lunes, 9 de marzo de 2015
LA CONEXIÓN: EXPERIMENTO FILADELFIA Y NIKOLA TESLA
LA CONEXIÓN: EXPERIMENTO FILADELFIA Y NIKOLA TESLA
Teleportación o teletransporte es un proceso de mover objetos o partículas de un lugar a otro instantáneamente. Literalmente quiere decir «desplazar a distancia», lo que puede ser entendido como un desplazamiento que se produce sin necesidad de establecer contacto físico directo con el objeto para que éste se mueva. La palabra teleportation fue inventada, a principios de la década de 1930, por el Charles Hoy Imagen 4Fort (1874 – 1932), investigador estadounidense, conocido por dedicarse al estudio de hechos no solucionados por la ciencia de su época. El libro de los condenados, su obra más conocida, es una colección de hechos despreciados por la ciencia ortodoxa.
Recopiló y publicó un catálogo con 25 mil entradas de fenómenos inexplicables hasta entonces, que iba clasificando en cajas de zapatos, tal como lluvias de ranas, precipitación de grandes trozos de hielo, barro, carne y azufre; nieve negra; bolas de fuego; cometas caprichosos; desapariciones misteriosas, meteoritos con inscripciones extrañas; ruedas luminosas en el mar; lunas azules; soles verdes; aguaceros de sangre. Fort, como los científicos que criticaba, reivindicaba la supremacía de “los hechos”. H. P. Lovecraft consideraba a Fort uno de sus maestros. Y autores de ensayos antropológicos, como Pauwels y Bergier, reconocen haber utilizado el método de Fort de búsqueda para gestar su famosa obra “El retorno de los brujos“.
Fort usó la palabra teleportación para describir la supuesta conexión entre misteriosas desapariciones y apariciones en distintas partes del mundo, como en el Triángulo de las Bermudas. La palabra «teletransporte» fue utilizada por primera vez por el filósofo británico Derek Parfit como parte de un ejercicio mental de identidad. Científicamente no se conoce ningún mecanismo por el que pueda ocurrir el teletransporte de objetos macroscópicos, ni siquiera de partículas sub-atómicas. Sin embargo, los investigadores del Instituto Max Plank en Berlín demostraron que los electrones de las moléculas de nitrógeno en su forma gaseosa, es decir las onda-partículas, existen simultáneamente. En la ciencia ficción, generalmente se basa en codificar información acerca de un objeto, transmitir la información a otro lugar, como con un sofisticado fax, y crear una copia del original en el punto de destino. El concepto de teletransporte también se ha relacionado con algunos fenómenos como son el de la ubicuidad, la habilidad de estar presente en varios lugares al mismo tiempo, generalmente atribuida a santos y magos.
Nikola Tesla nació el 9 de julio de 1856, en Smiljan, Croacia, que por aquel entonces formaba parte del imperio Austro-Húngaro. Su padre abandonó la carrera militar para convertirse en sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Su madre, que aunque no recibió educación formal alguna, era brillante y tenía una memoria excepcional. Tesla siempre decía que su madre era la fuente de sus capacidades intelectuales. No obstante la temprana muerte accidental de su hermano lo dejó marcado para toda su vida, ya que se consideraba culpable de ese accidente y con esa culpa cargó hasta el día de su muerte.
Nikola Tesla fue, sin ninguna duda, el más grande genio de los siglos XIX y XX. Nuestro estilo de vida ahora, la tecnología que damos por normal, todo esto es posible por este hombre increíble. No obstante, a pesar de todas sus contribuciones a la ciencia, su nombre es poco recordado fuera del campo de la física. De hecho, Thomas Edison es a menudo erróneamente acreditado en los libros de texto con invenciones que fueron realmente desarrolladas y patentadas por Tesla.
Sus diarios perdidos revelaban que en 1899, mientras estaba en Colorado Springs, Tesla interceptó comunicaciones de seres extraterrestres que secretamente estaban controlando a la humanidad. Estas criaturas estaban preparando a los humanos para una eventual conquista y dominación, usando un programa que había existido desde la creación de la humanidad, pero que ahora se estaba acelerando debido al mayor conocimiento científico en la Tierra. Tesla escribió sobre sus años de investigaciones para interpretar las extrañas señales de radio y sus intentos de notificar al gobierno y a los militares lo que sabía. Pero sus cartas, al parecer, se quedaron sin respuesta. Algunos grupos ocultistas no dudaban en proclamar que era el extraterrestre que esperaban. No dejaban de repetir que procedía de Venus, y que había llegado a la Tierra a bordo de una nave espacial.
En el año 2004 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos publicaba un informe titulado “Teleportation Physics Study” y publicado en la web de la Federation of American Scientists, prestigiosa institución científica. El contenido del informe abarca temas científicos muy complejos, entre ellos la teleportación. En 2005 apareció un curioso artículo en la revista Muy Interesante. Anton Zeilinger, reconocido experto en el campo de la física cuántica, había conseguido, con ayuda de todo su equipo, teletransportar un par de fotones entrelazados cuánticamente por medio de un túnel que atravesaba el Danubio por debajo.
Esto suponía una distancia de 600 metros. En 2007, un equipo de investigadores de la European Space Agency (ESA) ha conseguido realizar una comunicación cuántica entre dos puntos separados por una distancia de 144 Kilómetros, situados entre las islas de La Palma y Tenerife, en España, demostrando que el efecto cuántico del entrelazamiento se mantiene a grandes distancias. Este experimento es el primer logro de un estudio cuyo objetivo es el diseño de un sistema que permita comunicarse de una forma totalmente segura con satélites mediante comunicación cuántica. En 2009 ya se ha conseguido el teletransporte de una masa considerable, en torno a unos 5000 átomos, y a la distancia de unos 23 kilómetros, en Canadá.
El método fue basado en la desaparición de materia a altas velocidades. En 2004, el abogado con sede en Washington, Andrew D. Basiago, comenzó a hablar de una organización de alto secreto llamado Proyecto Pegasus. A pesar de que sólo tenía siete años de edad en aquel momento, Basiago afirma que entre 1968 y 1972 participó en una serie de extraños experimentos que lo llevaron a viajes a través del tiempo, el espacio, y potencialmente a universos paralelos. El Proyecto Pegasus fue el programa clasificado, de investigación y desarrollo relacionado con Defensa. Este programa estaba bajo la dirección de la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA)) en el que la comunidad técnica de Defensa de los EE.UU. logró el viaje en el tiempo en nombre del gobierno de Estados Unidos, el verdadero experimento Filadelfia. La misión del Proyecto Pegasus fue estudiar los efectos de los viajes en el tiempo y de la teleportación en los niños, así como para recibir importante información sobre eventos pasados y futuros para el Presidente de Estados Unidos y la comunidad de inteligencia y militar. Según Basiago, los niños fueron reclutados específicamente por su capacidad de adaptación al estrés causado al moverse entre el pasado, el presente y el futuro. Pero, ¿cómo se realizó?
Basiago afirma que había varias maquinas para el viaje en el tiempo actuando durante estos experimentos. La mayoría de estas aventuras temporales pueden atribuirse a Nikola Tesla. Documentos, supuestamente recuperados del apartamento de Tesla en la ciudad de Nueva York después de su muerte en enero de 1943, reveló el plano de una máquina de teleportación.
Usando algo que Basiago denomina “energía radiante“, la máquina formaría una “cortina brillante” entre dos dispositivos elípticos. Según Basiago: “La energía radiante es una forma de energía que descubrió Tesla y que está presente de manera latente y omnipresente en el universo. Entre sus propiedades tiene la capacidad de doblar el espacio-tiempo“. Al pasar a través de esta cortina de energía, Basiago entraría en un “túnel tipo vórtice” que lo enviaría a su destino. Los otros dispositivos de teleportación incluyeron una “cámara de confinamiento del plasma” en Nueva Jersey y una “sala de salto” en El Segundo, California. También hubo algún tipo de “tecnología holográfica“, que les permitía viajar “tanto física como virtualmente“.
Sin embargo, ellos no siempre estaban a salvo. Uno de los compañeros de Basiago, Alfred Webre, recuerda un caso en el que un niño regresó de su viaje temporal antes de que sus piernas. Como él mismo dice, “Él se retorcía de dolor con sólo muñones donde sus piernas habían estado“. Estos errores, según Webre, han sido subsanadas en los más de 40 años desde que se iniciaron los experimentos. En un artículo del New York Times del 21 de abril de 1908, en la página 5, columna 6, con el título “Cómo la lámpara del electricista puede construir nuevos mundos“, Nikola Tesla es citado como maestro del universo físico de la humanidad por la simple adopción de ciertas teorías: “Cada átomo ponderable se diferencia desde un tenue fluido, el éter, llenando todo el espacio con sólo el movimiento de giro, como un remolino de agua en un lago en calma.
Al ser puesto en movimiento este líquido, el éter, se convierte en materia bruta. Su movimiento es detenido y la sustancia primaria vuelve a su estado normal“. Este estado normal que Tesla está describiendo es ‘quietud‘, donde la radiación vuelve luego a su línea de tiempo como materia normal. Tesla sigue abriendo realmente la puerta a teleportarse: “Parece, pues, posible que el hombre mediante energía acoplada del medio y mediante las intervenciones adecuados para iniciar y detener remolinos de éter puede lograr que la materia se forme y desparezca“.
Tesla estaba dando a entender que la materia podía ser manipulada mediante el uso de la energía inteligente, a través de la tecnología actual, para poder levitar y teleportar. Él está diciendo, en efecto, que la materia no está predestinada desde el comienzo del universo. La materia es dinámica y puede ser alterada y teleportada con la tecnología actual. Tesla continua diciendo estas asombrosas palabras: “La Humanidad, casi sin esfuerzo de su parte, puede lograr que las viejas palabras se desvanezcan y otras nuevas existan.
Él podría alterar el tamaño de este planeta, controlar sus estaciones, ajustar su distancia al Sol; guiarlo en su eterno viaje a lo largo de cualquier camino que eligiese, a través de las profundidades del universo. Podía hacer que los planetas chocaran y producir sus propios soles y estrellas, su propio calor y luz, y originar la vida en todas sus posibles formas infinitas. Podría provocar a voluntad el nacimiento y la muerte de la materia, que sería la obra más grandiosa del hombre, que lo convertiría en el dueño de la creación física, haciéndole cumplir su destino final“. Supongamos que Tesla tuviese razón, lo que su biografía nos indica que es probable. Imaginemos que alguna entidad en algún universo, no necesariamente en el que estamos viviendo, descubriese esto y llegase a crear su propio universo.
Nosotros hoy estamos muy lejos de lo que Tesla explica sobre crear un universo. Irónicamente este artículo de Tesla apareció solo tres años después de que Einstein publicase su famosa Teoría de la Relatividad Especial y casi veinte años antes de que Georges Lemaitre publicase en 1927 su hipótesis del comienzo del universo, que más tarde fue llamado Big Bang. Uno debe entender que el Big Bang y su asociada hipótesis de la expansión del universo son los únicos obstáculos actuales para conseguir la levitación y la teleportación de objetos grandes, incluidos los seres humanos. Tesla abrió la puerta de atrás en el inicio del siglo XX, pero la ciencia le cerró la puerta unos treinta años más tarde. Los vehículos Tesla podrían ser teleportados a cualquier lugar, y cuando la batería necesitase recarga, teleportarse de nuevo a una estación de carga. Actualmente tenemos la tecnología para aplicar en la práctica los conceptos de Tesla. Solo se necesita investigación y desarrollo para que ello ocurra.
El Experimento Filadelfia, también llamado Proyecto Arco Íris, es el nombre que recibió un supuesto experimento secreto llevado a cabo por la marina estadounidense en los astilleros navales de Filadelfia, en el estado de Pensilvania, alrededor del 28 de octubre de 1943. Mediante este experimento, el destructor escolta de la Armada Norteamericana USS Eldridge al parecer fue hecho electrónicamente invisible a los radares enemigos. La marina de Estados Unidos afirma que ha buscado archivos referidos a este evento y no los ha encontrado, ni ha encontrado ninguna evidencia de que se efectuase. Aunque aparentemente nos apartemos algo del tema del artículo, debemos dejar constancia de que pilotos de aviones y tripulaciones de barcos han visto con cierta frecuencia ovnis en los cielos del Triángulo de las Bermudas.
Charles Frambach Berlitz (1914 – 2003), fue un escritor estadounidense muy conocido por sus obras sobre fenómenos paranormales, aunque también escribió sobre enseñanza de idiomas. Su libro más famoso fue el Triángulo de las Bermudas, del que vendió unos veinte millones de ejemplares, y en el que me basado para escribir las investigaciones del Dr. Jessup. Era nieto del fundador de las academias de enseñanza de idiomas Berlitz Language Schools. Él mismo fue un gran políglota que hablaba treinta y dos idiomas. Se graduó magna cum laude en la Universidad de Yale y estuvo trece años en el ejército de Estados Unidos, principalmente en la rama de espionaje. Luego trabajó en la empresa de la familia donde fue autor de libros con frases para turistas.
También participó en la redacción de cursos de lenguaje grabados en cintas y discos. Sobre la posible propulsión de los ovnis hay algunas teorías plausibles. Un método que resulta útil solamente dentro de nuestra atmósfera, consistiría en que una nave con forma discoidal y con generadores de rayos catódicos viajase rápidamente en cualquier dirección, sencillamente al hacer funcionar los generadores situados en el extremo frontal o en un costado, según el rumbo deseado. Luego los generadores ionizarían el aire situado frente al vehículo, causando un vacío dentro del cual podría moverse. Estas bolsas de aire ionizado dejados por los ovnis podrían muy bien ser la causa de las turbulencias de aire advertidas por los pilotos. Otro de los métodos se asemeja al de los aviones a reacción, pero sería infinitamente más rápido, cercano, en teoría, a la velocidad de la luz.
Los reactores estarían basados en la fusión, y no en la fisión nuclear, y sólo se necesitaría materia y agua fusionables. Este tipo de propulsión explicaría tal vez que se hayan visto OVNI succionando agua de algunos lagos interiores. Hay otra teoría que supone un cambio de tiempo y dimensión basado en campos electromagnéticos especiales. Morris Ketchum Jessup (1900 – 1959 ), es recordado por sus investigaciones de ovnis y su supuesta participación en el Experimento Filadelfia. El Dr. Jessup afirmaba que hay una relación entre los ovnis y el Triángulo de las Bermudas.
El Dr. Jessup tenía una teoría según la cual, mediante campos magnéticos, se podía transformar y transportar materia desde una dimensión a otra. Creía que los ovnis podían entrar en nuestra dimensión y luego salir, llevándose muestras de seres humanos o de otro tipo. Además, pensaba que algunos de los accidentes habían sido provocados por los rayos catódicos de los ovnis, que habrían creado un vacío en el cual se desintegraban los aviones que penetraban en aquel campo. Esto es probablemente lo que le ocurrió al capitán Thomas Mantel. El 7 de enero de 1948, el capitán Thomas Mantel y varios otros pilotos de la base Godman, en Fort Knox, persiguieron con sus Mustang P-51 a un ovni “de enorme tamaño“, que habían observado cerca de la base. Cuando Mantel se elevó persiguiéndole, algunos testigos lo vieron desintegrarse.
Una declaración posterior de la Fuerza Aérea sostuvo que el capitán perdió el control al haber confundido el planeta Venus por un ovni y que el avión se desintegró al caer en picado. La realidad parece ser que Mantel voló demasiado cerca del platillo volante y cayó dentro de su campo ionizado. Su aparato estalló en tantos pedazos que no se pudo encontrar ninguno mayor que un puño. Todos los que se hallaron estaban perforados, como si hubieran sido horadados por pequeños gusanos. Esto podría haberle ocurrido también al Constellation que Bob Brush, un piloto de avión comercial, vio estallar cerca de Gran Inagua, en las Bahamas, en octubre de 1971. Bob iba volando en un DC-6 y captó en su radar al Constellation, que volaba bajo y tal vez con dificultades. De pronto explotó, lo que provocó una llamarada que encendió el cielo.
La explosión fue tan brillante que le hizo daño en los ojos, lo que era absolutamente desusado. Una embarcación que se hallaba en las cercanías recogió un manual de vuelo que Bob pudo examinar luego. Estaba acribillado de pequeños agujeros, igual que los restos del avión desintegrado de Mantel. Sean lo que fuesen, los ovnis parecen crear un torbellino magnético temporal y un tipo de ionización que puede causar la desaparición o la desintegración de barcos y aviones. Nacido en Rockville, Indiana, Jessup se interesó desde niño en la astronomía, y recibió una licenciatura en Astronomía la Universidad de Míchigan en 1926, mientras trabajaba en un observatorio.
Sin embargo, nunca se sirvió del título, aunque varias veces fue conocido como Dr. Jessup. A partir de 1932 Jessup comenzó a trabajar en una gran variedad de trabajos que nada tenían que ver con sus estudios. A pesar de esto, hacia 1950 se convirtió en uno de los primeros investigadores del fenómeno ovni, y recibió más atención en 1955 cuando escribió su libro The Case for the UFO (casos de OVNI) donde hablaba de varios casos de ovnis ocurridos entre 1947 y 1954.
Jessup especuló que la anti-gravedad o el electromagnetismo pueden ser responsables del comportamiento de vuelo observado en los ovnis, y lamentó que la investigación de los vuelos espaciales se concentrara en el área de los cohetes, y que se pusiera poca atención a otros medios teóricos de vuelo, que él consideraba rendirían más frutos al final. En sus últimos años de vida escribió más sobre el fenómeno ovni y fue reconocido como un verdadero astrónomo. Sin embargo solo fue en sus últimos cuatro años, luego de tres décadas de fracasos. Antes de morir, Jessup creía que estaba a punto de descubrir la base científica de lo que estaba ocurriendo, que para él resultaba explicable según la “teoría de campo unificado” de Einstein.
La misteriosa muerte de Jessup ha sido tema de muchas especulaciones. Algunos amigos suyos dijeron que Jessup no era el tipo de persona que se suicidara. Otros han sugerido que fue asesinado porque se negó a dejar las investigaciones sobre el enigma de los ovnis. También se dijo que algo tuvieron que ver los hombres de negro. Sin embargo, otros amigos dijeron que Jessup estaba deprimido a causa de problemas personales, y que había anunciado su suicidio a un intimo amigo suyo.
Después de haber recibido información por parte de un soldado que participo en el Proyecto Filadelfia, Jessup investigo lo que paso e hizo grandes descubrimientos. Mientras investigaba, fue visitado por personas de la marina de estados Unidos para saber que estaba haciendo. Un día, yendo a dar una conferencia sobre lo que había descubierto, aparentemente fue asesinado. Su cuerpo fue encontrado, fue dado por muerto y firmo todos los papeles un doctor que nunca existió. Los documentos que Jessup tenía sobre su investigación y sus descubrimientos sobre el Proyecto Filadelfia, desaparecieron.La base de la “teoría de campo unificado” está en que todos nuestros conceptos de espacio-tiempo y materia-energía no son entidades separadas, sino transmutables en las mismas condiciones que la perturbación electromagnética.
En realidad, la teoría de campo unificado ofrece otra explicación acerca de cómo los ovnis podrían materializarse y desaparecer tan repentinamente. En la práctica es algo que tiene que ver con los campos magnéticos y eléctricos. Un campo eléctrico creado en un anillo induce un campo magnético en ángulo recto con relación al primero. Cada uno de estos campos representa un plano del espacio. Pero, puesto que existen tres planos del espacio, debe haber un tercer campo, que posiblemente es gravitacional.
Mediante el enlazamiento de generadores electromagnéticos, de forma que produzcan un pulso magnético, sería posible crear este tercer campo, a través del principio de la resonancia. Jessup pensaba que la Marina de los Estados Unidos tropezó inadvertidamente con este fenómeno durante un experimento de guerra que se realizó en un destructor y que recibió el nombre de Experimento Filadelfia.
El experimento habría sido conducido por el Dr. Franklin Reno (o Rinehart) como una aplicación militar de la teoría de campos unificados o “teoría general de la gravedad” de Albert Einstein. En resumen, la teoría postula la interrelación entre las fuerzas de la radiación electromagnética y la gravedad. El Experimento Filadelfia, también conocido como Proyecto Arco Iris, fue supuestamente un intento por parte de la Marina de crear un barco que no pudiera ser detectado por minas magnéticas y/o radar. Sin embargo, sus resultados, se dice, fueron muy diferentes y mucho más peligrosos de lo que la Marina hubiera esperado.
A principios de 1930 la Universidad de Chicago investigó la posibilidad de la invisibilidad a través del uso de la electricidad. Este proyecto fue más tarde movido al Instituto Princeton de Estudios Avanzados, en donde fue nombrado Proyecto Arco Iris o proyecto invisibilidad, y fue constituído en 1936. Nikola Tesla fue nombrado Director del Proyecto. A Tesla se le dio todo lo que fue requerido por él para probar el proyecto. Tesla requirió y se le dio un barco de la Marina de Guerra, en el cual iban a efectuarse las pruebas. La primera prueba de invisibilidad ocurrió en 1940 y fue inscrita y designada como un éxito total, cuando un barco de la marina, sin tripulación a bordo, se desvaneció de su plano de existencia. El diseño básico tenía dos bobinas Tesla grandes, un tipo de electroimanes, colocados en cada lado de la nave. Las bobinas se encendían en una especial secuencia, y su fuerza magnética era tan poderosa que doblaban la misma gravedad. Basado parcialmente en los anteriores experimentos de electro-gravedad de Tesla, el Proyecto Arco Iris probó ser mucho más peligroso de lo que originalmente fue concebido. El investigador estadounidense Al Bielek afirma que Tesla comenzó a tener dudas acerca de la seguridad del experimento, debido a sus supuestas comunicaciones con extraterrestres. Tesla afirmaba que estaba hablando con ETs de fuera del planeta.
Tesla mantuvo un laboratorio en su vivienda en el Hotel New Yorker. Pero tenía un segundo laboratorio, más secreto, que aparentemente era su laboratorio principal, en un altillo del Waldorf Astoria, en el piso de arriba, y en ambas torres del ático. Tesla mantuvo un equipo transmisor en el Waldorf, así como su equipo de recepción y sus antenas, que habían sido construidos por RCA bajo su dirección. Dos personas que estaban trabajando con Tesla durante ese período, dijeron que estaba usando este equipo para hablar con alguien, virtualmente todos los días. Aparentemente uno de los comunicantes era alguien de fuera del planeta.
Tesla indicó que iba a haber un serio problema con las personas involucradas en el experimento si alguien estuviese en el barco mientras las bobinas de gauss eran encendidas, y que la radiación electromagnética les dañaría dentro de esta realidad. Tesla dijo en numerosas ocasiones que estaba en contacto con extraterrestres, y que los ETs habían confirmado que habría un problema con el experimento. Tesla quería aclarar estos problemas antes de que comenzaran más experimentos.
Y aquí comentamos un asunto del que apenas se ha hablado, pero que es digno de tener en cuenta. Marija Oršić (pronunciado ‘Orshich‘), también conocida como Maria Orschitsch o María Orsic, fue una famosa medium, líder de la Sociedad Vril (Vril Gesellschaft). Nació el 31 de octubre de 1895, en Zagreb, actual Croacia, aunque muy pronto su familia se trasladó a Viena. Su padre fue un inmigrante croata de Zagreb, mientras que su madre era de Viena. Apoyó el movimiento nazi y la anexión de Austria al III Reich (Anschluss).
En Múnich, Maria estuvo en contacto con la Thule Gesellschaft y pronto crearía su propio círculo, junto con una mujer llamada Traute, de Munich, así como con otros compañeros. Es curioso que dos súbditos de la antigua Yugoslavia, viviendo a ambos lados del océano Atlántico, y sin una aparente previa relación, mantuviesen una numerosa correspondencia – luego confiscada – sobre la construcción de una aeronave anti-gravitacional. Tesla era científico en Nueva York, mientras que María era médium en la Alemania del Tercer Reich.
Tesla murió en 1943 y María desapareció literalmente en 1945. Ambos eran de procedencia yugoslava, amantes de los animales, vegetarianos, sin estudios universitarios terminados, solteros y sin hijos, sin religión, en contra de las guerras, pobres y casi indigentes, y ambos fueron estrechamente vigilados por las agencias militares y de inteligencia: Nikola Tesla por el FBI, la OSS y la CIA, y María Orsic, por la Gestapo y las SS. Nikola emigró a Nueva York y María a Berlín. Si los descubrimientos e inventos en el campo electromagnético de Nikola Tesla eran uno de los mayores secretos custodiados por las agencias militares, aún fue superior el grado de clasificación, en materia de seguridad, de la numerosa correspondencia que éste mantuvo con María Orsic.
María y Nikola estaban relacionados en la construcción de una máquina voladora anti-gravitatoria y por sus supuestos contactos con extraterrestres. Nikola era un científico y un genio del electromagnetismo, pero María era una chica a la que gustaba llevar el pelo muy largo, que le llegaba casi hasta las rodillas, que enseñaba ballet a principiantes e impartía clases de idiomas, pero que un día cayó en trance y comenzó a tener continuas experiencias mediúmnicas en las que recibió toda clase de datos técnicos y planos para la construcción de una nave voladora anti-gravitatoria.
Ambos, María y Tesla, mantuvieron una numerosa correspondencia de la que nada se sabe y que siempre constituyó un expediente clasificado de máxima seguridad. Entre los papeles de Tesla se encontraron detalles elaborados, dibujos y planos de una maquina voladora de anti-gravedad, en la línea de los supuestos ovnis alemanes y de las naves Vril de María Orsic. En la Alemania Nazi hubo dos líneas diferenciadas en la construcción de ovnis o Vril alemanes del Tercer Reich. Por un lado, científicos alemanes y austriacos trabajaban en sistemas de propulsión basados en datos científicos tradicionales o de vanguardia, que pronto pasaron al control de las SS.
Por otro lado, el proyecto de María Orsic y el Dr. Otto Schumann, basado en datos técnicos ofrecidos por extraterrestres. María afirmaba que recibía información técnica en lengua sumeria de unos seres que decían ser mensajeros del planeta Ashtari/Aldebaran. El Dr. Winfried Otto Schumann (1888 – 1974) un físico alemán que predijo las resonancias de Schumann, una serie de resonancias de baja frecuencia causadas por la descarga de rayos en la atmósfera, quedó impresionado al comprobar que los proyectos de aeronaves de vanguardia de Viktor Schauberger y Karl Haushofer no estaban tan avanzados como los que aportaba Maria Orsic.
Nikola Tesla tenía información sobre extraterrestres que anotaba, en sanscrito, en su libro de notas, y decía que dos razas alienígenas estaban en guerra, por lo que estaba preocupado por la humanidad. Por esa razón inventó un “Rayo de la muerte” que podría destruir naves alienígenas. El 20 de Julio de 1931, Nikola Tesla hizo la siguiente declaración a la revista Time Magazine: “Yo he concebido un modo que hará posible que los humanos transmitan energía en grandes cantidades, de miles de caballos de potencia, de un planeta a otro, sin limitaciones de distancia“. Nikola Tesla murió el 7 de enero de 1943 en su habitación de dos piezas en el New Yorker Hotel e inmediatamente todo su trabajo y posesiones fueron confiscadas por el gobierno de los Estados Unidos.
María desapareció en marzo de 1945 de Berlín y nunca se ha sabido más de ella. En diciembre de 1943, Maria asistió junto con su amiga Sigrun, también médium, a un encuentro organizado por la Sociedad del Vril, a orillas del mar, en la ciudad de Kolberg. Supuestamente, el principal objetivo de dicho encuentro era el de debatir el “Proyecto Aldebarán”. Las médiums de la Sociedad del Vril habrían recibido información telepática sobre planetas habitables alrededor de Aldebarán, y planeaban viajar hasta
Aunque el tema de Aldebarán pueda parecer algo fantasioso y difícil de creer, debemos decir que las antiguas tradiciones afirman (sorprendentemente) que la escritura se inventó antes que la creación del mundo. Y existía un libro que, según se cuenta, tenía la forma de una piedra de zafiro (es curioso lo mucho que nos suena a un sofisticado tipo de soporte de libros digitales). Según los escritos, Raziel, un ángel (o arcángel) que se sentaba junto al río que brotaba del Edén, es el autor de este libro llamado “Sefer Raziel HaMalach” (el libro del arcángel Raziel), donde «está anotado todo el conocimiento celestial y terrestre».
El ángel Raziel entregó este misterioso libro a Adán. Debía de ser algo especial, pues no sólo contenía todo el conocimiento, sino que también predecía el futuro. El ángel Raziel dijo a Adán que encontraría en el libro todo «lo que te sucederá hasta el día que mueras». Y no sólo Adán se beneficiaría de este enigmático libro, sino también sus descendientes, tal como Raziel le explicó: “También tus hijos, que vendrán después de ti, hasta el último de la raza, sabrán por este libro lo que habrá de pasar cada mes y lo que habrá de pasar entre el día y la noche; a cada uno le será conocido (…) si habrá de padecer desventuras o hambre, si el trigo será abundante o escaso, si habrá lluvia o sequía”. En el misticismo judío de la Cábala el arcángel Raziel es el «guardador de secretos», «el secreto de Dios» y el «arcángel de los misterios». En hebreo el nombre Rzial significa ‘secretos del dios cananeo El’.
Según varios Rabinos es un querubín y el jefe de los Ofaním. Los Ofaním son considerados ángeles extraños y misteriosos ya que, según se relata en Ezequiel, “su aspecto es el de ruedas luminosas que giran continuamente, están cubiertas de grandes ojos y su única misión es mover el carro que transporta a Dios hasta los límites del mundo material (¿¿¿)”. A Raziel se le describe como un arcángel de alas azules, aura dorada brillante alrededor de su cabeza y ropas azules que poseen propiedades sorprendentes. Se dice que Raziel estaba cerca del trono de Dios (Yahveh o Jehova) y por lo tanto oía todo lo que allí se decía y discutía. Después que el ángel Raziel entregó el libro a Adán, sucedió algo maravilloso: “Y en la hora en que Adán recibió el libro surgió un fuego en la orilla del río, y el ángel ascendió al cielo entre las llamas. Entonces supo Adán que el mensajero era un ángel de Dios, y que el libro se lo había enviado el santo Rey. Y lo conservó con santidad y con pureza”. En el libro estaban grabados los símbolos de la sabiduría sagrada, y en él se contenían setenta y dos categorías de conocimientos, divididas en 670 símbolos de los misterios superiores. También contenía 1.500 claves secretas.
Adán leyó el libro que le otorgaba el poder de dar nombre a todos los objetos y a todos los animales. Pero, cuando cometió su famoso “pecado original”, el libro sorprendentemente «salió volando de entre sus manos». Adán lloró amargamente y se sumergió en las aguas de un río. Cuando su cuerpo se quedó hinchado, el Señor tuvo misericordia de él y ordenó al ángel Rafael que le devolviese la misteriosa piedra de zafiro. Adán entregó el mágico libro a su hijo Set y le explicó «en qué consistía su poder y su maravilla.
También le habló de cómo había usado él el libro, y le dijo que lo había escondido en una fisura de las rocas». Set también recibió instrucciones de cómo usarlo y de cómo «conversar con el libro». Sólo podía acercarse al libro con veneración y humildad. Debía lavarse a fondo antes de utilizarlo y no debía comer cebolla, ajo u otras especias (¿¿¿). Set siguió las instrucciones de su padre y aprendió durante toda su vida de la piedra sagrada de zafiro. Finalmente construyó «… un cofre de oro; guardó en él el libro y escondió el cofre en una cueva en la ciudad de Enoc». El libro permaneció en aquel escondite hasta que «al patriarca Enoc se le reveló en un sueño el lugar donde estaba escondido el libro de Adán». Enoc, el patriarca antediluviano que era el hombre más sabio de su época, fue a la cueva y por algún medio misterioso se le reveló cómo debía utilizar el libro. Y «en el momento mismo en que le quedó claro el significado del libro, se le encendió una luz».
Enoc comprendió entonces todo lo referente a las estaciones, los planetas, las estrellas y los ángeles que dirigen sus cursos. Y ¿qué sucedió con el libro? En este cado fue otro arcángel, Rafael, el que lo hizo llegar a las manos de Noé y le explicó el modo de utilizarlo. El libro seguía estando «escrito sobre una piedra de zafiro», y Noé, después del diluvio, lo leyó y aprendió los cursos de todos los planetas, así como «los cursos de Aldebarán, Orión, Sirio». También aprendió de él «… los nombres de todas las diferentes esferas del cielo (…) y los nombres de todos los servidores celestiales». Es realmente sorprendente que a Noé le pudiesen interesar los cursos de la estrella Aldebarán, la constelación de Orión y la estrella doble (o triple) de Sirio, o conocer los nombres de los misteriosos «servidores celestiales». Luego se dice que Noé depositó el libro en un cofre de oro y fue lo primero que metió en el arca. Y cuando Noé salió del arca, conservó el libro hasta el final de su vida.
Tal vez Jessu no presenció todos estos incidentes, por lo que no puede afirmarse cuántas de las cosas que contó fueron vistas por él. Pero, en todo caso, las investigó muy a fondo. Hay que tener en cuenta que Jessup era un científico y astrónomo distinguido.
Estuvo a cargo del mayor telescopio reflector del Hemisferio Sur, dirigió diversos proyectos relacionados con eclipses, fue el descubridor de las estrellas dobles y tenía una trayectoria científica brillante. La razón por la que estuvo relacionado con el Experimento Filadelfia fue que un hombre que alegaba haber sobrevivido a la prueba, llamado Carlos Allende (o Carl Allen) le escribió en 1956, en relación con su libro El caso de los ovnis. Además, había gran similitud entre su teoría y lo ocurrido durante el experimento.
Allende comenzó a escribirse regularmente con Jessup, quien respondía, naturalmente, como cualquier autor a un seguidor. Algún tiempo más tarde, la Oficina de Investigación Naval (ONR) le pidió que viajara a Washington. Hay que tener en cuenta que la censura había encubierto el Experimento Filadelfia, con excepción de un pequeño artículo publicado en un periódico de aquella ciudad.
Le enseñaron un ejemplar de su libro, que había aparecido en las oficinas de la ONR, y que estaba lleno de anotaciones relativas a sus teorías, al Experimento Filadelfia y a las actividades de los ovnis. Luego le preguntaron si reconocía la letra, que al parecer pertenecía a tres personas distintas. Las teorías de Jessup podrían ser viables, aunque toda la cuestión del magnetismo es, por ahora, un misterio. Si desarrolláramos las sugerencias contenidas en la teoría del campo unificado de Einstein, que relacionan los campos gravitacionales y electromagnéticos con la teoría del espacio-tiempo, y si los campos magnéticos fuesen suficientemente fuertes, esta sería la causa de que los objetos y la gente cambiasen de dimensión, haciéndose invisibles. La respuesta a la cuestión de las desapariciones en el Triángulo de las Bermudas se halla tal vez en anomalías electromagnéticas que se evidencian sólo en algunas épocas, cuando son activadas por casualidad o a propósito. Y parece posible que la presencia de ovnis cree las cargas de energía requeridas. Pero no deja de ser curiosa esta concentración de incidentes en el Triángulo de las Bermudas. Tal vez los seres inteligentes que manejan los ovnis no estén sólo tomando muestras y verificando nuestro progreso científico, como lo demuestra su interés por Cabo Kennedy y nuestras pruebas espaciales, sino que están retornando a lo que podrían ser antiguos recintos sagrados o quizá centros o estaciones generadores de energía que actualmente están cubiertos por el mar. En años recientes se ha descubierto, cerca de las Bimini y en otros lugares de las Bahamas, grandes construcciones en el fondo del mar que constituyen indicios de que allí existía hace miles de años una civilización muy desarrollada. Resulta más que curioso que hayan ocurrido tantos incidentes en esta zona y que haya habido tantas visiones de ovnis, no sólo en el cielo, sino también entrando y saliendo del océano.
A finales de la década de 1930, Nikola Tesla, afirmó haber completado una teoría dinámica de la gravedad, que básicamente explicaba la gravedad como una mezcla de ondas electromagnéticas longitudinales y transversales. Esta teoría fue adoptada por un grupo de trabajo que experimentaba con los campos electromagnéticos en la Universidad de Chicago, donde se estaban iniciando las investigaciones sobre la posibilidad de la invisibilidad a través del uso de campos eléctricos y magnéticos.
En 1939 este proyecto se habría trasladado al Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton. En un momento determinado, afirmaron haber conseguido la invisibilidad de pequeños objetos, por lo que lo presentaron al gobierno de los Estados Unidos. En los ámbitos militares vieron el potencial de esta nueva tecnología y decidieron sufragar el curso de las investigaciones a fin de dirigirlas hacia su aplicación a la industria bélica. El USS Eldridge fue modificado para transportar toneladas de equipamiento electrónico, entre el que se incluirían dos enormes generadores, montados en el lugar que debería ocupar la torreta de cañones de proa, y que distribuían su potencia a través de cuatro bobinas montadas en cubierta.
Fueron empleados tres transmisores de 2 megavatios cada uno, 3.000 tubos amplificadores, para canalizar los campos de las bobinas de los dos generadores, circuitos de sincronización y modulación, a fin de generar campos electromagnéticos masivos que, correctamente configurados, serían capaces de curvar las ondas de luz y de radio alrededor del buque, haciéndolo invisible. Las pruebas habrían empezado el verano de 1943, y hasta cierto punto tuvieron éxito al principio. Una prueba, el 22 de julio de 1943, volvió al USS Eldridge casi totalmente invisible, con algunos testigos reportando una “niebla verdosa“.
Sin embargo, algunos miembros de la tripulación se quejaron posteriormente de náuseas. En ese momento, el experimento fue alterado a petición de la Marina, con el objetivo de hacer al navío invisible únicamente a los radares. El equipo fue recalibrado y el experimento se llevó a cabo el 28 de octubre. Esta vez, el Eldridge no sólo se volvió totalmente invisible a la vista, sino que de hecho desapareció del área en un relámpago azul. Al mismo tiempo, la base naval estadounidense en Norfolk, Virginia, a 320 km de distancia, un marinero declaró haber visto al Eldridge durante 15 minutos, al final de los cuales desapareció, para volver a aparecer en Filadelfia, en sus coordenadas originales. Supuestamente fue un caso accidental de teleportación.
Según el relato de Carlos Allende, los efectos fisiológicos en la tripulación fueron profundos. Mareos muy violentos, personal que desapareció por completo, otros que simplemente se volvieron locos o padecieron esquizofrenia severa, y lo más terrorífico fue el hallazgo de cinco miembros de la tripulación fundidos completamente con la estructura de metal de la proa del buque, mientras que otros tantos sufrieron desmaterializaciones de algunas partes de sus cuerpos. Supuestamente, los oficiales navales, horrorizados, cancelaron el experimento inmediatamente.
Los supervivientes nunca fueron los mismos, y permanecieron en una suerte de amnesia total. Los detalles de este experimento fueron revelados indirectamente. El personaje Carl Allen fue un verdadero enigma. El verdadero nombre de Carl Allen era Carl Meredith Allen, quien cambió varias veces de nombre y domicilio. Nació en Springdale (Pensilvania) en mayo de 1925, y se le suponen por lo menos cinco seudónimos. Es el menor de tres hijos. Su padre era irlandés y su madre gitana. Se alistó en la Marina de los Estados Unidos el 14 de julio de 1942, y se licenció el 21 de mayo de 1943. En julio de 1943 entró en la marina mercante, que abandonó en octubre de 1952, y desde entonces fue una especie de vagabundo.
Se dice que visitó la Corporación Varo, una empresa de investigación, por invitación de su presidente, y que estuvo en contacto con el doctor Edward U. Condon durante la investigación sobre ovnis que realizó en la Universidad de Colorado. Allen reconoció ser el autor de las cartas de Jessup y de las anotaciones que había en el libro enviado a la ONR. Murió en un asilo de Colorado el 5 de marzo de 1994. La historia del Experimento Filadelfia se basa, sobre todo, en la información contenida en dos cartas enviadas en 1956 por Carlos Allende (o Carl Allen) a Morris Jessup. Entre otras frases, en las cartas se decía que: “Quiero mencionar que de algún modo también el barco experimental desapareció del muelle de Filadelfia y muy pocos minutos después apareció en otro muelle en Norfolk, en la zona de Portsmouth. Éste fue señalado y claramente identificado, pero entonces el barco desapareció de nuevo y volvió a su muelle de Filadelfia en sólo unos pocos minutos o menos“.
Al barco lo rodeaba una niebla verde, y esto es lo que sucede en la mayoría de los casos reportados en el Triángulo de las Bermudas. En octubre de 1943 los tripulantes viajaron, durante los 15 minutos que duro la invisibilidad, desde el muelle de Filadelfia a otro muelle en Norfolk. Hay rumores de que se produjo una pelea en un bar donde los tripulantes supervivientes comenzaron a materializarse y desmaterializarse. Lo que ocurrió en aquel lugar ha dado pie a infinidad de estudios, reportajes, libros e incluso varias películas, pese a que no existe ninguna documentación oficial sobre este enigmático episodio.
El objetivo del experimento era enormemente ambicioso; ni más ni menos que hacer desaparecer un barco de la Marina estadounidense mediante la utilización de un potente campo magnético provocado por unos generadores eléctricos emplazados en sus bodegas. Al parecer, este objetivo se cumplió con creces. Además de desaparecer, el buque se teletransportó, apareciendo a cientos de millas de distancia.
En los meses y años siguientes, los supervivientes del experimento sufrieron extrañas experiencias. Al parecer, de repente desaparecían ante la mirada atónita de sus familiares, ya fuera en su propia casa o incluso caminando por la calle. En otras ocasiones, se quedaban totalmente inmóviles, sin poder reaccionar a los estímulos exteriores, o perdían la noción del tiempo.
De todos modos, ninguno de los marineros que se vieron implicados en aquel experimento accedió a hablar públicamente del mismo, debido a que se les había advertido de su carácter secreto. Esta circunstancia no es extraña, puesto que durante la Segunda Guerra Mundial se produjeron muchos otros episodios en los que estaba involucrado un buen número de testigos y, aún así, no llegó a trascender ningún detalle hasta que la administración levantase, décadas más tarde, el velo de silencio que lo cubría.
Pero, ¿qué hay de verdad en el Experimento Filadelfia? En primer lugar hay que señalar que el destructor objeto del experimento existió en realidad. No obstante, según los datos que figuran en los archivos de la Marina norteamericana, el USS Eldridge no entró en servicio hasta el 27 de agosto de 1943, es decir, un mes después del primer experimento. Pero otro dato desconcertante es que, según los registros oficiales, el 28 de octubre el destructor no se encontraba en Filadelfia, sino en Nueva York, dirigiéndose cuatro días más tarde a la base naval de Norfolk para partir rumbo a la ciudad marroquí de Casablanca, a donde llegaría el 22 de noviembre. Por lo tanto, si los datos de la Marina son ciertos, el USS Eldridge no pudo ser el protagonista del experimento. Después de participar en el desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, el destructor sería entregado a Grecia exactamente dos años después.
El buque fue rebautizado como A/T Leon. Sirvió en la Marina griega hasta 1990. Pero pese a que, según los archivos oficiales, el USS Eldridge no llegó a estar nunca fondeado en Filadelfia, por lo que es de suponer que fue ajeno al experimento, la realidad es que el barco, ya en poder de los griegos, ofrecía algunos aspectos inquietantes.
Lo más extraño era la ausencia en el USS Eldridge de las páginas del cuaderno de bitácora que cubrían desde su botadura hasta el 1 de diciembre de 1943. Las hojas habían sido cuidadosamente arrancadas del libro, algo totalmente inusual, puesto que ese diario es sagrado para el registro de la historia de un buque. Pero, aunque pueda parecer extraño, así es como fue entregado a las autoridades militares helenas.
Por otro lado, la instalación eléctrica del barco presentaba varias anomalías, como la existencia de un buen número de cables que no conducían a ninguna parte y que los técnicos griegos no lograron identificar. Además de estos datos objetivos, a lo largo de los años que el destructor sirvió en la Marina griega, los tripulantes observaron algunos hechos curiosos, como la desaparición de pequeños objetos sin explicación lógica o la presencia en algún momento puntual de un extraño halo de color verde alrededor del casco del barco. Algunos marineros aseguraban sentir fuertes vibraciones pese a estar el buque con las máquinas paradas, o decían tener la sensación de haber servido en el destructor con anterioridad. De todos modos, estos enigmáticos sucesos podían estar inducidos por el hecho de que los marineros conocían los rumores de que el barco había sufrido la supuesta teleportación.
Si existen dudas sobre si el USS Eldridge se encontraba realmente en Filadelfia para las fechas del supuesto experimento, lo mismo ocurre con el mercante que presumiblemente vio la súbita aparición del destructor en Norfolk. En efecto, en el cuaderno de bitácora del Andrew Furuseth se indica que partió de Norfolk con destino al puerto argelino de Orán el 25 de octubre de 1943, es decir tres días antes del segundo experimento. En los archivos de la Marina se encontró una carta del capitán del buque, William S. Dodge, en la que niega formalmente que la tripulación observase ningún fenómeno extraño mientras estuvo en Norfolk.
Por lo tanto, en la fecha que los investigadores señalan como la del segundo experimento, oficialmente ninguno de los dos barcos implicados se encontraba allí. El destructor estaba en el puerto de Nueva York mientras que el mercante se hallaba ya en ruta a través del Atlántico. Sin embargo, siempre existirá la posibilidad de que esta historia haya surgido de algún hecho real que, por el motivo que sea, las autoridades militares hayan decidido mantener en secreto. El Ejército y la Marina estadounidense llevaron a cabo infinidad de experimentos, sobre todo durante la Guerra fría, que se han mantenido ocultos durante décadas.
Fuentes:
Charles Berlitz – El Experimento Filadelfia – Proyecto de invisibilidad
Robert Todd Carroll – Philadelphia experiment
Cecil Adams – Did the U.S. Navy teleport ships in the Philadelphia Experiment?
Charles Berlitz – Triángulo de las Bermudas
Pauwels y Bergier – El Retorno de los Brujos
A. Marco – Vril, ovnis y sociedades secretas
Tim Swartz – Los diarios perdidos de Nikola Tesla
Jan van Hellsing – Las Sociedades Secretas y su poder en el siglo XX