “Archivo de la Sabiduría” y también como “El Libro de los Iniciados”, en cuyas páginas se hallan escritos con carácter de perpetuidad el pasado, el presente y el futuro del planeta. En una de estas páginas y haciendo referencia a Sanat Kumara, puede leerse: “La Presencia del gran Señor es radiante e imponente, llena de indescriptible autoridad y jerarquía, pero rebosante también a extremos indecibles de santa bondad e infinita benevolencia... Aparece a los Ojos de los puros como un Doncel de Dieciséis Primaveras y Su Visión llena de paz, de amor y de increíble dinamismo”.

Estos viejos comentarios son muy significativos si los analizamos desde el ángulo oculto, pues no hacen sino reafirmar la ley jerárquica de los Jóvenes Ancianos a los que hacía referencia el Maestro K.H., descritos en muchas partes de aquel gran Libro de la Vida, que escribieron para cada época los excelsos Adeptos venusianos que instituyeron la Logia Blanca o Jerarquía Espiritual en nuestro mundo, haciendo una muy marcada e inteligente distinción entre la edad espiritual que crea jerarquía y la edad mortal que es una representación o apariencia física que acompaña naturalmente al juicio de las edades en movimiento cíclico.

Así, las Dieciséis Primaveras, representadas objetivamente por Sanat Kumara, podrían muy bien ser una manifestación de la edad física de la Tierra en el presente ciclo de vida. Como más adelante podremos apreciar hay una muy directa relación, basada en el principio de analogía, entre la aparente Adolescencia del Señor del Mundo y el tiempo –increíblemente lejano– que ha de recorrer todavía el planeta Tierra antes de finalizar su etapa evolutiva en el plano físico.

3. La definición de Sanat Kumara como “Señor de los Nueve Velos” parece indicar –siempre de acuerdo con la revelación de “El Libro de los Iniciados"– el grado de evolución alcanzado por el excelso Ser que guía los destinos del mundo. La investigación esotérica afirma el hecho de que cada velo encubre una Iniciación y que, por lo tanto, Sanat Kumara es el único Iniciado en el planeta que ha recibido Nueve Iniciaciones. Sólo el Logos planetario, el Hombre Celestial del esquema terrestre, le supera en tal sentido. Según se nos dice ocultamente el Logos planetario ha recibido la Décima Iniciación Solar y la Quinta Iniciación Cósmica. Sanat Kumara, Su representante aquí en el planeta, gran Adepto en el esquema planetario de Venus, a Quien reverentemente designamos bajo el nombre de Señor del Mundo, recibió Nueve Iniciaciones Solares y está atravesando actualmente la crisis espiritual que precede a la Cuarta Iniciación Cósmica...





La analogía existente entre “velos e iniciaciones” viene corro­borada en los Evangelios, cuando son leídos a la luz astral de los registros akásicos y libres por ello de toda interesada explicación doctrinal o religiosa, en aquellas palabras sobre las que aparentemente están de acuerdo los cuatro evangelistas: “Cuando expiró Cristo en la Cruz se rasgaron los Velos del Templo” (de Jerusalén).

Recurriendo de nuevo a las afirmaciones del Libro de los Iniciados, quizás podamos aclarar aquel hecho sorprendente en la historia de Cristo, pero considerándole no sólo como una Entidad histórica, sino más bien como una representación mística del drama psicológico que ha de vivir toda la humanidad. Leemos: “En el momento en que el Arhat recibe la cuarta Iniciación en el monte Gólgota de Su elevación espiritual y en la Cruz del Karma en la que estuvo clavado desde el principio de las edades, un rayo de Luz fulgurante se precipita sobre Sí y al expirar, después de pronunciar el gran Mántram de destrucción recibido de labios del Señor del Mundo y sintetizado en la cuádruple fórmula mágica ‘Todo ha sido consumado’, son rasgados los velos del Templo, los velos simbólicos de los cuatro elementos que encubrían el Centro místico de su vida espiritual y el secreto de su propia eternidad”. Hasta aquí la bella descripción del Hecho crístico en el Libro de los Iniciados.

Pero, analizándola desde otro ángulo de vista, la experiencia del Arhat es clarificada hasta en su sentido histórico. Veamos lo que al respecto nos dice Mme. Blavatsky en La Doctrina Secreta: “...En el Templo de Jerusalén donde simbólicamente fueron rasgados los velos al producirse la muerte física del Cristo, el Sancta Santorum, o lugar más secreto, estaba oculto por cuatro velos o cortinas, las cuales eran sostenidas por cinco columnas. El cuarto velo era rasgado o destruido por el Arhat en el momento místico de recibir la Cuarta Iniciación, utilizando las potentísimas energías ígneo eléctricas que le había comunicado el Cetro planetario del Señor del Mundo.

Podríamos sintetizar ambas afirmaciones, las del Libro de los Iniciados y las de La Doctrina Secreta, en ciertos hechos concretos:

Cada cortina o cada velo tenía determinado color y simbolizaba la actividad de uno u otro de los cuatro elementos naturales, tierra, agua, fuego y aire, una expresión del Cuaternario humano, que está formado de aquellos elementos, siendo las cinco columnas de las que pendían los velos, la representación simbólica de las cinco virtudes capitales que distinguen al Iniciado: el Valor, la Confianza, la Determinación, la Prudencia y el Equilibrio.

Las Cinco Columnas y los Cuatro Velos que encubrían el Sancta Santorum suman el número Nueve, el cual es descrito esotéricamente como Número del Hombre y también como Número de la Iniciación. Nueve es en efecto el número de meses que ha de pasar la criatura humana en las entrañas maternas, antes del nacimiento, Nueve es la suma de los números Cinco que corresponde a la Quinta Jerarquía Creadora de Hijos de la Mente o Ángeles Solares y Cuatro que caracteriza a la Cuarta Jerarquía Creadora, la cual al recibir el glorioso impulso de los Señores de la Mente creó a la humanidad, el Cuarto reino de la Naturaleza. Hay evidentemente una directa relación entre los Nueve meses de la gestación humana y las Nueve Iniciaciones solares testificadas por Sanat Kumara, el Señor del Mundo.

4. Sanat Kumara es el Mago Supremo del Planeta. Él proyecta, elabora y ejecuta a través de Sus Agentes espirituales, todos los planes de la evolución planetaria. Utilizando ingentes legiones de Devas de todas las jerarquías espirituales, se introdu­ce en el interior de los reinos y de las especies y sabe de todas sus necesidades. A través de los grandes Kumaras que secundan Su labor establece contacto con el ambiente cósmico, y por medio de los Señores del Karma y de los grandes Guías espirituales de los Departamentos de la Política, de las Religiones y de la Civilización, administra sabiamente la ley de Justicia, inspira espiritualmente a los estadistas del mundo, mejora la calidad de los vehículos físicos de las Razas evolucionantes, se introduce en el corazón místico de la humanidad creando anhelos de perfección y dinamiza las mentes de los hombres para que se establezcan en el seno social del mundo, las bases dinámicas donde se asentarán la civilización y la cultura de todos los pueblos de la Tierra.

El Señor del Mundo está en todas partes. Los llamados ocultamente “Agentes de Shamballa”, legiones innombrables de poderoso Devas de todos los planos de la Naturaleza y grupos de Miembros activos de la Gran Fraternidad Blanca, Maestros, Iniciados y Discípulos, son Sus Manos, Su Mente y Su Corazón. Por medio de Ellos sabe perfectamente –ya que forman parte de Su propia Conciencia, cuanto ocurre en el interior del “círculo‑no‑se‑pasa” de la Tierra... Por ello está mucho más cerca de nosotros de lo que podamos suponer, “flotando” –si podemos decirlo así– por encima de todos los ambientes sociales del mundo, preparando con Amor y Sabiduría imposibles de describir, las bases espirituales para un más noble y esperanzador futuro para toda la Raza.

Todo el Trabajo es llevado a cabo por el Poder que le depara Su indescriptible y profundo conocimiento de la Leyes de la Magia organizada del sistema solar, mediante las cuales produce la Magia organizada planetaria, que mantiene en cons­tante y permanente movimiento evolutivo la vida entera de la Tierra con todos sus planos o esferas, reinos, razas y especies...

Podemos aplicar pues al Señor del Mundo, aunque a escala cósmica, cuanto vayamos explicando acerca de los princi­pios fundamentales que rigen la Magia organizada, sabiendo que es ÉL quien la promueve, sostiene y ejecuta por todos los ámbitos del planeta Tierra...

5. Sólo Sanat Kumara, el Señor del Mundo, tiene autoridad absoluta sobre la Tierra y sobre la administración en la misma de la Justicia solar. Ésta se fundamenta ‑-como vimos anteriormen­te‑- sobre la jerarquía espiritual, la cual viene determinada por el progreso interno alcanzado por todos y cada uno de los seres que pueblan el planeta y vivifican su contenido. La Jerarquía espiri­tual es una Ley solar y viene avalada por lo que ocultamente llamamos “proceso iniciático”. La Iniciación, técnicamente descrita, es el método mediante el cual se introduce a los seres humanos de éste o de cualquier otro planeta dentro del sistema solar, en los sagrados misterios de la Magia organizada... Siendo el Señor del mundo el Mago Supremo del planeta, justo es que sea ÉL el único Iniciador, Quien confiera el poder mágico que acompaña a toda Iniciación.

Los detalles inherentes al proceso iniciático: la revelación de los secretos de la Voz o de los Mántrams, la percepción y comprensión de los Misterios y la aplicación del Cetro iniciático, pertenecen por entero a la Suficiencia infinita del Señor del Mundo, QUIEN delega Su autoridad en algunos grandes Adeptos o en el propio Bodhisattva, el Instructor espiritual de la Raza, en las dos iniciaciones menores o preparatorias y en las dos primeras iniciaciones jerárquicas. Pero ÉL, en Espíritu y en verdad –tal como rezan los textos místicos– estará siempre presente para recibir, a través de los Hierofantes, el juramento de los Iniciados, aunque éstos vean sólo ante sí a los grandes Maestros o al Bodhisattva... Incluso el Cetro jerárquico utilizado en las primeras iniciaciones ha de estar ocultamente dinamizado por el poder que emana del Cetro planetario, del Diamante Flamígero utilizado por el Señor del Mundo. A partir de la tercera Iniciación, o de la Transfiguración, el Señor del Mundo, perfectamente visible a los ojos internos del Iniciado, aplica directamente sobre los centros mentales de éste la tremenda fuerza cósmica contenida en el Cetro planetario. Esta fuerza, de un indescriptible y desconocido potencial ígneo‑eléctrico, es el elemento de conexión entre Sanat Kumara, el Logos Planetario del esquema terrestre y el Logos Solar. “En las entrañas misteriosas del Cetro se halla oculta la energía que permite la unificación de los mundos”. Estas palabras, extraídas como siempre de “El Libro de los Iniciados”, nos dan una certera idea de la Ley de jerarquía que gobierna todos los mundos y que al decir de los Iniciados, “utiliza el fuego eléctrico de la Resolución para producir coordinación y síntesis” de los poderes internos.

El Talismán de Brahma del que surge el Fuego de Kundalini y el Cetro Jerárquico utilizado por el Bodhisattva, no son sino fuegos menores ante la terrible fuerza ígnea que guarda en sus entrañas el Diamante Flamígero, o Cetro planetario del Señor del Mundo. Es por esta razón que Sanat Kumara, es el Único que puede manejar esta tremenda e indescriptible energía cósmica, es el verdadero y Único Iniciador, el Hierofante absoluto en todas las Iniciaciones que se imparten en el dilatado escenario del “círculo‑no‑se-pasa” de la Tierra.

Extractado de: Magia Organizada Planetaria, por Vicente Beltrán Anglada