EVANGELIO DE LOS ESENIOS - EXTRACTOS
Publicado por Oma (Omara)
Les digo en
verdad, ustedes son uno con la Madre Tierra; ella está en vosotros y vosotros en
ella; de ella nacieron y en ella viven y a ella regresarán de nuevo.
Es
la sangre de vuestra Madre Tierra la que cae desde las nubes y fluye en los
ríos; es el aliento de nuestra Madre Tierra el que susurra en las hojas del
bosque y sopla con viento poderoso desde las montañas; dulce y firme es la carne
de nuestra Madre Tierra en las frutas de los árboles; fuertes y firmes son los
huesos de nuestra Madre Tierra en las rocas y piedras gigantes, las cuales se
mantienen como centinelas de tiempos perdidos; verdaderamente somos uno con la
Madre Tierra y aquel que se una a las leyes de su Madre, a él también se unirá
su Madre.
Les digo en verdad, el libro de la naturaleza es un Libro
Sagrado y si desean que los Hijos de los Hombres se salven a si mismos y hallen
la Vida Eterna, enséñenles una vez más, cómo leer las páginas vivientes de la
Madre Tierra; porque en toda cosa que esté con vida está escrita la Ley; está
escrita en el pasto, en los árboles, en los ríos, en las montañas, en las aves
del cielo y en los peces del mar y la mayor
parte está dentro del Hijo del Hombre. Sólo cuando él regrese al seno de su
Madre Tierra encontrará la Vida Eterna y el Torrente de Vida lo guiará hacia su
Padre Celestial; sólo de este modo puede evitarse la visión tenebrosa del
futuro.
Les digo en verdad, el Reino de nuestro Padre Celestial es vasto,
tan vasto que ningún hombre puede conocer sus límites, porque allí no los
hay.
Sin embargo, todo Su Reino puede ser encontrado en la gota más
pequeña del rocío sobre una flor silvestre, o en el aroma del pasto recién
cortado en los campos bajo el sol de verano.
¡Verdaderamente no hay
palabras para describir el Reino del Padre Celestial!
Gloriosa, de veras,
es la herencia del Hijo del Hombre, porque solamente a él le está dada, para
entrar al Torrente de Vida, el cual lo guiará al reino de su Padre Celestial.
Pero primero debe buscar y encontrar la paz con su cuerpo, con sus pensamientos,
con sus sentimientos, con los Hijos de los Hombres, con el conocimiento Sagrado
y con el Reino de su Madre Tierra.