domingo, 7 de octubre de 2012


From: Ricardo González
Subject: Richard comparte reflexión


Queridos amigos:
Como sabemos, los meses de agosto y septiembre han sido extraordinarios. Un momento marcadamente especial. Todos hemos sido parte de ese inmenso movimiento de energías y experiencias. Pero ahora nos corresponde comprender y reflexionar todo cuanto hemos vivido.
Ante la pregunta de cómo seguirá la misión de contacto en el futuro, creo que nadie está en calidad de responder al detalle semejante interrogante. La misión se mueve por sí misma. Se construye en la medida que vamos caminando. Si bien es cierto, se basa en objetivos concretos, en una “agenda”, la forma de llegar a esos objetivos puede sufrir cambios de todo tipo producto del proceso planetario que afrontamos. Por ello es difícil predecir con exactitud cómo seguirán las cosas.
Lo poco que comprendemos luego de estas maravillosas experiencias, es que el proceso continúa. Que el trabajo debe ser más comprometido y consciente. Y por ello todo será diferente a como lo vivimos antes. El escenario que han dibujado los Guías es sólo una aproximación (panorama que fue esbozado con datos concretos y experiencias verificables). Seremos nosotros, pues, los protagonistas de todo lo que viene.
Siento que nuestra comprensión sobre el contacto con ellos, nuestro lugar en la Tierra y la relación de nuestra historia con el Universo, adquirirá nuevos matices que nos permitirán “ver”.
Un ejemplo han sido las experiencias de contacto. Sé que en algún momento, cuando estemos listos colectivamente, podremos vivir acercamientos físicos en grupo, experiencias concertadas con quienes nos asisten en este programa de comunicación. En el encuentro físico de Mount Shasta comprendí mejor la dinámica de las experiencias, como por ejemplo la diferencia de los xendras de los encuentros materiales fuera de ámbitos interdimensionales. También cómo todas esas experiencias pasan por el filtro del testigo. Si escudriñamos con sentido común el relato de los diferentes contactos que se han vivido en esta misión, veremos que el lenguaje, las descripciones, y hasta los mensajes o enseñanzas recibidas, siguen el patrón previo de conocimientos del testigo.
Los Guías nos han venido hablando de acuerdo a nuestra capacidad de comprender, como si fuéramos niños.
Sin embargo, está llegando un momento de madurez en donde debemos afrontar esas experiencias con la mayor naturalidad y responsabilidad posibles. Y no hacer de ellas un “encuentro religioso”. En definitiva, no confundir a nuestros Guías con otra cosa. Sé que entenderán mi reflexión.
Nuestra relación con ellos es más estrecha. Por ello creo que debemos obrar con seguridad frente al contacto.
No deberíamos tener temor alguno en pedir avistamientos de respaldo, con hora exacta y ante testigos, cuando vamos a afrontar experiencias importantes. Los Guías lo saben, y por ello siempre estarán con nosotros si la invitación es genuina. Ellos jamás darían una experiencia para no decir nada, o transmitir un mensaje confuso que no aporta mayores alcances. Hay muchos mecanismos detrás de un contacto como para que estos seres no aprovechen la ocasión de hacernos “ver cosas “, algo que realmente justifique su exposición. Créanme que no es fácil para ellos.
Somos un grupo que desde hace varias décadas está en contacto con un grupo de extraterrestres. Seres que forman parte de civilizaciones muy avanzadas, y que, sin embargo, necesitan de nosotros.
No creo ser la persona más adecuada para hacer un análisis de la misión de contacto. Creo que Sixto y Charlie, que son las primeras piezas de este engranaje, tendrán una visión más completa. Pero estoy seguro de que ellos estarán de acuerdo conmigo en que todo está cambiando, en que se espera algo distinto de nosotros.
Entonces, viendo las cosas en perspectiva, adaptémonos a los tiempos que vienen. Hagamos las modificaciones necesarias. Revisemos nuestros puntos de vista. Tratemos de crecer.
Esto no depende de dos o tres personas. Depende de todos.
En 1991, se ratificó la disolución de la estructura Rama a los diecisiete años de haber sido iniciada. Hoy, 21 años después, seguimos utilizando un nombre, un símbolo, una estructura y hasta una doctrina de comportamiento. Sé en mi corazón que nuestro trabajo continuará intenso en el futuro. Los grupos, los viajes, las hermosas vivencias, el mensaje en nuestras vidas; pero, también sé, que no podemos seguir arrastrando algo viejo que nos pide una sincera transformación. Ese “fantasma” es el que en algún momento nos ha dividido, distanciado, o confundido.
Cuando he estado con los Guías no he sentido nada de eso. He sentido paz, orden, la "conexión" de todo. Somos nosotros, en nuestro cíclico aprendizaje humano, quienes enredamos las cosas. No lo hagamos más. Seamos simples y nuestro camino también lo será.
Por lo pronto, estudiemos y valoremos lo obtenido en los recientes viajes y experiencias. Tratemos de extraer de todo aquello una luz que nos impulse a todos.
Con amor en la luz,
Richard

Ricardo González
www.legadocosmico.com