viernes, 2 de octubre de 2015

OCTAVA PRACTICA INST-SIXTO PAZ WELLS


OCTAVA PRACTICA INST-SIXTO PAZ WELLS
OCTAVA REUNIÓN

A) Introducción.

B) Se dirigirá una proyección mental hacia una nueva puerta, que se adicionará a las anteriores, transportándonos hacia una quinta dimensión de conciencia. La práctica durará 10 minutos.

C) Charla debate sobre la Quinta Ley Universal; El principio del Ritmo. Todo fluye y refluye; todo se mueve como un péndulo: la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.

Los universos se crean, alcanzan el punto más bajo de materialidad y entonces comienzan la oscilación de vuelta. Los Soles nacen, alcanzan la cumbre de su poder, empieza el progreso de su retrogresión y después de eones sin cuento se convierten en muertas masas de materia, esperando otro impulso que imparta en ellos nuevas energías internas y que los lleve a un nuevo ciclo de vida solar. Y así sucede con todos los mundos; nacen, crecen y mueren, sólo para renacer de nuevo. Igualmente sucede con todas las cosas de cuerpo o forma: oscilan de la acción a la reacción del nacimiento a la muerte, de la actividad a la inactividad, y de nuevo comienza el ciclo. Lo mismo pasa con todos los grandes movimientos filosóficos, credos de cualquier clase, gobiernos, naciones, etc, nacen, crecen, llegan a su madurez, decaen, mueren, solo para renacer de nuevo. La oscilación pendular es evidente por doquier.

La sigue al día y el día a la noche. El péndulo oscila del verano al invierno y de este a aquel. Los corpúsculos, átomos y moléculas y todas 1,as rasas de materia, oscilan en torno del círculo que corresponde a su naturaleza, no hay tal reposo absoluto o cesación de movimiento. Todo movimiento participa del ritmo y hasta las fases de la actividad humana.

En Rahma aprendemos a conocer a través de la interiorización nuestro propio ritmo, conocimiento que nos permitirá controlar y enfrentar situaciones diversas, de la manera mas positiva. También nos permite conocer que a esta etapa de crisis actual le sigue otra de paz y armonía, a la cual deberemos llegar habiendo superado nuestras limitaciones.

D) RETROCESO REENCARNATIVO:

"Saber quienes hemos sido para saber quienes podemos ser". Reconocer que nuestras actuales condiciones obedecen a deudas o méritos de existencias pasadas, es parte del proceso del autoconocimiento.

Nunca hemos sido mejores de lo que ahora somos y también, somos el resultado, de nuestras experiencias pasadas. La reencarnación, es entonces la explicación del porqué de la oportunidad o situación que nos toca vivir. Pero obviamente algún mérito habremos conseguido como para estar ahora conscientes de la responsabilidad de saber y de actuar, preparándonos cada día más para cuando seamos requeridos a plenitud.

Los egipcios enseñaban la reencarnación ya 3,000 años antes de nuestra era, con estas palabras: "Antes de nacer, el niño ha vivido ya y la muerte no termina en la nada. La vida es un devenir, que transcurre semejante a un día de sol, que recomenzará".

Asimismo, Platón enseñaba la doctrina del renacimiento. Decía: "Para que en esas vidas, las almas de los muertos desgasten sus malas acciones pasadas". Afirmaba que: Las almas reencarnadas lo hacen en cuerpos que se asemejan a los que tuvieron en vidas anteriores, e igualmente en instinto y tendencias adquiridas por anteriores experiencias". Y en Fedón" podemos leer: "El alma es más vieja que el cuerpo. Las almas renacen sin cesar del Hado, para volver a la vida actual".

La escuela de Hermes ya sostenía que: "Las almas bajas y malas permanecen encadenadas a la tierra por múltiples renacimientos; pero, las almas virtuosas suben volando hacia las esferas superiores".

Los neoplatónicos afirmaban: "Cada alma recibe el cuerpo que le conviene y que está en armonía con sus antecedentes, según sus existencias anteriores." Orígenes, discípulo de San Clemente, el más instruido de los padres cristianos, aceptaba la doctrina de la reencarnación (vidas sucesivas), que era del conocimiento y creencia común de los primeros tres siglos del cristianismo, y por ello fue anatematizado en aquel famoso Concilio de Constantinopla II. Decía. Cada alma recibe en cuerpo de acuerdo con sus merecimientos y sus previas acciones".

San Gregorio Nacianceno (328-389), decía: "Hay necesidad natural de que el alma sea curada y purificada, y de que, sí no lo es en esta vida lo sea en otras siguientes y futuras."

San Agustín, en su Libro de "Confesiones" emplea esta frase: "Antes del tiempo que pasé en el seno de mí madre, ¿No habré estado en otra parte y sido otra persona?.

Krishna, hacia el año 3,000 antes de nuestra era (según la cronología de los brahamanes) dijo: ..."yo y vosotros hemos tenido muchos nacimientos. Los míos no son conocidos sino por mi, pero vosotros no conocéis siquiera los vuestros". Y en diálogo con su discípulo Arjuna (Véase Bhagavad Gita), dice: "Así como el alma residente en el cuerpo material pasa por las etapas de la infancia, juventud, madurez y vejez; así a su debido tiempo pasa a otro cuerpo y en otras encarnaciones volverá a vivir y desempeñar una nueva misión en la Tierra."

Los Vedas, que son monoteistas al igual que los cristianos afirmaban la inmortalidad del alma y la vuelta de nuevo a la carne. Sostenían "Que el alma es la parte inmortal del hombre; que las almas vienen hacia nosotros y regresan, y vuelven a venir; que todo nacimiento, feliz o desdichado, es la consecuencia de las obras practicadas en las vidas anteriores".

Y según el Corán,... "Alá nos envía muchas veces hasta que regresemos a El".

También Ovidio cantaba:... "Las almas van y vienen. Cuando vuelven a la " Tierra, dan vida y luz a nuevas formas". Y Virgilio, en "Eneída" asegura que, el alma al hundirse en la carne, pierde el recuerdo de sus vidas pasadas.

Los cabalístas, exégetas judíos, se ocuparon intensamente de la reencarnación; basta leer- "Transmigración del Alma", del rabí: Isaac Luria. Los hebreos tenían pues la convicción de la reencarnación, tal como se puede ver con la comisión enviada por el clero judaico del Sanedrín a Juan el Bautista., al preguntarle si él era el Mesías o era Elías (S. Juan Cap. I ver. 19 al 22). Posteriormente será el mismo Jesucristo quien confirma diciendo: "Y si queréis oírlo, el es Elías que había de venir"... Mateo XI,'14-15).

En el siglo IV-V, San Jerónimo, secretario del Papa Dámaso I y autor de la Vulgata, en su controversia con Vigilantus, el Galés, debía aún reconocer que el renacimiento de las almas era la creencia de la mayoría de cristianos de su tiempo.

La condenación de los puntos de vista de Orígenes, por ejemplo, y las teorías gnósticas, por el Concilio de Constantinopla II (año 553), a instancias del emperador Justiniano I quién promulgó una Ley en la que declaraba. "Todo aquel que sostenga la mística idea de la preexistencia del alma y la maravillosa opinión de su regreso, será anatematizado. Esta anatematización o maldición en aquellos tiempos, significaba la persecución; por lo que, a pesar de ser una creencia sostenida por los primeros cristianos, fue cayendo en el olvido en las siguientes generaciones.

Y en lugar de esta concepción clara del destino en la vida de los humanos, conciliadora de la justicia divina con las desigualdades y sufrimientos humanos, surgieron un conjunto de dogmas que hicieron la oscuridad en el problema de la vida y alejaron al hombre de Dios. Sin embargo la creencia en las vidas sucesivas reaparece en el mundo cristiano en diversas épocas.

Las versiones actuales del Nuevo Testamento, explican que cuando Jesús después de la transfiguración en el Monte Tabor, bajaba con los tres apóstoles que le acompañaron, estos le preguntaron: "Pues, como dicen los escribas que debía venir primero Elías? A esto, Jesús les respondió: En efecto, Elías ha de venir y entonces restablecerá todas las cosas; pero yo os declaro que Elías ya vino y no le conocieron, sino que hicieron de él todo cuanto quisieron. Así también harán ellos padecer al hijo del hombre. Entonces, entendieron los discípulos que les había hablado de Juan el Bautista” (Cap. XVII, vers. 10 al 13).

Recordemos como Elías fue arrebatado en un carro de fuego, nueve siglos antes de Cristo, delante de un testigo presenciar su discípulo Elíseo. Y que todo este tiempo era suficiente como para que pudiese reencarnar en la persona de Juan, hijo de Zacarías (un Levita) e Isabel (la prima de María la Virgen). Quienes concibieron aún siendo Isabel estéril, por intervención de los ángeles, tal como lo declaro el evangelio de Lucas.

En el evangelio de San Juan (Cap. IX vers. 1 al 3) dice: "Pasando vio un hombre ciego de nacimiento, y sus discípulos le preguntaron: Maestro quién pecó, éste o sus padres para que naciera ciego? Respondió Jesús: Ni pecó éste ni sus padres, sino para que se manifiesten en él las obras de Dios”.

Y que otras obras de Dios podrían manifestarse sino sus leyes sabias y justas, entre ellas las de Causa y Efecto.

Sino hubiesen conocido de la realidad de la reencarnación, como podrían haber preguntado si era ciego de nacimiento, porque el fuese culpable, menos que se estuviese planteando la alternativa de que Dios castigase (cosa que no hace) por anticipado, algo así como al Crédito, por los errores futuros.

La reencarnación o encarnación sucesiva de los seres, es una ley natural y cósmica. Sin ella, las actuales desigualdades humanas: físicas, intelectuales y morales, no tendrían una explicación lógica. Así hasta los fenómenos dolorosos serían reajustes del orden violado, como rescate de deudas contraidas con la Ley Universal del Amor en el pasado.

Analicemos, por un momento, a la luz de la razón. La más elemental lógica nos hace ver que si Dios es infinitamente sabio y justo ( y en ello concuerdan todas las religiones), tendría que proveer a todas las almas con las mismas cualidades intelectuales, morales y volitívas, y nacer en las mismas condiciones humanas; si tan solo una vida le da a cada alma para alcanzar la llamada bienaventuranza. Y, es así ¿acaso? No, absolutamente nó. No nacemos todos iguales. Podremos entonces, culpar a Dios, que es la Máxima Sabiduría Cósmica y el eterno Amor?.

Además, si el alma es creada por Dios, al nacer, tiene que ser pura; porque es inadmisible a la razón, que Dios pueda crear algo impuro.

INMORTALIDAD DEL ALMA.

Todo cuerpo recién fallecido contiene todas las sustancias orgánicas, pero le falta eso que llamamos Vida; porqué de ese cuerpo ha salido el psiquismo que el animaba, al cual llamemos Alma.. Pero ese psiquismo no se desintegra, porque lo que no ha nacido, con la vida material orgánica, no muere con ella. Ese psiquismo, ese hálito de vida el Alma preexistente a la formación del cuerpo, es inmaterial e inmortal; y pasa a vivir en otra dimensión, con un cuerpo fluidico compuesto de sustancia etérea magnetizada.

El Alma, el psiquismo que anima a todo cuerpo: humano, animal, vegetal, sobrevive entero como unidad, en el hombre, y grupal en los reinos animal y vegetal.

La muerte destruye tan solo el cuerpo físico orgánico y da libertad al Alma, que continua viviendo ligada por el amor a los que fueron sus afines, familiares o amigos en la vida física. Cuando llegan a desarrollar su facultad sensitiva y vibrar en el amor fraterno, pasan a ser los guías espirituales, ángeles tutelares más íntimos. Pero, cuando sus almas ruines y cargadas de odio o resentimiento, pueden causar mucho daño a quienes odian, llegando a causar ciertos trastornos alrededor de las personas.

El Espíritu, que es donde residen las facultades: intelectiva, volitiva, raciocinativa y creadora; con el Alma, facultad sensitiva, forman un todo espiritual que no muere jamás. Sigue progresando y viviendo en los mundos, hasta llegar al grado de perfección que le libere de las encarnaciones en los, mundos físicos, para continuar colaborando en la obra divina del progreso de los mundos y las humanidades.

LA CIENCIA.

"Y el Señor Dios me habló diciendo: "Antes que fueses engendrado en el seno de tu madre te conocí", Jeremías I, 4-5.

Según los trabajos de investigación del Dr. J. B. Rhine en el laboratorio de Parapsicología de la Universidad de Duke (North Carolina, E.U.), ya se han colocado en el plano científico, en forma probada, a los fen6rienos de materializaciones de cuerpos fluídicos (psicosoma), probando así la existencia del alma después de la muerte física.

Últimamente, un grupo de científicos soviéticos compuestos por biólogos, biofísicos, bioquímicos se reunieron cerca del centro espacial soviético de.., Kazakastan, para estudiar un espectacular descubrimiento: La cámara Kírlian, del físico ruso Semyon Kírlian y su esposa Valentina. Consiste esta en una cámara de alta frecuencia que, traspasando la densidad del cuerpo físico, cual Rayos X, muestra el duplo inmaterial de una persona, así corto el brazo o pierna en personas a quienes les habían sido amputados. Con equipos ópticos combinados con la cámara de los Kirlian, los científicos en referencia llegaron a obtener la visión y fotografía (efluviografia) del psícosoma y del aura que emana de personas, animales y vegetales; visión ésta que hasta ahora estaba reservada a algunos con capacidad clarividente.

Para los científicos soviéticos no fue tan sólo la confirmación de la veracidad del fenómeno, sino que además la confirmación de que el ser humano, los animales y las plantas tienen, además del cuerpo físico orgánico, un cuerpo de energía que denominaron: "cuerpo de plasma biológico" o "cuerpo bioplasmático"; y que los cuerpos emiten efluvios o emanaciones en colores, según el estado psicomagnético del sujeto, y cuyas emanaciones cesan al producirse la muerte del sujeto, humano, animal o vegetal, según los experimentos realizados.

EJERCICIOS PARA RECORDAR VIDAS PASADAS.

Para despertar el conocimiento lúcido y consciente de las vidas anteriores, es aconsejable realizar el siguiente ejercicio:

Sentados en posición cómoda frente a un espejo, relajar el cuerpo y la mente, luego con los ojos abiertos, concentrar toda nuestra atención a la altura del entrecejo en la imagen reflejada no deberemos perder en ningún momento la concentración y observación. Será entonces, cuando ciertas imágenes y rasgos particulares comenzarán a adquirir forma y a manifestarse en nuestro rostro, el cual aparecerá distorsionado y cambiante, hasta que las imágenes se vayan definiendo.

Seguidamente cierren los ojos y relájense horizontal en el suelo, dirigiendo una relajación aún más profunda, y cuando ésta ya haya sido alcanzada, concentrarnos en nuestro nombre cósmico si es que lo hemos recibido ya: sin necesariamente hacer una meditación, porque de inmediato iniciaremos un retroceso reencarnativo, requiriendo empezar por utilizar nuestra memoria sobre los hechos más cercanos a los actuales. Cuando llegamos a aquel momento en que ya no existen recuerdos ni siquiera subconscientes de esta vida y hemos pasado la barrera del nacimiento, entonces visualizando siempre el túnel de luz, sentimos que nos proyectamos en el tiempo y espacio, varios años o muchos antes de nuestro actual nacimiento. Procuraremos precisar las imágenes y volver al cabo de unos quince minutos de este ejercicio, el cual podremos hacerlo también sentados.

E) Cadena de despedida.