viernes, 19 de marzo de 2010
MI INFORME, PLAYA NAYLAMP, CHICLAYO
MI INFORME, PLAYA NAYLAMP, CHICLAYO
alonso vela calderon
Chiclayo, 19-Marzo-2010.
Misión Rahma.
Queridos hermanos en misión:
La presente es para compartir con todos Uds. hermanos, mi experiencia durante una “salida al campo” que el grupo de Chiclayo hicimos en la playa Naylamp, al norte de la caleta San José, ubicada a pocos kilómetros de nuestra querida Chiclayo, “Capital de la Amistad”, salida que hicimos en el mes de enero, después de las conferencias que dictaron los hermanos rahmas visitantes: Alonso Vela, antena arequipeño que mantiene contacto con el maestro Abudamir, y Libio Silva, coordinador de Grupos de Uruguay. En esta salida estuvimos un total de 25 hermanos rahmas de Lima, Trujillo y Chiclayo.
Después de más de mes y medio, en que he reflexionado en la ocurrencia, he meditado en su contenido, he ido recordando mayores detalles y aclarando algunos ya recordados, creo que no debo retrasar más el compartir totalmente está, para mi, extraordinaria y profunda experiencia.
Para aquella noche del sábado 23 de enero, Alonso, el hermano arequipeño, ya había recibido 2 comunicaciones de los Guías pero, aunque dio a conocer el hecho, no quiso hacer lo mismo con el contenido de los mensajes, según dijo hasta tener la confirmación de que no se trataba de mentalismos.
Poco antes de las 9:30 p.m., cuando todos nos hallábamos reunidos en círculo para nuestras prácticas y habiendo terminado una gran armonización, pudimos ver el acercamiento de una luz, como si de una estrella de gran tamaño se tratara, viniendo de este a oeste, hasta estacionarse a cierta distancia y altura del campamente, en una posición de unos 60 grados visto desde nuestro grupo con respecto al horizonte y hacia el este de nuestra posición. En ese instante la nave ya se notaba como una estructura circular totalmente iluminada y fue ahí que lanzó un tremendo chorro de luz, como si se tratara de un poderoso reflector que iluminó todo el campamento. La luz se mantuvo por unos cuantos segundos, siendo tan intensa que tuve que entrecerrar los ojos para poder verla directamente. A continuación y luego de apagarse dicha potentísima luz, la nave reinicio su trayectoria en dirección norte a alta velocidad hasta desaparecer.
Todo había pasado en el más profundo silencio por parte del VED. Los únicos sonidos que se escuchaban eran las voces sorprendidas, pero entusiastas y llenas de alegría de los asistentes al evento. La presencia de la nave, desde que fue avistada por el primero de nosotros, hasta que desapareció en la lejanía, duró poco menos de un minuto, pero en ese poco tiempo fue increíblemente contundente.
Este clarísimo avistamiento fue una de las confirmaciones que Alonso estaba esperando. La presencia del VED había sido anunciada por los guías en una comunicación, recibida por él unas dos horas antes de que ocurriera el hecho con precisa exactitud.
Fue aquí que Alonso me preguntó si yo podía dirigir una visita guiada hacia los Retiros Interiores de la Hermandad Blanca, a un encuentro con los Ancianos del nuestro Gobierno Interno Positivo, aquellos Sabios Señores que con majestuosa humildad guían los destinos de nuestro mundo, para lograr la positiva evolución de nuestra humanidad, enfrentando la eterna lucha con las tenebrosas fuerzas oscuras que intentan extinguirnos.
Al responder yo afirmativamente, me dispuse a guiar aquel viaje mental. Después de retomar el estado de relajación y armonización logrado en el trabajo anterior, comenzamos recitando “La Gran Invocación” y pedí a todos que adoptaran la posición de cúbito dorsal, echados sobre la espalda. Fui dirigiendo la proyección de todos hacia un Santuario Interno, en el cual los dejé en completo silencio ante una sala en la cual esperarían la presencia de uno de los Ancianos de la Gran Hermandad, sugiriéndoles que prestaran mucha atención a la experiencia que tuvieran, tratando de guardarla en su memoria consciente para después compartir el mensaje con los demás, si así lo consideraban apropiado.
Bien sabemos que normalmente quien guía un trabajo de esta índole, por tener que prestar atención a los demás, difícilmente llega a tener una experiencia contundente, pero en esta oportunidad fue todo lo contrario conmigo.
Después de dejar a todos en completo silencio, quedando yo también en el mismo estado pero de pie, me concentré en mi propia visita a la Gran Hermandad. Estando en la gran sala, a la espera de la manifestación de uno de los grandes maestros de la Hermandad y pensando solitariamente en la presencia de mi “maestro interno”, a quien desde hace años, durante mis armonizaciones y meditaciones, solo percibo como una gran luz, cegadora en su intensidad pero más allá de cualquier forma definida; estando en esta situación repito, se proyectó ante mi una luz muy intensa, pero concentrada en un determinado sitio y adoptando rápidamente la forma de una silueta humana. A continuación está fue adquiriendo trazos muy definidos, hasta convertirse en un completo ser humano, vestido con una larga túnica blanquísima, de mangas largas y ceñida a la cintura con fajín de la misma tela y del mismo color, anudado sobre el lado izquierdo de cuerpo. El rostro viril de bellas facciones poseía bigotes y una barba partida, no muy larga pero bien cuidada y de color castaño no muy oscuro, enmarcado en una larga cabellera, ligeramente ondulada y del mismo color, que le llegaba a los hombros. Tanto el rostro como el resto del cuerpo irradiaban un resplandor que iluminaba todo el lugar. La expresión que mostraba aquella cara era tan llena de dulzura, que me transmitía e inspiraba en mí un profundo sentimiento de amor, paz-ciencia y tolerancia a todo, pero a la vez una majestuosa autoridad que no puedo describir en palabras. Todas estas sensaciones tenían una profundísima intensidad, como nunca jamás yo había sentido antes.
El culmen de toda esto que yo estaba sintiendo ocurrió cuando sentí reconocer al Maestro que estaba frente a mi. No pude contener las lágrimas y sentía que mi corazón iba a hacer estallar mi pecho. Mas aun cuando Él, mostrando una tenue sonrisa, con dulce acento pero profunda voz me dijo:
- Soy yo, Sananda. No te has equivocado Amer-am.
Desde ese momento fue como si el habla abandonara mi lengua y sentí que mis piernas flaqueaban. Me sentí indigno de la presencia de mi Señor. Al ver a mi maestro ante mi pensé en lo inmerecido que era yo de tanto honor. Quería salir de ahí, abrumado ante la excelsa majestuosidad de Él manifestándose ante mi extrema y humilde pequeñez. Mi alma no podía con la realidad que estaba viviendo. Se me hacía tremendamente difícil experimentar la visión del Mayor de los Mayores ante mí, de poder ver a Jesús, el Cristo, cara a cara.
Él sonriéndome extendió sus brazos hacia mi persona, me tomó por ambos hombros, como queriéndome sostener y sacudir a la vez, luego deslizó sus manos a lo largo de mis brazos y tomando con ellas las mías a modo de saludo, volvió a hablarme diciendo:
- Cuanto tiempo te he esperado Amer-am. Seguimos esperando a que todos despierten finalmente por que ya el tiempo se ha cumplido. Este es el tiempo en que el tiempo es ahora. Diles a todos que ya casi no queda más tiempo para esperar. Es el momento en que recordarán definiéndose. Como muchos de tus hermanos rahmas, perteneces a la Hermandad Blanca y parecía que lo habías olvidado.
La gran misión no puede esperar más el retraso en el cumplimiento de vuestras misiones personales dentro de ella. Tus hermanos y hermanas cumplirán con el compromiso asumido desde mucho atrás y para el cual han sido preparados, o ya no serán mas en esta humanidad. Muchos cumplirán, muchos otros se quedarán en el corto camino que falta por recorrer a la madre que está a punto de dar a luz a sus nuevos hijos. Libérense de todas la cadenas que aprisionan vuestra mente y vuestro corazón, sobre todo de aquellas que han mantenido en la oscuridad de la ignorancia a la humanidad.
Las fuerzas de las tinieblas saben que no tienen posibilidades de destruir el plan divino, pero están tan obnubiladas en su actitud de rebeldía, que seguirán intentando evitar su cumplimiento y ahora que el tiempo se cumple usarán de todo el mando y poder que tienen en este mundo para intentar destruir a la naciente nueva humanidad. Deben mantenerse muy alertas, pues los ejércitos tenebrosos usarán de todos los medios a su alcance para confundirlos; hasta vuestras familias y amistades serán empleados con esa finalidad, sin que ellos sean consientes de ese hecho. Muchos de estos hermanos muy cercanos a Uds. creerán que les estarán haciendo un bien, sin percatarse del real acto que cumplen.
Por esto es que ahora más que nunca, -continuó Jesús- deberán esforzarse en fomentar en Uds. el pleno desarrollo de la paciencia y la tolerancia. Si no lo habían percibido hasta ahora, es tiempo que tomen conciencia que todo se trata de hacer brotar desde vuestros corazones, aquel amor incondicional hacia todas las criaturas, sin distingo alguno. Uds. son depositarios del Amor Crístico que yo mostré y por el cual fui crucificado. Y están llamados a hacer fructificar esa semilla de cristificación en vuestras vidas, como verdaderos discípulos míos. Mas aun con la preparación y el compromiso que como rahmas asumieron en el pasado, con miras a este tiempo que ya ha llegado.
Es el momento en que el verdadero aspecto femenino de la gran madre tierra llega a su máxima expresión y todos Uds. deben captar esa explosión de energía que ahora se manifiesta en el planeta. Permitan que el gran rayo de la luz rosada, el rayo del amor incondicional llene vuestros seres. Permitan que el amor llevado al máximo nivel del sacrificio por el perdón, se manifieste en Uds. Solamente así mostrarán ante todo el universo que son soldados de la luz eterna y verdaderos hijos del Padre, hermanos y discípulos míos.
Tomen conciencia de la luz de la verdad y el conocimiento, siendo libres de toda atadura, aun de aquellas que por tradición han recibido de vuestros padres y antepasados. Recuerden que la fuerza de la tradición ha pesado mucho en la vida humana y no siempre ha estado basada en la verdad; por el contrario muchas de vuestras tradiciones están fundadas en el error y la superstición a que fue sometida la humanidad de la tierra desde tiempos lejanos. Busquen en lo profundo de vosotros y podrán ver claramente.
Uds. están llamados también, a mantener el equilibrio perfecto para servir de verdadera ayuda a vuestros hermanos desesperados ante la avalancha de eventos traumáticos que les está tocando vivir a muchos. Vuestro conocimiento del verdadero motivo de estos hechos; de todo lo necesario para mantenerse ecuánimes, pacíficos y tolerantes; del verdadero sentido de la ley del karma, la ley de causa y efecto; vuestro conocimiento del verdadero amor y humildad, será el gran alivio a los dolores de muchos. Vuestro conocimiento de la verdad ocultada a la humanidad por milenios, ayudará a muchísimos a comenzar a romper las cadenas que los mantienen esclavizados por la oscuridad. El conocimiento y la fe de vuestro espíritu llevarán la esperanza verdadera a muchos más.
Mediten continuamente. Esfuércense al máximo para imponerse solamente a vosotros mismos. Dominen la bestia que todos llevan dentro y hagan brillar al verdadero Hijo de Dios que lucha en vuestro interior por salir a la luz.
Y recuerden que la victoria está en la preparación y lucha permanente del guerrero. Ahora ve que los hermanos esperan. Medita todo esto y luego dalo a conocer a todos.
Vete en paz y que la luz del Padre -dijo finalmente Sananda- te llene totalmente Amer-am, junto a todos tus hermanos en Misión.
Solo atiné a agradecer al Maestro, nuestro Hermano Mayor, El Mayor de los Mayores, como yo lo he llamado siempre y comencé a alejarme de él rumbo a la puerta del gran salón. Él levantó su mano derecha como en señal de despedida y bendición.
Retorné a mi mismo, tome conciencia de mi situación nuevamente y comencé a guiar a todo el grupo en su retorno y cierre del trabajo iniciado.
Cuando ya todos los hermanos habían retomado su estado de plena conciencia y muchos de ellos comenzaron a narrar sus experiencias, nos encontramos con que la gran mayoría había tenido experiencias semejantes a la mía, pero con diferentes maestros, y que aunque algunos no recordaban nada, extrañamente ninguno quedó inconsciente y todos volvieron a su estado normal siguiendo mis instrucciones al pie de la letra.
Les di a conocer que la visita al santuario, desde el momento en que nos quedamos en silencio hasta el retorno, solamente había demorado 10 escasos minutos, cronometrados en mi reloj. Esto fue una real sorpresa para todos, pues teníamos la sensación de haber estado en dicho viaje no menos de 20 a 30 minutos. Algunos de los hermanos pensaban haber estado mucho más tiempo en esta experiencia.
Al llegarme el turno les hablé de mi encuentro con Sananda, Jesús, y su mensaje, pero en términos muy generales sin entrar en demasiados detalles. Algunos de estos han ido aflorando a mi memoria consiente poco a poco, a lo largo de mis introspecciones en estas semanas que han pasado desde aquella noche. En ese momento no quería decir más de lo debido y tenía mucho en que reflexionar antes de transmitir el mensaje.
Después de esos sucesos y cuando pensé que tomaríamos un descanso en las actividades, Alonso y Libio dieron a conocer las comunicaciones recibidas con anterioridad y que justamente pedían trabajar con el rayo de la luz rosada, haciendo florecer el amor desinteresado en nuestros corazones e irradiando todo con dicha luz, incluso al planeta entero. Las comunicaciones de los Guías hablaban de más asuntos que no vienen al caso en estos momentos, entre ellos estaba el anuncio de la presencia de la nave encima del campamento a la hora exacta en que lo hizo.
En el deseo de estar cumpliendo con el pedido que me hizo el Maestro Jesús, el Mayor de los Mayores, en aquel encuentro para mi memorable y con la esperanza ser fiel al mensaje que Él me dio, me despido de Uds., pidiendo al Profundo que los mantenga siempre llenos con la luz de la sabiduría y la salud.
Vuestro hermano en Misión:
Rodo (Amer-am).