viernes, 3 de mayo de 2013


Ex oficial de la USAF describe su encuentro cercano con una nave alienígena

 WASHINGTON D.C.- Un ex oficial de la Fuerza Aérea de EE.UU. (USAF) describió en detalle una nave que avistó en 1980 mientras investigaba un incidente sucedido en las cercanías de una base estadounidense en el Reino Unido. “Siguieron la pista de un extraño resplandor que provenía de los bosques de Rendlesham.” El Sgto. James Penniston contó su experiencia durante el evento titulado ‘The Citizen Hearing on Disclosure of an Extraterrestrial Presence” (Audiencia ciudadana sobre la revelación de presencia extraterrestre’), que se lleva a cabo en el National Press Club de Washington del 29 de abril hasta el 3 de mayo. En la noche del 26 de diciembre de 1980, Penniston, entonces un supervisor de seguridad en la Royal Air Force Base en Bentwaters, Inglaterra, fue enviado a investigar una “nave de origen desconocido”. Dicha nave había aterrizado y permanecido en tierra más de 45 minutos, tras lo cual despegó y se perdió en los cielos. Penniston describe como el radar en la base había recogido los datos de como esta nave entraba en espacio aéreo militar. La base de Bentwaters, en conjunto con su gemela de Woodbridge, representa la base táctica más grande de aviones de combate de la USAF. El ex oficial dijo que con un compañero, el Sgto. John Burroughs, siguieron la pista de un extraño resplandor que provenía de los bosques de Rendlesham, en las afueras de la base donde al parecer había descendido este objeto. Al acercarse al sitio, tanto él como Burroughs fueron alcanzados por un rayo de luz que los hizo caer al suelo. “Pensé que íbamos a explotar”, detalla Penniston. Cuando el rayo se detuvo, ambos pudieron levantarse y ver a una nave triangular de aproximadamente 9 pies de largo por 6.5 pies de alto, la cual brillaba con colores azules y amarillos que rotaban sobre la superficie de la nave. El aire circundante al objeto estaba cargado. Penniston le contó al comité que “había una energía estática, la podías sentir en el cabello y sobre tu cuerpo”. Penniston pensó que quizás podría tratarse de un artefacto de EE.UU o incluso uno ruso, e hizo lo que se suponía que tenía que hacer, que fue notar los detalles. Sgto. James Penniston. La temperatura de la nave era cálida, cerca de 40 grados Fahrenheit. La superficie era lisa al tacto, y estaba flotando a poca distancia del suelo. Cuando intentó empujarla, la nave fue “sólida como una roca”. Era pequeña, demasiado pequeña para llevar gente dentro, y el militar pensó en el momento creer que “no era hostil”. Al principio ellos pensaron que podría tratarse de algo hecho por el hombre, y caminaron alrededor del objeto para ver si hallaban alguna escrit

Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar: