INFORME EXTRATERRESTRE
Alexandro Garcia
Una ciudad de CRISTAL: Descendimos de una nave al suelo por una rampa y delante de nosotros apareció una lindísima ciudad de Cristal. Pero no me resultaba desconocida. Era como si ya hubiese estado allí antes. La ciudad se extendía en terrazas por los lados y también por el fondo de un cañón entre desfiladeros. Había grandes puentes como tubos largos de cristal que iban de un lado al otro de ese barranco y que eran transitados por mucha gente. Mayormente, los edificios que se veían en la distancia eran de color azul celestes, pero los había amarillos y verdes. Todo era redondo, no como en la Tierra. Algunos edificios parecían gigantescas esferas o pelotas, otros, grandes cilindros, y muchos más, los iglús de los esquimales pero grandotes. Íbamos todos detrás del maestro viejito entrando en grupos en un ascensor muy grande y espacioso, que descendió hasta el fondo de ese cañón. Una vez abajo, volvimos a hacer dos largas filas y avanzamos paseando por la ciudad. Era divertido. Se veía de todo, como suele ocurrir en las ciudades. De pronto, volvió a aparecer Ángel, pero acompañado de una señorita muy extraña. Era delgada, un poco más alta que mi papá, y su rostro era raro, como triangular, de color naranja. Sus orejas eran delgadas y muy largas, no grandes sino largas, que le llegaban a los hombros. Y tenía mucho pelo en la cabeza, como de color caramelo, pero muy grueso. Ella traía en sus brazos algo que parecía una plantita con una flor. Lucía como un geranio. Se pusieron a nuestro lado y nos fueron acompañando. - ¡Hola nuevamente, Tanis! Aquí te presento a una amiga, ella se llama Inana, Y lo que lleva entre sus brazos es Floty. -¡Tanto gusto, Tanis! Ángel me dijo que lo bautizaste así. Inana se acercó y me acaricio la cabeza con una mano. Luego se agachó y dejó en el suelo la plantita, que comenzó a moverse, ¡a caminar!... Me sorprendí muchísimo. Inmediatamente, esto hizo que se produjera un gran alboroto. La mayor parte de los niños que estaban ahí nos rodearon para ver semejante maravilla. ¡Una plantita que se comportaba como un animalito! Se parecía – como decía antes – a una planta con su flor de Geranio, como las que mí mami ha plantado en multitud de macetas en casa. Esta plantita llamada Floty quiso volverse de inmediato a las manos y los brazos de Inana, porque, evidentemente, el tumulto la había puesto nerviosa, y ella la tomo y me la puso entre los míos. Me dijo que la acariciara, y así lo hice, y se puso a ronronear como hacía mi gato chuchi cuando está contento y mimoso. Inana se dirigió a todos y nos dijo: - A la vida no le ha faltado imaginación para manifestarse, y las fronteras entre los reinos a veces no son tan evidentes. En ese momento apareció el Anciano Maestro para poner orden, y Ángel se disculpó. Cosa que aceptó el Maestro moviendo la cabeza entre refunfuños. Volvieron inmediatamente todos a la fila, y el viejito se adelanto mientras yo devolvía la plantita mascota a Inana. Continuamos por las calles, donde se veía alguna gente yendo y viniendo. No todos tenían apariencia humana. Algunos parecían cualquier cosa menos un ser humano, había incluso algunos seres con vestimentas que tenían la apariencia de de animales, algunos lucían como reptiles. En nuestro recorrido llegamos a entrar en un edificio muy grande y esférico. Dentro, pasamos por diferentes salones. En uno de ellos – que era inmenso y circular-, había multitud de esferitas como de cristal suspendido de rayos de colores y distribuido en forma de dos abanicos, como los que tiene mi mamá de adorno en la pared de casa. Se nos pidió entonces que no nos acercáramos demasiado a ellas. Allí, el Anciano Maestro, que ya estaba cansado y un poco molesto de estar controlando que no nos dispersáramos , y de estar llevándonos , nos dijo que ese lugar estaban contenidas las memorias de todos los planetas habitados por civilizaciones inteligentes de esta Galaxia, en los que se han llevado a cabo intervenciones, esto es, que otras han actuado allí. Nos pidió que observáramos los diferentes rayos de colores que los sostenían, buscando ocho que se parecieran exactamente. Yo, mientras, estaba muy interesada en una de esas esferitas. Me acercaba y me veía reflejada en ella aunque sabía que no estaba allí corporalmente. Todo era mental. ¡Pero se veía tan gracioso! No me di cuenta y, sin quererlo, interpuse mi mano en el rayo de luz que la sostenía, y como la mente actúa creando situaciones como si el cuerpo estuviera con nosotros, la bola se cayó al suelo y comenzó a rodar, y yo detrás de ella persiguiéndola. Como iba rodando iba pasando por debajo de varias otras que se iban cayendo a su vez, hasta que finalmente se cayó la mayoría. ¡Fue un desastre!... Felizmente eran tan pesadas que no se rompió ninguna pero se armó un revoltijo tremendo. Al final sólo se escucharon dos voces: -¡Niñaaa…! – gritó el Maestro…… - ¡Upsss… lo siento!- dije yo. Fuimos rápidamente desalojados de allí, declarando, al parecer, zona como catastrófica, y nos llevaron a un hermoso parque con cascadas de agua, lleno de flores y mariposas y extraños pajaritos, todo el lugar estaba techado por una cúpula gigantesca de cristal. Ahí nos pidieron que nos sentáramos en la grada porque nos iban a hablar. Yo me puse a husmear un ratito entre los arbolitos y plantitas para averiguar si se movían o no como Floty. Pero mentalmente capté una llamada de atención que me hizo sentir como una estirada de orejas, y como no quería llegar a parecerme a Inana, me volví y me senté de inmediato. Aparecieron en ese momento otros tres ancianitos. Dos eran mujeres, y uno varón, acompañados de varis personas parecidas a Ángel en tamaño y apariencia, aunque uno de ellos era de raza negra. Todos ellos estaban vestidos con trajes de diversos colores claros y muy brillantes muy bonitos. Los viejitos, vestidos con túnicas blancas, parecían ser personas muy amorosas. Ellos nos saludaron a todos los niños y nos explicaron que mucha gente ha sido rescatada de la TIERRA de lugares donde se abren de forma natural puertas a otras dimensiones. Son como remolinos de energía, lugares de donde suelen desaparecer barcos y aviones. En el momento que eso ocurre las naves extraterrestres, como salvavidas en una playa, aparecen, los toman consigo y se los llevan con ellos a lugares como este donde nos encontrábamos, y los preparan para regresarlos algún día con una mayor preparación para que con el tiempo se infiltren en medio de la sociedad y puedan ascender a puestos de gobierno o medios de comunicación para ayudar a que las cosas cambien en la tierra, procurando que la información de todo lo que se ha venido ocultando llegue a la gente. También nos dijeron que nosotros somos un grupo entre varios grupos de personas llamadas a guiar y orientar a otras enseñándoles a despertar la magia interior, aquella capaz de transformarlo todo, y asegurar, así, el tránsito hacia la reconexión con el Real Tiempo del Universo. En ese momento nos pidieron que nos paráramos en círculo, que giráramos todos mirando hacia afuera, dando la espalda al círculo y que colocáramos nuestras manos con las palmas hacia arriba, los brazos flexionados y los codos pegados a los costados. Instantáneamente vimos descender algo parecido a la nieve por encima de todos nosotros, formándose a continuación unas bolitas blancas en nuestras manos. Parecían bolas de helado, y, primero, se sentían frías pero, luego, se fueron transformando en unas pirámides de cristal, una en cada palma. Se sentía su peso, con una ligera sensación de frio que iba cambiando a calor. Podía también observar las de mis compañeros y compañeras. Y los viejitos y las otras personas nos pidieron que cruzáramos los brazos y las manos, integrando ambos cristales en el pecho. Yo los acerque y sentí que entraban en mi interior se movían juntándose hasta formar una estrella. En ese momento sentí y percibí una luz azul muy hermosa que salía de mi pecho , acompañada de una sensación de presión. Se nos dijo entonces que como habíamos recibido los Cristales de Cesio--- pirámides que distribuyen la energía violeta en nuestro cuerpo--- podíamos acceder ya a dos nuevos secretos, y nos pidieron que estuviéramos atentos. Avanzaron los Ancianitas y cada una dio a conocer uno: Todo cuanto ocurre en el universo se refleja en el interior de cada uno. Si llegamos a conocernos nosotros mismos sabremos cómo funciona el universo y cómo lo podemos afectar. Él siguiente secreto que aportó la otra Ancianita fue: - La palabra tiene poder, por ello, uno concreta lo que decreta… Así que hay que tener mucho cuidado con lo que se dice. De pronto la luz de mi pecho se encendió cubriéndonos por completo y ya no recuerdo más papi y mami. Cuando desperté ya estaba aquí… .. ( Del libro TANIS Y LA ESFERA DORADA,, SIXTO PAZ WELLS,,,,,,Continurá… www.artealexgarcia.co.nr