REFLEXION SOBRE EL CONTACTO EXTRATERRESTRE
14 Abril 2009
Omsari Sorí
A finales del año pasado impartí un curso de Formación Holística durante 2 meses y medio en un Centro de Enseñanza en la Región de Murcia. El pueblo donde se impartió el curso es el que tiene mayor concentración de inmigrantes africanos. Todas las semanas me tocaba viajar en autobús hasta ese pueblo. Cuando bajaba en la parada y para llegar hasta el Centro, atravesaba caminando un populoso barrio de negros africanos. Como siempre llegaba con unos 30 minutos de anticipación, lo que hacía era que entraba a las tiendas y negocios africanos para curiosear sobre sus productos, conocer sus culturas, etc. Una tarde compré unas cuantas cositas de comer que deseaba probar, al llegar al Centro, en un receso, les enseñé a los estudiantes lo que había comprado. Estas personas en su mayoría, viven en ese pueblo, casi todos nacieron y han crecido allí. Cuando les dije que esos productos los encontré en una tienda africana de ese pueblo, me preguntaron que dónde quedaba eso, y me sorprendieron diciéndome que ninguno de ellos había entrado nunca a un negocio africano, ni sur americano, ni de europeos del este, etc., etc., etc. O sea, siendo nuestra Región de Murcia en este momento una de las que más inmigrantes alberga, estos alumnos míos nunca habían visitado un negocio de inmigrantes. En ese momento ironicé un poco con el tema y dije: “anda, si que soy privilegiada, siendo yo extranjera y ustedes todos españoles, y me aceptan como su instructora, si que es un privilegio, sí señor...”
Pasaron varias semanas y llegó el día en que trataríamos el tema del contacto extraterrestre. Les hablé tanto de mis experiencias como de las experiencias de otras personas en el mundo. Les expliqué lo que son los Xendras, los Cristales de Cesio, las diferentes civilizaciones dentro de nuestra Galaxia, en fin, muchas cositas. La respuesta de los estudiantes no se hizo esperar, aquello fue, como es habitual, una reacción de euforia, intenso interés, “madre mía..., que guay”, así decían ellos, entre otras cosas. Me preguntaron que cómo podían ellos tener experiencias con los extraterrestres, ver naves, subir a las naves, ir a otros planetas, saber como viven esas inteligencias y demás cosas que usualmente la gente quiere vivir con el fenómeno ET. No sé lo que ocurrió conmigo, pero lo primero que me salió de dentro fue preguntarles: “¿Y cómo ustedes quieren conocer a los extraterrestres, ver cómo viven, saber sobre sus costumbres, si ni siquiera son capaces de entrar en su propio pueblo a los negocios de personas inmigrantes de nuestro planeta, gente que la tenemos aquí al lado, con la que no les interesa tratar, invitar a sus casas, sentarse a tomar un vaso de té con ellos, pero sí quieren subirse en una nave, ir a Morlen, a Andrómeda, hablar con los ET y demás asuntos?, ¿qué explicación me pueden dar?
Recibí un silencio profundo. Observe vergüenza en sus caras. Luego una de ellas me dijo: “Omsari, como eres de dura a veces cuando nos hablas, pero cuanta razón tienen tus palabras. Muchas gracias por hacernos ver lo que por nosotros solos nos es imposible encontrar”.
Le pregunto lo mismo a quienes lean esta reflexión, ¿cuántos de ustedes han interactuado con los extranjeros que viven cerca de vuestras comunidades? , ¿cuántos de ustedes conocen las distintas costumbres de los habitantes de nuestro planeta?, ¿cuántos de ustedes han entrado alguna vez a el pequeño negocio que tiene en su barrio el marroquí, el ecuatoriano, el rumano?, ¿cuántos han comprado un producto colombiano y lo han servido en vuestras mesas para que sus hijos y ustedes mismos aprendan a crear un paladar universal?
Si la mayoría de las respuestas son negativas, pero en alguna ocasión han deseado, o desean en el presente vivir una experiencia extra planetaria, interactuar con un ET, sería bueno preguntarse: ¿Cómo es posible? ¿Porqué no soy capaz de relacionarme cercana y hermanadamente con mis coterráneos, y sin embargo espero y deseo poder ser transportado en un xendra a otro lugar fuera de mi hogar, que es la Tierra?
Son esas incoherencias en las que todavía vivimos los seres humanos de este planeta.
Luz, Amor y Paz.
Omsari Sorí
