viernes, 7 de diciembre de 2012

EL PRINCIPIO DE POLARIDAD
“TODO ES DOBLE; TODO TIENE DOS POLOS; TODO SU PAR DE OPUESTOS; LOS SEMEJANTES Y LOS ANTAGÓNICOS SON LO MISMO, LOS OPUESTOS SON IDÉNTICOS EN NATURALEZA PERO DIFERENTES EN GRADOS; LOS EXTREMOS SE TOCAN; TODAS LAS VERDADES SON SEMI-VERDADES; TODAS LAS PARADOJAS PUEDEN RECONCILIARSE”.


Todo posee su contraparte: frío – calor, blanco – negro, positivo – negativo, etc. Es decir vienen y se manifiestan en pareja; son dos aspectos, dos polos; el frío y el calor se diferencian en grados únicamente pero son de la misma naturaleza, son vibraciones con una variedad grande en grados tanto para arriba como para abajo. Sin embargo en ambos extremos existe de alguna manera calor y frío; todo es relativo no absoluto; se unen en algún momento. Lo mismo ocurre con el sur-norte, este-oeste, se confunden en un instante; la claridad y la oscuridad. ¿Dónde empiezan y dónde terminan? Lo duro y lo blando, el uno termina donde empieza el otro... El amor y el odio son opuestos totalmente pero manifestaciones de un mismo estado mental vibratorio. No existe el amor absoluto ni el odio absoluto pero si sentimos más amor y menos odio si nos elevamos espiritualmente o lo contrario, sentiremos más odio si descendemos. La valentía y el miedo también son un par de opuestos que no escapan a este principio, en uno existe el otro... mira que interesante es reflexionar sobre esto.
Tú puedes cambiar un estado mental en otro (¿transmutar?) siempre que sean de la misma clase. Por ejemplo: el odio en amor; el miedo en valor; la enfermedad en salud; dependerá de tu estado de conciencia. O lo opuesto: el amor en odio; el valor en miedo; la salud en enfermedad. Siempre ese cambio será posible de realización entre cosas de la misma clase pero de grado vibratorio diferente. Otro ejemplo nos aclarará más: No puedes convertir al cobarde en norte o sur pero si en valiente; al perezoso en activo; esto es importante porque podemos lograr los cambios mentales que deseamos en nuestros enemigos, amigos, hijos, etc. Es decir positivizarlos para bien de todos: el amor es positivo, el odio es negativo; la verdad es positiva, la mentira es negativa; lo superior es positivo, lo inferior es negativo; la dignidad es positiva, el orgullo y la vanidad son negativos.
Hay que aprovechar de este principio para ayudar a los demás, polarizando situaciones; elevando las vibraciones a voluntad puedes transformar un ambiente desagradable en agradable, cambiar con tu sola presencia, con tu mirada, con una sonrisa, con tu alegría, tus palabras pueden ayudar al desesperado llenándolo de esperanza. Esto es transmutar. Todo esto puedes lograr pero primero tendrás que aprender a cambiar tu propia polaridad para luego poder ayudar a cambiar la ajena.
En Rahma, con la conciencia que vamos desarrollando descubrimos que en nosotros, hay un poder para cambiar las cosas. Podemos polarizar un ambiente para bien o para mal, y ello estará en que podamos inundar un lugar, con nuestro amor, paz y armonía, no debemos dejar que nos desarmonicen; por el contrario, nosotros debemos llevar la situación hacia donde queramos, o consideremos mejor. Las prácticas nos favorecen en esto. También nos ayuda a comprender, que lo malo es necesario para la superación y purificación de lo bueno. Esto, naturalmente, no nos lleva a la resignación, sino a saber voltear las cosas, y aplicar aquel dicho que dice: no hay mal que por bien, no venga.
Los Guías de Misión nos dicen, que el cuarto principio consiste en que toda realización cuesta esfuerzo y genera una fuerza de oposición, pudiendo medirse el valor e importancia de lo que se hace por el grado de dificultad antes, durante o después. Por ello, no deben amilanarse cuando las cosas se les complican pareciendo no tener solución, por cuanto todo lo que realmente vale, exige una máxima dedicación y suele ser un camino lleno de escollos, que va probando palmo a palmo vuestra voluntad y convicción.
El mundo ideal no existe, por lo tanto hay que crearlo todos los días y en todo lugar con la conciencia despierta y actitudes positivas que influyan sobre el ambiente y las demás personas.
Por ello no caigan en el error de algunos que piensan en huir del planeta porque consideran que ya es tarde.
Nosotros les podemos asegurar que aún no es tarde para cambiar y para que todo se transforme, pero todo variará si antes ustedes modifican sus patrones conductuales.
En este cuarto principio deben trabajar LA PERSEVERANCIA, LA TOLERANCIA Y LA CONVICCIÓN.
APLICACIONES DEL PRINCIPIO DE POLARIDAD

ARMONIZAR LOS OPUESTOS.
Seguramente estarás preguntándote cómo se utiliza este principio en la vida práctica. La explicación es ésta: cada vez que te encuentres viviendo una situación extrema, es decir, que estés ubicado en uno de los polos, y desees revertir o neutralizar la situación, deberás comenzar a crear la energía de la polaridad opuesta. De esta manera, llevarás el “termómetro” a su punto medio. Por ejemplo, piensa en lo siguiente: cuando tienes frío, enciendes la calefacción o te abrigas más, es decir, buscas el calor. Con el calor se neutraliza el frío y viceversa; con la luz se hace desaparecer la oscuridad; con el amor se transforma el odio y así con todas las polaridades.
No se puede cruzar de un par de opuestos a otro y esperar un resultado en el primero. Si deseas transmutar una situación, tendrás que utilizar la energía envuelta en ese par, no en otro. Volviendo al ejemplo anterior, si tienes frío, buscas cómo generar más calor y no otra cosa. Si estás en una situación de pobreza, buscas ganar más dinero, no más frío ni calor. Se debe trabajar siempre con elementos de la misma naturaleza, a los cuales les cambia su grado de manifestación.
Es probable que hayas escuchado alguna vez un comentario como el siguiente: “¿Por qué Dios no le da una pareja a esta chica que es tan buena y servicial?” La respuesta se encuentra en este principio: porque esa joven está generando la energía de las polaridades del servicio y la bondad, pero no la del amor. Con la bondad se elimina la maldad; con el servicio se elimina el desamparo. En otras palabras, no se consigue pareja siendo “buena”; sólo se consigue amor cuando se ama. ¿Pero a quién vas a amar si no tienes a nadie? En primer lugar, a ti mismo, y luego a la persona ideal que “fabriques” en tu mente. Sólo así se manifestará el verdadero amor en tu vida.
Las personas que tienen problemas de dinero o están en la pobreza deben empezar a dar algo de lo poco que tienen; es decir, deben fingir que están en el otro polo y comenzar a actuar como “ricos” o, al menos, como alguien que tiene algún dinero. Hay personas que piensan que “Dios los va a ayudar económicamente” porque ellos brindan su tiempo sirviendo en alguna institución de beneficencia. Si brindas tu tiempo, todo lo que recibirás a cambio es todo el tiempo que necesites para tu vida personal. Para mantener una vida próspera, es necesario respetar la ley del diezmo: dar el diez por ciento del dinero que recibimos a la persona, el lugar o institución que en ese momento nos provee nuestro alimento espiritual. De esta manera, mantenemos en circulación la energía del dinero.
LAS SEMIVERDADES.
El principio de polaridad nos enseña que todo tiene su opuesto y que, en esencia, éstos son lo mismo. Por ejemplo, si analizamos los puntos cardinales, nos damos cuenta de que no dejan de ser una convención. Si uno comienza a viajar siempre hacia al ESTE sin detenerse, finalmente volverá al punto de partida. Entonces, ¿dónde está el OESTE?
Otro ejemplo de la relatividad de los polos es el vuelo transpolar que se realiza de la Argentina a Australia. Se sale de Argentina un día y se llega a Australia el día “anterior”. Por otra parte, el viaje de vuelta lleva dos días. La pregunta que surge es: ¿Dónde comienza un día y dónde termina el otro? La respuesta es sencilla: existe una línea internacional del día que atraviesa el Océano Pacífico sin tocar ningún país en particular; a partir de esa línea, se considera el comienzo del día. Pero, en realidad, el comienzo y el fin del día no existen; son sólo una convención humana.
En otra parte, el principio de polaridad sostiene que “todas las verdades son semiverdades”. En pocas palabras, esto significa que nadie en el planeta es poseedor de la verdad completa, sino que todos tenemos nuestra cuota de verdad. Es decir que al igual que con las piezas de un rompecabezas, uniendo nuestra semiverdad con la de los demás, encontraremos la verdad completa. Por eso es importante escuchar a otros. Siempre se aprende algo nuevo de los demás.
Cuando una mujer se queja de su marido, cuenta su semiverdad y tiene su lógica o razón. Pero luego, al escuchar al esposo quejarse de su mujer, se ve que él también tiene razón o semiverdad. Ninguno de los dos tiene la verdad completa; la verdad está en el medio. En todo problema de pareja, las responsabilidades están siempre repartidas en un cincuenta por ciento para cada uno, aunque uno de ellos parezca ser culpable y el otro inocente.
Cuando nos encontramos defendiendo ciegamente nuestro punto de vista, en realidad, estamos errando porque ninguno de nosotros es portador de la verdad completa. Por lo tanto, como conocedores de los principios universales debemos mantenernos siempre flexibles y alertas para aprender de los demás. Cuando criticamos a alguien que piensa o actúa de una manera diferente de la nuestra, en realidad, nos estamos cerrando a la posibilidad de aprender otra parte de la verdad. Cada persona, aunque nos parezca errada, tiene su porción de conocimiento. El mantener nuestra mente abierta nos ayudará a escuchar y aprender otra forma de lógica que, finalmente, nos llevará a encontrar el punto medio, o sea, aquello que definimos técnicamente como la armonización de los opuestos.
Al estar frente a personas o situaciones que ponen en conflicto nuestra manera habitual de pensar, aconsejable pedir guía a nuestro espíritu; pedir que se nos revele qué tenemos que aprender de eso, cuál es el mensaje o semiverdad.
En el camino de la evolución espiritual se debe evitar todo tipo de fanatismo. No tienes ni siquiera que defender las ideas que estás estudiando ahora. Si estás de acuerdo, tómalas como parte de tu semiverdad, pero siempre mantente abierto a seguir aprendiendo de numerosas fuentes. El fanatismo lleva a pararse en un polo, en un extremo; por lo tanto, nunca te conducirá a vivir en paz. La verdad está siempre en el medio.
Las personas que tienden a ir a los extremos en sus reacciones tienen más trabajo que realizar. Las conductas extremistas producen resultados extremistas; por lo tanto, tampoco conducen soluciones felices. Cada uno de nosotros debe aprender a encontrar el punto medio, su propio equilibrio.
La razón por la cual somos poseedores solamente de una semiverdad es que debemos aprender a encontrar la unidad en todos.
Nuestro ego genera grandes diferencias y separaciones entre las personas pero, de acuerdo con este principio, todos somos parte de lo mismo. Dicho en términos metafísicos, el hijo de Dios es uno solo y está formado por cada uno de nosotros. Nuestro ego se resiste a esa idea y no quiere renunciar a su individualidad.
Si analizas los grandes problemas del mundo, te darás cuenta de que, en esencia, están generados por el ego humano: la diferencia de razas, culturas, economías, límites entre países, y demás. En síntesis, es un problema de percepción errónea. Cuando aprendamos a ver la unidad en cada uno de nosotros, la mayoría de estos problemas desaparecerán de la Tierra.
LA POLARIDAD DAR/RECIBIR.
Muchas personas se quejan de que dan mucho y reciben poco. La persona que está acostumbrada a dar siempre se encuentra parada en uno de los polos o extremos y, mientras se mantenga en esa posición, no habrá manera posible de que reciba algo del Universo. Esto se debe a que la persona está vibrando con la energía del dar y carece por completo de la energía opuesta, la del recibir. Por lo general, estas personas se sienten incomodas cuando reciben un regalo o cumplido; en el peor de los casos, lo rechazan por completo.
La aplicación del principio de polaridad nos permite transmutar las energías de un polo al otro para manifestar un determinado resultado. Para cambiar esta situación, es necesario que la persona aprenda a recibir. Por ejemplo, si recibe un regalo, solamente tiene que agradecerlo y bendecirlo, y no salir corriendo a comprar otro regalo en devolución. Si alguien le dice un cumplido o algo agradable, sólo debe agradecer. Es curioso, pero para muchos no es fácil recibir. Esto se debe a que en la conciencia de la persona existen ciertas asociaciones negativas con el hecho de recibir. Algunos creen que si aceptan regalos de otros, estarán sometidos a su voluntad. Otros creen que no se lo merecen o que no es necesario, Cualquiera sea el pensamiento negativo, deberá ser eliminado y reemplazado por otro de gratitud. Debemos estar siempre abiertos y receptivos a todo lo que el Universo te quiera brindar.
En definitiva, quien no recibe no ha desarrollado la polaridad del recibir. En el orden práctico, se debe trabajar más con la mano izquierda, ya que todo el lado izquierdo del cuerpo desarrolla la energía del recibir.
Al principio, uno se siente torpe usando esta mano pero, con el tiempo y la práctica, las tareas se vuelven más sencillas. En el caso de la gente zurda, la regla se invierte.
Por otra parte, la mano derecha y todo ese sector del cuerpo desarrollan la energía del dar. A las personas acostumbradas a dar demasiado, se sugiere que cierren su mano derecha y abran la izquierda, moviendo los dedos hasta calentar bien la mano. De esta manera sencilla, se activan los canales de recepción de nuestro ser.
AUMENTAR LA POLARIDAD OPUESTA.
Sobre la base de nuestra lista de objetivos o deseos, debemos tomar cada uno de ellos y analizar cuál es la polaridad que nos falta desarrollar. Técnicamente, lo que se hace es buscar el polo de la misma naturaleza y se comienza a elevar el grado vibratorio. A manera de ejemplo, si se quiere resolver un problema de dinero, hay que seleccionar la polaridad pobreza/riqueza. El problema nos sitúa más del lado de la pobreza; por lo tanto, tendremos que comenzar a desarrollar la energía del polo opuesto. Para eso nos valdremos de afirmaciones, visualizaciones y de todos los elementos externos que nos ayuden a poner en la mente pensamientos de abundancia. De esta manera, vamos creando la vibración de la riqueza, que tarde o temprano se manifestará.
Desarrollar el polo opuesto significa, además, comenzar a actuar con las características de ese polo. Continuando con el ejemplo anterior, debemos empezar a “fingir” que el problema ya está resuelto. Para lograrlo, podemos comprar en el supermercado algo que nos haga pensar en los ricos; no hace falta gastar mucho dinero, sino usar la imaginación y el poder de la intención.
Esta técnica también se usa para resolver problemas amorosos. Si una persona se encuentra sola, está dentro de la polaridad soledad / compañía. Para salir del polo de la soledad, primero la persona tendrá que empezar a repetir afirmaciones y visualizar a su pareja perfecta. Luego, lo más importante, tendrá que “fingir” que la persona que anhela ya está a su lado; para eso, deberá emprender numerosas acciones dirigidas hacia esta polaridad. Por ejemplo, la persona tendrá que preparar su casa para darle la bienvenida a su futura pareja: puede ordenar el cuarto, modificar la decoración del lugar, cambiar los cuadros, o incluso comprarle un regalo. Todo deberá hacerse con la intención de generar la energía que se siente al estar acompañado de la persona que uno ama. De esta manera, el conocedor de los principios universales trae el futuro al presente.
Cualquiera sea la polaridad que se esté desarrollando, es importante que las acciones se realicen con entusiasmo y alegría, como si se estuviera jugando. De esta manera, se evita la intromisión de la ansiedad y el miedo.