martes, 2 de marzo de 2010
MISION RAHMA - LA NAVE DE LUZ
“LA NAVE DE LUZ "
Sixto Paz Wells
“¿Qué tan lejos puede llegar un ser humano en la vida?
Tan lejos como su imaginación, creatividad y voluntad se lo permitan.
¿Y si quisiera proyectarse más allá de ésta vida? ... Ver más
Dependería entonces de su capacidad de volar.
Pero, ¿es que acaso un hombre puede volar?
Te elevas por encima de la condición humana cuando amas,
Entonces vuelas…”
Este ejercicio consiste en crear mentalmente dos pirámides de luz violeta, a manera de dos grandes cristales piramidales de base triangular, que nos habrán de envolver, conformando primero una estructura romboidal, para luego integrarse en una estrella de múltiples puntas, que a su vez se transformará en una nave de luz que nos conducirá hacia el umbral del Real Tiempo del Universo.
Nos ponemos de pie con los talones juntos, y ubicamos los brazos por encima de la cabeza. Dejamos que los párpados se cierren por sí solos, y tomamos a continuación una respiración lenta y profunda. Retenemos, y al exhalar visualizamos como desciende del cosmos una energía maravillosa de luz violeta, procedente del Sol Central de la Galaxia. Es la energía de la transmutación, del cambio, de la mística y de la fe. Esa energía desciende a través de nuestros dedos, manos y brazos, al igual que por nuestra coronilla, y va envolviendo la parte superior de nuestro cuerpo.
Tomamos una segunda inhalación…Retenemos, y al exhalar visualizamos como esa energía de luz violeta que desciende sobre nosotros va adquiriendo la forma de una pirámide de luz violeta; una pirámide de base triangular que va cubriendo la parte superior de nuestro cuerpo, quedando su base a la altura de nuestra cintura.
Inhalamos por tercera vez…Retenemos…Y al exhalar va a quedar consolidada esta pirámide de luz violeta que contiene la parte superior de nuestro cuerpo. A continuación vamos relajando los brazos en arco, ubicándolos hacia abajo, dejándolos sueltos a los lados del cuerpo.
A continuación vamos tomando tres nuevas inhalaciones lentas y profundas. Inhalamos…Retenemos…Y al exhalar visualizamos, cómo de la tierra misma va brotando la energía de la luz violeta. Es toda la energía que la Madre Tierra ha recibido del Sol Central, y que ahora la comparte con nosotros. Esa energía va subiendo por nuestros pies y nuestras piernas, envolviendo la parte inferior de nuestro cuerpo.
Tomamos una nueva inhalación…Retenemos…Y al exhalar visualizamos que la energía de la luz violeta va brotando de la tierra en forma de una pirámide invertida, con la base hacia arriba y la punta hacia abajo, cubriendo la parte inferior de nuestro cuerpo.
Inhalamos por tercera vez…Retenemos…Y exhalamos consolidando ésta pirámide invertida de base triangular de luz violeta, que se va uniendo por su base con la pirámide anterior, de tal manera que vamos quedando nosotros dentro de una estructura romboidal.
Ahora ponemos nuestras manos a la altura del plexo solar, ligeramente por encima del ombligo con los dedos formando un triángulo. Tomamos una nueva inhalación…Retenemos, y al exhalar visualizaremos cómo ambas pirámides se compenetran, dejándonos a nosotros en su interior.
Tomamos una nueva inhalación…Retenemos…Y al exhalar, visualizamos que la pirámide superior empieza a girar de derecha a izquierda a gran velocidad.
Inhalamos nuevamente…Retenemos…Y al exhalar imaginamos cómo la pirámide inferior también empieza a girar, pero en sentido inverso, de izquierda hacia derecha, también a gran velocidad. Colocamos ahora los brazos flexionados con las palmas hacia arriba.Y visualizamos que nos iremos elevando en ésta nave de luz violeta por encima de éste lugar, de ésta ciudad, de éste país, de éste continente; por encima del planeta pudiéndolo visualizar desde el espacio. Y desde allí nos proyectaremos al cosmos a la velocidad del pensamiento, de tal manera que veremos cómo la Luna va quedando a un lado nuestro, mientras nosotros avanzamos por el espacio.
Viajando a la velocidad del pensamiento nos vamos acercando al planeta Rojo. Sí, es Marte el que aparece delante nuestro, al cual también superamos dejándolo de lado, y cada vez más rápidamente nos dirigimos hacia Júpiter, el planeta más grande del sistema solar. Para ello pasamos previamente por en medio del cinturón de asteroides, que son los restos de un planeta que alguna vez existió entre Marte y Júpiter. Observamos los restos de tan terrible colisión estelar. Vamos acercándonos a Júpiter, y ya divisamos delante nuestro la presencia de sus lunas: Ganímedes, Io, Calixto, Europa, Amaltea, entre otras. Y vamos a ubicar entre las lunas la presencia de un portal galáctico, una suerte de puerta de conexión con el Real Tiempo del Universo.
Una vez que ubicamos dicho portal, tomamos tres nuevas inhalaciones lentas y profundas. Inhalamos…Retenemos…Y al exhalar visualizamos que las energías del universo van siendo absorbidas por cada una de las puntas en movimiento de la estrella de luz violeta que nos envuelve. De tal manera que en nuestro interior se va formando una esfera de luz, blanca y brillante, donde todas las energías se sintetizan. Colocamos entonces nuestras manos por delante nuestro con las palmas hacia arriba, a la altura del plexo solar, luego inhalamos nuevamente…Retenemos…Y al exhalar visualizamos que la esfera de luz sale de nuestro cuerpo, y se deposita entre ambas palmas como si fuera una hermosa perla de gran tamaño.
Tomamos una nueva inhalación…Retenemos…Y al exhalar sentimos nuevas y muy poderosas energías que son absorbidas por nosotros a través de nuestra nave de luz, y que pasan a través nuestro, y se reflejan y concentran en la esfera, haciéndola más grande y luminosa.
Vamos a aprovechar en éste momento para proyectar en la esfera todo aquello que consideramos refleja, representa o sintetiza, lo mejor de la naturaleza humana. Vamos a impregnar la esfera de luz con formas mentales, con el poder de la palabra así como del sentimiento y la emoción , de tal manera que ella concentre todo lo más hermoso, importante y trascendental de la naturaleza humana, razones por demás válidas para que la humanidad continúe y prevalezca a los brandes cambios y transformaciones que se avecinan.
Podemos ir diciendo en voz baja o en voz alta todo aquello que consideramos expresa lo mejor del ser humano. Y lo decimos, sintiéndolo e imaginándolo.
Por ejemplo: ¡El Amor!, ¡la paz!, ¡la ternura!, ¡la amistad!, ¡el cariño!, ¡el perdón!, ¡la solidaridad!,etc.
Sentimos como todo ello va haciendo más luminosa la esfera.
Tomamos todos una inhalación, lenta y profunda…Retenemos…Y al exhalar vamos a ir extendiendo los brazos y las manos hacia delante, proyectando la esfera de luz hacia el portal galáctico, de tal manera que visualizamos que la esfera penetra e ingresa en el Real Tiempo del universo, como semilla de nueva era, semilla de esperanza, asegurando el tránsito dimensional de la humanidad hacia la cuarta dimensión . Y nos fijamos a continuación que es lo que ocurre…
(Después de unos minutos)…Vamos a ir flexionando los brazos, ubicando palmas de las manos a la altura de los hombros… Iremos regresando por donde hemos venido. Volvemos todos a través del cosmos, a la velocidad del pensamiento. Lo haremos dejando detrás nuestro al planeta Júpiter y sus lunas. Vamos volviendo por el cinturón de asteroides. Regresamos observando a la distancia como el planeta rojo se va acercando, hasta que lo vemos pasar a un lado nuestro , quedando atrás .
Seguimos volviendo y vamos llegando a visualizar la Luna. Ya logramos divisar también a la distancia al planeta azul, la Tierra. Observamos como va pasando a nuestro lado la Luna pudiéndole divisar sus cráteres. Seguimos retornando y cada vez estamos más cerca de la Tierra. De un momento a otro estamos sobre nuestro mundo, podemos divisar sus continentes, sus océanos y vamos descendiendo sobre el planeta. Vamos bajando por entre las nubes hasta ubicarnos sobre nuestro continente, sobre nuestro país, sobre la ciudad y vamos poco a poco, llegando al lugar de donde partimos.
Nos encontramos todos en el lugar desde donde iniciamos nuestro trabajo. Tomamos una respiración lenta y profunda, inhalamos…Retenemos…Y al exhalar, visualizamos como la pirámide de luz violeta que envuelve la parte superior del cuerpo comienza a detenerse, hasta que se queda completamente inmóvil. Tomamos una nueva inhalación…Retenemos…Y al exhalar, sentimos y visualizamos como la pirámide inferior también se va deteniendo poco a poco, hasta que queda totalmente quieta. A continuación y con una nueva inhalación, visualizaremos todos como ambas pirámides se van separando, hasta que terminan de hacerlo.
Elevamos ahora el brazo derecho por encima de la cabeza, dejando el brazo izquierdo suelto y hacia abajo. Tomamos una nueva inhalación…Retenemos…y al exhalar, visualizamos como aquellas dos estructuras piramidales, comienzan a desprenderse de nuestro cuerpo y van introduciéndose en la tierra como sembrándolas, quedando depositadas en éste lugar, conectándose con todos los otros lugares en el mundo, donde se han hecho trabajos similares estableciéndose una gran red de energía planetaria retroalimentada permanentemente con las energías del cielo y de la tierra.
Cruzamos nuestras manos a la altura del pecho, tomamos una nueva inhalación…Retenemos…Y al exhalar vamos a abrir lentamente los ojos y quedamos todos en paz
LA ESFERA DE LUZ -
Sixto Paz Wells
Si uno puede crear lo que cree,
¿Por qué no crear una esfera de luz
en la que pudieras concentrar tus intenciones
y proyectar en ella a quien necesita tu ayuda,
para ayudarla?…
Este es un ejercicio de visualización, pero también de proyección mental y sanación. Consiste en imaginarse como llegan hasta uno las energías del universo, ingresan en nuestro interior y se concentran formando una esfera, la cual después proyectaremos fuera nuestro; y en cuyo interior serán enviadas nuestras intenciones particulares.
Para iniciar el ejercicio vamos a colocarnos todos de pie. Talones juntos, columna recta y los brazos extendidos por encima de la cabeza, juntando ligeramente las palmas y separando los dedos, como en posición de recibir. Cerramos los ojos, y tomamos a continuación una respiración lenta y profunda por la nariz, utilizando como ya conocemos, el diafragma como si fuese un fuelle, de tal manera que al ir inhalando vamos inflándolo hacia delante, no hacia arriba , y al terminar lo vamos contrayendo empujando el aire para llenar la parte baja, media y alta de los pulmones. Retenemos…, y luego exhalamos por la nariz, relajando lentamente el vientre. En el momento que inhalamos, visualizamos como las energías del universo descienden sobre nosotros, ingresando por nuestras manos, por los dedos , concentrándose entre las palmas de las manos y formándose allí una esfera de luz blanca brillante, donde todas las energías se concentran y sintetizan.
Tomamos una segunda respiración, retenemos sintiendo como la energía desciende y se concentra, y como al exhalar, se va consolidando la esfera de luz entre nuestras manos.
Inhalamos por tercera vez…, retenemos… y al exhalar, vamos descendiendo con nuestras manos en dirección hacia la coronilla, como si depositáramos la esfera en nuestra cabeza. Poco a poco separamos las manos y descendemos con ellas siguiendo el contorno del cuerpo, acompañando el desplazamiento de la esfera de luz, la cual seguimos visualizando en nuestra mente que va bajando por la columna vertebral activando uno a uno nuestros centros de energía. Así mismo percibimos la esfera activando la frente, la garganta, el corazón, el plexo solar, los órganos sexuales y llegando a ubicarse a la altura del cóccix . Mientras, hemos ido bajando las manos por los costados, invirtiéndolas de tal manera que los dedos han quedado hacia abajo, ubicándose las manos a la altura de las caderas.
Mantenemos la respiración lenta y profunda, y colocamos las manos sobre las entrepiernas, sin tocar el cuerpo, con los dedos formando un triángulo con la punta hacia abajo. Tomamos una nueva inhalación lenta y profunda…, retenemos… y al exhalar vamos elevando las manos, a la vez que invertimos el triángulo ubicándolo con la punta superior hacia arriba sobre el plexo solar, ligeramente por encima del ombligo. Al hacer esto atraemos la esfera de luz, haciéndola ascender del cóccix , ubicándola precisamente en el plexo solar.
Inhalamos nuevamente…, retenemos…, y al exhalar extendemos los brazos hacia delante, imaginando que extraemos la esfera de nuestro interior, y a la vez que la proyectamos hacia el frente ubicándola en el centro de la reunión.
Colocamos ahora los brazos flexionados, palmas de las manos a la altura de hombros, y vamos a proyectar mentalmente hacia la esfera de luz nuestras intenciones particulares. Bastará simplemente visualizar en nuestra mente la imagen de aquella persona, familiar, amigo, conocido o enemigo que necesite ayuda física , mental y espiritual, y decir su nombre en voz baja o alta, como para que con el poder del pensamiento, de la palabra, y del sentimiento podamos ayudar a dicha persona enviándole energía.
Ubicamos nuestras manos juntas a la altura del plexo solar con los dedos formando un triángulo. Tomamos nuevamente una inhalación lenta y profunda…, retenemos…, y al exhalar vamos extendiendo los brazos y las manos hacia delante, a la vez que visualizamos como desciende del cosmos, a través de nuestra coronilla, la energía del color violeta, que es la energía de la transmutación, la magia, la mística y la fe. Esta energía procedente del sol central de la galaxia y de todas las estrellas violetas del universo, desciende, se concentra en nuestro pecho, y se proyecta hacia delante, de tal manera que percibimos como dentro de la esfera de luz, cada persona por la que hemos pedido va siento envuelta por internamente y por fuera por ésta energía que va revirtiendo y transmutando toda enfermedad física, mental o espiritual.
Flexionamos nuevamente los brazos. Colocamos las manos formando un triángulo a la altura del pecho. Inhalamos…, retenemos visualizando como baja del cosmos la energía del color azul marino, que es la energía de la espiritualidad. Esta energía se concentra en nuestra frente , y al exhalar extendemos los brazos proyectándola hacia delante , de tal manera que vamos envolviendo en la espiritualidad a cada persona por la que hemos pedido, fortaleciéndolas para que puedan superarlo todo.
Nuevamente colocamos los brazos flexionados, y las manos en triángulo en el plexo solar. Tomamos una nueva inhalación…, retenemos… y al exhalar visualizamos a continuación como al exhalar y extender nuestros brazos para delante, desciende a través nuestro desde el cosmos concentrándose en nuestro cuello y garganta. Es la energía del color celeste, que representa el poder de la palabra, de la mejor buena comunicación y relación para con los demás. Esta energía ingresa en la esfera de luz, y envuelve a cada una de las personas por las que hemos pedido, de tal manera que decretamos la salud, la paz, la armonía, el equilibrio, la abundancia y la prosperidad para cada uno de ellos.
Repetimos la flexión de los brazos, colocamos las manos en posición de triángulo e inhalamos con profundidad…, retenemos… y al exhalar extendemos una vez más los brazos y las manos hacia el frente, sintiendo como desciende del cosmos y a la vez asciende de la Tierra a través nuestro, la energía de la luz verde brillante, que es la energía de la sanación y de la esperanza, del amor a la vida. Esa energía que se concentra a la altura de nuestro corazón se proyecta por nuestras manos y pecho hacia cada una de las personas por las que hemos pedido, restaurando en ellas la salud física, mental y espiritual, fortaleciéndolas en la esperanza y en el amor a la vida.
Volvemos con los brazos flexionados, tomamos una nueva respiración y al exhalar sentimos como desciende a través nuestro, una energía de color amarillo brillante procedente del sol y de todas las estrellas amarillas. Es la energía del equilibrio, del poder mental, de la conciencia espiritual, y de la sabiduría. Vamos extendiendo nuestros brazos y manos hacia delante y enviamos esa energía hacia cada una de las personas por las que estamos pidiendo, ayudándoles en su equilibrio y fortaleciéndolas mentalmente.
Colocamos nuevamente los brazos flexionados, con las manos formando el triángulo en el pecho. Tomamos una nueva inhalación , retenemos, y al exhalar extendemos los brazos hacia delante ,visualizando como desciende del cosmos una energía de color naranja brillante, energía de creatividad y de la voluntad, la que ingresa por nuestra coronilla, se concentra en el pecho y en el vientre , proyectándose por nuestros brazos y manos hacia la esfera de luz, y hacia las personas a las que dirigimos esta cadena de irradiación, de tal manera que vamos a fortalecerlas en voluntad y creatividad como para que puedan superar cualquier enfermedad con voluntad y actitudes prácticas y positivas.
Todos visualizamos la energía de color naranja que penetra en la esfera de luz y envuelve por dentro y por fuera a cada una de las personas por las que estamos pidiendo.
Flexionamos nuevamente los brazos, ubicamos las manos en el pecho formando el triángulo. Tomamos una nueva inhalación…, retenemos…, y al exhalar extendemos los brazos y las manos visualizando como desciende del cosmos la energía del color rojo brillante procedente de todas las estrellas rojas del universo. Esta es la energía del amor, de la pasión y el sentimiento. Esta energía desciende y fluye por nuestro cuerpo, proyectándose hacia delante a través de nuestro pecho y las manos, en dirección hacia la esfera de luz y hacia la persona o personas por las que hemos pedido envolviéndolas en amor, lo cual las fortalece y las sana anímica y espiritualmente.
Por última vez flexionamos los brazos, y ubicamos las manos en triángulo en el pecho, visualizando delante de nosotros a la esfera de luz rodeada de un arco iris armónico de color que hace la esfera más grande y brillante. También percibimos a cada persona por la que hemos pedido envuelta en ese arco iris de luz. Tomamos una nueva inhalación…, retenemos…, y al exhalar extendemos los brazos y las manos hacia delante proyectando mayor energía que hace que la esfera de luz se extienda, se incremente en tamaño y en potencia, envolviéndonos a nosotros mismos. De pronto en una explosión de luz la esfera se divide en pequeñas esferas u óvalos de luz que van en dirección hacia cada una de las personas por la que hemos pedido, de tal manera que cada quien recibe inmediatamente lo que necesita en la proporción de lo que necesita.
Relajamos finalmente los brazos, abrimos los ojos y nos encontramos en paz, decretando todos con el poder de la palabra, la magia del verbo:
¡Que así sea!
¡Así es !
¡Así será!
¡Y hecho esta!...