Confirman que la energía oscura existe.
La energía oscura, una fuerza misteriosa propuesta desde el ámbito teórico como la causa de que la expansión del universo se esté acelerando, existe, o por lo menos esa es la conclusión a la que ha llegado un equipo de astrónomos de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido y la Universidad Ludwig-Maximilian en Múnich, Alemania.
Después de una investigación de dos años dirigida por Tommaso Giannantonio y Robert Crittenden, el equipo de científicos ha determinado que las probabilidades de que la energía oscura exista son del 99,996 por ciento.
Esto sin embargo no ayuda a esclarecer qué es la energía oscura. La comunidad científica sigue sin tener idea de la naturaleza de esta misteriosa fuerza, aunque algunos teóricos creen que podría tratarse de la manifestación de la constante cosmológica de Einstein, que asigna energía al espacio, incluso cuando está libre de materia y radiación.
Se cree que hoy en día la materia normal constituye alrededor de un 4 por ciento del universo, la materia oscura un 23 por ciento, y la energía oscura aproximadamente el 73 por ciento restante.
La energía oscura actúa contra la gravedad, de un modo que, hasta cierto punto haría que se la pudiera describir como "antigravedad", y parece que comenzó a actuar de manera dominante en el cosmos hace unos 6.000 millones de años, cuando el universo tenía cerca de la mitad de la edad que tiene ahora. Hasta aquella época, el universo se había estado expandiendo a una velocidad cada vez menor, debido, esencialmente, al efecto de la atracción gravitatoria ejercida mutuamente por todas las concentraciones de materia existentes en él. Sin embargo, cuando la expansión del universo separó lo suficiente esas acumulaciones de materia, el universo experimentó un cambio fundamental en su naturaleza, y la energía oscura empezó a ejercer una influencia mayor que la de la gravedad. En aquel momento decisivo de ese enigmático pulso entre titanes, la expansión del universo comenzó a acelerarse.
A diferencia de la energía como la conocemos (y medimos), la energía oscura no parece actuar a través de ninguna de las fuerzas fundamentales de la naturaleza. No puede ser observada directamente, por ejemplo a través de la luz u otras manifestaciones de la fuerza electromagnética. Las evidencias de la energía oscura son indirectas.