domingo, 24 de octubre de 2010



En hotel Inkayra (Cuzco) En el mirador de Soncco

En Tres Cruces En 250 con fondo del Amarumayo

En el puerto de Palotoa-Teparo Escolares machiguengas

Las 8 garzas blancas “Almuerzo” en el Tambo-Albergue

TRES CRUCES Y EL MANU

Desde noviembre de 1989, he escuchado hablar mucho de Tres Cruces y del fenómeno de los Tres Soles que según cuentan se produce cuando el sol hace su aparición en el horizonte del Antisuyo
Cuentan que este fenómeno ocurre durante el amanecer del solsticio de invierno, el 22 de junio, empezando en la madrugada.

Las sensaciones y energías de las tres Montañas o Picchus (Pequeña, Joven y Antigua) habían calado muy hondo en mí ser. Ahora pensaba que dos más de los 13 viajeros estarían ya en Cuzco y muy pronto todos, rápido habían pasado los días, esa tarde nos encontraríamos con Mernec para asegurar la movilidad, cuando pensábamos que lo teníamos, nos dijeron que estaban ocupados, pero nos darían preferencia por un costo mayor, teníamos dos días más por adelante, no había que apurarse tampoco pese a lo prioritario.
El hotel INKAYRA sería nuestro cuartel general (Inkayra significa un Inka representado por una ranita, que en el idioma quechua quiere decir KAYRA) tiene una recepción acogedora, ingresando al lado derecho se encuentran una réplica pequeña del Disco Xolar al lado de una fotografía grande de Machu Picchu, al lado izquierdo se encuentran dos pinturas, la primera con la imagen de la Virgen María pero Indígena, y el segundo la imagen de Cristo crucificado que se le conoce en Cuzco como “El Señor de los Temblores”, unas obras de arte bellísimo que fueron pintadas por el cuartelero mayor de dicho hotel.
Luego de saludarles a Alatad y a Amixur les puse al corriente de los pasos que teníamos que dar al día siguiente, ya tarde me metí a la ducha, recién tomé conciencia de que tenía el pie derecho mal, la mayor parte del corte de la piel se había pegado por la presión al caminar, pero el corte del dedo pulgar estaba más abierto, intocable y con ardor, al parecer no revestía ningún peligro y me dormí con el pie herido sin cubrir.
Teníamos desde del día 3 de agosto en nuestro poder la autorización especial otorgado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado Peruano SERNANP y esto solo podía darse siempre y cuando existía la autorización de la Comunidad de Palotoa-Teparo, los empleados que nos atendieron, en consulta con el Jefe del Parque Nacional del Manu, nos habían asegurado que esa autorización comunal existía, ante lo cual solicitamos una copia, siendo la respuesta que estaba en camino, pero que la tramitación estaba en orden. Una cosa que nos alegró mucho particularmente es que el Jefe del Parque Ing. Vladimir Ramírez Prada nos había comunicado que esta vez nuestro viaje no estaría acompañado por un Guarda Parque porque estaban con poco personal. Los hilos invisibles se habían movido de tal manera que al ir solos no tendríamos restricción en llegar a donde nos era permitido por la Gran Hermandad Blanca, pues en 2007 habiendo llegado al pie del cerro de la Base Azul, algunos hermanos deseaban seguir avanzando más y el guarda parque se negó a ello. Nos habían movido también a nosotros con el debido tiempo, sin habernos puesto de acuerdo Mernec y mi persona estábamos desde el 2 de agosto en Cuzco para asegurar las autorizaciones y la movilidad.
Mernec estaba con su familia, por lo que el día 6 de agosto 2010 no me acompañaría a recoger la autorización comunal, pero estaban Alatad y Amixur con quienes fuimos a las oficinas del SERNANP conducidos por el hermano Oscar Montalvo del Cuzco; lo que creíamos que sería solo el recojo de la copia de la autorización comunal, se convirtió en una situación tirante por la presencia de una persona que decía ser representante de la Comunidad de Palotoa-Teparo, siendo en si una persona que conduce una ONG supuestamente en apoyo a la comunidad.
Escuchamos sus planteamientos, luego fijamos nuestra firme posesión de no ceder a su chantaje. Exigía un pago exorbitante, el mismo que debía ser depositado allí mismo o en una cuenta de Banco que nos daría. Entonces salió la experiencia y el conocimiento de viajes anteriores, para entonces ya contábamos con la copia de la autorización comunal en la mano que la secretaria que había hecho empatía con nosotros nos había entregado minutos antes. Extendiéndole el documento manifesté que si tenemos que abonar algún monto lo haremos a la misma comunidad en la selva, que son nuestros amigos y que nos están esperando. Esta persona desconoció en el acto la validez del documento, ante la cual no me quedó otro que solicitarle a él el documento de representación de la comunidad que argumentaba tener. Totalmente nervioso no supo más que alegar. La asechanza estaba presente, sabíamos que nada sería fácil. A esta persona le fallaron los cálculos, jamás pensó que podríamos adelantarnos a obtener el permiso, creyó que llegaríamos a última hora y estaríamos totalmente a su merced ya que al parecer tenía influencia en el SERNANP.
Este hecho nos hizo perder el tiempo en que recibiríamos en el aeropuerto a Ishiram que llegaba a 8:00 a.m. Pero para las 11:30 a.m. en que llegaban Onancim; Hell-Aham; Elyah-Aram; Eltiarem; Eritel y Eliatell-Rah, estuvimos a tiempo observando la tensión en el aeropuerto lleno de policías, soldados y manifestantes de la provincia de La Convención en huelga, queriendo tomar el aeropuerto para hacer escuchar sus reclamos al gobierno nacional relacionado al gas de Camisea.
La movilidad o bus que nos transportaría a la selva no era concretada, en la tarde en el hotel informamos al grupo de todo lo logrado y lo que nos faltaba, hicimos nuestro primer trabajo de armonización, compenetración y meditación juntos, fue una alta vibración que nos decía a las claras que estábamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros, luego nos organizamos en comisiones de adquisición (de logística y obsequios; de transporte y recepción; de medicinas y de cocina), para llevarlo a cabo al día siguiente y esto funcionó gracias a lo que veníamos ya trabajando en los chats de los martes y viernes, teniendo adelantado las listas de lo que necesitaríamos.
El día 7 de agosto 2010 las comisiones funcionaron a cabalidad con iniciativa y buen gusto, pero el transporte aún no se daba, dentro de nosotros sentíamos que esto llegaría en su momento, aunque ya nos faltaban solo horas para la partida. Con Mernec nos fuimos al aeropuerto a esperar a Tell-Elam y a Elexur que llegaban a las 12:45 pm. en medio de la convulsión imperante por la huelga. Informamos a Tell-Elam respecto a la movilidad, y con su sonrisa característica nos dijo que acababa de recibir una llamada de la señora Kelly Delgado dueña de una agencia de turismo, a quien de inmediato se le confirmaría nuestra necesidad, quedando en concretar el contrato a las 6:00 p.m. con el propietario don Julio Ávalos
Nos dimos tiempo para adquirir lo que faltaba y los hermanos de rahma Cuzco deseaban que fuéramos al local de sus reuniones, pues ansiaban estar con nosotros, sugiriéndoles que si no les causara molestia vinieran ellos al hotel, cuando esto ocurrió Tell-Elam aprovecho para informarles lo referente al viaje y la forma como se había encontrado la movilidad, resultaba ser que ellos habían preparado algo especial para nosotros, nuestro agradecimiento a cada uno de los hermanos cuzqueños por entregarse con mucho amor a la misión, por participar en el viaje con los frutos secos, con sus conocimientos y con sus bendiciones, también por guardar nuestras cosas que no llevaríamos a la selva.

“Y hablando de bendiciones, que podría pasarnos si en el grupo estaba el “Padrecito” conocido desde sus orígenes rahma en su país natal como el gran “Padre Fundador”, ahora había llegado precedido de su “estampita” en donde resalta su “imagen” (foto) rodeado de una “aureola” brillante y sin par, en actitud de bendición y con el fondo de la playa de Punta Colorada (Uruguay), en el reverso incluye “su oración” Jajajajaja. Si se presenta la ocasión, tal vez puedan conocer esa “oración” más adelante, Jajajajaja ¿Les hice reír? Qué bueno”.

Otro aspecto digno de resaltar es: En el grupo expedicionario ésta vez no contábamos con alguien de la rama de medicina, por lo que en uno de los chat hice ver esto a Hell-Aham y le sugerí que si podría hacerse cargo o hacer algo al respecto, por lo menos la lista de los medicamentos que podríamos necesitar, este hermano con mucha humildad y responsabilidad asumió el reto para cualquier eventualidad que se pudiera presentar durante el viaje, planificó, se dio tiempo y realizó un curso aceleradísimo de primeros auxilios, guiado y asesorado por su amigo Médico en Buenos Aires (Argentina) y vino trayendo parte del botequín, el resto se adquirió en Cuzco, el único que faltaba y no lo conseguimos en ningún lugar era el anti-ofídico o contraveneno a picadura de serpiente, por lo que había que confiar en la protección y en lo Alto.
A Hell-Aham en el hotel lo veíamos enfrascado en ordenar y etiquetar las medicinas en el botiquín de campaña, dado que lo había tomado cariño al encargo y cuando pasaba el “Padre Fundador” decía algo así: “Padrecito” una bendición al botequín por favor: en medio de nuestras risas, Eritel siempre atento y alegre comentó: tenemos a nuestro “padrecito” en la expedición, ahora también tenemos a nuestro “doctorcito”. Así, estos dos “personajes” llevaron el canto y la alegría sobre todo cuando estábamos en el autobús. Muchísimas gracias a ambos.

Antes de cerrar los ojos para dormir habíamos dejado todas las cosas litas para emprender el viaje y estábamos con satisfacción que todo estuviera fluyendo. Evocaba que era muy grato comprobar cómo los hilos invisibles que lo llamo a las situaciones especiales y sincronías que se dan para avanzar hacia el objetivo pese a los obstáculos y pruebas que se presentan. Todo esto no hubiese sido posible si muchos hermanos del mundo que anónimamente han apoyado en todas las formas, guiados por su fuero interno, haciendo realidad esa común-unidad de hermanos, brillando cada uno con luz propia, como Soles en la Tierra, para lo que se prepararon, ahora se los necesitaba sintonizados.
Es nuestra misión, esa es la meta. Brillar con luz propia y no con luz ajena, que es lo mismo decir ser distinto, esto implica mucho trabajo interior, brillar significa buscar el momento indicado para expresar emociones y sentimientos aprendiendo a escuchar, siendo paciente y solidario, brillar significa no obligar a nadie que piense igual, más bien asimilar lo que piensa el hermano.
Brillan con luz propia todos aquellos seres comunes, pues son humildes, honestos y sencillos, no conocen la envidia ni la vanidad, ven las luces de todos sin pensar que la suya es la mejor, intentan ser mejor en el día a día con un aprendizaje puro y simple, lidian con la hipócrita superioridad de aquellos seres que tienen el ego a flor de piel y no son capaces de evitarlos porque sienten que estos también tienen derecho a existir y a estar, no emulan talentos ajenos, ni tampoco creen tener grandes dones, pues todo fluye en él y abraza efusivamente a todos sin discriminar ni distinguir a nadie, a diferencia de aquellos que solo saludan a sus amigos ignorando al resto con disimulo.
Estos viajes te sensibilizan y te hacen reflexionar para compartir ¡Cuánto me falta aprender y practicar hermanos! <Ánimos guerreros de Luz, que si se puede>, a cada uno de ustedes mi sincero agradecimiento por ser ese sol que irradia, ya no hablando, sino en la práctica, que El Profundo Amor de la Conciencia Cósmica me los bendiga ahora y siempre.

Temprano y puntual llegó el autobús perfectamente apto a nuestras necesidades, la idea era ir cómodos todos, dado que nos esperaban largas jornadas de caminata en la selva y para esto había que cuidar el físico y la energía. 13 misioneros procedentes de 8 países, el día 8 de agosto, representando a nuestra amada misión y a la humanidad iniciábamos desde Cuzco el cumplimiento del encargo de los mayores, estábamos:
Cristián Sánchez Barros HELL-AHAM 54 Argentina
Argenis Jara García ONANCIM 65 Colombia
Susana Enma Gavilánez Vega AMIXUR 58 Ecuador
Patries W. Gerarda Van Elsen ELYAH-ARAM 50 Holanda
Jaime Antonio Martínez De La Rosa ISHIRAM 41 México
Sixto José Paz Wells TELL ELAM 54 Perú
Francisco Graciano Sosa Mandujano ANITAM 59 Perú
Nimer Eduardo Obregón Room ELEX-UR 49 Perú
Daniel Francisco Lage Saavedra MERNEC 43 Perú
Juan Miguel Antonio Luciano López ALATAD 62 Rep. Dominicana
Nelson Hugo Piriz Dornel ERITEL 50 Uruguay
Víctor Darío Silva Mulinares ELTIAREM 42 Uruguay
Marcia Ely de Ávila Fraga ELIATELL-RAH 26 Uruguay
Luego de crear nuestra cúpula de protección, al estar el autobús ascendiendo, la falda del Sacasyhuaman, Tell-Elam nos explicaba al pasar frente a la casa de Manco Capac, (fundador del imperio incaico) que la casa del primer Inca de la dinastía de Hurin Cuzco se encontraba en el barrio de Colcampata, conocida ahora como Hatunrumiyoc, nos decía que la ciudad estaba dividida en dos partes; Hanan Cuzco y Hurin Cuzco. Hurin Cuzco es Cuzco el bajo y que estaban divididas por el camino que va hacia el oriente o Antisuyo (selva-Paititi), la parte septentrional se llama Hanan Cuzco y la parte meridional se llama Hurin Cuzco.
La historia nos cuenta de que los Hurin fueron en el Cuzco los ayllus originarios o primera dinastía y los Hanan los advenedizos (no natural), a pesar de que la casa de Manco Cápac no se halla en la parte alta y escarpada del antiguo Hanan Cuzco, sino en la parte media conocida ahora como Hatunrumioc.

Este conocimiento era escuchado atentamente por todos, principalmente por Lucecita, esposa de Roberto que era el chofer del autobús. A Lucecita se le encendió la luz y el brillo de sus ojos, por cuanto todo lo que es historia le fascinaba dado que casi estaba por terminar sus estudios de historia en la universidad, y enterándose que estaban conduciendo a Sixto Paz Wells y a sus amigos a las tierras orientales del Paititi, afloró de ella su inspiración, conocimiento y sapiencia que para nosotros fue una biblioteca de ruta y más por la alegría y de la forma que lo narraba.
No hay duda que esta joven pareja había sido designada por los mayores para llevarnos por una ruta distinta a lo acostumbrado en viajes anteriores, por la ruta del santuario incaico de Pisaq, donde se siente la vibración del ambiente.
Cuantos lugares misteriosos nos quedan por conocer, nuestro autobús empezó a rodear a la ciudadela de Pisaq, para hacernos ver que detrás de ésta había una zona agrícola importante y de gran tamaño, los andenes extensos en todo el cerro nos permitían imaginar la floreciente agricultura en la época de los incas, y la intuición te va diciendo que de todo esa llaqta fueron mucha gente apoyando a Choque Auqui rumbo a la selva con sus llamas y víveres.

La ruta es recorrida por muy pocos vehículos, el polvo generado y levantado es señal inconfundible de que el chofer concentrado en el volante devora los kilómetros entre curvas, bajadas y subidas a gran velocidad para llegar a su destino lo más antes que le es posible.
En esos parajes de sierra donde durante el día quema el sol y por las mañanas, tardes y noches el frío es penetrante hasta los tuétanos, la actual población agrícola y ganadera, quechua hablante y analfabeta en muchos casos, inculto y pobre a quienes el gobierno no presta la mejor de las ayudas, viajan en camiones junto con sus animales y carga llevando sus productos a venderlos para su manutención, otros vehículos conducen a turistas recorriendo esos parajes encantadores.
Hace rato habíamos iniciado con nuestra desafinada voz a tararear y cantar algunas canciones para hacerlo más ameno nuestro viaje, llegando a un mirador natural en lo alto de la población o de la comunidad indígena de Sonqo que en quechua significa corazón, en verdad nos parió el corazón al ver y encontrarnos con niños y niñas de muy humilde condición, con sus caritas quemadas por sol y el frío, más el polvo, mal nutridos y descuidados, preguntándonos ¿cómo cambiar todo esto? Recordé entonces la palabra de los guías extraterrestres.

“La misión de todos ustedes va más allá de la responsabilidad que tienen los gobernantes de las grandes naciones, por cuanto están llamados consciente y responsablemente a dar ánimos en medio de la mayor desolación, a mantenerse firmes cuando todos desfallecen a vuestro alrededor, a conservar y vivir la fe cuando todos dudan en un futuro planetario, en otras palabras a ser luz en la oscuridad. Trabajen por el cambio. Asuman las responsabilidades individuales y colectivas, así estarán apoyando el Plan que ha resuelto enfrentar la oscuridad con la luz de la esperanza de todos vosotros. Serán en un futuro cercano los instructores de la nueva humanidad…”

Al estar en esas situaciones sientes impotencia de no estar haciendo ni cumpliendo la misión que tienes asignado, mejor dicho a lo que cada uno de nosotros se ha autoconvocado, gracias a Dios al estar en esta reflexión te llega “aleteando” una esperanza, una esperanza al fin.

“Cada grupo en la misión debe trabajar en una permanente irradiación planetaria, sembrando luz con su pensamiento. El lugar donde cada uno se encuentra es el de su responsabilidad planetaria, y es el punto importante donde se puede neutralizar el accionar de las fuerzas oscuras. Aunque muchas veces no se logrará evitar los acontecimientos siempre estos se verán afectados o acelerados para bien de todos. La irradiación constante contribuirá en la transmutación de los hechos futuros… Están llamados a madurar la conciencia de vuestra capacidad creativa de amar”

Cuanto me falta aún, cuanto me falta –pensaba-. Desde Sonqo se devisa a los imponentes altos nevados de la cordillera de los andes y desde allí empieza un lento descenso hacia Paucartambo, dándonos valor y aliento para no decaer el ánimo seguimos cantando hasta agotar nuestro pequeño gran repertorio, de cuando en cuando Lucecita dándonos clases de historia e indicándonos los lugares que íbamos pasando.
Así llegamos a Paucartambo, que está ubicado a 109 Km al este de la ciudad del Cusco a 2830 msnm. Es una bonita población de tipo colonial enclavada en los cadena oriental de los andes del Sur, con sus casitas blancas hechas de adobe, tejas y sus clásicos balcones de color azul celeste.
A la población sin mediar palabra lo encuentras alegre, como que no se resignan a que haya pasado hace unas tres semanas la fiesta de Mamacha del Carmen o Virgen del Carmen como lo llaman. Cuando te pones a conversar te cuentan que la festividad de la Virgen de Paucartambo es una fabulosa celebración que convoca a gran masa humana de feligreses, entre hijos residentes en otros lugares del planeta, visitantes y turistas de todas partes del mundo, que acompañan a los 12 grupos de danzantes que según sus costumbres irradian fe, encanto, color y alegría.
Las ofrendas más preciadas que hacen a la Virgen son las danzas, para ellos es un sacrificio que realizan con cariño y devoción a la “Mamacha del Carmen” a cambio de su bendición y su protección.
Es para quedarse encantado con su alegre narración imaginándonos la cantidad de gente que transita en la fiesta que dura entre el 7 y 16 de julio de cada año por el puente de arquitectura colonial sobre el río Paucartambo, cuentan también que ese puente es reconstrucción del antiguo puente inca
La costumbre de Paucartambo tiene un significado religioso que congrega gran cantidad de gente para sus rituales suntuosas en las calles angostas y empedrados, con un aire apacible y acogedor donde podemos ver la vestimenta típica de la mujer y el hombre andino, así llegamos a su plaza principal de solo 3 esquinas donde hay palmeras y esculturas de bronce de hombres en tamaño pequeño en diferentes actividades. En Paucartambo también se ve la inmensa variedad de las papas, un tubérculo que se dice de origen andino, alimento base en toda la comunidad campesina, así mismo la quinua y la kiwicha.
El tiempo y el clima eran propicios y teníamos un vehículo a nuestra disposición, así pudimos disfrutar conociendo Paucartambo, (que en viajes anteriores pasábamos de largo), mientras preparaban nuestro almuerzo en un pequeño restaurant, adornado de almanaques o calendarios y afiches con motivos de su fiesta patronal, donde también se encontraba un afiche de la celebración del aniversario de la creación del Parque Nacional del Manu. Paucartambo es el paso obligado para internarse al frondoso y hermoso valle de Kcosñipata pasando por el famoso paraje denominado Tres Cruces, donde empieza la Reserva de la Biosfera del Manu, y esto ya de por si nos llevaba a la conexión con la Gran Hermandad Blanca a cuyo territorio nos estábamos dirigiendo.
Retomando el viaje bañado por el calor serrano, el autobús ascendía presuroso llegando al límite sur del Parque Nacional del Manu conocido como Tres Cruces.
El Parque Nacional del Manu fue creado el 29 de mayo de 1973, mediante Decreto Supremo 0644-73-AG, con la finalidad de preservar su patrimonio natural y cultural en beneficio de las generaciones presentes y futuras; esa misma finalidad determinó para el reconocimiento por la UNESCO, establecido como Reserva de la Biosfera del Manu el 1º de marzo de 1977, y declarado por la misma UNESCO como Patrimonio Natural Mundial en diciembre de 1987, debido a la diversidad biológica más alta del planeta, como un área destinada a la protección intangible de los recursos biológicos y la integridad cultural de sus poblaciones indígenas.
En el panel de regular tamaño de Tres Cruces se señala que este mirador se encuentra a 3560 msnm, siendo el área protegida de 1´692,137.26 hectáreas, que precisamente empieza desde allí que es el lado sur del Parque. Está ubicado entre la provincia de Paucartambo de la región Cuzco y en la provincia de Manu de la Región Madre de Dios del Perú.
A este lugar sabemos que llegan gran cantidad de visitantes y turistas para el solsticio de invierno que es el 22 de junio y el 17 de julio al final de la fiesta patronal de Paucartambo de cada año, inmensa cantidad de carros de toda clase transportan a las personas que van desde el día anterior para contemplar un espectáculo sin par de la Madre Naturaleza, la salida del sol visto desde Tres Cruces, se habla de más de 2000 personas, lugar aún de sierra llena de ichu y frío, desde donde se mira a la imponente ceja de selva cubierto la mayor de las veces de colchón de nubes.
Es inquietante la narración de los que han vivido semejante y maravillosa experiencia de sentirse por encima de las nubes y vivir unos breves minutos de luces multicolores que suena como tan simple o como invento. La luz del sol, dicen, en ese momento, atraviesa la atmósfera húmeda del Manu como si se tratara de un prisma, provocando el efecto de ver tres soles, uno de los cuales salta de un lado al otro, en el curioso fenómeno de Tres Cruces de Oro llamado rayo blanco. Si alguna vez podemos estar allí en esas fechas lo comprobaremos, mientras hay vida, hay esperanza.

Ahora veamos los hilos invisibles de la Jerarquía Positiva del planeta, precisamente antes de que se diera inicio la Misión en nuestro planeta en enero de 1974, ya estaba siendo protegida la ruta que ahora estábamos transitando, o sea desde el 29 de mayo de 1973 como hemos visto líneas arriba, y para el primer viaje de misión al Paititi en noviembre de 1989, también desde diciembre de 1977 la UNESCO declaró como Patrimonio Natural Mundial, por tanto estábamos ingresando a territorio sagrado de la Gran Hermandad Blanca.

“Sí somos vuestros hermanos guías en misión desde la Base Azul del Alto Paititi, aguardándoles para orientarles a ustedes en un nuevo encuentro con la Hermandad Blanca, su mensaje y sus conocimientos. Este viaje será más que especial por cuanto permitirá un alineamiento de todos los retiros así como de los discos solares, terminando de activar todo cuanto debía ser activado. Pero no sólo se logrará con quienes crucen la puerta (el cañón), ni con los seis que apoyen en el muro, sino con todos los que estén en sintonía viviendo la experiencia en simultáneo desde donde se encuentren…”

Antes del viaje cuando me encontraba con hermanos de los grupos o por el internet, me decían fuerza hermano en este nuevo desafío, nosotros vamos a apoyarles, cuenten con nuestro apoyo, entonces les agradecía su disposición y les hacía notar que la palabra apoyo debían cambiarlo por sintonía, mejor dicho que estuvieran sintonizados, realizando también el viaje en simultaneo, lo decían nuestros guías.
Las fuerzas de la Madre Naturaleza, esta vez había previsto que Tres Cruces estuviera ausente de nubes bajas y altas a diferencia de anteriores viajes que al ingreso como a la salida siempre estaba encapotado de nubes y solo nos tocaba proseguir el viaje. Ahora despejado totalmente los cuatro rumbos del planeta, se respiraba armonía y a Tell-Elam vimos levantar un pequeño manto de colores, no me imaginaba lo que tenía pensado, y empezó con la ceremonia del Kintu andino y nos narraba que la última semana en su convivencia con los Altomisayos Q´eros, estos le habían sugerido que hiciera la ceremonia en Tres Cruces, nos ofreció y entregó a cada uno tres hojitas de coca, representando que lo mejor de cada uno entregaba al otro, y lo mejor de cada uno recibe el otro, en otras palabras la conciencia colectiva o reciprocidad andina de la costumbre ancestral del Ayni (cooperación y solidaridad). El Kintu explicaba representan los tres niveles de la ofrenda: El mundo de arriba, el mundo de aquí y el mundo interior (Hanan Pacha, Kay Pacha y Uku Pacha) que representan nuestras acciones, nuestros sentimientos y nuestro entendimiento.
Siendo la “mama coca” una planta sagrada, otorga carácter sagrado a cada reunión o ceremonia, con una correcta intención, cultivando el espíritu de común-unidad de hermanos, al final de esta pequeña ceremonia nos entregó una estrellita rahma a cada uno, que habían sido obsequiados en número de 14 por los arqueólogos norteamericanos y bendecidos por los Altomisayos Q´eros. Toda una ceremonia simple pero profunda.

Desde el mirador, apreciábamos el infinito territorio de la selva que se ve misterioso y de un color azulino muy bello y en nuestro interior pensamos en el gran Valle de la Luna Azul, semejante panorama te mantiene despierto y nos adentrábamos a la biogeografía y ecología del valle de Kcosñipata, que tres regiones geográficas lo caracterizan: Región Puna; Región Ceja de Selva y Región Selva. El sol se iba ocultando cuando ingresábamos a la región selva de Kcosñipata, del quechua Q´osñipata que significa sobre el humo, sintiéndose la humedad y calor propio de la selva tropical.
Era ésta la cuarta vez que ingresaba a este territorio, ya lo habíamos hecho en noviembre de 1989, en agosto de 2005 y en agosto de 2007, por tanto lugares como Chontachaca, Inklan y Patria nos eran familiares a lo largo de la carretera ahora plano y polvoriento que devoraba el autobús, recordaba en silencio como y para que habíamos sido convocados nuevamente, mi respuesta a mi mismo era que habíamos sido guiados por nuestra fe y convicción en el Plan.
Es bueno remarcar que no buscaba ningún protagonismo, menos tenía una expectativa personal, solo me dejaba guiar y me prestaba al servicio de ese Plan Mayor que nos decía que grupos de contacto iríamos una y otra vez hasta que las puertas del Paititi protegidas por la Gran Hermandad Blanca de los Retiros Interiores sean abiertos definitivamente para beneficio de toda la humanidad al compartirse el conocimiento allí guardado, si pudiera servir para que esto se dé estaba dispuesto a darlo todo de mi, recordaba también que muchos hermanos me habían preguntado antes de los viajes que si yo participaría, mi respuesta siempre era el mismo, -no lo sé- pues no lo sabía, y me decían que era el “caserito” del Paititi, esto en vez de hacerme sentir mal, avivaba en mi fuero interno la inquietud, luego la seguridad, lo que si sabía era que había muchos hermanos que tenían la intención y la esperanza de ser autoconvocados.
Y no era solo el que iba por cuarta vez, también lo hacia Eritel de Uruguay, Tell-Elam lo hacía por tercera vez al igual que Elexur, por segunda vez lo hacían Alatad, Eltiarem, Elyah-Aram y Hell-Aham, por primera vez ingresaban Amixur, Eliatell-Rah, Ishiram, Mernec y Onancim.

¿Por qué es importante realizar éste nuevo viaje? Porque es un acto de amor, de entrega y sacrificio con fe y esperanza en el Plan, y porque al realizar éste esfuerzo colectivo, ustedes movilizan energías y fuerzas ahora incomprensibles, pero que son verdaderos detonadores de realidades.
Este nuevo viaje les llevará dentro y cerca. Les permitirá hacer conexiones interdimensionales movilizando energías a través de hilos de luz que van construyendo desde ya vuestra realidad de cuarta dimensión, y que van distribuyendo la información entre todas las mentes y corazones. Sin que necesariamente tengan que informar de cuanto hayan vivido en el momento en que lo hayan vivido, porque todos lo sentirán, y no solo los que estén en sintonía con ustedes, sino muchísima otra gente a nivel mundial. Porque ahora todo afecta a todos simultáneamente, y es el tiempo de culminar lo iniciado hace miles de años.

La tarea estaba dada a todos, está comunicado por nuestros Hermanos Mayores y está escrito, pero siempre es bueno repetir para quien quiera escuchar nuevamente, que la Ley mayor en el universo es el amor en toda su dimensión, tratando de definir y de entender al amor seguramente nos enfrascaríamos en toda clase de ideas y de conceptos, pero solo después de haber actuado conforme a lo que nos dicta el corazón, con sabiduría, dando lo mejor de nosotros hablaremos del amor y esto es porque nadie lo sabe todo, ni lo ha experimentado todo, y menos aún en el amor, cada día se nos plantea una experiencia nueva para aprender a amar y eso es los que esperan las altas Jerarquías de nosotros, que descubramos y desarrollemos una vivencia basado en el amor, ya que están convencidos de que en nosotros está la clave de las respuestas que están aguardando, en nosotros está esa potencialidad y este viaje era una oportunidad para demostrarlo con hechos lo que hemos aprendido en estos años.

“Empiecen por amarse a ustedes mismos, lo cual es el principio correcto para poder llegar al gran amor por la humanidad. Y no dejen de aprender por el amor... Nunca terminarán de hacerlo, convirtiendo vuestras existencias en una aventura eterna de descubrimientos inimaginables... Con amor” Sampiac

A Pilcopata nuestra parada obligada llegamos de noche. Pilcopata pertenece a la región Cuzco y continuamos viaje hasta Salvación que pertenece a la región Madre de Dios, el lindero natural de ambas regiones es el río Carbón al cual pasamos en la oscuridad de la noche, llegando a Salvación capital de la provincia de Manu, nos hospedamos en el hotel “Sheyla” cuyos propietarios también eran una pareja joven, nos tocaba organizar nuestro equipaje en las mochilas y así lo hicimos, las horas pasaron y a las 10:30 p.m. en Salvación se corta el fluido eléctrico, sin embargo ya teníamos listo para salir muy temprano. Eltiarem era mi compañero de cuarto, antes de quedarme dormido siempre hago respiraciones profundas, esto hace que pueda descansar bien sin despertarme, aunque mi astral seguramente esté sintiendo y escuchando todo.
Al despertarme aquel 9 de agosto 2010 no sé cómo ni porque, sabía que el hermano Pablo Antonio Torres que está radicando y trabajando en Puerto Maldonado y que nos había apoyado en los trámites de los permisos estaba con nosotros, me parecía una locura dado que estando en Cuzco había intentado por todos los medios comunicarme sin conseguirlo, cuando estaba en esas cavilaciones Eritel buscando a Eltiarem ingresó a nuestro cuarto avisándonos que Pablo había llegado y estaba hospedado en el mismo hotel que nosotros en el cuarto número 14 y que al llegar como a la media noche habían observado a una nave de regular tamaño junto con su chofer. ¿Y cómo sabes todo eso? Le pregunté intrigado, puesto que me había despertado sabiendo todo en detalle, -estuve con él en la noche- me respondió Eritel. Ya se imaginarán que salí lo más rápido para estrecharnos en un fuerte abrazo con Pablo, pues para el viaje de 2007 él estaba trabajando como gerente de la sub región Manu precisamente en Salvación, por lo que nos gestionó los permisos en ese año, ahora se había enterado por sus contactos que la ONG estaba haciéndonos difícil la travesía y para cualquier contingencia consideró que su presencia podía ayudarnos ya que era muy conocido en la zona del Manu. Cuando nos damos cuenta, es el Plan que está actuando o conspirando a nuestro favor, si un plan falla de inmediato actúa el plan B, en este caso todo estaba fluyendo y Tell-Elam supo que la estrella rahma número 14 era para Pablo y se lo entrego, nosotros festejamos. Así funcionan las cosas.
Sin mayores contratiempos un bus más grande que el anterior cuyos propietarios también eran una pareja, nos estaba conduciendo al puerto Santa Cruz, más conocido como embarcadero 250, en donde después de registrarnos en el Puesto de vigilancia nos dirigimos al embarcadero, hay un pequeño letrero con una flecha que dice “embarcadero a 50 mts.” no sabemos de qué tiempo, pues ahora el supuesto embarcadero se había movido por el cambio del cauce del Amarumayo o río Alto Madre de Dios que había dejado una extensa playa, donde ya estaban esperándonos nuestros amigos machiguengas después de haber hecho negocio los racimos de plátanos que habían traído de sus chacras o platanales que cultivan, estaban allí Oscar Mosqueira Rodríguez, el Jefe o cacique o presidente en ejercicio de la comunidad; Rubén Samperi Fernández, el tesorero y buen piloto; Miguel Manquiriapa Ramos, experto piloto y mejor arquero de la zona, Huachipaire casado con Hilda que es machiguenga; Calixto Huarancasi Chinchikaro que nos guío y acompaño a la Base Azul en 2007, hermano de Josefina y casado con Erika, quién nos contó que hacía poco había regresado de haber asistido a un curso de capacitación para la producción de plátano en Piura al norte del Perú; estaban también Moisés Silva Calixto, Ignacio Angelino Lucia, Alejandro Silva Kartellare y el gran Pancho Osore Taki, segundo hijo del último meditador, cacique y chaman de la selva, Cachán ya desencarnado, nativo machiguenga que desde 1989 cuando tenía 20 años nos guió hasta Pusharo y sigue guiando a diferentes expediciones hacia el Paititi, y para completar la sincronía sin hacerse notar estaba nuestra recordada y querida Josefina que en 1989 tenía 11 años y estaban en amoríos con el joven y esbelto guerrero Pancho Osore Taki, ambos en aquel año fueron los pilares para concretar ese viaje en medio de relámpagos, truenos y lluvia, ahora cada uno por caminos diferentes, Josefina madre de dos hijos estaba enferma y había salido con rumbo al Cuzco para su tratamiento, el lenguaje de las almas nos hizo entender que hiciéramos lo que sabíamos, la imposición de manos entre todos, la buena Josefina se sintió aliviada y desde lo profundo de su corazón agradeció emocionada de tener buenos amigos.
Los machiguengas habían previsto que necesitaríamos tres peque peques, cuando lo que habíamos solicitado eran dos, entrándose en negociación entonces por
todo sus servicios hasta Pusharo, que era cosa seria, en esta negociación nos ayudó Pablo, en ningún viaje anterior habíamos llegado con peque peque hasta Pusharo, desde la comunidad de Palotoa-Teparo cargábamos nuestra mochilas, ahora era distinto, era una necesidad llegar en peque peque, sabíamos perfectamente que los 13 cruzaríamos al cañón y no sabíamos el tiempo que estaríamos internados en la selva, por eso incluso todos los hermanos de los otros países habían cambiado en las agencias de viaje en Cuzco la fecha de vuelo de retorno inicialmente fijado, además teníamos alimento calculado para 20 días que nos restarían el físico y la edad de los viajeros había que tomarse en cuenta, terminado la negociación tanto ellos como nosotros quedamos conformes y empezamos la organización, un peque peque estaría destinado exclusivamente para la carga y los dos restantes para los pasajeros.
Tell-Elam como siempre observador nos hizo ver la proliferación de hartas botellas de plástico y basura en la playa que en un acto de comunión con la Madre
Tierra recogimos, ante la cual los niños y otras personas nos ayudaron y Pablo hacia de baja policía con su camioneta que tenía asignado, luego se despidió muy contento y se llevó lo juntado.
Si los machiguengas han aceptado llevarnos hasta Pusharo, había razón para pensar que el río lo permitía, esto lo podría calcular una vez que nos desviemos e ingresamos por el río Palotoa, pensaba, al mismo tiempo que agradecía ya que esto me permitiría mantenerme en el peque peque sin tener que bajarme y pisar agua, así cuidar mi dedo herido que hasta ese momento había hecho progresos en la cicatrización gracias a las sandalias que venía usando desde el Cuzco, pero faltaba, confiaba en la capacidad de regeneración de las células, en un día más estaría la herida sana, pensaba, pero el calor de la selva y los mosquitos no “decían” lo mismo, a lo que se sumarían después la humedad y el agua.
Muy auspicioso y celebrado fue cuando los motores de los peque peques se pusieron en marcha, estos ingenios criollos como decimos en el Perú, adaptados a un motor con un tubo largo que a la vez sirve de timón y deja pasar al eje que al final tiene la hélice y que al girar con velocidad empuja para adelante al pequeño bote artesanal, con el tiempo como toda cosa han ido perfeccionando y son muy aptos y útiles en los ríos de la selva.
Mi templanza se vería afectado cuando un oleaje repentino hizo ingresar agua al bote que aumentó a lo que ya había por la filtración por alguna parte del bote y en un movimiento mis pies estaban sobre el agua sin poderlo evitar, no sé porque sentí que me afectaría, una mezcla de pena y nostalgia me embargó al pensar que tal vez pueda quedarme en la comunidad, pero estaría malogrando al plan, y eso no me lo perdonaría jamás, lo mejor era pensar en positivo, actuar en consecuencia, confiar y dejarse guiar.
Cuando accedimos al río Palotoa y empezamos a surcar me di cuenta que estábamos de suerte, estaba navegable como en el año 2007 y no tendríamos mayor contratiempo, salvo algunas partes que por dispersión de las aguas el bote quedaba varado y había que bajarse y empujar, me había dispensado a mi mismo de esa tarea y ayudaba con la tangana (palo largo y fuerte que en contacto con el fondo del río te permite hacer fuerza y hacer avanzar al bote), esto ocurrió en varios tramos, pero cuando se deslizaba el peque peque contemplábamos la selva en todo su magnitud y belleza. Ocho garzas blancas volaron sobre nosotros, después de un tramo regresaron como para darnos cuenta, avanzando un poco de nuevo regresaron nuevamente sobre nosotros y al alejarse, siete continuaron y uno desvió su dirección y así de cuando en cuando las aves iban delante nuestro en todo el trayecto.

Durante el viaje al Paititi estén atentos a las aves que les marcarán el camino y el ritmo de vuestro caminar. No teman lo que les salga al paso, las formas mentales adquirirán apariencias que buscarán movilizarlos por dentro, y probarlos para que lleguen fortalecidos y crecidos internamente.

Los expertos navegantes machiguengas conociendo la ruta y sus dificultades se habían distribuido equitativamente en los tres peque peques y cumplían su tarea diligentemente, estos amigos nativos se la juegan y sudan con tal de avanzar a lo que era complementado por los hermanos que saltaban al agua y ayudaban a empujar al bote para proseguir la navegación. Así llegamos al “puerto” de Palotoa-Teparo donde reconocimos a Hilda, a Erika, a José, Omar hijo de Miguel ya todo un jovencito al igual que Arnold hijo de Rubén y otros nativos y nativas con niños pequeños, entre nosotros y los machiguengas hacíamos una comunidad bulliciosa al descargar el equipaje que habíamos llevado de obsequio, el mismo que fue entregado en presencia de todos, las comisiones de adquisiciones en Cuzco tuvieron la paciencia y el buen tino de acertar en las necesidades de lo machiguengas que contentos daban las gracias.
No podíamos rechazar la invitación de visitar a la escuelita que en esos momentos estaban en clases, como es natural para los niños ver a gente extraña o que los visita después de años es novedoso y le causa gracia y alegría al igual que para la profesora era estimulante por la buena disposición de los visitantes. Habían alrededor de unos 30 entre niñas y niños, esta vez no pudimos darnos una pichanguita con ellos debido a que deberíamos seguir para adelante lo mas que se pudiera, exceptuándome los hermanos varones iniciarían la caminata por la selva sin mochila y el resto abordamos de nuevo los peque peques distribuyéndose el peso en los tres, de ser posible en la medida que el caudal del río permitiese pudiéramos proseguir todos en lancha.
Llegando al Tambo Albergue que para mí era la tercera vez, comprobamos que habían hecho algunos progresos, existía a unos 50 metros otra construcción de madera destinado a la administración y almacén, ambas construcciones rodeadas de plantas de cocona y otros frutos de la selva. Este Tambo Albergue tiene el propósito de recibir a turistas que se dirigen hasta Pusharo, el turista viajero puede tener la seguridad de que en esa selva y a una distancia prudencial encontrará una posada para reposo, recuperar fuerzas y algún abastecimiento que pueden brindarle los machiguengas, tanto al ingreso como a la salida. Y esta parte era el interés mayúsculo de la persona de la ONG en Cuzco.
Los compañeros nos dieron alcance sudorosos y de hambre que fue mitigado con los panes que desde Cuzco Onancim y Elyah-aram que previsoramente habían hecho llegar hasta allí, luego de un pequeño descanso proseguimos nuestro viaje de penetración río arriba, haciéndose más lento el avance dado a los muchos rápidos peligrosos para las pequeñas embarcaciones y sus ocupantes a lo que los machiguengas arriesgaban y empleaban toda su sapiencia y experiencia, sin embargo hubo momentos en que si no hubiera sido por los hermanos que iban a pie, que ayudaron jalando de la soga no se habría podido pasar.
Calculamos que el tiempo no nos daría para más, ya tarde en un descampado lleno de piedras, a la margen derecha del río Shinkebeni en un lugar que los machiguengas llaman Angaroa, nos detuvimos esperando a nuestros compañeros y descargando el equipaje con ayuda de los amigos nativos que estaban en número de 10, era nuestro primer campamento y antes de que cayera la noche entre todos movimos las piedras y limpiamos el lugar para tener listas las cinco carpas que resultaron prácticos y de fácil armado, en el lugar no había mucha leña por lo que me puse a buscar alejándome del campamento, todo estaba bien, me sentía bien, mi herida había hechos progreso en la cicatriz, pero no calculé del peligro que estaba latente.
Cuando regresaba trayendo leña en mis brazos, este cubría la visión para caminar y me di un tropezón en una piedra con el pulgar herido de mi pie derecho, no pude evitarlo, el cuidado que le había dado se estropeaba, la sandalia no me protegió y la herida con la frágil cicatriz reventó, me quedé paralizado soportando el dolor y cuando calmó sin darle mayor importancia me ocupé de armar y encender el fuego para que prepararamos algo de tomar y comer, pues no habíamos almorzado. Nuestros amigos machiguengas no se hacían problemas, ya habían pescado carachama y sus ollas hervían con este pescado y con yuca que habían llevado y todos alrededor del fuego pasarían la noche, ellos son muy prácticos, llevan azúcar, arroz, sal, yuca, fósforos, anzuelos de distintos tamaños y sus inseparables flechas y machetes, el resto les proporciona la Madre Naturaleza, juntan troncos gruesos, encienden la fogata y sobre ello ponen las ollas para cocerlos.
Mientras nosotros demorábamos un poco en ponernos de acuerdo en lo que cocinaríamos y en encender nuestra “cocina” ellos ya estaban satisfechos. Era gracioso verlos charlar en su idioma que no entendíamos nada, luego soltaban unas carcajadas y estando entre varios se les hacia amena la estadía en la noche.
Mis compañeros de carpa eran Alatad e Ishiram, mientras ellos “roncalizaban” rítmicamente me debatía pensando si podría avanzar al día siguiente puesto que los peque peques a partir de allí avanzarían solo con los equipajes.
Al amanecer el 10 de agosto 2010 preguntamos a los machiguengas si faltaba mucho para llegar a Aguaroa, a lo que nos dijeron que estaba cerca y era la siguiente quebrada por donde corre un río que ahora traía poco agua por la escasez de lluvia. Aprendimos entonces que ellos conocen a los lugares o zonas por el nombre de los ríos. En mi caso a Aguaroa lo conocía desde 2005 en donde vivía Soro Soro con su familia, que a la muerte de su padre Cachán habían decidido acercarse a la comunidad por la facilidad de acceso a necesidades que tenían de la civilización.
La explicación de no ver ahora al clan de Cachán (excepto a Pancho el segundo hijo que vive solo en Palotoa-Teparo); como son Juan el mayor de todos que emigró a otra etnia siguiendo a su esposa, a quién nunca conocimos; Soro Soro o Andrés que en 1989 me impresionó muchísimo; Japón que en 1989 tenía por pareja a Esperanza; Goro Goro que apareció en 1990; los hijos de Soro Soro, Aníbal un joven lleno de misterio que nos acompañó en 2005 hasta Pusharo y que ahora ya tiene familia y Gloria pareja de Melitón quienes nos acompañaron a la Base Azul en 2007; es de que ellos conservan como una pequeña comunidad que seguramente resguardan lo bueno que le ha enseñado el último meditador, están ubicados un poco más arriba del Tambo Albergue donde se dedican a la caza y al cultivo de yuca, plátanos y otros frutos de pan llevar, al estar surcando por el río se ve que tienen bien cuidado sus parcelas de regular extensión, me venía el recuerdo dado que todos ellos en 1989 y 1990 vivían muy cerca a Pusharo y con quienes pasamos momentos inolvidables en aquel tiempo.
Levantamos el campamento y con un frugal desayuno proseguimos la marcha, caminando y cruzando al río en varios tramos y los peque peques avanzando por el río, cuando el caudal permitía nos subíamos a los peque peques, en esos parajes selváticos, con la agilidad natural dos valerosas mujeres sudorosas nos dieron alcance, eran Hilda y Erika acompañado de su perro, venían llevarse a Omar que había sido aceptado en un colegio de internado en Shintuya, pero también venían a dar cumplimiento al mensaje criptográfico del mapa confeccionado en cuero por misioneros Jesuitas en el siglo XVII, en cuyo centro se ve claramente a un hombre con una mujer y su perro, además de estar escrito Hombre – Mujer (leer “El Sexto Pez”) pues llegamos todos hasta Pusharo. De la forma en que los machiguengas nos guiaron enfrentando a todo, comprendimos que el viaje tenía que hacerse en esa fecha. Lo que nos faltaba entender el por qué y para qué.
En el último tramo me embarqué en el peque peque, trepado en la lancha fui el primero en saltar a las tierras de Pusharo donde nos esperaba una sorpresa mayúsculo, Pusharo estaba totalmente cambiado, el cauce del río conocido en anteriores viajes tenía ahora mayor altura al haber sido rellenado con todo lo que arrastró el Shinkebeni, posiblemente en los primeros meses del año en que hubo mucha lluvia que afectó incluso al poblado de Aguas Calientes cerca a Machu Picchu en que fue cerrado al turismo por más de dos meses.
La sorpresa mayor fue no ver a la selva que cubría a los petroglifos en un área de más o menos de 80 metros cuadrados que había sido arrasado por las aguas, el río ahora en Pusharo se había dividido en tres brazos y el que tenía mayor caudal llegaba a la mismísima roca de los petroglifos, que cambio había sufrido nuestro Pusharo querido. “Lo único permanente es el cambio” solemos escuchar decir a Tell-Elam, la Madre Naturaleza misma se había ocupado en proteger a la historia humana grabado a en esa roca y nos llegaba el recuerdo de los mensajes de nuestros Hermanos Mayores

“No se preocupen de cómo va a cambiar todo, preocúpense de que el cambio sea efectivo en ustedes…El cambio que se espera en la humanidad, empezando por ustedes, es un cambio de actitud frente a la vida, el mismo que va a generar una reacción en cadena en los demás, por lo cual preocúpense de la parte que les toca, que el resto vendrá como consecuencia…
Esta etapa de cambio requiere olvidarse de expectativas particulares, posiciones partidistas e intereses que no concuerden con el Gran Plan. Todos pueden y deben sentir que a través de la renuncia y el desprendimiento, la colaboración y el respeto, el trabajo y la alegría, la disciplina y la perseverancia llegaran a cumplir el último objetivo, coronando con éxito esta etapa. Ese último objetivo es como bien saben: recibir en nombre de todos algo que es para todos, y así hacerlo llegar a la humanidad…
Quien quiera verificar los resultados positivos en su cambio y en el gran cambio, que espere pruebas y muy duras, las cuales templaran su alma como el acero en la fragua. Y es que la ley enseña que a toda fuerza se le opone otra contraria similar, así que la garantía de vuestro avance son las innumerables dificultades que se les van presentando a cada paso. Esto les servirá de preparación para soportar los momentos realmente difíciles de oscuridad, soledad y desaliento, que forman parte del proceso de crecimiento interno. No va a ser fácil, por eso tiene tanto merito vuestro esfuerzo…” Sampiac

Para llegar cerca a los petroglifos había que cruzar los tres brazos del río, me olvidé de todo y crucé solo cuidando de no dar un mal paso que podría serme fatal, quería fotografiarlo y filmarlo en su nuevo aspecto, así lo hice, luego me quedé contemplando mientras los demás hermanos empezaban a cruzar al primer brazo del río, en ese momento revivió en mi mente imágenes de 1989 que no había podido entender, al parecerme descabellado la visión que había tenido sobre quiénes y cómo los dibujaron, en aquel año visualicé hombres fornidos trepados en escaleras dibujando a la dirección de una mujer muy bella. Si los símbolos habían estado para tocarlos, al alcance de nuestras manos y protegidos por la selva, me parecía imposible que alguien necesitara escaleras. Ahora comprendía el por qué de mi visión en noviembre de 1989.
Esta vez, a los símbolos no se los podía tocar, no menos de dos metros de tierra más los inmensos árboles habían sido barridos y por debajo de los símbolos corría agua, podía verse con comodidad y libertad la integridad de todos los símbolos y comprobamos que no existía otros figuras o símbolos enterrados como afirmaban algunos expedicionarios ajenos a la misión, lo cierto es que quedó al descubierto un símbolo como escalera en horizontal, no más. Ya lo habían dicho nuestros mayores.

“Sepan que las fronteras se han corrido porque en su momento la puerta fue abierta de tal manera que ahora el portal va con la madre, y esta se ha movido hasta el pie de la montaña del rostro. Allí será la partición. Hasta allí llegarán todos y luego seguirán solos los siete. Déjense guiar y no teman ni a las pruebas ni a la ruta”

Realmente todo está en permanente cambio y la pregunta llegó sola ¿Estoy cambiando? ¿Qué me falta cambiar? ¿Por qué estoy siendo probado de esta manera? ¿Podré avanzar más allá? Me preguntaba dándome cuenta de mi situación.
A todos los que ya conocíamos a Pusharo posiblemente llegaba similares interrogantes y a los nuevos también, ya lo había dicho Miguel el huachipaire cuando caminábamos “Los nuevos tienen que sintonizarse con la naturaleza”.
Superado la impresión realizamos la conexión con el lugar con nuestros consabidos trabajos de armonización, irradiación, con los cuatro elementos, dermoptica, vocalizaciones, luego regresamos a donde habíamos dejado nuestro equipaje a armar el campamento mientras los machiguengas pescaban y se bañaban. Almorzamos tarde con preferencia a los amigos machiguengas que luego se regresaron en dos peque peques a Palotoa-Teparo, siendo designados Miguel y Calixto para acompañarnos hasta más lejos. Estábamos en Pusharo, en los Reinos del Paititi, en las tierras donde se tiene el poder de hacer y desear, en las sagradas tierras de la Gran Hermandad Blanca.



Un fuerte abrazo en Cristo.
Vibraciones paititiriteros para todos.
Que Todos los Seres de Todos los Mundos seamos Felices. Francisco