viernes, 26 de agosto de 2011

El Proyecto Inca y la Protección del Disco Solar

Hablar de la reconexión de los tiempos, es hablar también del Gran Disco Solar, que como mencionamos, fue construido por la Hermandad Blanca del espacio que llegó hace miles de años al desierto de Gobi.

Aquellos 32 Maestros Cósmicos, actualmente se encuentran en animación suspendida, estando sus cuerpos “dormidos” y sus esencias en un estado “permanente” de astralidad, con la intención de equilibrar la pugna de fuerzas en nuestro planeta. Ellos, aun permanecen en su gran nave triangular bajo las arenas silentes del desierto de Gobi.

Para darle continuidad física a su misión en la Tierra, aquellos mentores entregarán a los sacerdotes sobrevivientes de Atlántida la posta para resguardar el conocimiento. Ello significaba también confiarles el resguardo del Disco Dorado que construyeron, y que constituye una suerte de “llave interdimensional”.

Así, el Disco Solar será colocado en un templo subterráneo cerca al actual lago Titicaca, en Bolivia.

Ciudad Eterna o la Legendaria Wiñaymarca

Este lugar era llamado “Ciudad Eterna”, la antigua Wiñaymarca del gran Huyustus, el primer Gran Maestre de los sacerdotes salvados de las aguas.

Ciudad Eterna se mantuvo activa por miles de años; su maravillosa arquitectura se erguía desde las galerías intraterrenas hasta sobrepasar la helada superficie andina, mostrando sus colosales paredes y sus finos grabados en la roca. Este centro espiritual, la legendaria Wiñaymarca, que otrora fue resplandeciente en las cercanías del lago sagrado, cobijó una estirpe de sabios, herederos de un conocimiento antiguo y de una noble responsabilidad; así era Ciudad Eterna, cuyo único testimonio se ampara en las leyendas y en las ciclópeas ruinas de Tiahuanaco.

En este lugar se habría desarrollado una alta civilización de gigantes, así como lo describe Pedro Cieza de León en el año 1550, al decir que fue edificada antes del diluvio, en una sola noche y por “gigantes desconocidos”. El padre Bernabé Cobo, también hace referencia a gigantes en sus crónicas. Según su relato, un tal Juan de Vargas halló entre las ruinas los restos de unos de estos gigantes…

El significado etimológico de la palabra Tiahuanaco es: tio en aymará quiere decir dios; ti-huan, se traduciría de dios; y aKa significa esto. Entonces Tiahuanaco es igual a decir esto es de dios, un nombre que por sí solo revela para qué fue utilizada esta legendaria ciudad: como un templo sagrado.

No obstante, su conformación pacífica e inofensiva la transformaría en un blanco sencillo para los aguerridos pueblos que habían surgido como ocurrió también con otros proyectos de Civilización, entre ellos el Sumerio y el Olmeca, previo a la aparición de los Mayas .

Ante la amenaza, los Maestros pusieron a salvo el Disco Solar, y sellaron la entrada del templo subterráneo que lo albergaba. Los invasores nunca encontrarían el recinto secreto, aunque dieron muerte a varios sacerdotes de la ciudad.

Uno de los descendientes directos de Huyustus se dirigió hacia una isla del gran lago sagrado, conociendo de antemano en qué lugar la actual isla del Sol en Bolivia se encontraba un antiguo túnel que le ayudaría a escapar del peligro. Este hombre, hábil e inteligente, sería conocido más tarde como Manco Cápac o Ayar Manco.

Según nuestras observaciones, en la isla se encuentran numerosos túneles, que lamentablemente han sido tapados y enterrados por la superstición de la época feudal boliviana, tal como ha ocurrido también en Perú y Ecuador. Empero, luego de diversas indagaciones, encontramos una de las posibles entradas -tapada también por cierto- al túnel que se afirma conecta con la Isla de la Luna y, por si esto fuera poco, con Cusco en el Perú.

Cualquiera que ve esto, no podría evitar pensar que Manco Capac y sus hermanos, viajaron al Cusco bajo tierra, salieron por las cavernas de Pacaritambo, y luego caminaron hasta encontrar el lugar definitivo: el Cerro Huanacaure, desde donde se iniciaría el Imperio Inca.

Pero ante esto, en el resguardo, Manco Cápac comprobó que muchos hombres se hallaban en estado de barbarie, y lejos de sentir rechazo hacia ellos, se apiadó del ritmo tan violento que llevaban. Fue así, que guiado por una fuerza superior, decidió ayudar a aquellos pueblos, para que estos conocieran la Luz de la civilización. La Confederación Galáctica aprobaba sus intenciones y le otorgó el apoyo necesario para iniciar lo que se denominaría Proyecto-Inca.

Cabe mencionar que Manco Cápac no estaba solo. Ayudado por su hermana de sangre, quien es mencionada en las leyendas andinas como Mama Ocllo, iniciaron este proyecto de instrucción y ejemplo.

Los Hijos del Sol
Manco Cápac y Mama Ocllo, según la leyenda, bajo las órdenes del Astro Solar, emergieron del lago Titicaca para cumplir con su intención de ser la guía y orientación de los pueblos que vivían en estado de barbarie.

Estos enigmáticos personajes poseían un bastón de oro, y donde se detenían, lo clavaban en la tierra. En un determinado punto, el bastón se hundió totalmente: se había encontrado el lugar propicio para iniciar el desarrollo de una de las culturas más importantes del mundo. Así se habría iniciado el Imperio del Tawantinsuyo (Tawa significa cuatro, y Suyo, región).

Debemos mencionar que Manco Cápac y Mama Ocllo, ya desde niños, habían sido preparados previamente por los mensajeros celestes, fuera de la Tierra. Por tanto la misión que ellos tenían de sembrar las bases de una avanzada civilización en Sudamérica era parte de un proyecto que procuraba la activación del legado de la Hermandad Blanca y la futura protección del Disco Solar. Los Incas, tendrían esta misión suprema: proteger la sagrada herramienta que une los tiempos.

La relación de todo esto con el mundo subterráneo es importante.

Por ejemplo, existe otra leyenda sobre el origen de los incas en donde se habla que cuatro hermanos y sus mujeres salieron de una caverna para fundar el Imperio del Sol. Una vez más, el protagonista es Manco Cápac, quien finalmente cumple su misión. Sea como fuese, ambos relatos nos colocan ante un inicio marcado por particulares características que le van a dar vida a esta sabia civilización.

El Imperio Inca, fue un gran imperio que en líneas generales, se extendió desde el sur de Colombia a la parte central de Chile y desde los Andes hasta la costa. El lugar escogido para sembrar las bases de una nueva civilización fue el Qosqo (Cusco), punto magnético que reunía las condiciones para servir de escenario a esta elevada cultura. Los primeros tiempos de lo que podríamos llamar la “segunda dinastía Inca”, la primera corresponde a Tiahuanaco transcurrieron con suma felicidad, paz y abundancia.

Los incas desarrollaron una economía basada en una intensiva construcción de hileras de terrazas en las montañas, en las que consiguieron una maestría en el arte hidráulico y de irrigación de las aguas. Su civilización se congregó tanto en centros urbanos como en redes de caminos. Tuvieron una administración eficiente y manejaron con destreza las artes así como el refinamiento de metales trabajados; su arquitectura eficaz y sobria, contrastaba con una artesanía muy singular en las telas y de exquisito gusto en su acabado. También, una extraordinaria mano de obra en la alfarería complementó las diversas artes en que se expresaron.

En un ligero pero muy bien dotado repaso a la religión incaica, podríamos decir que fue en un principio “sencilla”. Sólo adoraban a Viracocha a quien ellos denominaban dios creador y unos pocos más como: Inti, Mama Quilla, Pacha Mama y Pachacamac.

Viracocha, también llamado Illa Viracocha Pachayachachi, era considerado como el esplendor originario o El Señor, Maestro del Mundo. En realidad fue la primera divinidad de los antiguos Tiahuanacos, que provenían de Titicaca. Creó el cielo y la tierra, y la primera generación de gigantes que vivían en esta zona… El culto al dios creador suponía un concepto de lo abstracto y de lo intelectual, y estaba destinado sólo a la nobleza. Viracocha al igual que otros dioses, fue un dios nómada (!) y tenía un compañero alado, el Pájaro Inti, una especie de pájaro mago, gran sabedor de maravillosas cosas e incluso de los acontecimientos futuros.

Ya en 1977, la arqueóloga María Scholten de dEbneth, sacudió los cimientos de la academia al publicar por primera vez sus investigaciones sobre “La Ruta de Viracocha”. En dicho estudio, la señora Scholten demostró que diversos puntos arqueológicos de Bolivia, Perú y Ecuador -lugares que las leyendas marcan como “zonas de paso” del dios instructor Tecsi Viracocha- estaban magistralmente alineados con el uso de la geometría, poniendo así sobre el tapete los verdaderos conocimientos científicos de las antiguas culturas andinas. Esto resulta particularmente inquietante ya que lo primero que uno se pregunta es: ¿Entonces quién fue realmente Viracocha? Uno de los Instructores celestes.

De Manco Cápac a Atahualpa: De la Luz a la Oscuridad
No pasaría mucho tiempo para que Manco Cápac revelara la existencia del Disco Solar; así, antes de su muerte, le confió a Sinchi Roca, su sucesor, la entrada secreta al recinto subterráneo que se hallaba a orillas del lago Titicaca, conocido antiguamente como Mamacota o Puquinacoha (lugar de origen). El Disco fue hallado y de inmediato fue trasladado al Koricancha de Cusco, el templo de oro dedicado al astro solar.

Lamentablemente la sangre guerrera de los incas empezaría a surgir. Guiados por Sinchi Roca curiosamente Sinchi significa “guerrero”; “demasiado fuerte”, “amargo” llevaron a cabo un plan que procuraba expandir el imperio más allá de los límites conocidos. Así comienzan a transcurrir los primeros años de esta “segunda dinastía inca” en donde pasaron por gobiernos pacíficos como el del estadista y contador Lloque Yupanqui, al poderoso y conquistador de Cápac Yupanqui, quien extendió los límites de sus reinos más allá de las tierras conocidas.

Entre guerras externas e internas transcurriría gran parte de los períodos entre el séptimo Inca, Yahuar Huaca y el noveno, Pachacutec, quien también sería recordado como el mayor de los constructores no sólo de los grandes e imponentes templos, sino también, del planeamiento urbano y estratégico de defensa de sus ciudades.

Pero la cuenta regresiva del final no se hizo esperar y comenzaba a marcarse con la llegada del décimo primer Inca, Huayna Cápac. La Gran Hermandad Blanca en su retiro en la selva de Madre de Dios, al oriente del Imperio, no era ajena a los acontecimientos que estaban a punto de suceder.

Fuente: www.misionrahma.com