sábado, 6 de agosto de 2011

Vuestra incapacidad o vuestra mala disposición para perdonar a vuestros semejantes es la medida de vuestra inmadurez, de vuestro fracaso en alcanzar el nivel adulto de compasión, de comprensión y de amor.

Libro de Urantia.


Nuestra incapacidad de perdonar es falta de madurez, porque nuestro orgullo nos hace creernos superiores a los demás y con el derecho a juzgar y a condenar, olvidamos las palabras de Jesús frente a los que deseaban apedrear a la mujer adúltera: "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra" Siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. “Jesús tenía un firme sentido de la justicia, pero era una justicia siempre atemperada por la misericordia. No enseñó a sus apóstoles que se dejaran dominar por los parásitos sociales, ni por los buscadores profesionales de limosnas, pero si les aconsejó: No juzguéis, para que no seáis juzgados” 1580.

La crítica es una forma encubierta de no perdonar las debilidades ajenas, por eso cuando estemos demasiados enojados por lo que nos han hecho, preguntémonos ¿yo nunca he cometido ninguna falta? Si somos sinceros, nos daremos cuenta que nuestro errores pueden haber sido mayores que los que ahora nos cuesta perdonar, porque el error está dentro de la naturaleza humana, porque "el pecado no es hijo de una naturaleza defectuosa, sino más bien el descendiente de una mente conocedora dominada por una voluntad no sumisa. Sobre el pecado, Jesús enseñó que Dios ha perdonado; que nosotros podemos disponer personalmente de ese perdón mediante el acto de perdonar a nuestros semejantes. Cuando perdonas a tu hermano en la carne, creas de esa manera en tu alma la capacidad para recibir la realidad del perdón de Dios por tus errores.1861"

“El Padre en el cielo ama a sus hijos, por eso debéis vosotros aprender a amaros unos a otros. El Padre en el cielo os perdona vuestros pecados, por lo tanto debéis aprender a perdonaros los unos a los otros. Si tu hermano peca contra ti, ve y háblale con tacto y paciencia y muéstrale su error. Haz todo esto a solas con él. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si él no te escucha y persiste en el error, ve nuevamente y háblale en presencia de uno o dos amigos comunes, para que haya constancia que confirme tu testimonio que has tratado con justicia y misericordia a tu hermano ofensor. Si tampoco escucha él a vuestros hermanos, podrás relatar el hecho a la congregación y si se niega a escuchar a la hermandad, deja que el grupo decida una acción justa y que este miembro rebelde se vuelva paria del reino” 1763. Como podemos ver, perdonar no significa negar lo que está mal, sino el saber tratar con empatía y dulzura a quien comete el error, con lo cual a la vez nos liberamos a nosotros mismos del tremendo fardo de la intransigencia y el rencor.

“Jesús enseñó los peligros e ilustró la injusticia de presumir juzgar a los semejantes. La disciplina debe ser mantenida, la justicia debe ser administrada, pero en todos los asuntos, debe prevalecer la sabiduría de la hermandad. Jesús impartió la autoridad legislativa y judicial del grupo, no la del individuo. Aun esta autoridad del grupo no debe ser ejercida como autoridad personal. Siempre existe el peligro que la decisión de un individuo sea distorsionada por el prejuicio o la pasión. El juicio del grupo puede prevenir más fácilmente los peligros y eliminar las injusticias de la opinión personal. Jesús trató siempre de minimizar los elementos de la injusticia, la venganza y la represalia” 1764 . “No dejó nunca de advertir a sus discípulos contra la práctica malvada de la represalia, no permitía la venganza, ni la idea de desquitarse. Deploraba el rencor y desaprobaba todo concepto de venganza privada y personal, prefería asignar estos asuntos al gobierno civil por un parte, y al juicio de Dios por la otra. Sus enseñanzas se referían al individuo y no al estado” 1580.

“La justicia natural es una teoría elaborada por el hombre, no es una realidad. En la naturaleza, la justicia es puramente teórica, totalmente ficticia. La naturaleza no ofrece más que una clase de justicia y es la conformidad inevitable de los resultados a las causas. La justicia como la concibió el hombre, significa revindicar los derechos y por tanto es cuestión de evolución progresiva”794. “La justicia en un universo dominado por la misericordia puede ser lenta, pero es certera”616.

"El perdón de Dios, se hace realmente disponible y el hombre lo experimenta personalmente, sólo en la medida en que él mismo perdona a sus semejantes y el hombre, no puede en verdad perdonar a sus semejantes si no es capaz de amarse a sí mismo, porque el amar al prójimo como a ti mismo es la ética más elevada. La conducta moral, la verdadera rectitud, se torna entonces el resultado natural de dicho amor” 1862.

“Jesús resumió sus enseñanzas diciendo: “amad a vuestros enemigos, recordad las exigencias morales de la hermandad humana. La futilidad del mal, el agravio, no se corrige con la venganza. No cometáis el error de combatir el mal con sus propias armas. Tened fe y confianza en el triunfo final de la justicia divina y de la bondad eterna” 1580, “Si deseas verdaderamente sobreponerte a la costumbre de criticar a un amigo, la forma más rápida y segura de alcanzar este cambio de actitud consiste en establecer el hábito de orar por cada día por esa persona” 998. De esta forma se encuentra la paz interior y se esfuma el rencor que es un verdadero veneno para quienes lo albergan, porque evitan que el amor y la felicidad sean nuestros aliados en nuestro caminar por la vida como personas adultas y maduras que saben lo que en verdad quieren para adquirir la sobrevivencia eterna.

yolanda silva solano