Antozak Torres Rubi

Nuestra Misión Rahma nos ha enseñado que un verdadero misionero no cuestiona, no critica y no juzga, sino que orienta y aconseja con amor. Porque cuando se cuestiona, se critica y se juzga, entonces ¿dónde queda el amor y la compasión, el respeto y la tolerancia hacia los demás?
Y allí nos damos cuenta que en verdad no existen fronteras ni diferencias entre hermanos, que lo que nos debe de identificar a todos es la labor que realizamos en los distintos lugares de la Tierra. Nos damos cuenta que las etiquetas no existen, porque los nombres los llevamos en nuestros corazones, porque son nuestros actos y el ejemplo los que enseñan y que hablan por si mismos.
En realidad no existen diferencias entre nosotros y aquellos hermanos que vemos en nuestro entorno. La única diferencia que existe es que vamos en distintos niveles de evolución, pero todos algún día vamos a llegar a estar juntos de nuevo, porque todos somos seres potencialmente espirituales. Somos Luz, somos Amor y Esencia Divina; por lo tanto: Todos Somos Uno. El error de uno, es el error de todos; los aciertos de uno, son los aciertos de todos. No podemos actuar separados uno del otro.