viernes, 2 de octubre de 2015

SEXTA PRACTICA INST- Sixto Paz Wells


SEXTA PRACTICA INST- Sixto Paz Wells
SEXTA REUNIÓN

A) Introducción.

B) Trabajo mental de proyección hacia nuestro interior, hacia una tercera dimensión de conciencia entrando en contacto con la vida animal y humana primitiva. Iniciamos el trabajo a continuación de la Protección y Armonización del ambiente, siguiendo los pasos previos de respiración y relajación.

Estamos todos completamente relajados... (ídem). Nos proyectamos a través del entrecejo, por aquel túnel mental conocido. Lentamente vamos ingresando hasta aquella primera puerta que nos llevará a un desierto cerca de la playa: rápidamente dejamos aquel lugar hallando otra puerta, también conocida, que en su momento nos trasladó al bosque donde tuviéramos nuestra experiencia con la naturaleza vegetal; y ahora, visualizamos una tercera puerta que nos trasladará hacía el mundo animal. Veremos los seres que constituyen nuestra compañía en este mundo: insectos, peces, anfibios, aves, etc., y procuraremos compenetrarnos con ellos, aprender de ellos. En nuestra observación buscaremos una identificación con todos los animales, percibiendo la experiencia que puedan compartir con nosotros para llegar a captar el plan divino en la naturaleza. Vamos a sentir lo que sienten, vamos a percibir en ellos la conexión con la creación. Luego procuraremos seleccionar alguna especie de ave, pez, o mamífero, tratando de compenetrarnos con él, siguiendo su proceso más de cerca.

Nos proyectamos a través de la tercera puerta hacia algún animal en particular... O también hacia los hombres primitivos, de una tribu salvaje... (De 5 a 10 minutos de silencio).

Vamos dejando atrás aquel reino animal. Vamos volviendo todos a través de la puerta de esta tercera dimensión de conciencia, compenetrados con la armonía de la naturaleza. Vamos retornando todos a través del túnel de luz...

C) Charla debate: sobre la tercera Ley Universal. El Principio de Vibración

Nada reposa, todo se mueve, todo vibra. Este principio encierra la gran verdad de que el movimiento se manifiesta en todo el universo. La ciencia moderna ha comprobado que todo lo que llamamos materia y energía no es más que modos de movimiento vibratorio.

La ciencia dice que toda materia manifiesta, en algún grado, la vibración producida por la temperatura o el calor. Esté un objeto frío o caliente (pues ambos no son más que grados de la misma cosa), manifiesta ciertas vibraciones calóricas, y en ese sentido está en vibración.

Las moléculas están compuestas por átomos, los que, como aquellas, también están en constante movimiento y vibración. Los átomos están compuestos por corpúsculos, llamados también “electrones”, “iones”, etc. lo que también están en un estado de rapidísima moción, girando unos en torno de otros, con diversas modalidades vibratorias.

La ciencia dice que la luz, el calor, el magnetismo y la electricidad no son más que formas de movimiento vibratorio relacionado de alguna manera con el éter, o probablemente emanado de él.

El éter es materia en un grado de vibración superior. El hombre iniciado le da por nombre el de Substancia Etérea, y se dice que esta substancia es de tenuidad y elasticidad extremas, llenando el espacio universal, sirviendo como medio transmisor para las ondas de energía vibratoria como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, etc. La substancia etérea es el eslabón de unión entre la modalidad de energía vibratorio que conocemos como materia por un lado y que conocemos como energía o fuerza por el otro, manifestando además, un grado de vibración en intensidad y modo, completamente propio.
Toda manifestación de pensamiento, emoción, razón, voluntad, deseo o cualquier otro estado mental, va acompañado de vibraciones, parte de las cuales se emanan al exterior y tienden a afectar las mentes de los demás por inducción. Esta es la causa de la telepatía, de la influencia mental y de otros efectos del poder de una mente sobre otra.

La aplicación de este principio y ley universal nos lleva a poder comprender que el cosmos está en una dinámica permanente de cambio, transformación y superación continua, por ello, el definirnos por el camino espiritual significa entre otras cosas, hacerse parte de esa dinámica de progreso mediante la autosuperación y el autoconocimiento.

Esta ley nos lleva a comprender que como el sonido es vibración, ya el Evangelio de Juan empieza diciéndonos: ¨En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios, y el Verbo (la palabra) estaba al lado de Dios. Y por la Palabra todas las cosas fueron hechas ¨...Por ello, como la palabra es creadora, de ahora en adelante vamos a utilizar el poder del verbo de una forma positiva y responsable. Cada cosa que digamos la vamos a pensar detenidamente, de tal manera que sólo digamos cosas positivas y constructivas, con una carga de positivismo que afecte al ambiente y lo enriquezca.

Como conclusión, podemos extraer que en la dinámica universal, como todo está en movimiento, los procesos incluyen evolución continua, aunque pudiésemos encontrar momentos de relativo estancamiento. Y descartamos la involución pues todo se transforma para su propia renovación, pero para mejor.


D) Viaje Astral, Dirección y Práctica:

Es importante que antes de realizar cualquier trabajo en los grupos, pero especialmente en el caso del viaje astral, empleemos a conciencia, lo relativo a la cúpula de protección. De tal manera, que nada debemos temer pues la energía y seguridad desplegada estimulan el desdoblamiento.

Si estamos en buenas condiciones de salud la experiencia astral conciente no trae ninguna dificultad. Y para ésta práctica se recomienda que estemos con el estómago libre de procesos de digestión, por ello es aconsejable realizar el ejercicio antes de ingerir alimentos o por lo menos dos horas después de haberlo hecho.

El viaje astral es algo que naturalmente y de manera espontánea realizamos todos las noches durante el sueño. Todos nuestros sueños son viajes astrales, pero no todos los viajes astrales son sueños, por cuanto podemos hacerlos sin necesidad de estar dormidos. El esfuerzo que debemos desplegar en éste sentido, es estar completamente conscientes, y efectuarlo después de nuestras meditaciones, con el ejercicio de nuestra voluntad que debe haberse visto fortalecida por la disciplina interior, que venimos asimilando en las prácticas anteriores. Todo proceso en Rahma apunta hacia el afloramiento natural de capacidades que son parte de nuestra naturaleza. El viaje astral es una realidad interna y manifestación dé otra dimensión de experiencias, que están reservadas para el ser humano, y que nos abren un horizonte más amplio de servicio y ayuda a los demás.

Recordemos que antes de nacer, estamos en el mundo astral, durante el sueño volvemos al astral y al fallecer regresamos allí; tendríamos que pensar entonces ¿cuál de los planos de existencia es más real? ¿en cuál pasamos más tiempo, en el astral o en el físico? Como la respuesta es evidente, tenerlos entonces que reflexionar por qué solemos olvidar aquel otro plano de vida que resulta más real que el físico. Y es que el recordar los sueños es parte del proceso de expansión de conciencia; así como por las mañanas nos despertamos, y levantamos de la cama, igualmente se requiere que despertemos conciencia a todo el universo de posibilidades que nos rodea. Debemos reaccionar y abrir los ojos a una realidad que, porque no la percibimos aun, no deja de existir, de manifestarse y de actuar influyendo nuestro mundo material.

Antes de iniciar la aventura del viaje astral conciente deberemos superar todos los temores, y nos deberá embargar la convicción, y la seguridad de que tenemos la protección de nuestros hermanos guías, así como de seres espirituales que nos librarán del acecho de entidades bajas astrales; que siempre existen, buscando introducirse en el cuerpo de los encarnados. Nada malo puede ocurrir si es que nosotros no lo permitimos. El peligro real es nuestro propio miedo.

Técnica en el Viaje Astral

Para el desdoblamiento se requiere entre otras cosas una posición cómoda, de preferencia acostado en el suelo sobre una frazada, o sentado sobre un sofá con un buen espaldar y grandes descansabrazos; también una buena respiración y una profunda relajación, alcanzadas previamente. Al cabo de ello iniciamos nuestro trabajo con miras a abandonar lentamente, paso a paso, nuestro cuerpo por un período corto de tiempo, procurando antes que nada, perder el temor de dejar de sentir el cuerpo.

El primer paso para llegar al desdoblamiento consiste en imaginarnos que nos salimos de nuestro cuerpo, esto es que vemos en nuestra imaginación como nos levantamos y dejamos nuestro cuerpo al lado. Recordamos entonces, todos los detalles de la habitación y pensamos en desplazarnos hacia la puerta más cercana, la cual abriremos; de allí recorreremos toda la casa (el lugar), abriendo y cerrando, las puertas detrás nuestro. Procuraremos salir afuera a la calle observándolo todo (todo esto imaginándolo). Luego regresaremos, volviendo por nuestros pasos, hasta encontrarnos con nuestro cuerpo, en el cual ingresaremos lentamente. Al haber completado este reconocimiento mental del lugar, habremos adquirido la adecuada concentración como para intentar el desdoblamiento en serio y real.

El segundo paso para el viaje astral definitivo, es ubicarnos dentro de nosotros mismos como flotando, y tratar de elevarnos por encima de la cabeza, como si ésta se estirara indefinidamente, hasta liberarnos completamente del cuerpo. Otra forma es balancearnos de izquierda a derecha dentro nuestro, procurando salir por los lados del cuerpo. Otra forma es ubicarnos a la altura del pecho y sentir que giramos, siendo desplazados hacia afuera por la fuerza centrifuga generada. Nos concentramos pues, en nuestro interior y empezamos a elevarnos, a balancearnos, a flotar o a girar velozmente, deseando fuertemente en nuestra mente, desprendernos del cuerpo, sin temor y conscientes de la protección. La recomendación es que tenemos que focalizar nuestra atención en el proceso de desprendernos, y no tenemos que preocuparnos en sentir el cuerpo en el proceso de abandonarlo, o esto nos atraerá velozmente a el
Otra paso sería, en caso nos incomoden demasiado los anteriores, que sin mover nuestro cuerpo tratemos de incorporarnos, como sentándonos y girar y ver nuestro rostro, como si estuviésemos frente a un espejo; luego levantarnos parándonos y observando el cuerpo tendido en el suelo o sentados como lo hallamos dejado.

Una forma de inducirnos al desdoblamiento es también, la de sentirnos flotar y desprendernos como cayendo de espaldas, o deslizarnos por los pies. Cuando hemos escogido elevarnos por encima de la cabeza , procuraremos mirar todo desde arriba, llegando a tocar el techo de la habitación y recordando allí, que nuestro vehículo astral puede atravesarlo; por lo cual podremos flotar y salir al exterior, procurando fijarnos en algún hecho externo que después nos lleve a una verificación de la veracidad de la experiencia. Podremos por ejemplo: ir a nuestras respectivas casas o a las de familiares y amigos, fijándonos en algo que posteriormente podamos cotejar.

Una vez que nos encontremos fuera de nosotros, y ya superamos la sensación de temor, podremos avanzar fijándonos en todo cuanto hay alrededor nuestro, pudiendo atravesar puertas y paredes porque el astral no está sujeto a las leyes de la física material. Como hemos pedido una asesoría al principio de la práctica a los guías, es muy probable que uno de ellos esté aguardando en astral para orientarnos. Veremos que hasta volar podemos, y que las distancias se cubren a la velocidad del pensamiento por lo que se puede realizar fácilmente viajes a otros planetas sin necesidad de usar trajes espaciales; y hasta podremos conocer recónditos lugares de nuestro planeta. El retorno igualmente lo realizaremos con tranquilidad y sin apuro, procurando no olvidar los detalles de la experiencia; y bastará simplemente con desear volver, procurando concentrarnos en alguna parte de nuestro cuerpo, como por ejemplo los dedos de los pies o de las manos, para que vayamos entrando suavemente.

Esta práctica se dirige como una relajación normal y cuando llegamos al momento en que ha de iniciarse la salida, hemos de sugerir que empiece el proceso de desprendimiento sin temor y con confianza. Sugerimos entonces los diversos sistemas que ahora ya conocemos, dando un margen de unos quince a veinte minutos de experiencia antes de iniciar el retorno, el cual se dirige como trayéndolos de una meditación profunda.

ALGO SOBRE LOS SUEÑOS,

Como dijimos: todos los sueños son viajes astrales, pero no todos los viajes astrales son sueños, ya que pueden realizarse éstos sin necesidad de estar dormidos, por ejemplo, a través de los pasos de la meditación.

Recordar los sueños es síntoma de avance en el despertar de la conciencia, aunque no en todos los casos; y lo más importante es la capacidad de interpretación de los mismos. Los sueños vienen a ser mensajes que afloran del subconsciente o del inconsciente, tratándonos de advertir algo; por ello, podemos distinguir varias clases de sueño y entre ellos están:

a) Sueños simbólicos: los mismos que contienen imágenes a ser interpretadas por muy extrañas y descabelladas que parezcan, y a través de los cuales nuestro Maestro Interno está buscando dialogar con nosotros.

b) Sueños precognitorios y premonitorios: los cuales son generalmente avisos sobre eventos futuros como mecanismo de protección, o adelantos y señales para que sepamos que nuestra vida está siguiendo una programación, que en cualquier momento puede variar con el ejercicio de nuestra voluntad.

c) Sueños experimentales: que suelen ser verdaderas experiencias en el astral donde recibimos una instrucción y capacitación.

d) Sueños recordatorios: donde llegan a aflorar imágenes de vidas pasadas o de momentos significativos de nuestra experiencia actual.

Muchas veces los sueños aparecen mezclados con símbolos, experiencias reales astrales, alguna premonición etc. debiendo al interpretarlos con el uso de la intuición, imaginación e inteligencia reconocer que es cada cosa.

El principal problema que se nos presenta en los viajes astrales, es el olvido instantáneo de los sueños; para lo cual se recomienda que debajo de la almohada o en una mesita al lado de la cama, dejemos un cuaderno y un lápiz para anotar lo que recordemos en el momento en que lo recordemos. Y esto porque cuando abandonamos nuestro cuerpo en el sueño, durante la noche, lo hacemos como un vaso de agua turbia, que al quedar en reposo, todo lo turbio se asienta en el fondo. Al retornar al cuerpo después de la experiencia, de acuerdo a nuestra evolución, el reingreso al cuerpo será más o menos aparatoso, por lo que el vaso se agita y se confunde la experiencia mezclándose con los afloramientos del subconsciente, haciéndonos olvidar lo vivido.

PRACTICA PARA RECORDAR LOS SUEÑOS

Lo primero que se recomienda para empezar a recordar los sueños es acostarse temprano. Una persona cansada, agotada y tensa, con déficit de descanso, difícilmente podrá recordar sus sueños; por ello se requiere compensar esos déficit, durmiendo más temprano y luego llegar a hacer un hábito el acostarse temprano para levantarse temprano, o sea en armonía con el Sol y la Luna.

Al acostarnos temprano tenemos tiempo como para relajar el cuerpo y realizar una breve meditación, lo cual nos induce al mundo astral en una buena vibración y actitud mental.

Nos acostamos horizontales en la cama sin almohada para empezar la programación. Pondremos entonces las yemas de los dedos sobre nuestro pecho debajo del esternón, y ligeramente por encima del ombligo, los brazos flexionados permanecen a los lados del cuerpo, talones juntos o rozándose. Entonces tomaremos respiraciones muy profundas concentrando el esfuerzo de la succión en la respiración a través de la tráquea, no en la nariz; pero la boca se mantiene cerrada, produciéndose una respiración silenciosa que procura llenar al máximo la capacidad de los pulmones. Durante las cinco respiraciones utilizando el diafragma como si fuese un fuelle, se realiza el acostumbrado triángulo perfecto: inhalando hasta 10, reteniendo hasta 10, y exhalando hasta 10. Mientras efectuemos este proceso, nos iremos repitiendo mentalmente frases como: “Voy a recordar mis sueño...Sabré que estoy soñando...Y seré guiado o asistido por seres de luz”.

Al término de las respiraciones profundas podremos emplear la almohada si queremos, y nos acostaremos sobre el lado derecho en la llamada posición del León, esto es la pierna y el brazo derecho estirados, mientras que el brazo izquierdo y la pierna izquierda permanecen flexionados. El mentón se apoyará sobre el hombro. Toda esta posición facilita el desdoblamiento y la respiración, no oprimiendo el corazón. Se recomienda asumir esta postura después de haber realizado nuestras acostumbradas y folclóricas evoluciones en la cama.

Una parte importante en el proceso de recordar los sueños es el no abrir de inmediato los ojos cuando nos despertamos en la mañana, ni moverse siquiera, sino que por el contrario, permanecer quietos y con los ojos cerrados; haciendo de inmediato y allí mismo, memoria de la experiencia astral. Esto lo hacemos así porque si nos moviéramos, agitando nuestros vehículos sutiles, confundiríamos la memoria astral con la consciente o subconsciente o con la imaginación, dependiendo del nivel de conciencia alcanzado en ese momento. También si abrimos los ojos dirigimos la atención interna hacia lo externo, perdiendo de inmediato la memoria astral, distrayéndonos y olvidando automáticamente lo vivenciado.

La memoria astral al ingresar al consciente se hace muy frágil, porque hay mecanismos llamados "velos astrales", que impiden los recuerdos y la conciencia astral para quien aún no está preparado.

Debemos pues, con los ojos cerrados y con un mínimo movimiento que sería el que nos demandaría estirar el brazo para alcanzarnos el cuaderno y el lápiz, disponernos para tomar nota de la experiencia astral que previamente procuraremos recordar al detalle y en el momento. Al dejarla anotada, podremos seguir durmiendo sin temor a olvidar, ya que al despertar definitivamente, lo escrito nos servirá como clave de memoria.

E) Despedida de toda reunión con una cadena.