sábado, 31 de octubre de 2015

LA REBELIÓN DE SATANAEL


LA REBELIÓN DE SATANAEL


CAPITULO 10


La influencia del ser ultraterrestre Luzbel, había puesto en peligro el Proyecto-Tierra al involucrar a Gadreel en una acción de alto riesgo. Y aquí no acabarían los esfuerzos de esta entidad del Universo Mental que procuraba sabotear el desarrollo del Plan Cósmico.
El próximo blanco sería Satanael, Vigilante extraterrestre de la estrella Rigel, en la Constelación de Orión.


Satanael era un elevado Maestro de Orión. El había contribuido a establecer la paz en aquella región del Universo luego de la llamada "Guerra Antigua", que involucró a 33 civilizaciones extraterrestres. Esta guerra espacial, donde los seres de Orión y de la estrella Antares (Constelación del Escorpión) fueron los opuestos líderes del enfrentamiento, se suscitó debido a una acción "ilegal" de los seres de Antares al tomar muestras de la Gran Nebulosa de Orión para el estudio de las fuentes de vida. Los oriones, enojados por haberse realizado esto sin la aprobación previa de ellos, decidieron echar, violentamente, a los visitantes.
Esta guerra, que desencadenó inclusive la destrucción de mundos enteros, pudo ser peor si Satanael no hubiese logrado convencer a ambos Consejos Regentes de Orión y Antares especialmente este último en detener los enfrentamientos e instaurar la paz. Es necesario conocer todo esto para saber quién era Satanael antes que fuera influenciado por una oscura maniobra del Ultraterrestre Luzbel.
Luzbel supo convencer a Satanael el antiguo General de los Vigilantes de Orión en aquella Guerra Antigua que la humanidad de la Tierra era una "civilización prohibida", dotada de un libre albedrío que los oriones no poseían; además, y por si fuera poco, que los seres humanos éramos sus "descendientes", al provenir de los primeros patrones de vida que fueron sembrados con moléculas orgánicas de la Gran Nebulosa de Orión.

El levantamiento de Rigel

Las ideas y "filosofía" de Luzbel, llenaron de envidia y celos a Satanael hacia a la humanidad de la Tierra, al punto de nublarlo y hacerle simpatizar con el "boicot" del Ultraterrestre. Los oscuros argumentos del Helell, polarizarían al Vigilante extraterrestre, quien se convertiría en su leal seguidor, y uno de los principales protagonistas de la saga del Plan Cósmico.
Satanael finalmente encabezaría una insurrección en Orión. Una postura que se transformaría en una suerte de "Guerra Civil" que pudo ser cósmica, por cuanto diversas civilizaciones extraterrestres se vieron confundidas y tentadas en participar de la rebelión cuando vieron que ésta era dirigida por uno de los más emblemáticos Vigilantes de de este sector estelar.
Obviamente, Luzbel sabía hacia quién apuntar. Si lograba integrar a Satanael en su causa, era predecible que otros seres y civilizaciones extraterrestres, se vieran arrastrados.
El Plan Cósmico señalaba a dos civilizaciones extraterrestres para vigilar nuestro planeta una vez retomado el proyecto luego de la oportuna intervención de los Ingenieros Genéticos. Estas dos civilizaciones eran los oriones y los pleyadianos. Empero, como se había producido la rebelión de un sector de los oriones bajo la figura de Satanael quien iba a ser, precisamente, el jefe del proyecto Orión para vigilar la Tierra , la Confederación Galáctica dispuso reemplazarlos por seres de la estrella Sirio, ubicada a 8,6 años luz, en la Constelación del Can Mayor.

TRASGRESION DE LOS VIGILANTES


CAPITULO 11


Una vez que los Pleyadianos y los Sirios se encargaron de la vigilancia del planeta, la influencia de Luzbel se dejó sentir nuevamente, esta vez sobre un grupo de doscientos pleyadinos del comando de Semiasas, para que transgredieran el orden, dejándose llevar por la sensualidad propia de un planeta paradisíaco y de vibraciones extrañas a ellos. Así, ellos cometieron una gravísima infracción al tener relaciones sexuales con los seres humanos de la Tierra, algo que estaba estrictamente prohibido por las graves consecuencias que pondrían en peligro, una vez más, la consecución del proyecto. Esto ocurrió en el Monte Hermón.


El Libro de Enoch
Lo más inquietante de esta historia, es que se halla registrada en un libro antiquísimo, llamado "El Libro de Enoch".
El texto en mención escrito supuestamente por Enoch, un personaje del Antiguo Testamento misteriosamente se "perdió" después del Concilio de Laodicea, en el Siglo III; sin embargo, volvió a aparecer hace unos 200 años. De las tres copias recuperadas por el famoso explorador James Bruce, cuando en 1773 retornó de su trabajo de seis años en Abysinia, existen dos traducciones al Inglés hechas R. Lawrence (1821) y por R.H.Charles (1912). En los siguientes años, salieron a la luz varias porciones del texto original en Griego, y más tarde, con el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en Qumran, aparecieron siete copias fragmentarias en texto Arameo, que están hoy en el Museo del Libro en Jerusalén, confirmando lo dicho en las copias traducidas.
La escena del descenso de los 200 Vigilantes es descrita por Enoch. Y este acontecimiento, en contra de la idea que sucedió hace unos pocos miles de años, en realidad ocurrió en tiempos más lejanos. Para tener una idea de esto, recordemos que el Génesis cita a Enoch como un patriarca longevo de una séptima generación después de Adán (Génesis 5:18); más tarde vendrían nombres muy conocidos como Matusalén, o Lamec, el padre del célebre Noe, quien, como sabemos, era un superviviente de la Atlántida.
Si Enoch pudo describir lo que pasó en el Monte Hermón, es porque se trataba de un acontecimiento antiguo.


El Pacto del Monte Hermón

El Libro de Enoch describe a "200 ángeles" que aterrizan en el Monte Hermón entre la actual Siria, Líbano y la antigua Israel y se unen a las hijas de los hombres. Eran encabezados por un ser denominado Semiasas.
"Hagamos parejas con ellas y tengamos hijos..." (Enoch, Libro de los Vigilantes 6:2)
Ante esta propuesta, el Comandante Semiasas respondió que aquello era una locura, que eran ángeles así los menciona el texto, aunque sabemos que eran en realidad cosmonautas pleyadianos y que no debían aparearse con los humanos. Les dijo: "si ustedes lo hacen, Dios me culpará a mí porque soy el Comandante y el responsable por los pecados de todos ustedes".
Entonces juramentaron en involucrarse todos. A esto se le llamó "El Pacto del Monte Hermón".
Y se juntaron con las mujeres, y tuvieron hijos gigantes.
Mientras tanto según prosigue el Libro de Enoch , los Arcángeles Miguel, Uriel, Rafael y Gabriel, miraron hacia abajo desde el cielo y viendo los estragos se dijeron "Debemos informar a Dios de lo que está sucediendo" (Enoch 9:1-11)